Partida Rol por web

Lucy miró con malos ojos a Daphne, usar el hechizo contra la criatura sin saber si podía dañarla o no, era muy cruel. - No debiste hacer eso Rowle, el Ashwinder solo vive una hora, su vida ya es muy triste y corta para que tu se la fastidies con el agua... Si no consigue mantener suficiente calor y encontrar un lugar oscuro y adecuado, no podrá poner sus huevos.

Lucy miraba con tristeza al pobre animal y después buscó la mirada del profesor. No quiso decir nada al imponente mago, pero esperaba que, aunque tuviera apariencia de hombre tosco, amara lo suficiente a las criaturas como para amonestar a su compañera.

- No es justo, ellas solo vivien para dejar sus huevos, es cierto que éstos pueden provocar incendios por sus altas temperaturas, pero si quieres evitar que suceda, solo necesitas congelarlos.

Y allí estoy en la clase de Rusev escuchando la clase en sí y resulta bastante interesante por el hecho de hablar sobre aquella criatura mágica, sin poder evitarlo cuando quiero participar, alguien me pisa y bueno no pasa nada. Muchas veces he sido yo la que no he dejado hablar a nadie, así que disfruto y tomo notas, más de eso no puedo hacer. 

Por mi parte mientras se continúa la clase, voy redactando la tarea, al menos para no hacerla cuando salga del aula. Aprovechar el tiempo perdido, ahora me viene de perlas. Así que me centro en ello y continúo, por momentos un tanto pensativa, otros escribiendo a morir. 

En realidad, viven toda una vida.

Dijo Ralph, levantando la cabeza de los apuntes que estaba tomando. Apretó los labios al ver el hechizo contra aquel ser. Se preguntó si con un Incendio podía reanimarlo, pero como fuese era tarde para defender a la criatura, encima era su prometida, la misma que lo ignoraba, la que lo había hecho. No sabía si continuar.

Para un ser milenario, nosotros vivimos poco más de medio siglo, uno con suerte. Sentirá lástima de nosotros, pero nuestra vida es intensa.

No obstante, eso no le da derecho al ser milenario a acabar con nosotros.

Habló con rudeza. Él mismo disfrutaba de los experimentos. En entornos controlados. Se molestó en preguntar.

¿Incendio podría servir?

Siguió escribiendo, no obstante.

Había llegado a la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas y me acerqué a donde se encontraba Lucy y le saludé con la mano. La clase no tardó en comenzar y escuché atentamente al profesor Boronov, al parecer se solía salir durante esta clase, a mi no me importó ya que en el aula también me sentía cómoda. 

En cuanto el profesor comenzó hablar de la criatura comencé a tomar notas en la libreta que tenía sobre el escritorio, todos comenzaron a responder rápidamente e incluso vi como Daphne lanzó un hechizo de agua sobre la criatura y Lucy aclaró que la podía perjudicar por lo que se me ocurrió preguntar.

- ¿Hay algo que le pueda ayudar? - pregunté algo preocupada por la criatura.

Escuchaba cada aportación con esmero ya que parecía que los alumnos comenzaban a vislumbrar algo que no fuese serrín como cerebro. Cuando comenzaron a hacer preguntas Daphne invocó el conjuro aqumenti sobre la criatura lo que ensombrenció por completo mi rostro e ignorando al resto de alumnos me acerqué a ella al ver como la criatura se retorcía de dolor y se apagaba como la luz de una vela.

- Ya tienes tu respuesta ¿por qué no vemos si ahora tú aguantas lo contrario y te hago arder hasta que no queden de ti ni tus huesos, jovencita? Te librará saber quien es tu abuelo pero lo que no te librarás es que reste cinco puntos a Slytherin por tu maltrato hacia la criatura.

Templando mis nervios volví a mi posición inicial mientras cerraba la caja donde antes estaba el reptil.

- No señor Ward, igual que uno no puede resucitar a alguien solo por el hecho de alimentarlo. - miraba la caja con verdadera pena, esta criatura representaba mucho para mí y una insolente alumna había estropeado el momento. - Ya es todo por hoy, gracias a casi todos por vuestras aportaciones. Podéis marchar.

Clase de Estudios Muggle

Megu entra en el aula, era consciente que había llegado a lo justo, por lo que llego corriendo. Colocada en su lugar observa a los alumnos a los que dice cuando ve entrar:

Buenos días a todos… disculpad que haya llegado algo tarde, pero me he tenido que entretener unos segundos… la clase de hoy va a ser algo mas especial y sobretodo interesante.

