CAPITULO 7
Sobre lo pasado por los Dementes en su viaje.
Versión Chester
Esto es lo que los nativos llamaban "La puerta de la Luna". Era una de las muchas estructuras en ruinas que encontramos cerca de un poblado llamado Tihuanaku. Allí estaba el cuerpo decapitado, descuartizado y desollado de un hombre. Su cabeza había sido vaciada de su contenido, y todo su cuerpo estaba cubierto de la sustancia que les he dicho antes. Créanme, no es algo ni especialmente interesante ni algo que les ayudará a dormir por las noches. Olvídense de las malditas fotos.
Puedo asegurarles que Dom tomó varias muestras de los materiales que encontramos allí. Las guardamos en tres tarros: en uno había unas venillas con una sustancia translucida que las contiene, en otro una sustancia más bien ocre y en el tercero algo de la sustancia donde estaba sumergida la cabeza.
Versión Pickwell
Lo que de verdad me altera es el comentario de Chester, recuerdo como si fuera ayer lo que vivimos en La puerta de la Luna. Amigo Chester, esto no se parece a aquello, para empezar esto parece estar de una pieza, lo que vimos tenia la cabeza separada del cuerpo y sumergida dentro de aquella gelatina con innumerables hilitos conectados.
La cabeza del Sargento Lumula estaba inmersa en este fluido que ademas tenia cientos de hilillos como si la conectaran a otro sitio. tome muestras del fluido y de los hilillos. como no teniamos nada con que trasvasarlo a los botes use mis propias manos, una temeridad porque no sabiamos que podia pasar, pero la cabeza parecia estar perfecta por lo que no crei tomar mas medidas. Al cabo de un rato, ya cuando ibamos a irnos creo recordar que fue Chester quien me advirtio que mis manos estaban cambiadas, diferentes, y asi era, la piel que habia estado en contacto con el fluido estaba regenerada, como las manos de un recien nacido, no tenian durezas, arrugas o cualquier otro signo del paso del tiempo.
Datos del master:
Me apiadaré y te daré algún detalle más, Pickwell: la cabeza estaba inmersa en ácido, claro, pero además le habían destapado la coronilla como su fuera una tapadera y le habían extraído el cerebro. Los hillillos eran de cobre.
Chester: recuerdas perfectamente que la mujer aquella llevaba ropas típicas del lugar: los andes. Si que tenían muchos colorines, pero eso no es únicamente típico de las culturas gitanas. O sea.
Nota Menez. La señora esa hablaba romaní.
Charlene:
Esa muestra debió ser algún componente orgánico, pero está infestado de protozoos muy comunes. No ha hecho falta ni media hora para que lo viera con toda claridad, ¿sabe? Bueno, era la fauna clásica, algas, hongos, bacterias. Putrefacción de lo más vulgar, aunque el medio ha debido ser altamente nutritivo, porque la concentración era enorme. Charlene había mirado la muestra venida de los andes por si acaso ahí mismo. Los grumos verdosos parecen óxido de cobre.
Inciso sobre las muestras del Waraloo.
No adelantemos acontecimientos Aramiker, querida, esas muestras de carbonilla que me has dado podrían ser quemaduras de ácido o de base, quién sabe. Para que lo entienda mejor, una base es... bueno, pareció pensar que iba a quedar de lo más pedante ponerse a dar explicaciones. Que podría ser cualquier otra cosa. Pero este análisis es algo más complicado, necesitaría ir al campamento base con todas las muestras que podáis darme, y puede que no tengamos el equipo necesario. Se hizo recopilación de todas las muestras posibles y por haber.
CAPITULO 7
Piscwell informa a Menez de que tienen fotos que podrían servir para identificar a algún "infiltrado"
La verdad es que nunca deje de estar alerta y como precaucion en su momento le pedi al señor Field que fotografiase a las personas que se concentraban cada vez que llegabamos a tierra, la idea era detectar personas que pudieran seguirnos, con el fin de localizar al saboteador que nos tenia en jaque desde New York.
Estas fotos, hasta el momento, no las hemos revisado a conciencia, por lo que nuestro espia podria estar perfectamente camuflado con nosotros aqui y ahora.
(Lexinton) Tony Hopewell Respuestas de Hopwell a Pooster y Menez.
Hopewell entró tranquilo en la conversación, animado y también ligero, ya que los guías habían unido criterios de actuación y todas las directrices estaban consensuadas en grupo entre Sikes, Maggie y Tuvinnen, así que también la gente de Lexington llevaba ropas más ligeras. Aun así se notaba que hacía un esfuerzo considerable por mostrarse cordial.
Ah, Menez. Si que nos hemos copiado, si. ¿Cómo le va? Aquello fue un jaleo. Yo estaba pidiendo ayuda cuando una bala perdida atravesó la lona de la tienda y ya ve. Me atravesó el hombro. Un poco más abajo y me abren otro agujero para respirar. Esos dos locos no saben lo que es tener pesadillas como yo he tenido desde que era niño. Si que es verdad que esta tensión nos estaba afectando a todos, pero ese incidente debe haber sido algo así como una liberación, porque yo por lo menos ya estoy mucho mejor. ¿Que no sabe lo que pasó? El cocinero y otro se volvieron majaras y se pusieron a disparar al aire.
¿Johnson? No, ese es un cazurro. El otro radio es Schmidt. Este es un hombre para todo. Un peón. Johnson no sabe por qué lado se coge un micrófono. Es europeo, así que a saber qué idioma habla. Ni idea. Creo que trabajaba en un circo, fíjese. Tendrían que hablar algún idioma de esos con alguien de su país, sea el que fuere, y haría de intérprete.
Pfff, seguro que también está enamorado de Acacia. No. No parece un tipo que tenga mucha imaginación, no creo que lo lleve mal. En todo caso, como es tan inexpresivo... Está convencido de que los malos son ustedes, eso lo tengo claro.
Schmidt, claro, le gusta hacer fotos. Venga, Menez, que no somos tantos. Está en la barrera. Desde ahí tiene que repetir los informes de Acacia por duplicado. Ya sabe, con todas estas interferencias cada transmisión es un dolor.
Los radios solían estar "de guardia" pero no significaba que tuvieran que estar pegados a la radio como gallinas a sus polluelos. Sencillamente eran responsables de que funcionara. Solían poner los altavoces a tope para escuchar por si acaso llamaban y se quedaban más o menos a mano. Cada transmisión aquí, en las montañas, tenía bastantes problemas, así que tenían que hacer bastantes trabajos, buscando frecuencias óptimas según le diera al campo magnético fastidiar unas u otras. En ocasiones habían tenido que comunicarse mediante morse con la barrera para acordar el cambio en la frecuencia, dado que las palabras eran imposibles de escuchar.
Dominique Pickwell Sobre el aparato que intentaban contruir los carambolos
Tengo casi la certeza que los anteriores inquilinos querian construir algun tipo de aparato, mas o menos como esta haciendo Peabody con sus runas, esta noche en mi guardia vere a ver que descubro.
Timoty Pooster Sobre los soggoths
Es posible que entre los cadaveres enterrados en el hielo o en la cueva, podamos hayar a los terribles siervos de los dioses antiguos, los soggoth.
Son criaturas musculosas y gigantes, agresivas, raudas y certeras en su mision, de piel certina, grisacea. Si veo alguno lo podré identificar sin ningun genero de dudas, se de lo que hablo amigos,m he tenido un pequeño despertar en mi memoria, de estudios y hechos que tenia por olvidados.
Alex nos ha dado la pista, sus palabras "Soggoth Tswa - Tekkelili Soggoth Tswa..." me han traido el recuerdo, un sonido parecido al de las gaviotas avisa de su advenimiento, de su llegada, y haria palidecer al mas osado, creanme.
(Starkweather-Moore, científico) Avery Giles. Cotilleos
Bueno, el jefe está por ahí. Te señaló a Myers que trataba de animar un poco a Sutton. Morehouse y Timothy han discutido, ¿sabes? Por eso Tim no ha venido. Me da a mi que Morehouse es un sarasa de tomo y lomo, y que Tim no entra por el aro. Creo que hasta ha intentado que Green lo tratara con medicamentos y eso, y el doctor se ha negado. Pillé un trozo de conversación, y el doctor decía que eso no era una enfermedad, que qué tontería y que si no le daba vergüenza.
Laroche, el otro día, intentaba escuchar alguna conversación, pero había muchas interferencias. Sin embargo me parecía que hablaban en alemán. Fue ayer por la noche. Una de las voces podía ser femenina, pero no estoy seguro. Pero a mi no me metieron en el ajo. Sin embargo estaba Morehouse también escuchando. No se porqué me excluyeron. Pensarán que soy un cotilla, añadió ofendido, pero no es verdad, no señor.
Conversación con Morehouse Bryce
Morehouse no estaba en su mejor momento. Cuando Menez le preguntó se encontraba mirando al suelo y apretando los puños, como si pensara algo desagradable. ¿Eh? Levantó la vista. Ah, lo de los alemanes. Teníamos muchas interferencias, la verdad, casi no escuchamos nada. Mencionaron el avión. El Belle. Pero eso lo reconocí en medio de un montón de pitidos. También siguieron hablando de materiales, pero creo que ya no era importante. Supongo que han llegado a un acuerdo con respecto a alguna otra cosa diferente, que han intercambiado algo más que keroseno, pero no se muy bien qué es.
Si. Acacia. Creo que estoy seguro que era ella. Y el mismo hombre de la otra vez. O eso decía Laroche. Pasamos bastante tiempo junto a la radio y pude escucharla en circunstancias más fáciles para la comunicación, así que pude reconocer su voz casi seguro, en realidad. Bueno, no hay más mujeres en su expedición ¿no? Verá, hablaban de cosas técnicas, "altitud", por ejemplo. Parecía que los alemanes no tenían "altitud", Flughöhe y buscaban algo así, algo que Acacia si tenía. Lo declinaban como si fuera un sustantivo, algo que se puede poseer, aunque parezca una tontería. Se podría decir también algo así como "altos vuelos" Después de saber cómo llaman a las partes de los barcos o de los aviones desisto de saber qué puede querer decir eso. Como es traducción literal, a saber si es una frase hecha que significa otra cosa completamente distinta a lo que parece. Es que el lenguaje técnico es difícil. Ella, curiosamente, no necesitaba todo lo que le ofrecían, hasta que dieron con algo que si, pero no comprendí muy bien todo eso. Acacia es una negociadora dura, muy dura. Les tuvo al aparato mucho tiempo.
