Partida Rol por web

Espera... Voy contigo. - comentó con voz serena, parecía estar bastante afectado ante las acciones de sus compañeros.

Alex volvió a coger el móvil que le había prestado a Ethan. - Ya te pagaré la reparación del móvil, pequeño sociópata. - se giró hacia sus amigos, Emily y James. - Si necesitáis algo, pegadme un toque al móvil, creo que iré a la cafetería también. - y sin decir nada más, se marchó.

Iba a contestar a Mary en nuestra conversación privada pero la entrada de un hombre frena ese impulso. El detective del caso, interesante. Hasta este momento no había caído en la total seriedad del asunto pero al fin de cuentas, asesinatos suceden cada día, lo vemos en la puta televisión y aunque ahora nos toque de cerca son cosas que pasan ¿Qué me preocupan? Puede ser, pero me preocupa más el hecho de que piensen que una cuenta de Instagram sea tan poderosa, joder que tiene que ser otra cosa.

Cuando el tipo dice que Mary debe quedarse mis ojos bailan entre ella y Eleanor buscando una reacción. Estoy tentado de rechistar, pese a mi enfado actual, al fin de cuentas es alguien que me importa pero eso solo puede empeorar las cosas. Cuando vamos saliendo intento tomar la mano de Eleanor para saber como se encuentra. Mi habitual sonrisa estaba oculta bajo un manto de seriedad.

- ¿Qué demonios Ele...?

Estaba conversando con Seth y Mary cuando surge esto, de repente aquel detective aparece en escena dejando en claro el realismo de una situación que se nos escapa de las manos. No sé qué esperan en tenernos expuestos ante una escena del crimen para ver si disfrutamos de aquello o simplemente nos hacemos pis encima. ¿Que clase de abuso es este? Pienso al alzar una ceja, comprendiendo que sin importar la situación en la que te encuentres, las reglas se rompen, de normal y bajo su propia conveniencia. 

Lo peor es que nos pide que salgamos, menos mi hermana, lo cual me dice aquello y me fuerza a poner mala cara. Estoy por decir algo, quiero quedarme con ella ya que es una menor, y desde cuándo se permiten estas libertades. - Es mi hermana, me quedo con ella. - digo en un tono decidido mientras siento la mano de Seth. Sé que está conmigo, pero no quiero dejarla sola. - Lo que sea que le vayan a preguntar, yo quiero estar presente. - indico segura de mi misma. Y mientras aguardo por una respuesta de aquel Detective, me mantengo en silencio, expectante. 

Suspiré al volver a poner mis pies en la grabación del parasitario “programa” del “club de la comedia”. Pues, momentos antes de irme de allí, Seth se había intentado escudar en algo que ni recordaba, ni creía muy realista ¿rechazarme él a mí? Pero si se tiró comiendo arena casi hasta que hizo la comunión… por favor, ¿Y las hermanas fatídicas, las frankestein, las de la pajarería de Transilvania, es decir, las Cole? ¡Qué ingenuas! Las pruebas de las que tanto alardeaba Eleanor podían ser todo lo verídicas que quisiera, pero desconocía por completo el trasfondo de aquello. El corazón humano es negro, como la mente, que es malpensada; sin embargo a mí eso no me achicaba, si no que me encantaba.

Primero, porque me había resuelto las dudas, ya que era ella quien había hablado del tema y, segundo, porque cada vez que pronunciaba mi nombre me estaba empoderando.

El caso fue que nada más entrar (porque bueno, no creo que haga falta contar mi gran puesta en escena con los funcionarios y come donetes de prisión) Ginny se acercó a mi oreja contándome algo más. Nathan me había defendido (una buena y obvia noticia) cuando de repente y, mitad del cuchicheo, el inspector pasó, explicando que ya era la hora de irnos, pero…no todos. Una sonrisa de medio lado afloró como un verde campo lo hace en primavera, un campo donde, por supuesto, yo era la flor ¿o qué os creíais, idiotas?

-Vaya, vaya, vaya…con que Marilyn Manson se queda- dije divertida hacia mi séquito, mientras miraba de reojo a los que quedaban en la sala, tramando un poco cierta idea -¿te unes Nathan? y...¿tú, pelirroja?

Tessa observó que Odette se marchaba de la clase con expresión molesta. Y si bien el gesto de marcharse sin decir nada le había resultado muy de diva, no podía culparla. Más de un comentario que habían pronunciado sus compañeros había sido de muy mal gusto.

La aparición del detective toma por sorpresa a la pelirroja y, si bien en un primer momento se sorprende de la agudeza del hombre de reunirlos a todos en el mismo lugar para observar sus reacciones, al estilo Poirot, se muestra decepcionada al oír que el detective no había tenido suerte. Aunque claro, bien podría ser una artimaña del detective para que el asesino bajara la guardia y creyera que nadie sospechaba de él.

-Debería empezar por interrogar a todos los que han votado -le dijo al detective, mientras se disponía a abandonar la sala-. Seguro que más de uno no tiene coartada...

Tessa oyó a varios de los estudiantes indicar que se iban a la cafetería. Quizá fuera eso lo que más le convenía en esos instantes. La pelirroja iba ya a salir de la estancia cuando escuchó a Madison Montgomery preguntarle si quería acompañarle. Madison era la chica más popular del instituto y, aunque nunca lo reconocería, el ejemplo a seguir de Tessa, por lo que la chica le dedicó su mejor sonrisa a Montgomery.