Decía mientras hacia una pequeña paua y hacia un gesto para que prestaran atención a la puerta:

El señor Buzansky nos acompaña hoy, es un gran especialista en estudios Muggles del ministerio y estoy segura será muy interesante para todos.

Sándor entró por la puerta y saludó.

- ¡Gracias Megu! ¡Buenos días a todos!- dijo, mientras tomaba lugar junto a la profesora.

- Me llamo Sándor Buzánszky y, como dice la profesora Okada, trabajo para el ministerio como asesor, siendo los muggles mi especialidad. 

Os preguntaréis en que consistirá exactamente mi trabajo. Bueno...- hizo una breve pausa y comenzó a caminar entre ellos, por el pasillo central- Mi labor principal es proteger a los muggles de la magia, así como asesorar a los magos de como moverse en el mundo muggle y tratar con ellos. Por ello, es fácil encontrarme trabajando junto a lo aurores, o los desmemorizadores, mas no soy ninguno de ellos. Es un trabajo muy transversal que requiere mucha dedicación y... discreción.

-En mi país, Hungría, existe la tradición entre los Magos Oscuros de que la sangre humana sirve para muchos propósitos, ya sea de magos o muggles. Obviamente, la sangre de muggle es más fácil de conseguir que la de un mago así que son especialmente vulnerables. Pero también utilizan a los muggles para otros propósitos y experimentos y por ello existen agentes como yo, que nos infiltramos entre los muggles, aprendemos su estilo de vida, y les protegemos. 

Buzánszky se detuvo.

-¿Alguna pregunta, antes de continuar?

Linus ya estaba empezando a dar cabezadas en su sitio cuando la profesora apareció por la puerta algo apurada, un gesto que la hacía parecer más dulce e inocente dadas sus delicadas facciones y su pequeña figura. 

Le seguía un tipo alto que le resultaba familiar, aunque no sabía de qué ¿Lo había visto en algún lado antes? El nombre no le sonaba, sin embargo, cuando mencionó su trabajo, el chico alzó las cejas y le dedicó una penetrante mirada al tal Sándor. Proteger a los muggles de la magia…

-Yo tengo una pregunta señor Buzánszky- Dijo levantando ligeramente la mano, su voz sonó tranquila, como era costumbre en él. La curiosidad le pudo, quizás no tuviese ocasión de volver a hablar con ese hombre y ahora estaban en un grupo reducido- Cree que si los muggles supiesen de la existencia de la magia y de… nuestro mundo, ¿sería más fácil protegerlos?- Se mesó la barbilla manteniendo la mirada fija en el hombre, esperando su respuesta.

-No- contestó tajantemente Buzánszky, llevándose las manos a los bolsillos de su sempiterna gabardina- Los muggles son temerosos de lo que no pueden controlar y traería problemas públicos y a nivel político.

Antaño, la gente muggle era más conocedora de la magia, debido a la indiscreción de los magos, y hubieron terribles purgas, auspiciadas sobretodo por los cristianos, aunque también los magos han sido perseguidos por otras religiones. Pero no todo es religión.

En Hungría, hasta hace relativamente poco, la población muggle tenía la certeza de la existencia de la magia. Todo vino por la obra, hace cientos de años, de los Magos Oscuros, que se servían (y sirven) de ellos para sus propósitos. El caso más paradigmático fue el de la Condesa Erzsébet Báthory. A pesar de la intervención para protegerles, losmuggles tomaron sus propias medidas y en éstas no distinguen amigos de enemigos. Da igual lo que les expliques y demuestres: una muchedumbre furiosa y aterrorizada es como un rodillo gigante que aplasta todo por donde pasa. Es como el fuego cuando se extiende. Ya quedamos pocos magos en Hungría y alrededores, y de sangre pura muchos menos, por no decir ninguno.

Puede que todas las clases optativas fueran de mi agrado pero debía elegir y sin lugar a dudas Estudios Muggles era una de ellas debido a mi sangre mestiza, además los muggles apreciaban el arte tanto o incluso mas que nosotros así que buscaba verlas cosas desde su punto de vista además de el nuestro.

No sabía que esperar de la clase pero sin lugar a dudas lo último que se hubiera podido pasar por la cabeza era la llegada de un trabajador del Ministerio, Sándor Buzánszky, desde luego parecía un hombre interesante de conocer. El primero en intervenir fue Linus con esa pregunta que seguro mucha gente se había hecho a lo largo de la historia pero que tan mal había demostrado resultar siempre, nuestra última clase de Historia lo probaba perfectamente. La respuesta dada por Sándor se acercaba mucho a lo que me imaginaba, en cuanto termino de hablar levante la mano y espere a que me diera la palabra.

