Me puedes repasar quiénes de los que están allí hablan alemán?
Guardián: pues,que tú sepas, Moore y Charlene, pero a lo mejor hay más.
¿Gritaba? Acacia se encogió de hombros mirando a la periodista bastante molesta. No recuerdo nada de esos momentos, hay un vacío en mi mente. Recuerdo subir desde la gran sala del mapa, y luego volver a ella. Por cierto, señor Field, tuve la oportunidad de ver algunos de esos grabados en la gran sala del mapa, en ellos no se relataba la historia de los antiguos tan en general, como hemos visto en esta ciudad, sino la de una guerra, y la de la construcción de algo muy grande. No se si tenía que ver con la torre, aunque me figuro que si. Pero era grande a nivel geológico: había planos de la cosa que más bien parecían mapas del continente. No vi mucho más que eso, fueron Meyer, Sutton y Pooster los que se fijaron más, y no están con nosotros. Puede que algo de lo que vieron Meyer y Sutton les indujo a bajar por ese pozo.
Priestley miró con resquemor a Menez, que se dedicaba a hacer amigos a marchas forzadas. Murmuró algo así como: yo lo que quiero es largarme de aquí, pero nada más.
Miles en esos momentos se estaba ocupando del avión, así que no tuvo oportunidad de confirmar o desmentir la historia de Menez.
Si contamos con la gente que falta, ese otro cuerpo debió pertenecer al pobre Hirsch, que fue el primero que desapareció. Seguramente le raptaron el primero. No comentó las palabras de Menez, pero tomaba nota de todo con su menuda caligrafía.
Yo poco tengo que contar. Me quede aqui como me dijerton, pero observe que habia cambios meterologicos nada normales ni previsibles, las nubes salian de la ciudad y un agran tormenta se formo ante mis ojos. No pude mas que cogher a mi compañero y buscar refugio para poder aguantar el frio y la nieve. Nos metimos en el iglu, pero la condensacion de oxigeno crecia y fuera estariamos muertos. Deje alli a nuestro amigo, esperando que fuera la mejor solucion y trate de buscar ayuda, me decidi a salir para encontrarme un ovillo de cientos de pinguinos albinos graznando. Huian de algo, se oia el miedo.
Me asuste y tras ello corri pero resbale y me golpee de nuevo, cai por una rampa extraña y me encontre dentro de los edificios malditos, solo pude tratar de salir de aquella sala viscosa que parecia mas bien una traquea o algo vivo. Alli estaban cientois de pelotas gomosas como estas. Busque como volver a la superficie, note un temblor y pense que moriria alli. Tras ver la luz natural del cielo, solo pense en volver y tratar de encontrarles, para explicar que nada bueno puede acaecer aqui, es el infierno en la tierra.
Solo se que mis pies estan helados, yo medio muerto, aterido, dolorido y magullado, aqui solo hemos encontrado muerte....
Vaya, vaya... parecía que, al fin y al cabo, los que más habían terminado enterándose de lo que estaba pasando eran Charlene y él mismo.
Y eso que nos hemos dado a la fuga a la mitad de la exploración. Me pregunto qué habrán llegado a ver Sutton y Meyer... y me pregunto si algún día volveremos a verles y podrán contárnoslo.
Bueno, y ahora, ¿qué? - Preguntó Chester. - ¿Simplemente nos damos la vuelta y nos largamos de aquí? ¿Así, sin más? ¿Sin ni siquiera esperar a Sutton y a Meyer? ¿A usted qué le parece todo esto, Señor Moore? Al fin y al cabo es usted lo más parecido que nos queda a un líder.
Chester realmente querría esperar a Sutton y a Meyer, y deseaba con desesperación volver a la torre para buscarles. Pero sabía que su cordura colgaba de un hilo y volver allí dentro era no arriesgado, sino directamente suicida. Pero si alguien más se presentaba voluntario para entrar... tendría todo su apoyo.
