Partida Rol por web

Las hermanas Cole abandonan el instituto.

Continué cruzada de brazos cuando ví llegar a Dett.

-Sí- contesté a la rubia haciéndole a la par una señal a Sophie y Ginny –tenemos que concretar un planazo chicas, va a ser lo mejor que les va a pasar a estas almas en desgracia –dije refiriéndome a todo ser viviente que estuviera yendo a clase.

Después miré a Nathan -¿te vienes? Bueno, claro, a no ser que tengas otro desprecio más para mi delicada y preciada amistad- solté con dramatismo, para acabar finalmente refiriéndome a todos los que nos encontrábamos casi en un corro -En casa podemos tramar cada detalle mientras tomamos algo, que es mejor, vamos- concluí saliendo de aquella cuadra a la que algunos llamaban clase.

La llegada de Odette en ese momento y su comentario hizo a Nathan reír. -Quizá la señorita Green acepte sugerencias. Comenta. 

-Me encanta cuando te pones dramática. Responde a Madison, poniendo su mejor sonrisa.

Con ese gesto Nathan pensaba dejar claro que aunque valoraba su amistad, no cedería a ciertas cosas, no seria uno de los lacayos que la rodeaban, estaría junto a ella, pero como iguales.

-Realmente... Se encoje de hombros. -Tengo entrenamiento. Dice a Madison. -Pero el finde tendrás toda mi atención. Lo prometo. Añade.  -Hablamos ¿ok? Dice mientras sale del aula.

Nathan abandona los aularios para dirigirse al gimnasio del instituto. Mark se marcha del instituto.

Nathan llega al gimnasio. Allí le estaban esperando ya sus compañeros y el entrenador. - ¡Venga, rápido a cambiarse! ¡Malditas clases de educación sexual! ¡En mis tiempos se aprendía todo en el campo! - en los vestuarios Nathan cruzó miradas con William, el cual le saludó con un gesto de cabeza.

Tessa había recogido sus cosas y se disponía a abandonar la clase cuando advirtió que la mayoría de sus compañeros ya se habían marchado. Localizó con la mirada a Odette Clarke, su roomie, y a Madison Montgomery, la chica más popular de todo el instituto, junto con algunas de sus subordinadas. Ellas aún no se habían marchado, por lo que decidió aproximarse hasta el grupo de chicas, con la mirada gacha y la carpeta presionada contra su pecho.

-Hola, chicas -dijo, forzando su mejor sonrisa-. Odette, Madison... -Pronunció el nombre de cada una, aunque solo miró a los ojos a su compañera de apartamento. No fue capaz de posar la mirada sobre Madison. Ella era tan alta, tan delgada y tan guapa a ojos de Tessa que la pelirroja prácticamente la consideraba un ser superior. Apostaba a que Montgomery no pasaba por los miedos e inseguridades que a ella le preocupaban. Tessa no la envidiaba, pero sí que la idolatraba-. ¿Puedo ir con vosotras?

Me frené en seco cuando escuché su negativa a venir. Mis ojos le miraron tratando de descifrar su secreto y, aunque ahora tenía ahora nuevos planes en los que centrarme, estaba claro que algo parecía escaparse de mi alcance o de mis dominios de casi Sherlock Holmes a lo femenino y (por supuesto) divino.

Pero el día no iba a acabar con sólo esa sorpresa, si no que había una más. La pelirrojilla de la clase se había acercado, ¡a nosotras! Vaya, esto sí que es nuevo. Sonreí de forma ladeada mirándola con descaro de arriba abajo –Perdona ¿me estás hablando a mí?- pregunté con una irritante molestia, pues sin duda había demostrado ser osada haciéndome mirarla (bueno, a ella y a sus enormes pechos, ya que por más que los oprimiera con una carpeta, se podían ver desde lejos).

Sin embargo, entre cerré la vista, pensando en que, a lo mejor, que viniera podría serme útil –vamos a mi casa, que tenemos que trazar y delinear una idea fantástica- abrí los ojos tras decir esto con algo de normalidad –quizás me sirvas, puedes venirte- sin más, esbocé una clara y forzada sonrisa a modo de invitación.

-Joder, siempre anda cabreado... Dice a William mientras se saca la ropa refiriéndose al entrenador. -Paso de sacar la cara por Seth. Que le den. Si el entrenador no lo pone más  balones para mí. Sonríe y alza la mano para que William la choque.