- ¿Usted cree que llegara un día en el que no hagamos distinción entre magos y muggles? Es decir que algún día toda la población del planeta llegara a ser mestiza y no habrá gente ejerciendo puestos de trabajo como el suyo.

Buzánszky suspiró.

-No puedo responderle a eso. Ójala así fuese, mas la diferencia de población entre unos y otros es abismal. En todos éstos milenios, en Europa sólo hay funcionando 4 o 5 colegios, a lo sumo. ¿Tú sabes cuántos institutos hay de muggles? Cientos de miles. Sólo en Londres no quiero ni pensar los que habrán. Pero está claro que los magos, para sobrevivir, tenemos que seguir mezclándonos con muggles, a pesar de los riesgos. 

¿Alguna pregunta más?- preguntó Buzánszky antes de proseguir y miró a Megu, por si tenía que añadir o preguntar alguna cosa en particular que quisiera que explicara a los alumnos.

Continuó.

- Para infiltrarse entre los muggles, la discreción es fundamental por lo que hay que restringirse el uso de magia y ser muy discretos cuando se usa. Por ello, aprendemos a conjurar el mayor número de hechizos posible sin pronunciar o sin usar la varita, y por supuesto deben ser hechizos cuyos efectos mágicos no sean evidentes a los ojos de un muggle. Por ejemplo, el hechizo Confundus resulta muy útil.

Mientras explicaba su trabajo, recordó que el rubio que le acababa de preguntar en clase era el galán que, en la cena de Navidad, se llevaba a las alumnas al balcón, una detrás de otra. Debería ser él quien debiera estar dando clase, pensó Buzánszky, al menos sobre mujeres...

- ...pero estamos demasiado habituados al uso de la magia y eso, en el mundo muggle, es algo que no nos podemos permitir. No podemos permitir que surjan habladurías entorno nuestro. Cuando se vive entre muggles, hay que adaptarse a su estilo de vida y usar su... tecnología. Alucinaríais de ver las cosas que crean los muggles sin el uso de magia.

La clase iba llegando a su fin y se detuvo para responder a las dudas de los alumnos. La señorita Okada le había permitido hablar prácticamente toda la clase así que dejó que ella misma la concluyera.

Linus no estaba de acuerdo con la respuesta de aquel hombre. Disentía claramente en lo que podría beneficiar o no a los muggles, pues ya no estaban en la edad media donde la religión tenía un peso enorme en la vida de las personas y todo lo desconocido era tachado de peligroso. Ahora estaban en un mundo más amplio, los muggles habían avanzado, hasta el punto de que se habían vuelto peligrosos para ellos mismos, pero también hasta el punto en que podrían quizás asumir que existía el mundo mágico.

Esas eran las razones por las que los magos debían hacerse cargo de la situación.

-No creo que fuese algo viable- Dijo respondiendo a su compañero- Como dice el señor Buzánszky la diferencia de población es abismal, solo unos pocos nacen con el don de la magia. Siempre existirá distinción entre magos y muggles, es algo lógico, los que tienen el don de la magia son… excepcionales- Mirando a Buzánszky continuó su intervención- Sin embargo, esa brecha podría reducirse a la mínima expresión si no los tratásemos condescendientemente, creyendo que puedan temer la verdad del mundo en el que viven, sino ayudándoles a comprender, guiándoles. - Parecía que iba a continuar, pero se cortó de repente, había cogido más fuerza de la que pensaba y ya había hablado mucho más de lo que quería. Cuando hablaba de sus ideales le costaba parar.

-No hay más preguntas por mi parte señor Buzánszky- Dijo más calmado, no en su voz, pues no hubo diferencia entre la entonación de estas palabras y su discurso, todas con un tono tranquilo y casi impersonal, pero si sus emociones.

Continuó escuchando tranquilamente las palabras del invitado con mención especial al hechizo que mencionó, no lo conocía, pero sabía en que consistía. 

Megu escuchaba en silencio las conversaciones, le parecía muy interesante lo que se estaba diciendo en esa clase, justo tras la última intervención de Linus comenta:

Personalmente me sorprende mucho la tecnología Muggle, pero no solo eso, también la capacidad que tienen de adaptarse y solucionar sus problemas… desde mi punto de vista esa es su gran fortaleza, su capacidad de adaptarse y cambiar, evolucionar, algo en lo que desde mi punto de vista nos superan en gran medida, ya que estamos muy… anclado en nuestras tradiciones, quizás demasiado diría yo

Sándor se acercó al rubio de Slytherin y apoyó el culo sobre el pupitre contiguo. 

