Partida Rol por web

Madre mia, pero que nos esta contando... Si, vale, señor pooster, ya sabemos que hay algo mas ahi fuera, yo ya he visto un par de ellos, pero lo que nos interesa es saber cuando nos van a contar que paso en su viaje en barco. No se, pero a lo mejor si juntamos TODAS las piezas de este maldito rompecabezas quizas alguien consiga sacar algo en claro.

Ya un poco mas calmado intento no parecer tan "desagradable".

Nos parece muy bien que comparta esta informacion, pero quizas si nos pusiera en antecedentes podriamos ver desde otra perpectiva todo este galimatias. Siento mi rudeza, por favor si son tan amables de continuar...

Durante aquellos días de auto impuesta soledad, Sutton recibió la visita de varios de sus compañeros dementes, cosa que agradeció a medias, pues realmente no estaba de humor para compañías de ninguna clase y habría preferido que le dejasen solo. Su aspecto era lamentable y por si su depresión no fuese suficiente, no le hacía ninguna gracia que le vieran en aquel estado en el que mas bien parecía un monstruo que una persona.

Aun así aceptó con estoicismo las visitas del joven Nandan, que pese a que al principio le irritó su presencia, su entrega y dedicación acabaron por hacerle resignarse y permitirle acompañarle incluso en su tienda. Por supuesto no se privó de gruñir y lamentarse siempre que fingía darse cuenta de repente de su "intrusión" en su tienda, pero ambos sabían que era mas por hacer el papel de enfermo atrabiliario que otra cosa.

Pese a que no hablaron mucho durante aquellos días, al final tuvo que admitir que le caía bien aquel muchacho. Aunque por supuesto no lo decía en voz alta, no fuese que el muchacho se tomase algunas confianzas.

Por lo demás se mostró igual de asqueado y desinteresado que los días anteriores, trabajando lo mínimo, interesándose por los "descubrimientos" aun menos y pasándose todo el tiempo posible encerrado en su tienda con las extrañas excepciones en las que salía para hacer sus necesidades o pillar algo de comer.

Azares de la vida hicieron que se encontrase de paso en el preciso momento en el que el Sr. Pooster hacía su desaforada exposición. 

A Sutton todo aquello de seres extradimensionales y dioses encerrados en ciudades submarinas le parecía un chiste malo. En aquellos momentos no contaba con una extensa biblioteca a su disposición así que era imposible contrastar la veracidad de aquellas "fuentes" que mentaba el tal Pooster, pero tampoco es como si le hiciese falta hacerlo. Desde su punto de vista aquel hombre había fumado demasiado opio a lo largo de su vida, o directamente su estado de salud mental hacía en comparación a Abermale un hombre sano y perfectamente en sus cabales.

Aquel viaje le había agriado el humor hasta tal punto que no quedaba nada de su pedante educación de noble ingles, así que cuando habló lo hizo directo y sin tapujos.

    - Nosotros seremos dementes, pero ¿De donde ha sacado Starkweather a este lunático?- Bufó despectivo en tono de voz que sonó alta y clara para todos los presentes.

Acto seguido se giró y se marchó de allí directo de nuevo a su tienda. Ya tenía una opinión bien fundada sobre lo estéril y suicida de aquella expedición. No le hacía ninguna ilusión ver como el resto de sus compañeros consideraban si quiera como plausible las teorías enajenadas de un loco.

Tim sabia que no muchos iban a entender sus palabra o creer en las realidades paralelas que presentaba, pero a el le habian contratado con el proposito de cuidar de la mente de los miembros de la expedicion y para este proposito tambien, poder dar luz sobre los casos extraños que iban acaeciendo y tratar todo lo refernte a lo inexplicado, asi menos asi lo veia el.

Señores, traten de tener las miras mas abiertas y aceptar aunque sea minimamente que esto pueda ser real o que pueda llegar a tener efecto. Yo ya he vivido experiencias aterradoras que harian palidecer al mas pintado, la verdad es que no se las deseo a nadie, pero me ha permitido ver que hay otras realidades y criaturas que solo se conocen en nuestra cultura a traves de fabulas, cuentos o tradiciones, todas con un poso cierto de realidad y todas comunes a las culturas del hombre, desde los ancestros.

Puedo dar mas datos sobre lo que les he comentado , aunque me falta conocimiento astronómico, se que Lammas es el primer día del cuarto mes. O sea, el uno de mayo para todos nosotros, aunque ese dato varía entre los diversos calendarios existentes, así que habría que conocer la época y el lugar del autor de este texto antiguo que pude tener en mis manos y saber qué ajustes se deben hacer para encontrar el momento exacto.

