Último duelo: Linus Avery y Cliodna Black
Anotación: si queréis el resto podéis participar, ya sea animando, hablando con otros, expresando lo que pensáis...
De la varita del joven slytherin salieron múltiples sogas que cruzaron el aire reptando como serpientes y se cerraron entorno a la figura del profesor, que cayó al suelo incapaz de moverse.
Tras sentir el orgullo de la victoria, Linus se acercó, y como en el duelo anterior, eliminó su hechizo.
-Se le da mucho mejor que la escoba profesor- dijo intentando ser amable pero con la arrogancia que da la juventud- Ha sido un honor. Es la primera vez que uso ese hechizo en duelo, me alegro de que fuese tan efectivo- y le tendió una mano para ayudarlo a levantarse, como si se tratase de un amigo en vez de un profesor.
Después, ya en la zona de espera, escuchó que le llamaban de nuevo. Había derrotado a todos sus rivales, todos profesores. Se sorprendió al pensarlo, pues ahora se daba cuenta de que había sido él quien había echado a todos los profesores que participaron en el torneo, sin contar el “juego” de Rusev.
Ahora era el momento de la verdad, estaba a un paso de cumplir su objetivo y su promesa. No podía perder ahora. Miró a la chica de pelo castaño que le veía desde las gradas. No podía perder.
Subió a la plataforma de duelos y miró a Cliodna. No quería intimidarla, solo estaba concentrado. Pero su mirada no lo dejaba del todo claro.
No puedo subestimarla. Seré rápido- Sonrió al decidir que hechizo utilizaría.
-Conjutivitis- dijo en un susurro. Su mente decía otras palabras: No perderé ahora. Con tal determinación que haría avergonzarse a un gryffindor.
Motivo: Iniciativa
Dificultad: 0
Habilidad: 21
Tirada: 3 9 10
Total: 9 +21 = 30 Éxito
Motivo: Atq. Mágico
Dificultad: 0
Habilidad: 15+3
Tirada: 1 1 9
Total: 9 +15 +3 = 27 Éxito
Motivo: Defender
Dificultad: 0
Habilidad: 14
Tirada: 2 5 9
Total: 9 +14 = 23 Éxito
Cogí aire, lo mantuve. Lo solté.
Observé –prácticamente ajena a aquello- los duelos que se sucedieron y, en un abrir y cerrar de ojos llegó Minerva expresando el último combate mágico. Casi no lo entendía, no comprendía como yo, una bruja sanadora con menos suerte que silvestre cazando al famoso pajarito amarillo de piolín, podía estar en la ronda final.
Aunque a decir verdad era un aliciente, una prueba de que podía seguir manteniendo el buen nombre de los Black. Haciendo perdurar la tan perjudicada dinastía. Pues ganara o perdiera había llegado hasta allí y eso era lo importante.
Me acerqué a la posición del centro y miré a Avery. Sorprendentemente yo ya no poseía tanta tensión. Iba al revés siempre, al parecer. Seguramente como consecuencia por haber superado mis propias expectativas o por la pura motivación que me daba saber que ese duelo era un nuevo comienzo; algo que en mi imaginación le formaba una sonrisa a mi familia.
Cogí con suavidad la varita como si fuera el aire quien controlase la elevación de mi muñeca y, volví a susurrar un protego a la par que un hechizo de tercer curso.
-Relaskio...
Motivo: Iniciativa
Dificultad: 0
Habilidad: 23
Tirada: 5 7 9
Total: 7 +23 = 30 Éxito
Motivo: Ataque mágico
Dificultad: 0
Habilidad: 11+3
Tirada: 1 8 10
Total: 8 +11 +3 = 22 Éxito
Motivo: Protego
Dificultad: 0
Habilidad: 12
Tirada: 2 8 10
Total: 8 +12 = 20 Éxito
La luz de ambos hechizos saltó con sincronía pero, finalizó con rapidez, ya que Cliodna bajó la mano que portaba la varita para pegarla hacia sus caderas y, con la otra se tocó los ojos, los cuales se notaba que apretaba con fuerza y en completo silencio.
Pese a no esbozar ningún sonido de queja, una lágrima empezó a rodar por su mejilla izquierda denotando que el conjuro de Linus había conseguido hacer efecto.