CAPITULO 8: Llegan los alemanes.
Conversación con Pooster. No tiene desperdicio.
Flasback------
Tim consideraba a menez muy especal y decidió confiar en ella, aunque le supusiera poder perderla, creyendole un loco.
Señorita, como decirselo. Hay cosas que damos por supuestas y no son verdad, cosas que para usted son ciertas y empiricas, pero que en realidad no lo son, son mundos aleatorios y que coexisten.
Usted me ha conocido en estos dias y ha podido ver que no soy un necio ni un loco. ¿Me cree Menez, puedo confiar en usted?
He vivido unas experiencias durisimas, junto con Alex y no se si me podra entender en esto. Veamos...
Pooster hace una pausa, arregla sus ideas y bebe un poco de agua.
Lo que le voy a decir es duro de digerir pero usted me ha demostrado que esta hecha de otra pasta, es fuerte y sabe de lo que le voy a comentar, aunque solo lo intuya.
Alex y yo no somos de este mundo. No, no se equivoque, no es que seamos extraterrestres, somos extra planares.
Hemos estado viviendo nuestra realidad pararlela, pero la nuestra real, hasta que vivimos el fin del mundo.
Un final duro y amargo, del que nos salvamos gracias a un espiritu, el mismo que atormenta a Alex hoy en dia. Es su padre. ¿como se encontraria si todo lo que tiene a su alreddedor desapareciese de la nocha a la mañana? si todo en lo que cree se devaneciera como el humo?
Asi estamos, señorita, con un desarraigo tremendo, hemos perdido a familirares y amigos.
Lo mas duro es que en este plano, se nos reconoce, yo sigo siendo profesor de la universidad pero nada de mi pasadao ha sido lo mismo.
Hay gente que ha desaparecido de nuestra vida, siendo amigos desde la niñez, aqui simplemente no existen o no nos reconocen. Yo he visto cosas que en este plano no estan y otras que si, es para perder la cabeza.
Otras personas estan aqui y siguen su vida, sin percibir nada de lo acaecido.
Hay otros planos, otras dimensiones, señorita.
Yo he visto vivos a estos horrores que hoy diseccionamos, se lo que son capaces de hacer los esclavos de los antiguos. He podido verles actuar, en vida, tras un viaje a traves de un portal temporal.
Se demasiadas cosas que no se si querria saber.
Aun tengo mi cordura intacta, pero Alex flaquea y se esta diluyendo como un azucarillo en el cafe, lo estoy perdiendo y es lo unico que me queda de mi pasado.
La voz de Tim tituvea por un momemto
No se que puedo hacer, es demasiado hasta para mi tratamiento.
Es duro, muy duro. He visto morir a todos, a TODOS.
Fue una hecatombe mundial, Nueva York hecha cenizas, todo derruido. Sigue en mi cabeza y no se puede borrar.
Las manos de Tim comienzan a temblar y se le ve muy afectado, apesadumbrado y en cierto modo, hundido.
Puede que el unico Pilar que tengo, junto a Alex, se derrumbe igual que el y me quedaria solo, espero que sepa ver la veracidad de mis palabras.- Piensa Tim mientras hunde su cabeza en sus manos abiertas.
Conversación con Morehouse Bryce, sobre lo que ha dicho el alemán Doctor Maxwell Rucker sobre Moore
Le ha llamado sucio negro, señorita Menez. ¿Usted entiende algo? En un aparte, y antes de la reunión con Meyer, Bryce había dejado caer esas pocas palabras en el oído de Menez.
Convsersación con William y "Rucker" durante la guardia tras el sabotaje de la perfioradora.
Kyle sigue amablemente la conversación de Menez. "Claro" y "ahá", son sus respuestas más comunes. Se volvieron locos, dicen, y la armaron a tiros. Yo casi ni me enteré hasta que todo había acabado. Había estado de guardia con el Belle, tardé en despertar y, bueno, ya sabe que ponerse estas ropas lleva tiempo.
Tras su actitud amigable se adivina mucha tristeza, sobre todo cuando pasáis en vuestras rondas por el campamento Lake. Se nota enseguida que le da mucha pena lo que pasó aquí.
Qué horrible, ¿verdad? Pobres muchachos.
Fotografías de Chester
Las primeras de la serie representaban a un hombre tumbado en la hierba pisoteada. Sus miembros habían sido cortados con mano diestra, cortes longitudinales que habían dejado al descubierto los juegos de músculos y tendones intactos. El torax tenía cortes a lo largo de las clavículas, que se unían con un corte desde el centro del cuello hacia el ombligo, donde se unían con otro corte horizontal. Este juego de cortes había servido para separar toda la piel del torso y el abdómen como si se tratara de una camisa, dejando al descubierto, como en las extremidades, la musculatura. Faltaba la cabeza.
Toda la piedra y el cadáver estaban cubiertos por una capa de una extraña sustancia. Era translúcida, y aquí había conservado su estructura mucho mejor que en los pequeños rastros encontrados por Gunnar. Dentro de la sustancia se podían observar algunas venillas de material más opaco, muchas de las cuales penetraban en la carne.
La otra serie de fotografías mostraba la cabeza cortada encima de una piedra plana, apoyada sobre el cuello, que estaba sumergido en más sustancia ocre y apagada. Pero en este caso, había muchísimas más venillas, y mucho, pero que mucho más organizadas y complejas. Salían y entraban del cuello, de las orejas, de las fosas nasales, de la boca y de los ojos (la cara tenía un gesto de terrible sufrimiento, se transparentaba bajo la sustancia). En la parte alta de la cabeza, con un corte increíblemente perfecto, redondo, había sido levantada la tapa de sus sesos. La cabeza estaba vacía por dentro.
Peabody confiesa haber sido el del sabotaje de la perforadora aunque dice no tener nada que ver con el del oxígeno.
RESUMEN del texto de Dyer y Danforth
1.-Dyer ocultó la verdad de lo sucedido en el campamento Lake en los informes radiados a la opinión pública.
2.- La causa de la muerte de los expedicionarios de la Miskatonik no fue una tormenta, como hemos podido comprobar, ni tampoco un ataque de locura de los supervivientes.
3.-Todo lo relatado por Dyer en este texto sobre de la primera inspección de campamento Lake concuerda con lo encontrado por nosotros.
4.- Se encontraros 14 especímenes (carambolos), 6 en peor estado y 8 mucho mejor conservados. Los 6 en peor estado enterrados en posición vertical siguiendo el patrón de una estrella de cinco puntas.
5.- Tanto los experimentos realizados por Lake como por Charlene muestran una extraordinaria capacidad de adaptación(capaces de vivir bajo el agua, volar, y desplazarse por tierra) de la especie así como una resistencia inimaginable hasta ahora dada su antigüedad.
6.- Al parecer, 8 de los especímenes, los que estaban en mejor estado, no estaban muertos sino en una especie de estado de hibernación del que lograron restablecerse, acabando con la vida de los expedicionarios del campamento. Cuánto tiempo llevaban así, es una incógnita.
7.- Tanto los experimentos realizados como el relato de Dyer demuestran que dicha especie posee una inteligencia comparable sino superior a la nuestra, dentro de las diferencias que puedan encontrarse entre miembros de especies diferentes.
8.- Prueba de esta inteligencia fue que se llevaron a el único desparecido oficial, Gedney, y a uno de los perros. No hay prueba alguna de maldad, sino de una curiosidad innata en una especie inteligente por conocer cómo funciona algo desconocido para ella.
9.- Existen pruebas gráficas de que tras la Montañas de la Locura se encuentra una ciclópea ciudad, antigua residencia de lo que fue, al parecer, el apogeo de dicha especie.
10.- Dyer y Danforth sobrevolaron la ciudad y aterrizaron, explorándola durante algunas horas. Tomaron fotografías y realizaros dibujos de los grabados y las construcciones existentes. Descubrieron la existencia de otras especies, como la de un pingüino albino y ciego de enorme tamaño. Allí encontraron el cadáver de Gedney y del perro que faltaba, el material ausente del campamento (tiendas, trineos, provisiones, etc) así como rastros de los Carambolos desaparecidos. Algunos de ellos habían sido atacados y dados muerte por alguna otra especie de naturaleza no determinada. Se les denomina en el texto Shoggoths (nota Menez: podrían tener cierta similitud por lo descrito con lo encontrado por lso Dementes en su viaje)
11.- Decidieron volver apresuradamente y no contar lo sucedido allí para no estimular a otros a investigar la ciudad, dispuestos a hacer todo lo posible para ello. Esto los coloca como principales sospechosos de la cadena de sabotajes sufridos por nuestras expediciones.
Regreso brevemente para poneros el texto que ha encontrado Sutton.
Mmmm, interesante según este escrito en el campamento de los alemanes se debería encontrar el resto del manuscrito de Poe, o eso o lo tiene la señorita Lexington a cambio de su ayuda.
Error: el texto está ahí mismo, tras la primera hoja, que es más bien una nota. Recuerdo cuál es:
Añado las siguientes páginas para que tengáis qué leer en mi ausencia. La semana que viene ya tendré ordenador, espero. Es evidente que, aunque podáis ir leyendo como jugadores, por ser mucho texto, solamente podéis rolear que vuestros pjs lo han leído cuando así haya pasado on rol. Son los capítulos perdidos de la Narración de Arthur Gordon Pym, of course. Disfrutad.
CAPITULO 9: Al otro lado de las montañas
En el viaje en avión tienen problemas con el olor de las botellas de oxígeno.