- ¿Esperar? ¿Estamos locos o qué?- Bueno, sí, lo estaban, unos más que otros.-¿Cuanta gente más quiere que muera en estas inhóspitas tierras?- La muerte de Pooster le dolía como una lanza penetrando sus entrañas. Al menos no tendría que mandarle condolencias a su familia pues no conocía manera de mandar correo entre planos.- A mí también me gustaría esperar a Sutton pero ese Meyer...- Su animadversión por los alemanes iba en aumento. Eran los culpables de todo.-Ellos sabrán por qué demonios no salieron de allí corriendo, como hicimos todos los demás. De todas formas hay dos aviones. Los que quieran salir de aquí con vida podríamos irnos con el Belle. Hay un hombre que necesita atención médica urgente.- Le daba exactamente igual que Rucker muriese allí mismo pero podía hacerse la compungida y usarlo como excusa para salir de allí de una vez por todas. La periodista se dirigió entonces de nuevo a Moore, igual de flemático que siempre.- Sr. Moore, tengo que hablar con usted, en privado. Picwell, le necesito también a usted.
Moore observó a Field, molesto. No tenemos combustible para volver a hacer ese viaje, tampoco oxígeno. Quizá, si nos reabasteciéramos en el campamento Lake se podría hacer, aunque no se si tenemos combustible para volver todos a la costa luego. Recuerden que son varios viajes. Desde aquí no podemos hacer nada. En todo caso, y por lo que ustedes describen, dudo que los encontráramos vivos. ¿Ahí aislados, sin oxígeno, con pocos víveres, con varios de esos seres y con uno de sus servidores, al menos? Nosotros hemos visto uno de los servidores. Uno de los salvajes, de los que tenían la molesta costumbre de rebelarse, según los grabados. ¡Era enorme! ¡Enorme! No bastaría con una expedición de rescate que no fuera muy numerosa y bien armada.
Moore se acercó luego a Menez y a Pickwell y se los llevó a un aparte. Apresúrese, Menez, no tenemos mucho tiempo para estas reuniones, se le oyó decir. ¿Qué desea?
A expensas de lo que quiera Menez, podemos hacer como que la conversación general sigue tal cual, no nos vamos a parar en sutilezas narrativas. Entendemos que el aparte tiene lugar, y la conversación general también. El que quiera hablar en apartes con uno o más de los presentes, que lo diga también. Y el que desee escuchar a hurtadillas, claro :)
Por el momento, Menez y Pickwell que se pongan como destinatarios aparte en ese parlamento en concreto.
Yo estaría dispuesta a organizarlo. Tenemos gente en el campamento Lake, y tenemos dos aviones.
Cuando Moore le dio su visto bueno, la periodista se llevó a los dos hombres a una zona apartada donde pudiera hablar sin preocuparse de oídos indiscretos. El por qué había escogido a aquellos dos hombres no era una decisión poco razonada. Field y Charlene estaban en un estado lamentable, adormecidos, agotados físicamente y débiles psicológicamente. Necesitaba a gente con la cabeza fría y , en eso, no cabía duda de que Moore era el mejor. Picwell estaba allí por pleno derecho, él había sido quien había conseguido los documentos.
- Mientras los demás fueron a la torre tuve algo de tiempo de revisar bien los documentos que el Sr. Picwell consiguió de Kyle Williams...- Se ahorró calificativos hacia el traidor,no era el momento.-Son tres.
La mujer hizo una pausa mientras decidía cómo seguir.
- Me atrevo a decir que son notas de Kyle Williams y que, si lo que pone ahí es cierto, y yo ya no tengo por qué dudar de nada, podría haberlo usado para provocar el incidente en el campamento Léxington. Quizá provocara con eso la locura de esos dos hombres, Bradbury el cocinero y Dinsdale el otro piloto, los que se pusieron a pegar tiros. Si recuerdas el Sr. Field encontró unos pelos chamuscados. Hay una foto de las que hizo que muestra una especie de piltrafa de entre las muchas que había mezcladas con la nieve. Parece ser que de esa piltrafa salieron los pelos chamuscados que encontró Chester. También recuerdo que Chip Hooper me contó que esos dos habían estado teniendo pesadillas. No creo en las coincidencias.