Al parecer ya teníamos un ganador.
Minerva se aproximó colocándose en mitad de los dos alumnos con una ligera sonrisa, la típica que esbozaba con sus labios arqueados y cerrados.
-Muy bien, queridos alumnos y profesores. Ya tenemos el ganador de este duelo- cruzó las manos por delante de su regazo –el señor Linus Avery- un aplauso general ensalzó su victoria -puedo decir en nombre de todo Hogwarts que nos alegramos de tenerle aquí, señor Avery- aún se escuchaban vitoreos, sobre todo los provenientes de sus compañeros Slytherin - ha conseguido 20 puntos para su casa y, un pequeño obsequio que recibirá en mi despacho.
Seguidamente miró a Cliodna -Por otra parte, enhorabuena a usted también, señorita Black- McGonagall dedicó una mirada a la gente que se encontraba en frente -esperamos que hayan aprovechado educativamente este ejercicio y, sin duda, confiamos en que hayan disfrutado tanto como nosotros. Han demostrado el gran nivel de la escuela. Pero eso sí, no dejen de practicar- comentó tal y como era su labor -Muchas gracias a todos.
Concluyó disponiéndose a alejarse de la zona de duelo, para adentrarse en el interior del colegio.
Dejaré 24 horas más para que os relacionéis. Que habléis, os deis la enhorabuena o aportéis lo que os apetezca. Después de ese tiempo empezaremos con la otra escena
De alguna manera estuve un poco dispersa observando los duelos, sorprendida por haber perdido contra Cliodna, no por desmerecer su labor sino por la sorpresa en sí. No obstante me mantuve allí pendiente cuando mi novio comienza con los suyos, denotando grandeza y mucho nivel. La verdad es que me siento muy orgullosa de su rendimiento, es lo suyo y se le da muy bien.
Una vez le toca ya el duelo final, toda mi atención está puesta en el rubio a sabiendas de que por honor y ego, querría ganar esto si o si. Lo conozco muy bien y casi que puedo saber lo que siente, por esa razón cuando lo inician el resultado es muy claro y su defensa intachable. Al terminar y resultar él ganador, sonrío feliz y aguardo impaciente para festejar, sea como sea, para mi era el mejor.
Y ahora, lo ha demostrado.
Por un instante dudó. Que velocidad, no se lo esperaba. Pasó a la defensiva antes de atacar y el hechizo de Cliodna le hizo dar un paso atrás. Consiguió pararlo por puro instinto. Pasó al ataque con decisión, no aguantaría otro ataque así.
Su ataque penetro en el escudo de Cliodna y le impactó.
Linus respiró aliviado, sin embargo no se reflejó en su rostro la sonrisa triunfal de los anteriores duelos. Su mirada estaba fija en la hufflepuff.
¿Acaso estuvo todo este tiempo ocultando ese poder? Al fin y al cabo es una Black… aunque lo había olvidado en ciertos momentos.
La directora lo sacó de sus pensamientos y le hizo volver a la realidad, ahora ya mostraba la cara de triunfo que debía. Sonrió a las palabras de McGonagall, el dinero le vendría bien para el viaje que planeaba con Anne, del que no hacía mucho habían hablado.
Cuando acabó la felicitación de la directora, Linus se acercó a Cliodna:
-Eres más fuerte de lo que creía Cliodna- dijo con seriedad, aunque sonase mal, en su mente le estaba haciendo un cumplido- Has demostrado ser digna del apellido Black, lo he tenido realmente difícil- Sonrió más amablemente y tras tenderle la mano se fue hacia la zona de los espectadores.
Algunos slytherin le felicitaban mientras miembros de otras cosas le miraban mal, aunque no todos, era lo suyo. Pasó de todos ellos sonriendo y dando las gracias, solo buscaba a una persona.
Cuando se acercó a Anne su sonrisa se hizo más grande e incluso se ruborizó ligeramente:
-Te prometí que ganaría- le dijo directamente y después le pasó la mano por la cintura para acercarla hacia sí y poder besarla, sin importarle el resto de los compañeros que tenía al lado, ni que los profesores pudiesen verlos.