Que la ciudad está desierta queda patente. Todo es desolación. Nada hay entero. Por encima del nivel del hielo apenas hay entero muro alguno. Algunas de las secciones que se revelan tienen inquietantes formas orgánicas, oseas, como si hubieran sido la parte fosilizable de algún remoto enorme organismo vivo. Otras construcciones parecen más "tradicionales": delirantes formas geométricas hechas de enormes bloques de piedra tallada que se atisban bajo el hielo. Hay edificios construidos en las laderas de las montañas, pero no son tan numerosos como los del altiplano. Abundantes entradas vacías de cuevas y las construcciones que las acompañan cubren las caras interiores de las cimas, dejando claro que las que había en la cara oriental de las Miskatonic formaban parte de la misma estructura.
Al llegar Hirsch habla de un faro.
El faro, susurra repentinamente Hirsch. El faro.
Mueven los aviones y deciden explorar unaplaza.
Amigos, dijo ya cuando comenzábais a caminar hacia el montón de cascotes que una vez había sido una torre.¿Reconocen este lugar? Creo que yo si, por eso lo escogí para aterrizar. Creo que esta plaza bien podría ser la que menciona Dyer en su relato: la que utilizaron él y Danforth para salir de la ciudad. Ese montón de escombros con el foso y la rampa debió ser el que usaron para salir del inframundo. Si es así, quizá queden pistas de su paso, y también significa que el lugar en el que se encontraron con el monstruo, el túnel que desciende hasta el mar subterráneo, no queda lejos. Sean prudentes y si encuentran indicios de alguien más aparte de nosotros mismos, avisen
Las plantas y animales representados dieron a Charlene la primera pista sobre la posible antigüedad de la construcción: entre cincuenta y setenta millones de años.
En diversos lugares la piedra parecía horadada por agujeros que tenían una curiosa cualidad orgánica. Parecía que había habido algún tipo de instalación que antes ocupaba esos huecos, pero había desaparecido con el tiempo.
Deciden tomar el camino que siguieron Dyer y cía, Chester encuentra las pelotillas depapel. Moore se mete con el tema de la lengua que es necesario aprender.
Moore insiste en que las montañas han sido talladas.
La última nota de importancia la descubrió Pooster: en muchas escenas los antiguos aparecían acompañados de unas curiosas esferas. Eran tersas, pero se achataban en contacto con el suelo, lo que denotaba que no eran del todo rígidas. Parecían seguir en sus movimientos a aquellos que aparecían representados caminando o nadando bajo el agua, aunque no visteis ninguna volar. Tenían muy variados tamaños y, a veces, de una de esas esferas surgía un zarcillo con el que colaboraba en lo que fuera que estaba haciendo el acompañante de la raza de los constructores de cabeza estrellada. En ocasiones se podía ver que esas esferas tenían uno o dos ojos, en otras estaban recubiertas de algún tipo de piel, escamosa, peluda o con plumas. Eran unas esferas muy extrañas y abundaban en todas las representaciones donde se realizaban trabajos o actividades físicas aportando fuerza bruta en algunos de los casos: levantando con un apéndice pulposo una columna, o soportando el peso de algún tipo de impedimenta mediante la formación de una oquedad en la parte superior.
En los montones pequeños estaban enterrados los restos de tres trineos Nansen, sin sus esquíes, todavía con el logo pirograbado de la ya finiquitada Expedición Miskatonik. Había una caja con pinta de haber contenido provisiones, algunos papeles arrugados... nada más.
El montículo más alto era bastante más siniestro. Tenía un metro de alto y uno y medio de ancho. Estaba labrado cuidadosamente. La nieve había sido artísticamente modelada con forma de estrella de cinco puntas. En lo alto, tras cavar superficialmente, apareció un trozo de esteatita en forma de estrella, similar a las muchas que se habían encontrado en el Campamento Lake. La forma y el método de hechura eran idénticos a los montículos desenterrados ahí, donde aparecieron los especímenes enterrados. Pero en este no había enterrado un Carambolo. Enrollado en una lona, apareció enterrado cuidadosamente, de pie, en un agujero que penetraba en el suelo hasta un metro y medio, un cuerpo humano perfectamente conservado.
En los puntos copiados al destrozar parte del montón y en los otros cinco lados aparecía escrito el mismo texto con diferencias de uno o dos caracteres. De las partes idénticas del texto se podía distinguir un numeral que representaba, por separado, el número cero, el tres y el catorce.
Charlene les enseña unos restos orgánicos encontrados en lso intrincados laberintos.
Los pocos trozos de carne que todavía tenía el hueso ni siquiera mostraban signos de podredumbre. Pensaste, nada más verlos, que si los descongelábais permanecerían frescos. Sutton mostraba unas muescas que conocías bien: eran marcas de cortes hechos con objetos afilados tal como pudiera ser un cuchillo. Típico material que un arqueólogo interpretaría nada más verlo. Por otra parte, examinando otros de los huesos, viste que no solamente había muescas de cortes, sino que también tenían rozaduras y desgastes que te parecían propios de algún tipo de diente muy pequeño y afilado.
Siguiendo la exploración encuentras un nombre en inglés.
Antes de llegar al momento en el que el mural relataba el final de la raza en forma de cono, casi por casualidad (Chester estaba en ese momento dejando la labor de vigilancia a Pickwell para fotografiar la escena) los tres descubristeis que uno de los cartuchos de los muy diversos idiomas representados en la fase de "bibliotecarios esclavos" estaba escrito en un idioma reconocible. En la pequeña pero detallada talla aparecía un ser ya en su condición de inferior escribiendo el encabezamiento de un libro de forma rectangular, mucho más ancho que alto y bastante grueso:
La historia de Nathaniel Wingate Peaslee, redactado por petición de la Gran Raza de Yith.
Pickwell reconoce en los dibujos a las "sirenas voladoras" (dragones para ellos)
El final de esta raza estaba descrito mezclado con la descripción de la siguiente en el ciclópeo mural: una miríada de pólipos voladores que parecían parcialmente inmateriales arrollaban a los seres con forma de cono y sus ciudades en medio de terribles huracanes y tormentas con aparato eléctrico. Los seres en forma de cono, previamente a su extinción, realizaban curiosos manejos parecidos a los anteriores: los que venían relacionados con una variación de su estatus social, y tras ese proceso ofrecían una débil resistencia a su enemigo. Perecían en masa, indefensos, vulnerables.
El descubrimiento de esos gigantescos pólipos surgiendo en los grabados de enormes torres circulares sin ventanas ni ornamentos arrancó un grito de pánico de Pickwell y de Chester.
Charlene les dice que lleven una piedra de esas de 5 puntas
y sacó de su bolsillo al menos media docena de aquellas pequeñas figuras blancas de cinco puntas, que había ido recogiendo, y fue entregandolas una a una
Chester dice que ya tiene una pero
Sin embargo, la estrella que había sacado Field de su mochila no era igual a las que había encontrado Charlene. La de Field era más grande, sin marca alguna de desgaste, rozadura o ralladura y con la superficie pulida y dura. Los diseños de puntos, igualmente, eran más y más complejos. Las que habría encontrado cualquiera que buscara un poco por los escombros (todo el mundo había tenido la oportunidad a estas alturas) tenía signos ya conocidos por todos: numerales. Casi siempre los mismos, múltiplos de cinco de varias magnitudes casi siempre parecidas. La de Field no tenía numeral alguno, y si numerosos y variados símbolos de puntos.
El abandono de la ciudad había sido deliberado y realizado con orden y concierto. Muchas zonas que deberían haber estado ocupadas por estatuas u obras de arte de pequeño tamaño, estaban vacías. Algunos murales desaparecidos, arrancados cuidadosamente de las paredes.
Dentro de la torre con un pilar en el centro pro el que se accede en espiral se cuenta una batalla entre insectoides y los carambolos, que hacían usos de lo que presumiblemente sean los Soggoths
En todo momento obedecían a sus amos de cabeza de estrella. La mayoría de esas esferas serían de un tamaño el doble de grande de sus amos, pero los había gigantescos. Gargantuescos, inmensos como edificios. Muchos de los edificios representados eran la osamenta de estos seres extraordinarios: los esclavos perfectos, máquinas biológicas capaces de sintetizar sustancias, dar refugio, defensa, luz, fuerza bruta, órganos específicos para intervenciones a escala microscópica y macroscópica. Maravillas de la ciencia biológica. Parecían tener un único defecto: no soportaban bien el frío.
Reunidos con Rompehuevos les enseña lo que ha expoliado, parte describe de nuevo a los Soggoths. Cuando lleva Pickwell de estar perdido se supone que ha huido a uno de ellos.
Estrellas de mar, por supuesto, de las más corrientes. Muchos trozos de mural arrancados de su lugar... en uno de ellos se podía ver una de esas bolas que acompañaban a los Carambolos por todas partes, pero mientras a una mitad le brotaban pseudópodos que, terminando en diversos órganos, atendían de diversas maneras a sus amos, al otro hemisferio se le veía destrozando a sus amos de muy diversas maneras. Esta segunda mitad estaba llena de escrecencias en plena formación, y su perfil no era regular ni comedido: bocas con masas informes de colmillos y espinas, ojos a medio hacer, garras deformes, tentáculos venenosos, gases que deshacían con fantasía delirante otros organismos y, en general, un ansia asesina donde en el otro lado había afable servidumbre.
De esto ni me acordaba XD
Levantándose sobre una pila de desechos de bloques derribados, algunos inmensos, había una elevación de granito con adornos de obsidiana que parecía estar completamente fuera de lugar en el entorno. Estaba rodeada por los tonos sombríos de paredes de pizarra sin juntura alguna (excluyendo las grietas y los derrumbamientos) de los edificios adyacentes. ¿Cómo habían logrado modelar la pizarra, como si fuera plastelina? Otro misterio más. El montículo estaba formado por una sola masa de piedra de gran tamaño. Se elevaba más de veinte metros sobre el hielo, y ocupaba hasta 120 metros de lado a lado. Su silueta recordaba a Ayers Rock, en Australia. La masa parecía de origen natural y, aparte los arabescos de obsidiana incrustados aquí o allá, no estaba adornada ni trabajada.