Luciendo ya el uniforme del equipo con el veinticuatro a la espalda, sale al parqué. Nathan pide el balón y lanza. La parábola es perfecta se ve a la legua que entra limpia... Sonríe, aquí está en su elemento.

Seth... Es un niñato mimado. Siempre hace lo que le da la gana y a veces siento que el equipo le da igual. ¡Cómo se nota que él no necesita que un ojeador le eche el ojo encima! - comentaba bastante molesto. Se terminó de vestir y le chocó la mano a Nathan. - ¡Venga, a quemar suela en la pista!

Tras eso ayudó durante su entrenamiento a Nathan, él era más un pivote, alguien que robaba y pasaba rápidamente la bola, pero tirar... Ahí Nathan era el experto.

De vuelta en los vestuarios, tras pegarse una ducha, Nathan ojeo su móvil. No había mensajes por lo que dedujo que las clases particulares se habían suspendido. -William ¿tienes algo que hacer? Podríamos ir a casa de Madison. No podemos dejarlas que planeen solas la fiesta ¿no crees?

Tengo que hacer una cosita antes de poder ir a ninguna parte, pero sí, nos vemos allí bro. - contestó con una sonrisa y una palmada en el hombro de Nathan. No dijo nada más y se marchó enseguida.

Para sorpresa de todos, o al menos de la mayoría, resultó ser que el vídeo que vieron no fue para nada una broma, ya que al llegar a la escuela, pudieron ver a unos cuantos policías rondando el lugar y tomando testimonio de absolutamente todos los profesores.

Los alumnos llevaron el día con normalidad, hasta que finalmente, después de las clases y siendo la hora a la que correspondería a todos salir de allí, o como pasó ayer, tener clase de sexología; los profesores citaron a los alumnos de aquella clase extraescolar en el aula donde se cometió el crimen.

A pesar de que había sido limpiada la escena del crimen, los alumnos aún podían visualizar en su mente lo que vieron en aquél vídeo.

Uno tras otro fueron hacia el despacho donde un inspector estaba interrogando a todos los alumnos para comprobar sus coartadas y tras terminar con ellos, los devolvían a aquella aula. Parecía que no podían salir de allí hasta nueva orden.

Pronto les llegó un mensaje en instagram, un mensaje que daría bastante de que hablar a los alumnos...

¡Esto es como una peli de miedo!- gritó el joven. - Primero muere la rubia tonta, después irán los negros ¡pero ahora está jugando con nosotros! Tenemos que seguir su juego, quizá el último en sobrevivir de esta lista no le haga nada de nada y sea el ganador de este macabro juego. - se apresuró a sacar su móvil e intentar emitir un voto.

Se levantó corriendo de su asiento y tiró el móvil Ethan al suelo de una palmada. Todos pudieron ver como este había marcado el nombre de Madison Montgomery, Alex no dudó y rompió el móvil de un patadón. - ¡¿Qué coño te pasa?! ¡Esto no es un juego o una película! ¡Es la vida real! Tenemos que colaborar todos, no luchar entre nosotros. - se giró hacia los demás y los miró con seriedad. - No votéis a nadie, es lo que quiere el asesino. Debemos colaborar y cuidar unos de otros durante la fiesta de Madison.

"Anda mira. Parece que tenemos un abusón de mierda delante..." Se acercó al móvil destrozado en del suelo y lo recogió, devolviéndoselo a Harper. Luego se dirigió a su butaca, se sentó, sacó su propio móvil, y participó en la encuesta. "¡Eh, Drama King!" exclamó dirigiéndose a Cruz. "¡Mira cómo me paso por el forro tu discursito de héroe! ¿¡Vas a romperme el móvil a mi también?! ¿Eh? ¿Eh?" le provocó, moviendo con la mano su móvil como si fuera una campanita. "¡Inténtalo si te atreves! ¡Inténtalo con cualquier otro en clase!" le dijo en tono amenazante.

Giró la cabeza para mirar a la Drama Queen. "Madison, cancela la fiesta y ya está." a ella no se dirigió con tono amenazante. Simplemente le sugería una medida mucho más sensata que andar por ahi rompiéndole el móvil a los colegas y haciéndo fiestas en las que morirse.