¡Auch! pica, pica, pica mucho, me dije. Pues aunque no exteriorizara dolor, aquello molestaba bastante. Y es que estaba tan acostumbrada a no expresarme, que hasta eso (quejarme) me lo guardaba, pese a que las lágrimas me delataban.
Entre abrí el ojo derecho para ver a Linus, pero antes de poder decirle nada, llegó Minerva concluyendo los duelos.
Atendí a lo que comentó McGonagall hasta su finalización, para acto seguido arrascarme un poco el párpado. Con los ojos rojizos y brillosos me giré en la dirección que me traía la voz del rubio, ya que sus palabras me hicieron respirar con una alegría inmensa. Esa frase había dado en el punto justo –yo...te lo agradezco mucho- no el perder, si no…bueno, qué más daba. Era la personita más feliz con mi segundo puesto, sumado a ese reconocimiento por parte del Slytherin. Así que ni pensé en matizarlo -Has sido un gran rival. Sin duda merecías ganar. Enhorabuena – expresé con una gran sonrisa.
Después, tras verlo acercarse a su pareja y amigos, dirigí la mirada hacia mis zapatos. Si realizaba un resumen: me había enfrentado a Sándor, Annelie y Linus, siendo este último el chico con el ceño perpetuamente fruncido. ¡Qué vergüenza!, con el miedo que me habían generado todos desde el principio.
Dí dos pequeños golpes con la punta de mi pie en el suelo y, me dirigí hacia el castillo. Sí, soy una Black, me fui repitiendo con satisfacción.
Tras el duelo de Ulfric, este se despidió amablemente de Linus Avery: - Resulta usted, señor Avery, un mago verdaderamente poderoso, ya lo hemos hablado. Y me siento orgulloso de ser eliminado por usted. Pero se enfrentará de nuevo a un Hufflepuff, que lo sepa. La señorita Black es todo un ejemplo de la casa que dirijo.
Luego von Hoggen se dirigió a la alumna de su casa, y la animó: -Felicidades, señorita Black. La casa Hufflepuff se siente honrada de tener una bruja como usted, pase lo que pase. Sobre todo, esfuercese al máximo, por favor.
Por último, se dirigió a su puesto de observación, allí, en el fondo del campo donde tenían lugar los duelos, se sintió cómodo y a la par decepcionado de haber sido derrotado. La verdad, tenía dudas de cómo había llegado tan lejos en el torneo, sabiendo su lentitud y su mala defensa, pero bueno, era en el fondo alguien con cierto poder. Vio la final sólo, y se asombró de las velocidades de sus alumnos. Luego, Linus ganó, y fue, como todos, a felicitarlo, pero igualmente, felicitó a Cliodna. Había sido un orgullo que alguien de los suyos llegara hasta ese nivel.
Por último, se acercó a Agatha, y le comentó: - Bueno, profesora, ¿qué le ha parecido este torneo? El señor Avery ha ganado, pero estoy seguro de que si usted me hubiese ganado, sería la campeona. Aunque bueno, algo ha ganado. - Dijo, recordándole su invitación.
Buzánszky no vio la final, ni las semifinales, ni los cuartos de final... Se había esfumado de allí tras su duelo.
No llevaba nada bien perder. Cuando era futbolista profesional y llegó a cuartos de la Champions League con su Ferencvaros contra el Arsenal. A pesar de su sospechoso gol con exagerado efecto rosca, su equipo perdió y cuando Anelka fue a felicitarle por el partido se llevó una severa patada en los huevos que al francés le costó un mes de baja y a Buzánszky 6 de suspensión.
Pero eso no iba a suceder con la encantadora Cliodna. Incluso se sintió mal por largarse de aquella manera. Deseó que, al menos, ganase el torneo pues así no sólo su vergüenza sería menor sino que sus compañeros, y todo el mundo, la valorarse como se merecía ella. En todo ello pensaba el húngaro mientras se adentraba en el callejón Diagón...
Todo se fue poco a poco vaciando. Los profesores tenían cosas que hacer y los alumnos se fueron o indignados o celebrándolo.
El caso era desconectar un poco y descansar en la medida de lo posible ante lo próximo que se avecinaba.