Desde arriba, Sutton suspiró, antes de anunciar: creo que todas las construcciones de alrededor formaban parte de un complejo cuyo techo cubría esta piedra, como si hubieran deseado guarecerla de los elementos.
Nandan descubre cómo guiarse por la ciudad.Nadie le pregunta cómo. Después nos enseña.pág 12
Oh, papá, realmente es muy fácil. Solamente hay que mirar los planos que hay por todas partes. Como en las paradas de los autobuses. A cada paso tienen uno, ¿no os habéis dado cuenta? Tras mirarlos solamente hay que imaginar cómo era todo antes de derrumbarse.
Las siguientes exploraciones dieron sus frutos
Otras invasiones se sucedieron con los milenios. En todas ellas se hacían uso de muchos recursos para la defensa, pero había uno que rara vez se utilizaba, y que terminaba con todos los problemas. Este arma, usada solamente en las circunstancias más extremas, parecía estar relacionada con un faro o una alta torre. Por ejemplo durante la invasión de seres insectoides que tanto tiempo tuvo en jaque a la raza.
Por algunos indicios supisteis que se evitaba la región situada al noroeste de la ciudad, donde podría estar el faro.
Cuando, no sabéis muy bien cómo, pudisteis salir del edificio, la visión en el campamento era dantesca. Al otro lado de la plaza se veía el Enderby envuelto en llamas y partido por la mitad: había estallado el combustible de las alas quién sabe cómo. El otro avión estaba siendo apagado por tres figuras envueltas en parkas que desde esa distancia no eran reconocibles. Al otro lado yacían otras dos figuras que se habían arrastrado fuera de la onda expansiva, pero que humeaban. Una de ellas se movía y parecía atender a la otra, sin signos de vida. Desde todavía más lejos, Starkweather y Nandan iniciaban el regreso.
Sube la temperatura y la presión atmosférica. No sé que significa.
Picwell les explica lo sucedido.
Kyle era el saboteador de la Lexington. Despues de sabotear su avion vino aqui para hacer lo mismo con los nuestros, yo solo pude salvar uno, aunque di cuenta de el con dos balazos. ..
Atiende Chester, antes de diñarla, Kyle me solto el tipico discursito del moribundo que por alguna extraña razon lo tengo grabado a "fuego", aunque no lo llego a comprender, creo que es importante...
"No importa lo que él hizo. Lo que vosotros hagáis. ¿No os dais cuenta del peligro? ¿Nadie lo entiende? Es una... infección... se extiende desde fuera hacia dentro. Lake y el resto lo pusieron en marcha. No lo entendían. ¡Todos los que están aquí hacen que sea aún peor! ¡Tenemos que morir todos, como los gérmenes! Nadie puede regresar. Tenemos que perder nuestras vidas, es la única manera de salvarlos, mantenernos alejados, mantenerlos a salvo tras el muro. ¡He intentado decíroslo! ¡No lo habéis entendido! Él no escucha cuando la gente habla, ¿verdad? Incluso el profesor ha dado media vuelta. El edificio estaba a oscuras. ¡Nadie sabía dónde podía estar!
Intenté decírselo a los nuevos. Novatos. Creí que ella me escucharía, pero nadie lo hace. El resto sólo era dinero. ¡Sólo cosas! ¡Cargamento! ¿Cuánto vale una vida? ¿Cuánto valen todos ellos. Ella me agradecería que lo hubiera intentado si lo supiese...
No teníamos que haber abandonado el casquete polar la última vez. Jamás tendríamos que haber venido aquí. Dyer y yo las vimos. Eran terribles. Se movían, viven en la oscuridad... Oh Dios, incluso saben hablar... el sonido de sus movimientos y ese olor... Son terribles, terribles. Oh Dios.
¡Se están riendo de ti! ¡Se están riendo de todos nosotros! Nos están observando con sus ojos grandes y vacíos. Esos ojos sumidos en tinieblas. ¡El tiempo y el espacio no son suficientes, oh no... no son suficientes para ellos. ¡Estuvieron a salvo durante millones de años! Pero todo era mentira. Esa fortaleza sigue ahí. Está aún ahí, y el Foso. ¡Lo vi! ¡El foso y la Cosa dentro! ¡El foso! ¡El foso!"
Picwell tenía documentos muy interesantes
El potingue alivió inmediatamente al aviador que, mientras era vendado cuidadosamente, hojeaba un par de libretas, una grande, con tapas de cuero y otra muy deteriorada, con tapas de cartón y unos borragatos escritos a lápiz en la portada. Además, trasteaba con una carpeta de cartón que tenía algo escrito en alemán, y unos sellos de aspecto oficial.
La libreta que había cogido Sutton estaba llena con anotaciones en alemán, con dibujos de los grabados de la Ciudad que os rodeaba y con infinidad de apuntes sobre textos en lenguaje de puntos y sus equivalentes en alemán. Tenía toda la pinta de un diccionario/gramática bastante más completa de lo que hasta ahora habíais logrado vosotros.
La carpeta con sellos en alemán y algún tipo de notación oficial en la portada, tenía en su interior, pasados a máquina, en ingles en las caras pares y en alemán en las impares, un texto cuya primera página, una hoja solamente en inglés y manuscrita, diferente a las demás, rezaba así: (es el texto de Poe)
Sutton dice al respecto.
Mmmm, interesante según este escrito en el campamento de los alemanes se debería encontrar el resto del manuscrito de Poe, o eso o lo tiene la señorita Lexington a cambio de su ayuda.
Me falta un tercero que no me queda claro que es. Un documento oficial alemán? Puedo leerlo? O no dice nada interesante?
No, un documento no. El texto de poe tiene sellos de alguna institución alemana. Tenía la nota que ya os puse en la escena anterior. El tercer texto son las anotaciones farragosas y sucias que se titulan: "cómo explicarles el porqué" o algo parecido. Y ese último está en inglés, aunque bastante ilegible.
CAPITULO 10: La fortaleza negra...el faaaroooo
El avión alemán y el nuestro persiguen a los carambolos hasta la fortaleza. Aterrizan lado a lado.
La temperatura sigue aumentando a -10º
El faro hace de las suyas
Entonces un parpadeo blanco-azulado emanó del pináculo, como si un ojo lleno de luz se hubiera abierto. Las nubes de la tormenta que cubrían el cielo se condensaron y agitaron como si una enorme bestia hubiese pasado cerca de ellas, alborotándolas. El aire se hizo más espeso y consistente, atrapando la luz como el ámbar de un cristal, y una onda de distorsión brotó de la tormenta, cruzando el valle y continuando más allá, atravesando silenciosamente a todos los humanos y a sus frágiles máquinas voladoras.
La onda no causó ningún sonido, pero los seres vivos os sentisteis momentáneamente alterados de una forma horrenda e inexplicable. En ese momento, los límites del mundo se estremecieron y agitaron; el horizonte se volvió borroso y las montañas se elevaron y se desplomaron en un instante; el mismo suelo se retorció y se movió como si tuviese vida a medida que las imágenes del aspecto de este lugar a lo largo de un millón de eones se unieron y superponieron, para luego desaparecer.
Entrever junglas verdes de mil tonalidades cruzados por bestias nacidas de una pesadilla; llanuras esmaltadas y cruzadas por vías por las que viajaban orbes palpitantes que levitaban a poca distancia del suelo; tremendas explosiones de colores no vistos jamás; iridiscentes nubes de insectos vagando por praderas de color morado. Y en todas ellas, la fortaleza emitiendo su llamada y el perfil de las Montañas del Más Allá. En todas ellas cielos claros o nublados, en todas constelaciones ligeramente diferentes a las que reconoceríais hoy. Puede que por la disposición extraña de las estrellas, puede que porque estuvieran viéndose desde otra latitud. En todas las imágenes entrevistas, signos de los Antiguos, de los creadores de la vida en la Tierra, maquinando. En todas las imágenes la hipnótica luz del faro.
Cuando el fenómeno pasó todo parecía seguir igual, excepto en vuestras mentes. La tormenta giraba en torno a la torre. La luz del faro o de la torre, o de la fortaleza, lo que fuera, brillaba invitadora y bella.
Versión de Priestley sobre lo que les pasó a los Lexington.
Kyle aterrizó sobre una zona asquerosa, que estaba cubierta por una superficie de hielo muy accidentada. Casi rajó la parte inferior de nuestro avión. Estuvimos intentando arreglarlo durante horas, pero él decía que no había nada que hacer. Partió en busca vuestra. Mientras estaba fuera, Baumann hizo un intento y... ya veis. Si. Es posible que él fuera... en fin. Supongo que hizo muchos destrozos en vuestro campamento.
Meyer pregunta por sus papeles jeje, qu eno se los vamos a dar claro
Por cierto. Ya que es claro que Williams era el traidor infiltrado en la expedición Lexington, tengo una pregunta. Han desaparecido de mi maletín ciertos papeles. ¿Los tenía él?
Baumann sobre Rucker:
Señalando a Rucker, Baumann te explicó: parece que el geólogo está haciendo su trabajo de geología. Pretende tomar muestras de rocas del lugar. Nada importante, creo. Es un tipo desagradable, muy maleducado, añadió en un susurro, para que el tipo no le escuchara. Cuando no le interesa hace como que no sabe hablar inglés. Pero como tiene enchufes está aquí, por encima de muchos mejores que él.
El registro de las pertenenciasde Rucker indica que sólo se dedicaba a la geología, pobre, muerto por parecerse a Hitler.
Su documentación también estaba ahí, en un rincón seco y profundo de la mochila. Uno de los documentos era una especie de carné con un sello en forma de águila prusiana que tenía una svástika en sus garras.
Sobre las mascarillas de oxígeno de los alemanes para ahorrar.
