¡Ja! La puta que me parió. A la Lexington se le acaba de rizar el pelo. Miles combatía el nerviosismo con un lenguaje, si cabe, más barriobajero todavía.
Larry se acercó a ti. El avión estaba despegando. Te dio una palmada en la espalda lo que, viniendo del tímido Larry, ya era bastante raro.
Venga, Dom, ayúdanos con esto. Estaban desempacando todas las armas y estaban seleccionando las de mayor calibre. No te preocupes, volverán, añadió mirando al avión coger altura.
Bien, muchachos. Sykes había recuperado algo de su buen humor. Podemos hacer esta tarea, pero ni de coña penséis que vamos a salir inmediatamente a rescatar al Starkweather que haya quedado atrás. Lo primero que haremos será comer algo caliente. Luego revisaré vuestras ropas. Una hora al menos. Ellos tenían equipo de supervivencia, así que lo normal es que puedan aguantar un poco.
De todos vosotros, el único que no estaba más animado era Halperin, que pilotaba el avión como siempre: eficiente pero algo temerario, pero que, además, murmuraba para si, y estaba muy pálido.
Lo mio ya lo tengo listo. reviseme la ropa rapido que voy a ese monticulo a otear con los prismaticos, no debe estar muy lejos donde ha caido el bicho.
Me acerco a Larry y le hecho una mano con las armas, eligiendo para mi un rifle de caza que parecia potente. Estos cabrones de bichos tienen la piel dura, he Larry, habra que darles con algo mas gordo que con pistola.
Sykes en cuanto coma algo abrire marcha a ver a quien tenemos alli.
Diegus, estando solo puedo postear mas rapido, a diario si te viene bien.
Guardián: Por mi puedes llevar a la vez a Miles y a Dominique, sin problemas, siempre que luego distingas bien entre lo que sabe uno y lo que sabe otro.
En cuanto a llevar un ritmo más alto: si es necesario hacerlo no está mal, pero de todas maneras tu segmento de tiempo de juego debe ir parejo con el de los demás, así que igualmente hay que mantener el ritmo parejo, para que si os volvéis a juntar, sea cuando debe ser :)
Ok pues.
De momento llevo solo a Dom, asi solo se lo que me pase, cuando casque ya veremos a cual llevo.
Un saludo
Nada de ir por solitario, Dom, te quedas aquí hasta que tengamos la sopa preparada. Y se negó a revisar nada hasta que no hubo encendido el hornillo y preparado una buena ración
Moore había desempacado y montado una de las radios de campaña que llevábais. Escuchaba atentamente varias frecuencias.
El alcance es muy grande, juraría que acabo de copiar el campamento base, y todo a pesar de las montañas. Aun así, no había potencia como para comunicarse, solamente se podía recibir. Siguió trasteando con las ruedecitas. ¡Esta también es muy lejana! Hablan en alemán. Se quedó un rato con los auriculares puestos intentando oír algo sin mucha fortuna. Parece un may day... ¿Qué estará pasando ahí? Vamos a llevarnos el equipo e intentaremos triangular la señal. Dominique, tome el equipo de Nandan y marque esta zona, intentaremos marcar de nuevo cuando nos movamos y veremos qué pasa. Si no cambian las condiciones de recepción puede que logremos una estima bastante buena.
Pickwell, tirada de navegación para situarte con precisión en el mapa.
Nadie podía hablar por encima del rugido de los motores, mientras el Boeing surcaba la intensa luz rojiza del verano antártico. No había mucho que hacer excepto pensar el vuestro objetivo y reflexionar sobre la terrible majestuosidad de las Montañas de la Locura. Tras vosotros, las empinadas cumbres puntiagudas de la Cordillera Occidental abarcaban el hirizonte de norte a sur. Justo delante, en la meseta, el terreno ascendía muy suavemente. Se distinguían en él las huellas del río que atravesaba la ciudad. Vuestra trayectoria corría pareja a sus circunvoluciones a través de la llanura. Más allá, mucho más lejos, un muro de nubes que se movían en remolinos cubría el mundo. Parecía una tremenda tormenta. Giraba en el sentido de las agujas del reloj, agitándose violentamente en un remolino de luz roja y púrpura. Más allá todavía, sombra de una sombra, se dibujaba, tímido, otro perfil monstruoso: líneas de gris sobre gris parecían delinear otra cordillera todavía más alta que la que dejabais a la espalda.
El diminuto puntito que, a pocos metros del suelo, ibais siguiendo, se movía tan despacio con relación a la velocidad mínima del Boeing que a menudo había que dar círculos a la mayor altura posible, para evitar ser detectados. La criatura con su presa iba directa a la tempestad.
Ahora de verdad, la expedición abría nuevos horizontes. Ya no seguíais las huellas de nadie... cuerdo. Quizá pensando en el loco que casi os había hecho perecer podría parecer que seguíais pasos entrevistos por él. Quién podría decirlo.
FIN DEL CAPÍTULO 9
Tachaaan.
Los trabajos seguían en el pequeño campamento y ya pronto estaríais listos para ir en busca del Starkweather, padre o hijo, que se hubiera quedado atrás. El tiempo seguía siendo inusualmente cálido y pacífico. Silencioso. El aire transparente multiplicaba la sensación de captar movimientos por el rabillo del ojo casi hasta la locura.
Sin embargo, todo el mundo procuraba mantener la calma, y hasta el buen tono. Pronto cabría enfrentarse a nuevas dificultades. Ahora solamente quedaba prepararse.
FIN DEL CAPÍTULO 9
Ya haces la tirada en la siguiente escena.