Partida Rol por web

Pensar con claridad en un momento obtuso no era lo habitual. Casi nadie era capaz de hacerlo en un momento diario, sin más acción que tener que volver a fregar lo recién pisado, así que imaginaos lo que era hacerlo ante esa situación.

-¿Extraño? Exijo su nombre- expresé sacando la voz de donde apenas debería haber -váyanse, búsquenlo. Puede ser el cómplice de todo esto- desvié brevemente la vista hacia la sangre de nuevo– ¿ya tienen lo que necesitaban de aquí, no? pues id a coged a ese...policía. Rápido: ¡fuera!- terminé diciendo mientras miraba a cada uno de los uniformados.

A James lo recibió la sirvienta de la casa, la cual iba toda vestida de negro. Escoltó a James hasta el gran despacho de Arthur, el cual se encontraba sentado en su silla, con pintas de derrotado y una botella de whisky medio vacía en la mano. - Jimmy, Jimmy, Jimmy... Que mierda todo. - comentaba mientras echaba un trago más. Se levantó y empezó a mirar por la ventana.

Suspiró. - No tengo ganas de trabajar James, como comprenderás, estoy en la absoluta miseria, igualmente y como eres un jodido genio, te he dejado los planos del próximo avión que va a entrar en producción para que les eches un vistazo encima de la mesa, cógelos y ya me dices que te parece. - echó otro trago, uno muy largo.

Se giró hacia James, intentó mirarlo con seriedad, aunque le costaba tenerse en pie. - James, estoy preocupado por Madison. Siempre este día de la semana suele quedar con alguien en el motel y. - golpeó la mesa. - Pensaba que sería algún noviete, o cualquier cosa. Pero ¿el día del funeral de su madre? Tiene que ser algo gordo. Yo no estoy en condiciones, pero ¿podrías ir tú a comprobar que está bien? Te lo compensaré Jimmy, te daré un puesto en mi empresa ¡como ingeniero jefe! Pero Madison. - empezó a sollozar. - Es lo único que me queda, James, daría lo que fuera por ella. Por favor, ve.

El plan que me proponía Arthur no tenía mucho sentido, además era evidente que había bebido, cosa que ya parecía ser habitual en él... tampoco me apetecía meterme en las intimidades de Madison, pero tenía la sensación de que algo raro podía haber sucedido.

-Está bien Sr Montgomery, me acercaré al motely le diré a su hija que le llame por teléfono enseguida.

Nathan llegó entonces al lugar, parecía haber un gran revuelo en la casa de Madison.

Parecía que en la casa de Madison no había tiempo para el luto ¿qué era todo ese jaleo?

Llamo a la puerta.

No hizo falta ni llamar a la puerta, pues estaba abierta de par en par. Dentro policías registrando de arriba a abajo la casa, sin cortarse ni un pelo. Por lo visto habían encontrado algo importante en la casa.

Con el jaleo que había montado en aquella casa imaginaba que Madison no estaría ahí. Era normal, como iba a volver a la casa donde su madre había muerto. Casi pareció que el mismo joven se golpeaba la cabeza. Piensa un poco. Se reprochó a si mismo.

Se alejó de la casa en dirección a su camioneta. Sentado tranquilamente en el asiento compro su móvil, nada. Madison no le necesitaba. Se planteaba si aquella amistad realmente era sincera, podía confiar en ella. Las fotos allí estaban... En su cabeza comenzaron a llegar las dudas ¿qué era el paqueta que dejo en la mesilla de la entrada la noche que su madre fue asesinada? el joven no le dio importancia en el momento, pero en la soledad de su habitación medito sobre ese momento, primero dejo el paquete y luego corrió en busca de su madre...

Ahora mismo buscaba que le explicara esas fotos y no mostraba ningún interés.

El joven comenzó a teclear en su móvil. Si no era ella quizá alguien sabria algo.

Pasa la noche, ni Morat ni Nathan han logrado dormir bien y los policías acordonan la casa de forma que ni de día se puede entrar.

Nathan se espabiló por el sonido de su móvil. Al parecer tantas emociones le había pasado factura y se había quedado traspuesto.

La policía había acordonado la casa, estaba claro que Madison ya habría pasado a por sus cosas y mudado a otro lugar.

El joven reviso su móvil, después arranco su coche y se marchó a casa. Estaba loco por una ducha. Después respondería ese mensaje.

Justo cuando iba a partir vio a Morat. Nathan paro el coche y salio a su encuentro.

-Ey! ¿qué pasa? raro verte por este barrio. Miro a la casa precintada y después a Morat.

Morat se sobresaltó por la presencia de aquel hombre que acababa de bajar del coche. ¿Acaso un adolescente no podía merodear por la noche la casa de una persona acusada de asesinato en paz?. La respuesta al parecer, parecía ser que sí, pero iba a levantar sospechas de gente con coche que, al parecer quieren ir a tomarse una ducha.

-¡Ah! -Exclamó mientras trató de defenderse dando unos golpes al aire de Kung-Fu inventado- ¿Qué haces tu aquí?.

Tratando de tranquilizarse, Morat volvió al tema.

-Como sea, estoy en busca de Madison. Quería comentarle unas cosas sobre todo eso del asesinato... ¡Al parecer le han tendido una trampa!. Y aunque sea evidente quién es la culpable... No entiendo los motivos por ello y quiero saberlo para decidir qué hacer. ¿Y tu?.