El equipo de Rucker era muy similar al de los americanos, pero la mascarilla parecía diferente. Tenía un saco que, cuando se respiraba, recogía parte del aire exhalado y lo volvía a dejar a disposición de volverse a aspirar. Es un diseño que no conocía Menez, pero se había fijado en que los alemanes tenían menos bombonas de oxígeno, y que las cambiaban menos a menudo, lo que quizá significara que el sistema era más eficiente, y no lo que había pensado en un principio.
Halperin se vueve loco y cree que los alemanes son extraterrestres.
Sobre la expedición alemana:
Baumann no te había parecido un mentiroso así, en retrospectiva, ahora que tenías un ratito para pensarlo bien. Si había alguna conspiración de algún tipo, era Meyer quien estaba mezclado, y sumando dos y dos, teniendo en cuenta su comportamiento con el manuscrito de Moore, y cómo se lo había entregado, lo más seguro era que el texto de Pym hubiera llegado a sus manos sin saber las vías por las que fue obtenido. Eso apuntaba a los jefes de Meyer más que a Meyer, que era un erudito enterrado en bibliotecas y con poco tiempo para buscar libros en casas ajenas.
Más aun. El manuscrito de Dyer sabías que fue obtenido "por la vía rápida" por unos alemanes, o por gente con acento alemán (así lo había dicho el señor Roerich), pero el de Pym había desaparecido hacía muchos años. A saber cómo había llegado a manos de los jefes de Meyer. Ahora bien, lo que ahí estaba escrito... había ahí descripciones de la ciudad. ¿
Quizá fue el último paso para silenciar a Poe? Sin duda lo robaron quienes, desde el siglo XIX al menos, estaban formando parte de esta gigantesca broma de construir una ciudad de pega. Una monstruosa conspiración que había movido grandes cantidades de recursos durante al menos cien años.
Sobre el tercer documento: el manuscrito
El manuscrito titulado "mostrarles el porqué" o algo así, era casi ilegible. Estaba muy desordenado. Esto había sacado Menez en claro, aun así: era una especie de procedimiento para, mediante sueños, mostrar "el porqué" a los descreídos. Para ello hacía falta quemar algo del objetivo del procedimiento o hechizo. Algo orgánico: pelos, uñas, heces, lo que fuera.
Descripción fortaleza y entorno:
la fortaleza estaba asentada sobre una plataforma de roca oscura muy pulida que debía abarcar toda la llanura como mínimo, y que ascendía conforme os acercabais al centro del valle para, finalmente, salir a la superficie y morir a los pies de la fortaleza, de tal modo que la entrada quedaba más de tres metros por encima del nivel del hielo.
Una vez llegados al afloramiento de la roca comenzasteis el ascenso leve pero constante por su superficie. Era muy regular, de textura uniforme y claramente artificial. Pero no había junta alguna. No había losas ni fallas. Era un todo pétreo bastante sobrecogedor en su extrema sencillez.
En el cielo las nubes se movían en torno a la fortaleza de forma majestuosa, trazando dibujos, trayectorias, remolinos sugerentes y extraños que hacían entrever valles ignotos en remotas regiones jamás vistas o siquiera imaginadas. A veces formaban caras o dibujos que sugerían un cómico pero loco frenesí de seres bestiales bailando en torno al monolito dedicado a oscuros dioses. A veces, los efectos de sus texturas hacían parecer a las nubes remotas y lejanas, o cercanas, tanto que casi parecía que se podían tocar. A veces eran leves y vaporosas, dejando entrever cien mil matices en la gama del verde más alocado. A veces, sus profundidades de ébano con reflejos púrpuras las hacían parecer sólidas y bruñidas, iluminadas por un fuego interior que sobrecogía el alma.
La fortaleza era como un diente de cristal de cuarzo negro como la noche, que absorbía la luz casi en su totalidad, devolviendo apenas los reflejos suficientes como para adivinar vagamente su forma. Tenía varias caras unidas por aristas irregulares que le daban forma de prisma, como un colmillo de cristal de muchos metros de altura, distorsionando, por su convergencia desigual en diversos puntos de fuga, toda la perspectiva. Una de esas aristas se abría en la base de la torre para formar un arco de dimensiones gigantescas por el que se podía entrar. No había puerta alguna, solamente un enorme vestíbulo que se iba empequeñeciendo hasta llegar a una entrada con forma de arco de medio punto. Dicha arcada tendría unos cinco metros de altura por tres de anchura y daba entrada a un corredor sin luz. No había más que una superficie continua entre la llanura de piedra y la fortaleza, así como entre las diversas partes de la fortaleza. Estabais en un lugar hecho de una sola pieza. Os atrevíais a imaginar, bajo vuestros pies, que todo era una sola pieza. Llanura y torre. Ambas sin solución de continuidad, formadas de la misma única roca oscura.
En el interior cada vez más calor:
A la derecha conforme habíais entrado había un nicho pequeño con grandes bultos informes amontonados en él. Una vez iluminados, asegurándoos que no parecían algo peligroso pudisteis comprobar que eran una serie de prendas estrafalarias: abrigos cuidadosamente confeccionados. Fundas alargadas de piel de foca con el pelaje por dentro y dos aberturas a los lados, cuellos altos tento en la parte superior como en la inferior y botones de hueso. El corte y confección de las prendas sugería, cómo no, una especie de óvalo abierto por arriba y por abajo. Había tres prendas de esas. La superior, que es la que examinasteis primero, tenía varios agujeros redondos, pequeños y regulares repartidos de manera caótica e incomprensible.
Muy cerca había apilado también bastante equipo mucho más mundano: mochilas con el logotipo cosido de las tres expediciones: la vuestra, la Lexington y la Barsmeier-Falken. Dentro había comida, mantas, un hornillo, algo de keroseno... Por las huellas de botas en torno al montón, parecía que los que os precedían habían dejado ahí parte del peso, y a la vez habían dejado un pequeño campamento base para las posibles huidas precipitadas.
El pozo:
El aire era caliente y seco, con un leve y pegajoso hedor. Aun tras haberos quitado la ropa estabais sudando profusamente. Un brillo rojizo emanaba de un pozo circular en el centro exacto de la sala iluminando débilmente la bóveda; había luz suficiente como para comprobar que todas las superficies del lugar estaban espléndidamente decoradas con frisos y ornamentaciones en el mejor estilo de las etapas más tempranas de la ciudad que habíais dejado atrás. Un estilo maduro, ordenado, claro y sencillo, pero a la vez hermoso y lleno de sutilezas.
Todo el suelo era un mapa tallado en piedra con la orografía en bajorrelieve preciosamente detallada y policromada, según se podía apreciar a la luz blanca de vuestras linternas. Se veían enormes montañas vistas desde arriba, con una regularidad en su disposición que llenaba de asombro. Tras caminar un poco quedó claro que el mapa era de los alrededores de la fortaleza, y databa de una fecha en la que los fríos tan intensos de la latitud actual no habían hecho su aparición. Además de la policromía, que estaba lograda mediante el método del taraceado, las sombras de las montañas y otros efectos estaban remarcados mediante texturizaciones maravillosas. Todo mostraba una consumada habilidad y maestría. el efecto era tan vívido que a primera vista el suelo parecía tridimensional, como si estuvierais volando, mirando desde el aire, y estuvieseis a punto de descender hacia sus profundidades. Colinas, valles, un río azul, caudaloso. El mismo río que luego iba a parar a la gran ciudad, tras atravesar la llanura. El pozo en el centro parecía representar aquello que pudiera haber en las gargantas opuestas al lugar donde habíais aterrizado. La Fortaleza estaba representada por un extraño símbolo tallado en una piedra negra cuidadosamente encajada a mitad de camino entre el túnel por donde salisteis y el mismo pozo central. Las montañas colindantes, verdaderos gigantes que habíais visto como muros en vuestro camino que se elevaban hacia el mismo cielo, estaban muy juntas y formaban un pentágono alrededor del pozo central de la sala. Tal y como dijo Moore en su momento, las montañas parecían haber sido talladas, pero ahora se hacía obvio que había algo más que eso. En las alturas de estos gigantes había talladas formas cúbicas y túneles redondos formando grupos de cinco muy parecidos a los que visteis en la primera cordillera.
Había zonas del mapa profundamente marcadas por la erosión: sobre todo una franja de algo más de un metro de ancho que discurría desde la rampa por la que habíais entrado hasta el pozo central, bordeándolo y dirigiéndose hacia la entrada situada a oriente. El camino evitaba cuidadosamente la zona donde estaba representado el pequeño valle donde estaba la fortaleza. Dentro de todo el trayecto las tallas carecían de detalle o habían quedado alisadas. Era evidente que se trataba de un camino que se recorría a pie desde hacía mucho tiempo, y en cuyo centro el tránsito había desgastado el suelo casi en un palmo de profundidad.
El arco de la bóveda estaba decorado con un conjunto de bandas en espiral que comenzaban en los bordes coincidentes con los puntos intermedios entre las entradas y con las mismas entradas (diez en total) y que se iban curvando grácilmente hacia el interior, hasta llegar a un gran fresco que había en el centro del techo. La forma central era austera y poderosa en sus simplicidad: representaba una esbelta y alta torre que tocaba el cielo con relámpagos mientras que desde un profundo foso que había debajo, una inescrutable forma nudosa era el origen de delicadas líneas que emanaban en todas las direcciones. La punta de la torre apuntaba en vuestra dirección.
Las paredes que había bajo la cúpula relataban una historia. En ellas, los murales estaban dispuestos en una serie de cinco grandes paneles, separados por grupos alargados de la escritura punteada de los antiguos.
La abertura circular en el centro de la cámara era un pozo del que no se veía en fondo. Al final, si se asomaba uno, se veía un resplandor anaranjado rojizo. La única fuente de luz aparte de las vuestras. Al que se asomara, le golpeaba el rostro un calor sofocante y un hedor extraño, difícil de identificar. Por las paredes del pozo, un sendero en espiral tallado con delicadeza suprema descendía hacia las profundidades girando en el sentido opuesto a las agujas del reloj.
