Partida Rol por web

Mark entró por la puerta, en silencio, pero haciendo ruido. - ¿Satán? ¿Eres tú? ¿Vienes a por mí? - comentaba su anciana madre, la cual miraba a la puerta con una sonrisa bastante perturbadora.

"No mamá, aún no soy Satán... que yo sepa." contestó Mark divertido. Su madre siempre fue un poco asi, pero con el paso de los años se había puesto mucho más tranquila. Eso era bueno, Mark se preocupaba por su salud. Se acercó al salón, donde solía estar ella viendo la tele. "¿Has comido?" le preguntó.

¡Sopa de macaco! - exclamó. - Quiero sopa de macaco, hijo.

¿Sopa de macaco? "¿Otra vez?" respondió en un suspiro de irritación. No podía haberle cogido su madre gusto a una comida más asquerosa. Mark pensaba que a veces, la mimaba demasiado. ¿Tenéis idea de lo difícil le fue conseguir un proveedor de carne y sesos de mono en el pueblucho de Andersok Creek? Tuvo que usar la deep web, y aún ahí no fue fácil encontrarlo. No si... si es que era idiota, se decía a si mismo en su mente. Mientras que podría haber buscado y encontrado un proveedor de drogas, en lugar de eso buscó y encontró un provedoor de sesos de mono para su querida mamá, para cuando le dieran esos antojos extraños que tenía. "Sigh..."

Se encaminó a la cocina, abrió el congelador, último cajón, sacó una caja de corcho bien cerrada y ahí dentro que estaban. Los sesos de mono. Mark levantó la cabeza cortada y despellejada, pero aún con dientes y ojos, y se le quedó mirando. "Qué asco." exclamó echándola a la olla junto al resto de ingredientes y procediendo a cocinar.

Obviamente, él tomaría alguna otra cosa.

La noche se cierne sobre Anderson Creek...

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Después de hacerle la comida a su madre, Mark fue a su cuarto. Sí, ese mismo cuarto donde tenía recortes de periódico sobre pedófilos, así como sobre cierto doctor. Su madre rara vez entraba, pero alguna vez que lo hizo le dio soberanamente igual todo lo que había por ahí. Y como Mark no tenía amigos, no había traído a nadie a su casa nunca. Ello le daba la oportunidad de llenar su cuarto de parafernalia que le recordase la justicia que todavía 

Rápidamente descargó el video en su pc, y lo vio un par de veces más, fascinado completamente. Donde otros veían algo horrible, una persona disfrazada asesinando a otra, él veía a un potencial súperhéroe, a un justiciero, ¡a un vengador! Alguien con las agallas para cargarse a los cerdos... y destriparlos... Mark sonreía de oreja a oreja, como si simplemente estuviera viendo una película y no algo real.

"Es justo lo que quería... justo lo que necesitaba..." empezó a reirse, hasta se le saltaron las lágrimas. Imprimió screenshots del asesino y las pegó en una nueva zona de su pared. Una nueva estrella había nacido en el pueblo, y él estaba dispuesto a seguir su estela. Imprimió una foto del rostro de Erica Green que encontró en google, la tachó con rotulador y la pegó debajo de la del asesino, conectándola con un hilo, y dejando espacio para más víctimas. Porque habría más víctimas ¿verdad? ¡Tenía que haberlas! Oh, esto iba a ser genial... se vio a sí mismo enviándole un mensaje a su cliente, arrepintiéndose de avisarla de que mirara instagram tan pronto como lo envió. Revisó el texto, no tendría demasiado entusiasmo ¿no? No... no... estaba bien...

Había caído la noche. ¡Joder! ¡Tenía tantas cosas que hacer! Investigar a Erica Green, intentar meterse en la mente del asesino, entender por qué la había matado, y si podía usar eso a su favor, para dirigirlo al doctor... ¡JA JA JA! ¡Puede que al final ni siquiera tuviera que mancharse las manos él mismo!... Pero tsk... era una pena... realmente hubiera deseado hacerlo él... Pero... ¿y si lo hacía? Podría hacer como ese asesino... o... o podría pedirle que le enseñara, que colaboraran... ¡Tantas cosas que hacer!

Pero nooooo... claaaaro... Tenía que ir al lago porque la señorita Eleanor había cambiado el día en el que casual y totalmente aleatoriamente se veían sin más. "¡Joder!" le pegó un puñetazo a su almohada. Por no hablar de su hermana, Mary, que no paraba de tocarle las narices. Respiró hondo, fue al lavabo a lavarse la cara y ya más calmado, se dirigió al lago.

Tantas cosas que hacer... no le apetecía perder el tiempo en el lago... Pero ella le había pedido expresamente que se vieran hoy. Suponía quería aclarar las cosas después del... intento estúpido de besarla. Eso estaba bien, suponía... cuanto antes aclararan que había sido una estupidez, mejor para ambos...

¡TRAEME SOPA DE MACACO AAAAAAH! - gritaba desde su sillón la encantadora anciana.