Hace una pequeña pausa y se atreve a decir

Supongo que Leo es la costelacion, pero me pierdo un poco ya en ello, aqui hay gente mas versada en esas artes y ciencias.

Lo que les estoy trasmitiendo es serio y no lo haria sino estuvieramos en esta situacion y lugar, tenganlo por seguro.

A nadie le apetece oir paparruchas o sandeces en medio de un club de Arkhan, a media tarde y con los amigos, sin temos a nada,  pero tengan en cuenta que aqui podemos estar jugandonos algo mas que una cerveza.

Les hablo de nuestras vidas y de las posibles consecuencias que puede traer no tener o tomar las precauciones adecuadas. Se que cada uno hara lo que su arbitrio y cacumen les permita o solicite, pero se lo ruego de nuevo, solo piensen que esto puede ser real, tengan un atisbo de cordura y conciencia y tratemos el tema con un minimo de respeto y seriedad.

Aqui el señor Peabody o la señorita Menez saben que hay cosas ahi fuera que son inexplicables, no tendrian explicacion con la logica empleada como hasta ahora.

Todos han podido ver lo que paso en el buque de carga, ¿ o acaso conocen algun animal con cientos de pies de rodeor que exude acido por sus diferentes patas? . Hay quein conoce los rastros de los animales comunes y no ha podido dar razon sobre este ser. DENME UNA EXPLICACION REAL DE ELLO Y DESISTIRE DE INTENTAR CONVENCERLES DE NADA, ES MAS, NO VOLVERE A TRATAR EL TEMA.

Pooster ve que los argumentos son de peso y mira hacia Maggie para ver si puede aportar algo. Asimismo, sube el tono al terminar la frase mirando a los escepticos y burlones compañeros.

Esas fotos muestran algo que ha hecho peligrar o perder la nocion de la realidad a dos personas, separadas por kilometros, en el mismo momento, ¿no lo ven ustedes señores? ¿todo eso son quizas inventos de este "lunatico"? ¿o quiza son realidades que no pueden ustedes entender con la logica aplicada tal cual la conocemos? Den una tregua a su cerrazon y piensen en ello, cabuilen unos minutos y luego denme una respuesta "logica".

Tim se mostraba mucho mas serio y convincemnte despues de oir los comemntarios suscitados entre los miembros cercanos de la tripulacion.

Sobre sus dudas, señor Pickwell , lo acaecido en el barco, hasta llegar a los hielos, no ha sido mas que una broma de pesimo gusto, una tradicion que se tiene en los buques y que no hace mas que burlarse de lo que bien podia haber sido real.

Nos gastaron una inocentada y nos ganamos el respeto a estar embarcados, celebrando una pequeña broms seguida de una pequeña fiesta en el barco que alivió las tensiones. Lo que han oido de seres marinos y dioses de las aguas, se lo puede bien explicar la gente del Gabrielle, no eran mas que disfraces y personal divirtiendose.

Lo que no le podra explicar ninguno de ellos es la procedencia de esas monedas, que es lo que mato a todos los tripulantes del carguero que encontramos, porque habia unas huellas desconocidas de un ser que no puede ser de este mundo y otra serie de indicios sin explicacion.

Eso es lo que si ha sido real y que nadie puede dar a explicar a dia de hoy. Y los muertos de ese barco que duermen en el lecho marino ya no nos diran nada sobre que les llevo a su fria tumba..

Cthulhu, Azathoth, Yog-Sothoth... Mientras Pooster hablaba sin ningún pudor de los Antiguos, la sola cadencia de las sílabas pronunciadas, aún sin significado aparente, hicieron retroceder a Alex un paso, torpemente, hasta que atinó a apoyarse en unas cajas de pemmican. Se quedó durante unos instantes, aparentemente concentrado en examinar, a través de los finos guantes que usaba bajo los más gruesos y que apenas se quitaba, la textura de la madera burdamente tratada.

La áspera sensación pareció sacarle de su ensoñación momentanea, aunque la palidez de su rostro y un ligero temblor en los labios dejaba bien claro que aquel tema le afectaba significativamente.

Nada sé de astrología, ni astronomía... - acertó a decir en voz queda, pero lo bastante alta para que fuera escuchada, una vez se produjo el silencio - Pero sé con certeza que hay seres, ahí fuera, terribles y extraños. Hostiles, o quizá indiferentes, pero peligrosos. Si es cierto lo que supone Tim, si hay un mínimo riesgo de que lo sea..., deshagámonos de esas monedas. Ya hemos desvelado en parte sus misterios. Sin duda, de alguna manera, están malditas..., ¿Cuántos habrán de morir para que aprendamos?.