Por si no fuera poco lo que ya había soltado por la boca, Menez tenía algo más que contar.
- No podemos fiarnos de los alemanes por si aún no les ha quedado claro y, como consecuencia de ello, tampoco de la Lexington. Ella está relacionada con ellos, ya sea a la fuerza o por su propia convicción. Cuando Rucker cayó, y por supuesto tras atenderle debidamente, me tome la libertad de registrar sus cosas. Su documentación también estaba ahí, en un rincón seco y profundo de la mochila. Uno de los documentos era una especie de carné con un sello en forma de águila prusiana que tenía una svástika en sus garras. Es un símbolo de los budistas pero estaba espejada, como una imagen especular. ¿Le dice algo eso? No sé si tendrá demasiado que ver pero también le escuché decir cosas feas de usted Sr. Moore. Bryce me lo tradujo. Le llamó negro.- Ya lo había soltado. Ella sabía el por qué pero quería ver cómo reaccionaba Moore al respecto, aunque podía imaginárselo. No iba a decir nada.
En ningún momento hago ademán de enseñarles los documentos ni decirles donde están.
Hablo en susurros para hacer más difícil todavía que nos escuchen otros.
Mira cómo me apresuro, tanto que me crucé contigo
Guardián: es de sobra conocido el símbolo de la svastika como perteneciente al partido nazi. Hitler ha ganado las elecciones justo en 1933. Vamos, que sabes de sobra que es un carné del partido nazi o algo relacionado con los nazis :)
Charlene había permanecido algo ausente durante la narración de sus compañeros; su estado era a todas luces deplorable. Incluso parecía tener alguna dificultad en mantener conscientemente la atención en lo que se decía, lo que no era muy alentador, teniendo en cuenta que habría de colaborar de manera activa en el manejo de uno de los aviones.
Se limitó a asentir aquí y allí durante el relato de Chester, y le dirijió alguna mirada extraña en algunos momentos, pero no le interrumpió ni quiso matizar o corregir nada de lo que contaba. Parecía tener, sencillamente, la cabeza en otra parte. Sin embargo, acertó a susurrar algunas palabras:
No deberíamos olvidar lo que esa criatura hizo a lo que era evidentemente el sistema nervioso integro del Sr. Pooster. Sencillamente lo aisló, y se lo llevó, con algún tipo de propósito que desconocemos - articuló con esfuerzo, el temor pintado en el rostro - Ni el sentido de la paranoia de Halperin, quien cree que esos seres podrían hacernos portadores de algún tipo de mutación; no he notado nada en ese sentido, pero no hay ningún biólogo en el mundo que pueda afirmar que no hayamos sido infectados de alguna manera. Deberíamos tenerlo en cuenta. Planteemos una cuarentena, y observemos. Sé que será difícil, pero... - su voz tomó una textura de enorme seriedad - debemos ser estrictos en esto. Desconocemos los procesos de entrada, establecimiento y diseminación, así que solo podemos estar a la expectativa. Quizá las vidas de muchas personas dependan de esto...
Informaríamos por radio, antes de llegar, para que puedan estar preparados... - terminó, agotada - Podría no ser nada, pero, ¿Cómo estar seguros?
Chester no había pensado en ello. ¿Era posible que estuvieran infectados de una enfermedad desconocida e indetectable? Por si no tenían suficientes motivos de preocupación, ahora se le sumaba una sífilis venida del espacio exterior. O de hace diez millones de años, quién sabe.
Pero ya se ocuparían de eso al regresar; por lo que había dicho Acacia, parecía que al fin la damisela podría ser de ayuda.
Pues si la Señorita Lexington está dispuesta, yo creo que esto es lo que deberíamos hacer. Volvamos al Campamento Lake, nos reaprovisionamos y desde allí decidimos a ver quiénes vuelven en misión de rescate - si es que aún la vemos plausible - y quienes regresan a la civilización.