-Tranquilo Bruce Lee. Solo estoy buscando a Madison como tú. Dice sonriendo mientras invita con sus manos a calmar los ánimos.

Nathan escucha con atención, mirando a Morat detenidamente a los ojos. -¿Trampa?¿Te refieres a las fotos? pregunto. -También las he recibido. Quería hablar con Madison sobre ellas. Añadio.

A Morat se le notaba que no estaba a gusto, pero aún así este estaba interesado con lo que este muchacho le pudiera contar acerca de todo lo que este aún no sabía. A fin de cuentas, las preguntas de "¿Quién era él?" y "¿De qué quería hablar?" eran las primeras que se le vino a la mente, pero pese a ello prefirió inquirir una cosa.

-¿Alguna vez has secuestrado a una adolescente mientras llevas una máscara de fantasma?. -Sin lugar a dudas no era la mejor de las opciones- ¿Quieres probar?.

Nathan se queda un poco loco con la pregunta. -¿qué? luego entiende que es una broma y pone una mueca de disgusto. -Ja, ja. Muy gracioso. Sigue hablando. -Ni se me había pasado por la cabeza, pero debe ser divertido. Añade siguiendo la conversación.

Finalmente, la policía abandonó la zona, dejándola completamente limpia. Parecía que ahora había jaleo en otra zona.

-¡Al Morat-Movil! -Sin perder el tiempo Morat se sube -sin invitación- al coche de Nathan. Sacando su cuerpo por la ventanilla señaló hacia el horizonte, o mejor dicho, hacia donde los policías se dirigían y exclamó al que quizás fuera su próximo chofer.- ¡A la aventura!.

Nathan camino tras Morat. El joven se montó en su coche y abrió para que su compañero de aventuras subirá. Rápidamente arranco y siguió a los coches patrulla. Por una vez se sentía que hacia algo productivo.

Así pues, llegaron todos a su destino sin complicaciones.

Echando un vistazo a la casa, parecia que no quedaba rastro de la policia.

-Vine a buscarte a casa pese a que me dijiste que me mantuviera al margen. Le dice a Madison. -Estaba todo lleno de policias regitrandolo todo. Me quede en en coche sin saber muy bien a donde ir, ni a quien acudir. Entonces vi a Morat junto a la casa. ¿Podeis creer que me pregunto si queria probar a secuestrar a un joven? Hace una pausa. -No me lo tome enserio, pero quiza vosotras que conoceis mas al chaval podáis decirme de que va. Les dice a las chicas.

Vosotros ¿en qué miedo descubristeis que erais valientes? Porque sí, todo pasa, pero primero te atropella.

Nada más llegar a mi casa volví a oler aquel aroma tan peculiar mezclado con plomo y...desinfectante. Supongo que es su reconfortante manera de decirte que “estás en tu hogar”, el lugar dónde lo último que había hecho era ver el cuerpo descuartizado de mi madre con la palabra traidora escrita al lado.

Lo primero que hice fue mirar hacia el piano. Casi podía escuchar las primeras y desafinadas notas que toqué por primera vez. Sólo me dijeron “no serás una mujer si no sabes hacerlo bien”. Por lo que, a base de posturas erguidas y demasiadas horas invertidas, fui consiguiendo la aprobación de mis progenitores. Una historia vacía. Un amor de marioneta.

Me giré para volver a estar enfrente de los dos.

-¿Secuestrar a un joven? Morat, tiene un transtorno, el del héroe- increíble, lo sé. No tiene cuerpo para un traje de licra. Imposible compararlo con superman –Se medica. De ahí a que meta en líos a la gente- comenté hacia ambos -me dejó esto antes de irse del entierro de mi madre.

Emily rompió el cristal de la Farmacia, probablemente para entrar para algo, me inculpó a mi usando "información" que "casualmente" el Enmascarado le dejó "amigablemente" en su casa.

Odette, Samuel y Tessa me comentaron que Emily estaba actuando raro con Seth.

Comprar: Pan, Leche, Huevos, Sal, Harina, Destornillador de Estrella.

Ahora Seth y Mark acabaron heridos en un "accidente-suicidio" de tráfico.

¿Seth no era el novio de Mary? - Me parece sospechoso que esto ocurra ahora.

Creo que Emily tiene que ver con la muerte de Mary, y evidentemente Seth.

Propongo ir a hablar con Mark. Si lo presionamos quizás nos diga lo que pasó.

-Según Wayne el que rompió el cristal de la farmacia fue él- guardé de nuevo la nota en mi ropa -También provocó lo de mi móvil y, mintió acerca de haber visto a Eleanor con el cuchillo- para mi desgracia, ya que tener pruebas de aquello me hubiera hecho realmente feliz.

-Creo que él provocó el incendio Nathan. Por lo tanto no es el Ghostraro, pero os meterá en líos a todos- expresé cruzándome de brazos.

-Un segundo, ¿Y mi padre?- dije dándome cuenta de que no se había percatado de mi presencia-¿Papi?

Oh no, no, no, no. - inquirió una de las sirvientas cuando escuchó a Madison. - El señor está muyyy maaaal. - su acento era ciertamente irritante. - Necesita descansar el señoooor.