Tras sus palabras, Peabody permanece con la mirada fija, perdida, en algún punto de la lona que les separa del infierno helado.

Sabes que siento mucho tener que hacerte revivir esas experiancias, viejo amigo, pero aqui era importante tu aportacion. Se que no te hace demasiado bien y luego tendremos una charla tu yo tranquilos, para lo que necesites. Siento este trago, Alex, de corazo te lo digo.

Tim muestra un gesto de lastima y preocupacion, sabedor de que no le hace ningun bien rememorar lo vivido en años anteriores y hace solo unos meses.

Te ruego me perdones, Alex.....

Es entre las descripciones apocalipticas de pooster y la replica tan dura de Sutton cuando veo un hueco y poder abordar al buen doctor. Señor Hirsch, una vez leido el informe de su colega digame cual es el siguiente paso que hay que dar, creame que no me apetece para nada recordar lo sucedido, pero hare un esfuerzo para mejorar mi salud.

Me pongo a su disposicion cuando guste.

Mejor será que vayamos a la cama, dijo Moore tras un largo suspiro. Piensen en todo esto y, si tienen alguna idea, ya me la contarán mañana.

Eran, sin duda, demasiadas incógnitas y demasiado abstrusas. Todo el mundo estaba, además, muy cansado. Luchar contra el frío cansaba. Tiritar cansaba: los músculos se veían afectados por algún tipo de dolor vago, impreciso, que mantenía constantemente ocupadas las neuronas. Muchos de los inexpertos comenzaban a sufrir reacciones al ambiente que los conocedores consideraban normales y positivas: súbitamente las manos quemaban y el cuerpo se veía sacudido por una especie de fiebre. Eran los centros productores de calor del cuerpo, los vasos sanguíneos que se adaptaban al entorno, ensanchándose, quemando grasas. Era ese un estado ideal para el trabajo pero: ¡cuánto costaba llegar a él cada día! Salir del cálido lecho, lavarse, vestirse, abrir la cortina de la tienda, notar el furioso ataque de los elementos, moverse desesperado... quizá cada día costaba unos minutos menos hacer reaccionar al cuerpo, pero eran lentos, muy lentos los progresos.

No digamos los que habían sido heridos. La reunión se disolvió sin haber llegado a conclusión alguna. Por fortuna, la moneda, disco, objeto... iba camino del Gabrielle en su gruesa celda de plomo.

 Winslow, que no había intervenido, pero si tomado muchas notas, salía murmurando algo así como: pero el oro debería hacer un efecto parecido al del plomo, debería bloquear las radiaciones, lo que significa que... mientras Maggie, horrorizada, intentaba ir tras él para colocar sus ropas correctamente, ya que el despistado glaciólogo se había olvidado (otra vez) de abrocharse como estaba mandado y ya había heridos suficientes.

Peabody compartía tienda con los otros dos mecánicos, Larry y Huston. Las mujeres, Menez (para desilusión del calenturiento Pooster) Maggie y Clarlene compartían otra. Chester, Pickwell y Sutton, aunque fuera porque ya se habían acostumbrado unos a otros, otra. Pooster y Hirsch se fueron a la tienda aledaña a la enfermería, donde Greene les esperaba mientras terminaba las últimas curas del día. Nandan dormía en la tienda de su padre: toda para ellos dos solos.

Cada uno fue a la suya. La noche ártica, de color melocotón y azul marino, dejaba todo envuelto en una bruma confusa, sobre las que las marcas de colores señalando caminos para evitar perderse parecían garabatos de niños. El campamento entero parecía flotar en esa bruma. A una distancia que podía ser breve o lejanísima, dominaba todo el monte Erebus con sus eternas exhalaciones, su inquieto sueño de gigante.

Siguiendo lo que te parecía un camino de baldosas de colores llegaste a tu tienda. De dentro llegaba la música del ukelele, tocada por Huston, al que acompañaba bastante bien a la armónica Laurence Longfellow, el mecánico que había viajado con los dementes, gordete, tímido y tranquilo. Al alzar la vista hasta la ladera del Erebus, recortado contra la nieve de un delicadísimo gris perla, distinguiste lejos la figura de tu padre, caminando hacia el volcán, sin dejar rastro alguno en la nieve. De espaldas a ti.

FIN DEL CAPÍTULO 5