Las imágenes talladas parecían moverse en el límite de vuestra visión, para aparecer sólidas e inconmovibles cuando dirigíais hacia ellos la mirada. Un sofoco incierto os agobiaba constantemente. Una inquietud tangible sacudía vuestros espinazos a cada momento.
La rampa descendía por el borde del pozo describiendo una curva en el sentido contrario a las agujas del reloj. Era empinada y traicionera. No tenía más de un metro de ancho y carecía de pasamanos. Las únicas medidas de seguridad eran unas estrías transversales dispuestas en el suelo de forma regular y separadas un palmo entre ellas. Estas estrías habían sido recorridas tantas veces que en muchas zonas habían quedado completamente desgastadas. El aire del pozo era sofocante y muy seco, ascendía en una continua brisa desde las brillantes profundidades rojas.
Los muros cilíndricos del núcleo del pozo eran lisos y sin adornos. Nada perturbaba la uniforme monotonía, excepto uyna serie de pequeños nichos vacíos de unos 15 cm de ancho por 25 de profundidad y 60 de alto dispuestos cada doce metros a lo largo de la rampa- Eran las únicas características visibles hasta alcanzar la primera abertura, que estaba a más de 80 metros pozo abajo.
Tras girar dieciséis veces bajando la empinada espiral, se abría una arcada en la ligera curva que describía la pared. Tenía tres metros de alto y algo más de uno de ancho, con la midma curvatura pronunciada de la mayoría de las entradas de la fortaleza. Una cortina de toscos materiales vegatales colgaba desde arriba hasta el suelo. La cortina no estaba sujeta a los lados, y podía echarse hacia un lado fácilmente con un áspero sonido que recordaba a la hierba seca.
Al otro lado de la cortina la arcada continuaba en una larga y recta entrada. La entrada era alta, pero estrecha, como el arco. El espacio se veía reducido aún más cada seis metros a causa de unos gruesos abultamientos que parecían soportes, dispuestos a los lados de la pared. En los puntos estrechos el pasaje era de un metro de anchura. El aire de la entrada era más fresco que el aire en el pozo y estaba enrarecido con el omnipresente hedor. Todo a lo largo del pasillo se abrían seis entradas, tres a cada lado y en oposición unas a otras. Tras cada abertura colgaba una cortina como la de la entrada.
Estábais los dos observando el pasillo, todavía sin haber decidido si penetrar en él o no profundamente, cuando, del pozo, creíais que de arriba, llegó un trino complejo pero lejano. Era de una cualidad disonante y extraña. Le respondió otro más. Unos diez segundos más tarde...
¡Boooom!
Un sonido hueco de explosión recorrió con numerosos ecos toda la longitud del pozo. Todo quedó como en vilo. Un brillo especialmente malévolo respondió del fondo del pozo seguido de una intensa oleada de calor, para luego descender a los niveles anteriores. Pocos segundos después, el suelo comenzó a trepidar poco a poco, cada vez más, hasta que os visteis en medio de un terremoto en toda regla.
El suelo trepidaba en segmentos de tiempo que hacían recordar un corazón enorme latiendo bajo tierra. Cada trepidación parecía más intensa que la anterior. Entre una y otra cima vibratoria durante las cuales no cabía caminar, so pena de terminar bailoteando en el suelo, pasaban unos buenos treinta segundos. Caía arenilla del techo y finas grietas comenzaban a extenderse como a desgana por toda la estructura. La luz roja en el fondo del pozo aumentaba a cada trepidación.
Por si esto tiene que ver con las linternitas del texto de Pym
Subisteis, subisteis, subisteis por el empinado pasillo que hacía una elegante curva ascendiendo por encima de la gran estancia. En el siguiente piso se abrió ante vosotros, a la izquierda, un cúmulo de cristales iluminados por un incierto brillo. De frente el pasillo pasaba de largo y seguía, seguía. La sala era mucho más pequeña, sin dejar de ser enorme. Los cristales la abarrotaban caóticos, sonaba como una musiquilla agónica en ellos, como si, a pesar de su inmovilidad estuvieran haciendo un titánico esfuerzo y... perdiendo la partida. Algunos comenzaban a agrietarse casi imperceptiblemente. En el centro la montonera de cristales subía como en un remedo de columna (se correspondía con el pozo central de la sala inferior) para perderse por otro agujero en el techo.
Volviendo al campamento
Estaba a punto de volverse en esa dirección para retomar su huida cuando la inquietante regularidad de los temblores se rompió para hacerse más violenta. De las cúspides de los cinco picos pudo ver lo que debían ser enormes peñascos cayendo. Ahí, en el centro de aquel pentágono telúrico debía estar el epicentro del terremoto, a juzgar por la súbita violencia con que desmenuzaba las montañas. Desde ahí vino como una luz negra, una deflagración que provocó una onda expansiva que creció y creció distorsionando las formas, que alcanzó el valle y, con él, a la intrépida periodista y la llevó a otro de esos viajes en el tiempo, que la devoró...
(Una eternidad, ha pasado una eternidad donde la sucesión de imágenes pierde la coherencia por la increíble variedad, donde el punto de vista humano es tan remoto que el cerebro no acierta a interpretar lo que siente. La incoherencia y el más puro aburrimiento: eones en una avalancha de información tan enorme que vale tanto como un largo vacío gris y sin forma.)
...hasta pasar de largo dejándole la impresión de remotos recuerdos imposibles de extraer de su mente como algo claro. Se sentía como si le hubieran dado la vuelta para, de nuevo, ponerla del derecho con tanta violencia pero tanta rapidez que no le había dado tiempo para disgregarse a lo largo de varios kilómetros cuadrados. Piadosa, la mente se cerró a la experiencia y a su parte consciente solamente le llegó la sensación de un súbito mareo.
Los temblores habían parado completamente. El viento había cedido hasta quedar como cuando habíais llegado al valle de la torre. La realidad parecía más sólida. Al menos parecía sentirse como... si, como antes de que comenzaran los temblores. Daba la sensación de que al comenzar a trepidar el suelo las cosas se habían raído, desgastado, perdido coherencia. Todo volvía a ser sólido. Había un fenómeno diferente: el granizo seguía cayendo, pero un granizo que parecía diferente: más grueso (a pesar de la protección de la capucha, los golpes hacían daño, uno le dio en la mano y le hizo dar un grito). Pequeños agujeros en la nieve aparecieron a cientos todo alrededor. Pequeños pero mucho más grandes que un vulgar granizo. Algunos de los pequeños meteoros habían perdido fuerza al rebotar contra Menez, y al caer a la nieve no se habían hundido. No eran bolas de hielo. Parecían pequeñas piedras de entre uno y tres centímetros de diámetro, pulidas como el vidrio y de un intenso color negro.
Versión de Chester de lo ocurrido en la torre:
Ahora, voy a por los detalles, no sea que no me crea usted por no traerle fotos, aunque espero que la descripción le sirva. A Baumann le aplastó uno de los Antiguos con sus tentáculos. Los carambolos, para que nos entendamos. Pooster fue decapitado por una masa amorfa que gritaba Tekeli-li, tekeli-li. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Chester. No iba a olvidar aquel sonido en su vida. Tomó aire y siguió con su explicación.
Meyer y Sutton siguen allí dentro, tratando de dar caza a los carambolos. Si Charlene está así - dijo señalando a la maltrecha aventurera - es porque el imbécil de Sutton creyó que lanzar un cartucho de dinamita era una buena idea. Y ya ve usted el resultado.
Y en cuanto a Nandan y Rompehuevos, pues... ya estaban muertos mucho antes de que les encontráramos. Charlene y yo hemos salido porque ya no podíamos seguir allí dentro ni un minuto más.
Fue entonces cuando Chester cerró los ojos y se relajó un poco. Había cumplido con su objetivo: Charlene estaba a salvo. El resto ya no era tan importante.
Ah, se me olvidaba. Charlene y yo nos vamos a casar. Por supuesto, todos los que logren sobrevivir están invitados a la boda, faltaría más. ¿Sabe algo del bueno de Pickwell? Me haría ilusión que fuera el padrino.
Priestley habla de los cristales:
¿Piedra? ¿Qué piedra? ¡Ah, si! La piedra. Pues no se. Me pasó algo raro con los cristales. Era como si cantaran. Parecía, juro que no se si estoy loco, parecía como si estuvieran aliviados.
Versión de acacia
Acacia respondió a Menez antes de encararse con Chester. No se. ¿Grité? ¿Qué pasó? Estoy confusa, escuchaba a alguien silbar y me daba pánico. No. No cogí ninguna de esas piedras negras. Yo no vi que hubieran llovido del cielo, desde luego. Solamente vi las que había al pie de la torre. No había más, aunque puede que la nieve ya las hubiera tapado. No eran muy grandes.
Creo que él estaba cerca esa piedra que dice usted, señor Field. Dijo a Chester y a Albert. Cuando encontré a Albert había como una brasa tirada en el suelo. Daba mucho calor. ¿Era esa? No paré casi ni para ver qué era, agarré a Albert y me lo llevé de ahí.
Señorita Charlene, ¿va a seguir las instrucciones de Halperin?
Miles toca la piedra y está fría
Vaya, vaya. Miles miró la piedrecita. Qué cosa más rara. Antes de que pudierais impedírselo, la tocó con la punta de un dedo.
¡Está fría! Sin duda está congelada. Parece algún tipo de ópalo. Oye, qué fenómeno más raro. Llueven del cielo piedras semipreciosas. Podríamos ir y recoger unas cuantas, ¿no?
Field ha perdido la piedra estrellada que econtró en la cueva
¿Hemos perdido la piedra? ¡Maldición, maldición, maldición!
En realidad aquel pedazo de roca quizás no les habría servido para nada; al fin y al cabo era poco más que un hornillo portátil e incontrolable, pero a Chester le había dado cierta seguridad; la había llevado consigo desde que la encontraron en aquella cueva, hace ya tanto tiempo.
La torre vuelve a pulsar.
La torre volvió a pulsar.