El espíritu de Chester estaba a favor del rescate. No le gustaba dejar a dos valientes - aunque algo inconscientes - exploradores atrás. Pero sabía que su cerebro no aguantaría ni un minuto más dentro de la torre, con sus escalofriantes visiones y aún más temible habitantes. No, por desgracia, tenía que regresar y ponerse a salvo, al menos hasta que hubiera recuperado parte de su propia cordura.
¿Puedo Psicologizarme a mí mismo para recuperar cordura? :P
Guardián: El doctor Green es un buen psicoanalista, pero la recuperación de cordura es algo que toma meses. En realidad, lo más rápido, en lo tocante a reglas, para recuperar cordura, es vencer bichos o enamorarse :)
Eso señala únicamente a los alemanes, Menez, dijo Moore. Si Kyle Williams y nuestro propio Jonás nos hicieron perder equipo, redundó en su beneficio, ya que no tienen aviones capaces de cruzar esta cordillera, y cambiaron gasolina por plazas en el avión de Acacia. Conociendo, por los textos robados, qué había al otro lado, es lógico que buscaran hacernos daño para luego venir a "salvarnos" de la escasez. ¿No le parece más plausible? De lo contrario, Acacia se hubiera asociado con ellos desde el principio, y no le tendrían que haber robado nada. Pienselo bien, Menez. Acacia estaba clavada en la costa sin el concurso de los alemanes, por culpa de Kyle, no tenía otra alternativa que llegar a un acuerdo. Primero lo hizo con nosotros, es cierto, pero ya sabe lo mal que se llevaba con James y creame, eso es verídico, y viene de hace mucho tiempo. No ha sido teatro.
Pero, además, tenemos que asociarnos con alguien si es que deseamos ir al rescate, que no lo tengo nada claro, por cierto. No tenemos suficiente combustible ni oxígeno.
Y ahora venga a la reunión, que ya bastante desconfianza hay sembrada en el aire como para que nuestros apartes no provoquen más.
Tirada oculta
Motivo: psicología menez
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 90 (Fracaso)
Moore volvió tras hablar unas palabras con Menez. Pickwell no había dicho nada. Llegó a tiempo de escuchar lo que decía Charlene.
¿De verdad teme una infección, Whitston? Eso es algo muy serio. En cuanto lleguemos, nadie se acercará a los compañeros. Pediremos que nos pongan las tiendas aparte, y el material. Ponga por escrito un protocolo de emergencia de inmediato. Iremos radiando las instrucciones necesarias al campamento Lake antes de aterrizar. Ahora mismo esta tarea tiene prioridad sobre cualquier otra. Cuando lo tengamos bien organizado, ya al otro lado, veremos si volvemos a la carga.
¿Están listos los aviones? ¡Andando, entonces! Miles había hecho el gesto de OK desde la portilla del Boeint, con lo que, sin más, Moore se metió dentro, esperando que todo el mundo hiciera lo mismo.
Y ahí había quedado la conversación, para ser completamente asfixiada con el rugido de los motores.
Las cimas de las montañas no eran las mismas que cuando vinisteis. El valle en si, las laderas: eran iguales, pero ahí donde los pináculos estrechos y afilados habían literalmente rascado el cielo, ahora había cimas redondeadas. Demasiado frágiles, quizá, para soportar un terremoto, por muy leve que hubiera sido. Y había más: muchos de las cavernas excavadas en aquellas horripilantes montañas ahora presentaban grandes carámbanos de hielo que antes no estaban, señal de que de ahí habían brotado vapores en gran cantidad.
El cielo al completo estaba pintado de un delicado color lila. Los pilotos vigilaban, preocupados, los indicadores del nivel de combustible. Todo el mundo estaba utilizando las últimas bombonas de oxígeno. El viaje, al menos esta parte del viaje, llegaba a su fin. Pronto el Belle y el Weddell llegarían al punto más alto del gargantuesco puerto de montaña que estaban atravesando. Y al otro lado estaba el mundo conocido.
Fin del episodio.