-¡Claro! Voy contigo -dijo, en tono afable, y dirigiendo una mirada a Nathan. No obstante, Tessa se fijó entonces en Emily Baker. Quería hablar con su roomie, por lo que se volvió hacia Madison-. ¿Puede acompañarnos Emily? Es mi compañera de apartamento y una buena chica... -Aquellas últimas palabras las expresó dubitativas, preguntándose si Emily encajaría bien en el séquito de Madison-. Emily, ¿te vienes? Quiero hablar contigo.

¡Da igual la de prigadillos envidiosos que voten por Mady! ¡Nosotras la cuidaremos! - comentó Ginny con cierto enfado. Aunque no era una maestra expresando emociones, ya que casi siempre ponía tono de superioridad para todo, no se notaba si estaba enfadada, triste o feliz.

Eh, si, si, muy bien chicos. - dijo el inspector, ignorando a todos los presentes. Hizo un gesto con la mano y varios policías entraron escoltando a todos los que consideraba innecesarios fuera del lugar. Tenía la mirada fija en Mary y no la despegaba de ella, ni atendía a otras personas.

Cuando todos abandonaron la estancia y solo quedaron el inspector y Mary, este se acercó a ella y la miró con seriedad a los ojos. - Ya la hemos interrogado antes, señorita Cole y hemos comprobado que su coartada para ayer era perfecta, no pudo cometer el asesinato. - empezó a caminar hacia la pizarra, dándole la espalda a Mary. - ¡Sin embargo! - comentó casi gritando. - Hemos encontrado esto en su taquilla. - Wayne le lanzó una fotografía a la adolescente, la cual tras ver la foto enseguida reconoció su casillero, pues allí estaban sus cosas y algo más... Un pequeño cuenco lleno de tripas cortadas, sangre y un cartelito que ponía "Condones gratis".

Así que le pregunto, señorita Cole. - decía con un tono serio, apoyándose en la mesa en la que se había cometido el crimen. - ¿Por qué ha aparecido eso en su casilla? ¿Tiene enemigos que quieran incriminarla? ¿Amigos que sientan envidia por usted? ¿Algo oscuro? - Mary por su parte se encontraba más nerviosa e irritable de lo normal, pues no tenía sus pastillas ni parecía que fuera a conseguirlas pronto.

Seth y Eleanor abandonan juntos el instituto, en el ferrari de este último.

Aún cuando Eleanor había intentado quedarse conmigo, vi como algunos de los agentes de policías obligaban a sacarlos a todos. Intenté asegurarle con la mirada que todo iba bien, pero lo cierto era que yo misma estaba aterrada. Sumado a todo el resto de emociones que me llenaba, estaba que saltaba a la primera de cambio.

Me rescosté mas que sentarme en la silla indicada, las piernas y los brazos cruzados, mirando al inspector sin dejar de mover el pie que no estaba en el suelo. Me llevé el pulgar de nuevo a la boca, mordisqueando la pintura. Cuando gritó di un saltito en la silla, y luego atrapé la imagen que me lanzaba, mirándola de cerca. ¿Qué coño--? Puse la imagen boca abajo en la mesa, asqueada. Que hijo de puta.

Volví a mirar al inspector, molesta con él porque no había nadie más contra quién desatar mi enojo. -¿Amigos? ¡Ja! Tío, ¿en serio crees que tengo amigos?- Dije, inclinándome hacia adelante también, mirándolo sin parpadear. Me pensé lo que había estado haciendo anoche, haciendo globitos con los condones... ¿Me habría visto alguien y por eso me había escogido de chivo expiatorio? O simplemente se aprovechó de que yo era la rara del colegio. -Si quiere mi opinión, seguro fue alguno de los jodidos gilipollas cabeza hueca que siguen a Madison Montgomery.- Dije, volviendo a apoyarme al respaldo de la silla. Dudaba que la misma Madison lo hubiera hecho, aunque quizás si estuviera detrás de aquella treta para incriminarme.

Su hermana es su amiga ¿no? Y según nos ha dicho este... - revisó las notas que tenía a mano. - Seth. Si, el tal Seth cuyo aspecto ahora no me viene a la mente, también dice ser su amigo. Igualmente... Sí, no parece que ninguno de ellos dos la quisieran incriminar. - carraspeó y volvió a revisar las notas.

Madison... Madison... ¡Oh, si! La hija insoportablemente pija de los Montgomery. - cayó por fin en la cuenta. - ¿Podría hacerme una lista con los que cree que hayan podido dejar eso en su taquilla? Como comprenderá, no vengo al instituto y no sé que relaciones tienen entre ustedes, no más allá de lo que me han dicho durante el interrogatorio de antes... - se relamió un poco, tenía los labios secos de hablar. - Según tengo entendido, ayer estuvieron con ella... Nathan Heiz, Odette Clarke, Tessa Turner y las tres chicas que por alguna razón, son idénticas en vestimenta. ¿Sospecha de todos ellos? ¿De alguien más? ¿Alguien que no deba estar en la lista?