- Guiarles...- dijo, casi en un arrastrado susurro, perfectamente audible- ¿Y eso no sería condescendiente con los muggles? ¿Y los magos? ¿Están los magos preparados para convivir abiertamente con muggles? La única diferencia entre magos y muggles es la magia. 

Se levantó y comenzó a caminar por el aula.

-La diferencia esencial entre magos y muggles es la magia, es lo único diferente en nuestra naturaleza. Lo demás, viene condicionado por el uso o no de magia. Ante la ausencia de magia, los muggles se sirven de su creatividad y habilidad para crear tecnología, organizarse... en definitiva, maneras de vivir más cómodamente sin usar magia. Megu tiene toda la razón.

Hay grupos e individuos muy poderosos en el mundo muggle, con gran influencia. ¿Creéis que aceptarían de buenas a primeras, que aparezcan unos individuos con poderes extraños a dictarles las reglas del juego? Creéis que no se sentirían amenazados por esos individuos que serían capaces de leerles literalmente la mente? ¿O que vete tú a saber qué?

Hoy en día, muchos muggles suspiran por que la magia existiese. Nada les haría más felices que saber que existe pero...- hizo una pausa-... si ellos pudieran utilizarla.

El miedo es irracional, manipulable, y haría imposible la convivencia consciente- concluyó Buzánszky-, tanto el de ellos como el nuestro.

- Buenos días, señor Buzánzsky. - Respondió Dana con una pequeña sonrisa. A pesar de las circunstancias en las que se habían conocido, la Gryffindor se sentía cómoda junto al hombre, y le alegró enormemente que se encontrase allí. La joven, además, admiraba su trabajo, tanto que, mientras que sus compañeros hacían preguntas, ella se limitó a escuchar atentamente. Compartía su punto de vista en prácticamente todo, conocía los modos de vida de los muggles, después de todo, ella era mestiza, y no comprendía la visión que tenían algunos magos de superioridad.

- Disculpe. - Dijo prácticamente sin ser consciente, más como un acto reflejo. Un ligero aire de inseguridad la invadió durante unos instantes, sus compañeros habían hecho preguntas muy interesantes, y, si analizaba la suya a conciencia, podía resultar demasiado simple. - De todo lo que ha conocido de los muggles, ¿qué considera que es lo mejor que tienen? Aparte de, como ha dicho la profesora Okada, su resiliencia. ¿Y lo peor?

Le alegró a Buzánszky ver a Dana de buen humor. Se mantuvo toda la clase en un segundo plano, sin intervenir, pero podía percibir que tenía puesta toda su atención, lo que espoleó positivamente al agente del ministerio para seguir con sus explicaciones. Le recordaba a las ruedas de prensa, en sus tiempos de futbolista profesional, con la salvedad de que esta vez hablaba de cosas de las que realmente le apetecía hablar. Por fin, la de Gryffindor habló. Se quedó Sándor un momento pensado.

-Quizás... su sentido artístico- contestó, finalmente- su creatividad. No digo que todos sean creativos artísticamente, algunos tienen la sensibilidad de un saco de cemento, pero sin duda sus artistas llegan a cotas que difícilmente se encuentran en un mago. Quizás porque su mundo es más complejo, y quizás también por todos los medios de los que deben valerse para expresarse. 

También su capacidad para cuestionarse las cosas. Los magos, en conjunto, somos más conservadores y autocomplacientes. Esto no tiene nadaque ver con tecnología sino en cuestionarse la forma en que viven. En realidad, no somos tan diferentes en ese sentido pero... ellos lo llevan más allá.

Pero estoy hablando de manera muy general. Ahondar en éstas cuestiones con precisión necesitarían unas cuantas clases.

Al llegar a la palestra, dio un brusco giro hacia los alumnos.

-¿Lo peor? Uhmmm... Quizás la desconfianza, el miedo a los extraños y lo extraño, sobretodo entre las personas más humildes. Y la codicia...

Claramente le parecía más condescendiente ocultar la verdad a alguien por creer que no está preparado para ella, que enseñar algo a una persona que está perdida. El planteamiento de Linus estaba perfectamente hilado, además de que el joven era como una roca cuando se convencía de algo, por ello Sándor y cualquier otro debían esforzarse mucho si querían hacer que dudase de su opinión.