Cae la noche y no hay sopa de macaco.

No hubo sopa de macaco ese día, no. Pese a sus protestas, Mark tuvo que cocinarle a su madre algo más normal y menos extravagante. ¡No se podía comer sopa de macaco todos los días! Una queriendo pastillas todos los dias, la otra sopa todos los dias, la otra quedar con él todos los días... en ocasiones, se sentía como el canguro de todas las mujeres de su vida. Trató de ignorar esos pensamientos fruto del estrés, y fue a su PC a encargar un par de distorsionadores de voz por la Deepweb. Y también imprimió una foto nueva del doctor que tanto odiaba, para enseñarle su rostro a Eleanor.

Y hablando de Eleanor... iba siendo hora de llamarla.

Al llegar a la casa, los dos chicos entraron dentro rápidamente, hacía algo de frío fuera. Al entrar una anciana agarró del brazo a Eleanor y le arreó un guacharrazo en la espalda. - ¡El macaco! ¡Cocinalo!

Ante el recibimiento de la mujer, abro los ojos y siento como el golpe va a mi espalda, lo cual no me afecta ya que viendo su apariencia la Señora debe estar algo desequilibrada. 

- Hola, disculpe. Soy Eleanor y si, no hay problema de cocinar. - digo predispuesta, mirando a Mark. 

No tengo problema de preparar algo y que ella se quede tranquila, además seguramente el chico lo hace siempre y no es plan que lo haga ahora si puedo ayudar. Así que esperando alguna reacción de él me quedo, pero sin reflejar temor ni nada. 

El camino a casa fue en silencio, pero el meramente caminar junto a Eleanor en silencio, cogidos de la mano, hizo que poco a poco Mark recobrara el color y la sonrisa. Como una planta tras recibir la luz del sol, Taylor pudo recuperarse para cuando llegó a casa. Y hasta incluso se echó a reir ante el recibimiento de su madre a la chica. "Esta es mi madre. Mamá, te presento a Eleanor, mi... m-mi novia." dijo ruborizándose un poquito. Se llevó a Eleanor a la cocina, y sacó una olla que fue llenando con agua y puso al fuego. "No sé a santo de qué, está obsesionada con comer sopa de mono... no sé si cogió la idea de internet o qué mierdas, pero bueno, insistía e insistía así que al final encontré un proveedor." se dirigió a la nevera, sacando una caja de corcho cerrada. "...¿Has visto alguna vez cómo se cocina sesos de mono? Si te da asco no hace falta que mires... aunque siempre hay una primera vez para todo." se encogió de hombros.

Al parecer es la mamá de Mark y me sorprende cuando nos presenta, tanto que lo contemplo como una tonta enamorada. Ya contenta con la mujer, comprendiendo más o menos de qué va la cosa, sigo los pasos de mi novio hacia la cocina mientras me cuenta sobre la sopa de mono y los sesos. 

- Quizás algún programa de televisión o algo de supervivencia. - digo al encoger mis hombros.

De momento para nada impresionada, al contrario, aunque bueno esto de andar comprando sesos de mono no es algo muy "romántico" pero considerando como somos con Mark, hasta es normal. 

- Pues no tengo idea, quiero ver como son primero. ¿Eso también lo comes tú? ¿Saben bien? - pregunto curiosa, ya mirando la caja que tiene en la mano. - He probado los de vaca, cordero... Incluso cerdo, pero no más que eso. Igual muy camuflado, que mi Madre es medio asquerosa. 

Y mientras espero a que saque eso, estoy pegada a él observando con atención. Deben tener la apariencia igual al de los otros animales, aunque claro, se asemejan a nosotros. 

- Deben ser parecido al nuestro. - comento divertida. 

"¿Yo?" negó con la cabeza. "Lo probé una vez... No, no sabe bien. Intento camuflar el sabor... pero sigue siendo asqueroso. Así que solo lo pruebo para ver si está bien de sal y eso... y para mi me cocino algo rápido." abrió la cajita de corcho... lo de dentro era bastante... repugnante. Dentro había un mono muerto, despellejado, abierto y troceado. A ver, era carne, si solo fuera por los trocitos... pero lo realmente asqueroso era ver ahi también la cabeza, con sus dientes y ojos y... ugh...

Apartados, envueltos en papel y papel de plástico, se encontraban probablemente los sesos. Mark decidió no usarlos en el plato de esa noche, ya que Eleanor ya había visto suficiente casquería por esa noche. El chico le pidió que le echara una mano cortando la guarnición de verduras mientras él iba cortando y separando los trozos de carne. Sin duda cocinar un mono despellejado no encajaba en la primera cita soñada de ninguno de los dos... pero algo bueno podía sacarse de todo eso y era que si de verdad pretendían acuchillar a alguien o a más de uno, imitando al Asesino de Instagram... bueno, más les valía tener un estomago fuerte.

