Durante los preparativos del viaje.
Menez sonrió a Nandan en uno de los pocos momentos que pasaban a solas en el atestado campamento.
- Jovencito, una pregunta.- Miro a todos lados con suspicacia, signo de que no planeaba nada bueno.- ¿No sabrás de alguien en el campamento que pueda conseguirme unos cigarrillos, verdad?- De pronto el rostro de Aramiker se ruborizó un poco al darse cuenta de que podía estar pervirtiendo al miembro más joven de la expedición.- Quiero decir...no es que sean para mí, válgame el Cielo,...ni que piense que tu..bueno...ejem...los necesito para hacer uno de mis regalos jeje.
- Y arqueóloga...- Matizó pues no quería que Acacia pensara que quería hacerle una entrevista, que es justo lo que quería hacer.-...mi trabajó aquí es documentar todos los hallazgos realizados por la expedición. Mis conocimientos en arqueología han resultado bastante útiles por el momento.- Menez jugueteó nerviosa con las costuras de la gruesa ropa que llevaba encima.- Pero no es eso de lo que quería hablarle. Es evidente que no se lleva bien con Starkweather, y no le culpo aunque no entiendo aún que pudo ver en Rompehuevos, ¿sabe que aquí se le conoce por ese nombre jeje?, un hombre realmente insufrible para mujeres como nostras, independientes y con intención de ser algo más que un adorno en manos de un hombre.- La lengua de Menez andaba desbocada, libre y sin ataduras.- Otro día con más calma me encantaría charlar con usted animadamente sobre ello. Le podría contar algunas anécdotas divertidas sobre James en torno a un té con pastas jijiji, pero ahora no tenemos tiempo. El caso es que también he oído rumores sobre lo que piensan de los sabotajes que han sufrido y eso me preocupa más. - Menez trató de explicarle a Acacia lo mismo que a Priestley unos minutos antes.- Por lo que creo ese Danfoth podría haber orquestado un complot para que ninguno de nosotros logre llegar al campamento Lake. Las razones aún se me escapan. Sin embargo hay una pista, na importante, que podría relacionarlo todo. Recuerdo los artículos de periódico en la época en que mirió su padre. Siento mencionárselo.- Dijo poniendo cara de compungida.- En un principio usted comentó que no se llegaba a creer la versión oficial de la policía sobre su suicidio. Luego rectificó, pero hablaba de la desaparición de un manuscrito. La edición completa, con los cuatro capítulos finales de Las Aventuras de Arthur Gordon Pym. ¿Finalmente lograron encontrarlo en su biblioteca? Supongo que usted habrá leído el manuscrito completo si tan valioso le resultaba a su padre...- Menez no dejaba de escrutar, con sus pequeños pero despiertos ojos, todas las reacciones en el rostro de la mujer. Escuchó todo lo que le tenía que decir y ya cuando se despidieron le llamó una ultima vez la atención.- Perdone, sólo una cosa más. ¿Le dice algo esto?- Menez tendió una nota de su cuaderno con unos números y letras escritas en él.
QB-0505
Me tiras psicología y lo que creas conveniente si es necesario para saber si hay algo raro.
¿Romaní? No, Chester no tenía ni repajolera de romaní. Pero realmente aquello era de lo más extraño.
No hablo romaní, pero si mal no recuerdo durante el viaje hacia el sur en una de las paradas nos encontramos con una mujer que parecía proceder de algún país del este de Europa. Aunque tampoco estoy muy seguro.
Chester intenta recordar qué sucedió con aquella anciana exactamente.
Nos contó dónde teníamos que ir para recuperar la cartera de Sutton, que la perdimos en un... despiste. La tenía un miembro de la policía local - o del ejército, no estoy seguro - pero cuando llegamos estaba muerto. Le habían arrancado la cabeza, le habían puesto unos cables dentro y estaba recubierto de una especie de sustancia gelatinosa que parecía capaz de curar heridas. Todo fue muy raro.
Chester se da cuenta de que ha empezado a divagar. Intenta volver a enfocar su historia.
Pero volviendo a la anciana: que a veces parecía que se moviera como una marioneta, como si alguien se hubiera metido dentro y estuviera controlándola. Cuando hablaba apenas movía los labios, y cuando terminó de hablar con nosotros pareció que encogía de tamaño.
Total - dijo para concluir su historia, que tampoco parecía tener mucho sentido - que no hablo romaní, que hay gente muy rara en el mundo y que, o mucho me equivoco, o aún no hemos visto de la Misa la mitad.