Iba a contestar, sin embargo su compañera se adelantó cambiando drásticamente de tema. En el fondo se lo agradeció, no quería entrar en un debate allí, no por el momento al menos. Estoy aquí para aprender, no para convencer. No paraba de repetirse eso, pero las clases de Megu en ese formato de dialogo le dificultaban esa tarea.

No atendió a la respuesta que este le dio a Dana, únicamente a las últimas palabras. Ya tenía pensada su pregunta, algo que le resultaría útil en el futuro.

-Señor Buzánszky, ha hablado de que en su trabajo el hechizo “Confundus” le es muy útil. ¿Podría enseñarnos su uso? Por como lo dice es un hechizo bastante práctico y quizás pudiese servirnos en un futuro, si alguno opta por un trabajo semejante al suyo.

Al decir estas palabras puso su mejor cara de bueno e inocente, la cual dejaba mucho que desear. Sándor podía ver claramente lo que deseaba el chico, y no era encontrar un trabajo como el de él.

CLASE DE ESTUDIOS MUGGLE

Dana sonrió, estaba completamente de acuerdo con Sándor. Además, que éste reconociese la capacidad artística de los muggles, le hizo sentirse orgullosa. Desde niña había asistido a conciertos y ensayos de la banda de su padre, y recordaba todo aquello con gran cariño y admiración. De hecho, su progenitor había logrado, incluso, despertar una inquietud musical en la joven, y le había enseñado a tocar la guitarra, con quien, tras el... suceso, estaba intentando reconciliarse aún.

Se notaba que al investigador le agradaban los muggles, y que había puesto mucho empeño en conocerlos y entenderlos, algo que, siendo mago, no era en absoluto común. Comprendía, por experiencia, algunos de los argumentos de la comunidad mágica en contra de juntar ambos mundos, su propia familia se había roto a raíz de la llegada de su carta de Hogwarts.

- Concuerdo con usted, me gusta pensar que no todos los muggles tienen miedo a lo que no comprenden, - Dijo con tono algo más serio, más porque consideraba que el tema así lo requería, que por algún tipo de dolor emocional. - pero la experiencia me dice que es tal cual lo cuenta, y que, de hecho, tienden a atacar a aquello que les de miedo, eso hizo mi familia cuando supieron que tanto mi madre como yo éramos brujas. Aunque... bueno, juzgar a todos los muggles por los actos de unos pocos, es como decir que todos los magos somos asesinos porque Voldemort y sus seguidores lo fueron.

Antes de que el adulto pudiese responderla, uno de sus compañeros, Linus, realizó otra pregunta que, para la Gryffindor, no resultaba acorde con la clase, como manifestó en voz baja, aunque lo suficientemente alta para ser escuchada por todos en la sala. - Ignoraba que estuviésemos en clase de encantamientos... - Cierto era que el propio Sándor había nombrado el hechizo, pero se suponía que la clase tenía como objetivo conocer la realidad y las costumbres de la comunidad no mágica, no aprender hechizos que, aunque el muchacho pretendiese fingir, no se utilizarían con el objetivo que sus palabras habían reflejado. Sin embargo, si la profesora lo permitía, y el investigador estaba dispuesto, ella no pondría más objeciones.

Sándor hizo un gesto afirmativo a la intervención de Dana.

- No es tan difícil lidiar con muggles aislados pues, en el peor de los casos, siempre les pueden tomar por locos, pero cuando se trata de toda una sociedad... ahí se complica la cosa. Los medios de comunicación y la política muggles tienen mucha influencia sobre la población. Una campaña que aprovechase el desconcierto y desconfianza hacia los magos sería terrible para nosotros. Por muchos años que pasen, los efectos del miedo y la ignorancia en el ser humano siguen siendo los mismos- reflexionó.

Aquellas eran cuestiones que él mismo se había planteado desde que terminó el colegio y, en su fuero interno, pensaba que ójala ocurriese lo que planteaba el joven de Hufflepuff que había intervenido, la mezcla total.

El joven rubio volvió a intervenir, requiriendo una "parte práctica" del tema. Pero entre Dana Lawrence y su propia incapacidad para disimular sus intenciones le dejaron en evidencia.

- Cierto- contestó Buzánszky al rubio- es un hechizo muy útil, como tantos otros. No es especialmente difícil de conjurar discretamente y éste hechizo es buen ejemplo de ello. Mas, como susurra indiscretamente la compañera... no es éste el momento para su aprendizaje.

Le había resultado curioso y de su agrado que un Slytherin asistiese a Estudios Muggles, mas se preguntaba Sándor qué le motivaba a aquel alumno en particular.