Esta vez el efecto fue mucho más suave que en los casos anteriores. Se volvió nítida. Ahora parecía como si, en vez de un objeto con volumen, hubiera en el paisaje un agujero con forma ahusada. Un ojo vertical con un lacrimal luminoso situado en su parte más alta. La tormenta giraba majestuosa por encima. En ese momento, poco a poco, se fue abriendo un claro en el cielo, justo en el ojo de la tormenta. El sol ahora estaba bastante bajo en el horizonte. Se podían contemplar unas pocas estrellas ahí arriba. La luz titiló durante un momento. Tras la vacilación, aumentó su brillo hasta el extremo de iluminar el valle a su alrededor, formando sombras confusas que revelaron lo violento de los temblores que había sufrido la zona.
Al fondo, recortadas contra sus hermanas más lejanas, las cinco montañas que rodeaban lo que en el mapa de la gran sala era el gran pozo y el centro de la torre, habían perdido parte de sus cúspides. En verdad habían bajado sensiblemente en altura.
Menes se da cuenta del algo.
Una vez Aramiker se puso en modo investigadora, acudieron a ella todos los sucesos de lo que llevaba camino de ser el mayor periodo de tiempo despierta y frenética de toda su vida.
La torre maldita. Esta raza era maniática de poner en sus murales cada tontería que hiciera. Pero en todos los murales de la ciudad no la habían visto representada ni una sola vez. En una cultura con semejante horror vacui eso era significativo. La torre debía ser un tema tabú. Eso solía significar miedo atroz en las culturas humanas. Claro que estaba tratando con extraterrestres pero ¿no eran ellos nuestros verdaderos abuelos? ¿Los creadores de todo lo viviente?
Sykes cuenta como lo han pasado.
Ok, Douglas. Antes de que nos examines, si te parece, los que estemos bien tendríamos que ir a buscar a los demás. Están el señor Moore, Ralph, Larry y el cuerpo del señor Starkweather que, desgraciadamente, ha fallecido. En su mirada se notaban las preguntas por las ausencias evidentes en el grupo del avión: ni Nandan, ni Pooster, ni Sutton, ni Hirsch. Se calló las preguntas para más tarde y siguió concentrado en lo importante.
Ralph ha sufrido una crisis nerviosa y muchas quemaduras. Larry está mejor, pero se ha quedado cuidando de él con Moore. El terremoto nos pilló, afortunadamente, en una sala muy robusta, donde nos escondimos de... de una cosa. No preguntéis. Pero los escombros taparon parte de la entrada, y solamente fuimos capaces de disparar una bengala cuando nos llegaron las cuatro palabras que pudiste radiar, Douglas.
Los que no estáis vigilando a esos... ¿alienígenas? Podríais ir calentando agua. La vamos a necesitar.
Picwell ha encontrado algo.
Pickwell sacó una masa gris como el doble de grande que una pelota de tenis. Era de un gris clarito, con algunas grietas de blandos bordes. Conforme el frío contactó con la superficie, el gris se oscureció, y las grietas se cerraron herméticamente. Fue algo así como una reacción instantánea.
Versión de MOore:
Al principio todo fue bien, Pickwell, Sykes y Longfellow salieron a rastrear la senda que habían seguido James y Nandan. Pero la temperatura cada vez subía más, y estábamos preocupados por qué podría significar. DeWitt por culpa de la crisis nerviosa, había sido encerrado con tranquilizantes en el iglú dentro de aquella sala que habilitamos. Yo me quedé para cuidarle. Cuando los demás regresaron con la noticia de la muerte de James y la desaparición de Nandan me enfadé: ¿por qué no habían traído su cuerpo? Así que fuimos de nuevo para allá, esta vez pertrechados con cuerdas Sykes, Longfellow y yo. Pickwell se negó a ir, y se quedó al cuidado de DeWitt. Cuando volvíamos con el cuerpo la temperatura había superado los cero grados, y se podían distinguir columnas de vapor gigantescas saliendo de los pináculos de las Montañas Miskatonic, así como idénticas columnas a lo largo de la ciudad. Subimos a una cima de escombros para comprobarlo. Supuse que algo estaba calentando el mar interior y el vapor escapaba por donde estaban los accesos al mismo. Una de esas columnas estaba cerca de la plaza donde aterrizamos, tal y como habíamos deducido del texto Dyer y de nuestras observaciones.
Nos llegaban los ruidos inconfundibles de miles de graznidos. Deduje que se trataba de los pingüinos descritos por Dyer, expulsados de su territorio natural por lo que fuera que estaba pasando bajo el agua subterránea. Sospecho que algo puso en marcha un antiguo sistema de calefacción que, antaño, permitiera a los Antiguos mantener su ciudad cuando ya la Antártida había derivado mucho hacia el sur como para mantener el clima tropical que observábamos en tantos grabados. Este fenómeno ocurrió más o menos dos horas después de que se marcharan en el Weddell.
Cuando llegamos a la plaza todo era una locura. En efecto, millares de pingüinos salían graznando ciegos del agujero que antaño fue la torre central. Peor aún, Pickwell había desaparecido, y dentro de la habitación donde guardábamos las cosas el aumento de la temperatura ambiente añadido a la calefacción habían derretido el iglú que utilizábamos como tienda de oxígeno. Al salir el oxígeno de las bombonas, las llamas de los hornillos se multiplicaban, acrecentando el calor, derritiendo hielo y haciendo salir más oxígeno, que repetía el proceso. Y ahí, en la tienda de oxígeno habíamos dejado reposando a DeWitt, que estaba sufriendo una crisis terrible, terrible. Afortunadamente ha sobrevivido, pero pensamos que tiene quemaduras internas, en las vías respiratorias, y las manos y la cara...
Apagamos los infiernillos y atendimos a DeWitt, cuando el ruido que hacían los pingüinos nos alertó. Algo estaba alterándolos hasta el punto de que los graznidos normales, que ya suelen ser bastante escandalosos, se habían transformado en una cacofonía. Pero a los sonidos de terror proferidos por los animales se unían otros en forma de silbidos múltiples que formaban acordes musicales. Temiendo lo peor (los que hayan estudiado el texto Dyer se imaginarán a qué me refiero) ordené que recogiéramos todo el equipo posible y emprendiéramos la huida.
Era enorme. Gigantesco. No deseo hablar de ello. Escapamos para enterrarnos en el agujero más profundo que pudimos, un edificio antiguo de paredes gruesas y casi sepultado del que solamente quedaban los pisos inferiores. Ahí aguardamos esperando que el engendro nos encontrara pero, afortunadamente, tuvo pingüinos de sobra para jugar hasta que volvió a descender la temperatura.
Unas dos horas antes de llegar ustedes sufrimos un terremoto. La nieve ya había cubierto la ciudad tal y como han visto, y el terremoto casi sepultó la ya pequeña salida de nuestro refugio, del que no nos atrevíamos a salir.
Luego escuchamos las pocas palabras que Halperin pudo transmitir por radio desde el avión, y rezamos porque hubiera escuchado las nuestras.
A lo largo de nuestro encierro, para más confusión, hemos sufrido tres episodios muy extraños, de mareos, de visiones remotas, de una sensación que nos invadía, como si el tiempo perdiera coherencia o significado.
Deberíamos poner en común nuestras experiencias, aparte de que usted, Pickwell, nos debe una explicación. ¿Por qué abandonó a Ralph de esa manera?
Versión de Chester
Que Charlene me corrija si me dejo algo o me confundo en algún punto. Algunos de mis recuerdos pueden estar un tanto nebulosos, pero seré tan fiel a la verdad como me sea humanamente posible. Lo que hemos visto, Dios... entenderé que no me crean sin más pruebas que mis palabras, pero les aseguro que todo lo que les cuente será cierto, o tan cercano a la verdad como mi memoria me permita.
Dicha esta primera advertencia, Chester empezó a narrar su historia.
Nada más aterrizar en el antiguo lecho del río nos topamos con los alemanes, Meyer y sus acompañantes. Nos unimos a ellos y empezamos el camino hacia la alta torre. Allí empezaron nuestros problemas: se abrió una tremenda grieta en el suelo que casi se nos traga, y además mi mochila explotó. - En aquel momento Chester echó en falta más que nunca su bello y estrellado amuleto, con quien tantas fatigas había compartido. - Se ve que el pedazo de estrella de esteatita que recogí en la cueva debía tener alguna propiedad extraña, pues en cuanto nos pusimos en camino hacia la torre empezó a calentarse, hasta que dentro del mismo edificio ni siquiera podíamos tocarla sin quemarnos; teníamos que usar unas pinzas. Pero me estoy avanzando...
Superamos la grieta, y nos metimos en la torre por un ancho túnel. Encontramos prendas hechas con las pieles de - suponemos los pingüinos gigantes, y si han tenido ustedes acceso a los papeles que nos pasó Meyer, sabrán que sus propietarios eran probablemente los miembros de la expedición Miskatonic, anterior a la nuestra. Seguimos avanzando por el interior de la torre, subiendo por diversas rampas, y la temperatura no cesaba de aumentar: llegamos a estar a 25 grados. En la Antártida. Un misterio más, supongo.
Pero bueno, supongo que lo que les interesará saber es qué había dentro de la torre, más que el tiempo que hacía, ¿Verdad? Pues bueno, solo les diré que todas las paredes estaban cubiertas de grabados contando la historia de Los Antiguos, los carambolos como los llamamos nosotros, desde su llegada a la Tierra hasta la decadencia de la ciudad, pasando por su enfrentamiento con otras razas y la creación de los Shoggoths, estos seres informes que les servían de esclavos. Vimos allí como intentaron adaptarse a los cambios en nuestro planeta. Señores, estos seres llegaron aquí hace millones de años, antes que, bueno... antes que Todo.
Cuanto más subíamos, más misterios nos encontrábamos. Primero tuvimos visiones de un pasado remoto, después nos encontramos con cuerpos decapitados, antes me comprometí con Charlene, y creíamos que los cuerpos eran de Starkweather y Nandan, pues eran de un hombre adulto y un adolescente. Ahora ya no estoy tan seguro, la verdad.