Dicho esto, Chester se recogió en su asiento y trató de descansar. ¿Quién sabía qué les esperaba más allá de los hielos? Pronto lo descubrirían. Sí, muy pronto...
Acacia obsequió a Menez con una fría sonrisa cuando esta habló de Starkweather de la manera que habló. A Menez le daba la impresión de que Acacia estaba bajo una terrible tensión que disimulaba admirablemente bien: la responsabilidad del mando unida al peligro que gravitaba sobre su cabeza. La desconfianza de no saber en quién confiar. Demasiadas variables y demasiada soledad. Pero también le dio la impresión de que había elegido un camino equivocado para ganarse su confianza. El caparazón de cautela que le rodeaba era duro y correoso.
Me parece completamente impropio y desleal que ponga usted calificativos insultantes a su jefe, señorita Menez, y sepa que se lo haré saber. Lo que pase entre nosotros no es de su incumbencia. En cuanto a sus investigaciones sobre ese tal Danforth -se encogió de hombros- no me dicen nada, pero tomo nota por si nos sirve.
Cuando Menez mencionó la muerte de su padre y el manuscrito de Poe se quedó completamente sorprendida. ¿Cómo se atreve? ¿Ha estado investigándome? ¿Que diantres tiene que ver todo eso con lo que sucede ahora?
Cuando para acabar de poner la guinda al pastel Menez enseñó a Acacia su propio número de teléfono empalideció. Salga usted de mi vista, señorita Menez. Inmediatamente.
A Menez la sorpresa y el estupor de Acacia al revivir esos hechos le pareció sincero, y el disgusto profundo. Probablemente, dado el duro carácter de Acacia esta conversación impidiera nuevos intentos, al menos en un futuro cercano, a no ser que se sirviera para seguir sondeando de otra persona.
Tirada oculta
Motivo: persuasión menez
Tirada: 1d100
Dificultad: 21-
Resultado: 41 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: psicología menez
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 34 (Exito)
Giles hizo una mueca cuyo subtexto podría haber sido, buen intento, dirigido a si mismo, pero pronto otros pensamientos ocuparon sus células grises, o más bien deberíamos decir otras emociones. Cuando los engranajes en su mollera encajaron con un clic, se puso colorado. Bueno, señorita Menez, ahora parecía algo ofendido y más avergonzado, ya que Menez daba la impresión de llamarle cotilla o algo por el estilo al haberle hecho esas proposiciones, percepción que no parecía tener de si mismo en absoluto, creía que era una oferta de trabajo para su periódico, lo siento. Claro que tengo los ojos bien abiertos, como cualquiera, pero ahora el Jonás lo tienen los de Lexington ¿no? Creo que tengo algo que hacer por la excavación, antes me llamaba el doctor Myers*, que tengan buen vuelo. Avery Giles estaba dando largas, con toda claridad. Y a lo dicho unió el hecho, haciendo un gesto confuso con la mano y largándose sin más.
Menez supo que no podría haberle echado en cara su pereza y su chismorreo de manera menos efectiva si lo hubiera intentado a propósito. Al menos algo bueno había tenido su intento: podría llegar a ocurrir que el muchacho se reformara y trabajara algo.
Tirada oculta
Motivo: psicología menez
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 65 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: persuasion menez
Tirada: 1d100
Dificultad: 21-
Resultado: 39 (Fracaso)
*Antes me confundí con el jefe de Giles, Charles Myers, pero el interlocutor alemán se apellida igual, sin la s.
Los tres aviones vuelan hacia el Oeste. El tiempo es bueno. Moore se inclina hacia adelante en su asiento, en un intento de penetrar la distancia a través del cristal de la cabina, oteando las lejanas nieblas con desesperada intensidad. No habla durante el viaje, no toma notas ni responde a los comentarios. Permanece ajeno a todo salvo al espectáculo que se extiende ante él.
Los ánimos de la cabina están tensos. Una mezcla de nervios y temor. Todos saben que la expedición llegará al campamento Lake. Pronto todos conocerán la verdad, verán por ellos mismos los restos de los valientes que murieron tres años atrás. Nadie habla mucho. Algunos dormitan dominados por el cansancio. Los quejidos del viento y el poderoso ronroneo de los motores Boeing penetran hasta lo más hondo de los exploradores. Todo está dicho, parece ahora. Sobran las palabras.
El tiempo es perfecto para volar. Todo es claridad, frío y blancura. Quien pega la cara a las ventanillas y mira tiene la impresión de estar contemplando los más apartados confines de la tierra.
FIN DEL CAPÍTULO 6