"...¿Va a querer probarlo, señorita o pasa y prefiere subir al aula de castigo?" le preguntó divertido, sonriendo con picardía, como cuando hacía sus bromas pesadas.

Al ver el cuerpo del mono, abro los ojos sorprendida ya que está todo en partes y me pregunto en verdad si lo ha comprado así o lo ha matado él. Lo curioso es que sigo sin estar impresionada, más allá de que es asqueroso por el olor y más aún porque se va a cocinar. ¿Cuánto tiempo lleva muerto eso? Me pregunto en pensamientos. 

- Hm, no es lo que comería todos los días, claro. No sé si quiero saber cómo lo consigues, me sorprende más que tu madre lo coma y le guste. - digo totalmente sincera. - ¿Comes cosas normales? ¿Que es algo rápido para ti? - pregunto al mirar sus ojos. 

Luego me pongo a cortar verduras, me gusta el ambiente pese al mono y su olor. Es sentirse acompañado, así que cada tanto le sonrió, o le doy un beso. Todo en armonía, reflejando cuanto me encanta estar con él. Ya cuando colocamos todo en olla, solo queda revolver y esperar. 

- Prefiero subir al aula de Castigo, sé que me he portado muy mal. ¿Serás muy riguroso? - pregunto sonriendo. 

¿Que si comía cosas normales? ¿Que qué era algo rápido para él? Mark  se encogió de hombros. "Una ensalada, un huevo frito, un sandwich... un bistec vuelta y vuelta..." " sirvió un poco de sopa en un plato hondo y se fue un momento al salón a servírsle la sopa a su madre. Al volver a la cocina, añadió: "De pollo o ternera, no de mono ¿eh? No soy TAN raro." rió divertido. Se acercó a ella cuando jugueteó con que había sido muy mala, y le acarició la mejilla colocando un mechón de su pelo detrás de su oreja. "Anda ya. Eres como un angel." le dijo con voz tierna.

Finalmente aquello estaba cocinado y la impresión merma rápido al pensar que de esa forma es menos impresionante. Al menos huele mejor que en la caja de corcho, con lo cual ya está mejor. 

- Oh, vale. Lo mismo que yo. - digo sonriendo. - Es que me veía en un futuro comprando mono en el mercado. - agrego a modo de broma. 

Una vez que va al salón y regresa, río por lo bajo cuando me aclara el tipo de bistec que come. 

- ¿Humano no? Aquí hay mucho. - digo señalando mi cuerpo divertida. Y cuando se acerca de aquella manera, acariciando mi mejilla, lo miro a los ojos un tanto tímida pero buscando su cercanía, ese contacto físico que tanto me gusta de él. - Ni tanto, contigo si. 

"Dios nos libre de comer mono cuando nos casemos." exclamó siguiendo la broma. Eleanor decía que no era un ángel, solo con él. Mark no dudó de aquello ni un segundo, después de todo ella había aceptado rápido y de buena gana unirse a la cacería, a hacer justicia. Sí, tal y como ambos se habían confesado mutuamente, no eran buenas personas. Pero afortunadamente, ello no significaba en absoluto que no pudieran estar juntos. "Ven, vamos a mi cuarto."

La casa de Mark no tenía más que un piso, era bastante pequeña y modesta. Solo dos dormitorios, un salón, dos baños y una cocina... para el estándar americano era muy pequeña. Con una madre enferma y ni rastro del padre, la familia Taylor no debía tener demasidos ingresos...

El cuarto de Mark era igual de modesto, casi sin personalidad. Un escritorio con el ordenador, una impresora, una estantería con libros del instituto... la pieza de mobiliario más destacable era sin duda la pizarra panel, llena de recortes de periódico sobre... pedófilos, el hospital psiquiátrico que le había enseñado antes, el personal, entre ellos el Dr Regan Stannard.

- Espero que no nos toque, seguramente encontraremos algo más rico. - bromeo divertida, mirando sus ojos mientras estoy allí, compartiendo un momento de felicidad, que para cualquier persona podría ser perturbador, para mí es perfecto. Y mientras asiento para ir a su cuarto, cojo su mano de nuevo buscando esa cercanía que es necesaria para mí. 

Es muy loco la diferencia de espacios, mi casa es gigante y la de él todo lo contrario. Sinceramente prefiero esto, antes que frías paredes que solo te dan soledad. Me siento más acompañada aquí que en mi enorme habitación llena de un sentimiento impregnado de soledad. Y por esa razón cuando conozco su habitación, apenas la recorro con la mirada, solo me centro en él, y lo que representa en mi. 

- Me encanta porque es algo tuyo. - confieso y al mirar aquello en la pared, pensé en esa etapa que debe cerrar para seguir avanzando. Y pienso ayudarlo, así que lo abrazo con fuerza mientras alzo mi rostro para mirar sus ojos. - Lo vamos a lograr, eso quedará saldado Mark. Juntos lo haremos, es más... Mañana llega lo que compré, me refiero a los trajes.