Fue al llegar a la gran sala cuando se desató el infierno. Sutton - maldita sea su estampa - creyó ver algo, y le lanzó un cartucho de dinamita. Pero ese algo nos lo devolvió, casi mandándonos al infierno. Entonces aparecieron dos carambolos, vivitos y coleando, uno parecía anciano y el otro joven, y uno de sus Shoggoths servidores. Todo empezó a temblar, oímos los temidos Tekke Li-li de los que hablaban los papeles, y todo fue un caos. El edificio seguía temblando, intentamos huir, Pooster murió aplastado y después decapitado por el Shoggoth, pero al final logramos herir a los dos carambolos con nuestras primitivas armas de fuego. Meyer y Sutton se fueron en su búsqueda, y yo me quedé con Charlene y salimos al exterior. Se lo digo yo, esta torre le hace algo a las mentes humanas. Es como si nos volviera locos poquito a poco.
Y más o menos eso es todo, que como ya ven es bastante, aunque también podría ser casi nada. Salimos, nos dirigimos hacia el avión y nos topamos con Ménez y el resto.
La verdad - dijo algo compungido - me hubiera gustado ayudar a Sutton y Meyer en su cacería, pero Charlene estaba muy malherida y mi cerebro no hubiera aguantado estar ni un minuto más dentro de la torre. No sé qué ha sido de ellos, ni si algún día volveremos a verles. Quién sabe.
Y con estas palabras Chester puso punto final a su relato.
De nuevo Acacia:
¿Gritaba? Acacia se encogió de hombros mirando a la periodista bastante molesta. No recuerdo nada de esos momentos, hay un vacío en mi mente. Recuerdo subir desde la gran sala del mapa, y luego volver a ella. Por cierto, señor Field, tuve la oportunidad de ver algunos de esos grabados en la gran sala del mapa, en ellos no se relataba la historia de los antiguos tan en general, como hemos visto en esta ciudad, sino la de una guerra, y la de la construcción de algo muy grande. No se si tenía que ver con la torre, aunque me figuro que si. Pero era grande a nivel geológico: había planos de la cosa que más bien parecían mapas del continente. No vi mucho más que eso, fueron Meyer, Sutton y Pooster los que se fijaron más, y no están con nosotros. Puede que algo de lo que vieron Meyer y Sutton les indujo a bajar por ese pozo.
Versión de Pickwell
Yo poco tengo que contar. Me quede aqui como me dijerton, pero observe que habia cambios meterologicos nada normales ni previsibles, las nubes salian de la ciudad y un agran tormenta se formo ante mis ojos. No pude mas que cogher a mi compañero y buscar refugio para poder aguantar el frio y la nieve. Nos metimos en el iglu, pero la condensacion de oxigeno crecia y fuera estariamos muertos. Deje alli a nuestro amigo, esperando que fuera la mejor solucion y trate de buscar ayuda, me decidi a salir para encontrarme un ovillo de cientos de pinguinos albinos graznando. Huian de algo, se oia el miedo.
Me asuste y tras ello corri pero resbale y me golpee de nuevo, cai por una rampa extraña y me encontre dentro de los edificios malditos, solo pude tratar de salir de aquella sala viscosa que parecia mas bien una traquea o algo vivo. Alli estaban cientois de pelotas gomosas como estas. Busque como volver a la superficie, note un temblor y pense que moriria alli. Tras ver la luz natural del cielo, solo pense en volver y tratar de encontrarles, para explicar que nada bueno puede acaecer aqui, es el infierno en la tierra.
Solo se que mis pies estan helados, yo medio muerto, aterido, dolorido y magullado, aqui solo hemos encontrado muerte....
Conclusiones Moore después de relatar Menez sus teorías.
Eso señala únicamente a los alemanes, Menez, dijo Moore. Si Kyle Williams y nuestro propio Jonás nos hicieron perder equipo, redundó en su beneficio, ya que no tienen aviones capaces de cruzar esta cordillera, y cambiaron gasolina por plazas en el avión de Acacia. Conociendo, por los textos robados, qué había al otro lado, es lógico que buscaran hacernos daño para luego venir a "salvarnos" de la escasez. ¿No le parece más plausible? De lo contrario, Acacia se hubiera asociado con ellos desde el principio, y no le tendrían que haber robado nada. Pienselo bien, Menez. Acacia estaba clavada en la costa sin el concurso de los alemanes, por culpa de Kyle, no tenía otra alternativa que llegar a un acuerdo. Primero lo hizo con nosotros, es cierto, pero ya sabe lo mal que se llevaba con James y creame, eso es verídico, y viene de hace mucho tiempo. No ha sido teatro.
Pero, además, tenemos que asociarnos con alguien si es que deseamos ir al rescate, que no lo tengo nada claro, por cierto. No tenemos suficiente combustible ni oxígeno.
Y ahora venga a la reunión, que ya bastante desconfianza hay sembrada en el aire como para que nuestros apartes no provoquen más.
De la segunda versión de Chester: Superamos la grieta, y nos metimos en la torre por un ancho túnel. Encontramos prendas hechas con las pieles de - suponemos los pingüinos gigantes, y si han tenido ustedes acceso a los papeles que nos pasó Meyer, sabrán que sus propietarios eran probablemente los miembros de la expedición Miskatonic, anterior a la nuestra. Seguimos avanzando por el interior de la torre, subiendo por diversas rampas, y la temperatura no cesaba de aumentar: llegamos a estar a 25 grados. En la Antártida. Un misterio más, supongo.
No crees que fueran ropas vestidas por humanos. Con forma de tienda de campaña y cinco aberturas radiales… Bueno, es demasiado evidente como para repetirlo, ¿verdad? Al fin y al cabo, para los habitantes de la torre el exterior también era frío. Sobre todo si había que volar por ahí en pelota picada.
Sería interesante que pusieras en abierto tus resumenes. Al menos las que Menez piensa que puede compartir. Al fin y al cabo, vais a estar en cuarentena un tiempito.
Menez, aparte de bregar con Moore por el uso de la radio, que tampoco es que hiciera mucha falta, pudo poner en orden todas sus notas, y pasar a limpio todos los escritos en lo que sería una historia personal de la expedición.
De entrada, le chocaron varias cosas, haciendo sus repasos.
Por un lado, del texto de Pym se deducía que los salvajes, que debían vivir en la costa, cerca de alguna exhalación de vapor calorífero que haría factible su supervivencia, hacían sacrificios humanos a los Antiguos. Estos Antiguos procesaban esos sacrificios en la torre. Eso parecía claro. Y los procesaban de una manera inquietantemente similar a como habían tratado a Pooster.
Entonces... comenzó a sumar tiempos. Desde la desaparición de Hirsch hasta el comienzo de los cambios de temperatura. Desde la desaparición de Nandan hasta los estallidos espacio temporales o lo que hubieran sido (el primero cuando ella misma salió en persecución de los Antiguos con los demás, que les había pillado en el avión). Añadir el terremoto, acompañado de una lluvia de piedras negras, cuando Sutton (había dicho Chester cuando todavía estaba cuerdo) puso una carga de dinamita en las instalaciones de la torre... Otro, más o menos, cuando Pooster fue "procesado" y se calmó el terremoto y otro más cuando volvían, momento en el que (presumiblemente) pudieron haber sido procesados también Meyer y Sutton.
Y, en la ciudad, también habían notado esos periodos de desasosiego. Además, en la ciudad habían brotado nubes de calor, de vapor...
Y todo esto tras mucho tiempo de inactividad, dado que al llegar, toda la ciudad estaba tranquila. Y, según los arqueólogos, había estado mucho tiempo tranquila.
¿Qué habría ocurrido? ¿La torre era una especie de calefacción central de escala geológica? ¿Y, además, un arma? ¿Para qué necesitaban sacrificios humanos que procesar en la torre los últimos descendientes de los Antiguos? ¿Por qué la torre tendría tan funesta fama, aun entre los Antiguos de todas las eras? ¿Qué sacrificios habían tenido que hacer, en ausencia de razas inferiores, en el pasado? ¿Cuál era el motor que movía eso, que pervertía vuestra percepción de la realidad cuando se ponía en marcha?
Poco a poco se formó una secuencia de hechos en su mente. Los Tsasalianos ofrecían sacrificios. Dejaron de hacerlo. Algo pasó. Entonces se abría un vacío desde principios del siglo diecinueve o finales del dieciocho, posible datación del relato de Poe hasta nuestros tiempos. Cuando la primera expedición Miskatonic se puso en marcha, despertaron a ocho Antiguos, de los que sobrevivieron cuatro.
Esos cuatro Antiguos visitaron la torre, eso estaba claro. Tres años después, llegásteis vosotros, y los cuatro antiguos os raptaron, y os usaron para alimentar la torre, a la manera de sus degenerados descendientes (recordemos que estos antiguos despertados procedían de una caverna antiquísima en millones de años, una época clásica en su cómputo del tiempo).
Estaba claro que faltaban muchos datos, pero el conjunto era sugerente.
Solamente Peabody no pudo evitar tensarse al recordar lo que llevaba en bandolera bajo la Parka. En la botellita. Se desabrochó (con una mirada de reproche -absolutamente profesional- de Maggie) y echó un vistazo.
El ópalo dentro de la botellita ya no era tal. Se había pegado extendido a lo largo de la pared de vidrio . Parecía... si: parecía que se había acercado a Peabody buscando el calor de su piel. Pero cuando lo retiró de su cercanía para verlo mejor, tomó de nuevo la forma de un ópalo ovalado.
La transición entre un estado y otro le pareció asombrosamente desagradable.
Peabody les describió con detalle sus observaciones: el ópalo es algo vivo, que pugna por salir de su prisión de vidrio y escapar hacia el calor. Debe mantenerse frío, y cómo hacerlo durante el viaje le preocupa. Por el momento sería fácil, claro, sencillamente enterrado en el hielo del exterior; pero obviamente no puede ser dejado sin vigilancia permanente, sería demasiado peligroso. ¿Quizá sería mejor destruirlo, o al menos tratar de hacerlo?.