Castillo de Suscinio, noviembre de 1264
Eran habituales los lamentos y gritos de agonía en las entrañas del castillo de Suscinio, sede del poder ventrue en Bretaña. La conocida como Corte de la Sangre había cosechado una fama siniestra, alimentada por el excéntrico comportamiento de su Príncipe Owyn du Poher, el sire de tu sire. Desde que habías entrado en el seno de este vetusto linaje, habías contemplado como los delirios paranoicos de Owyn habían acabado con decenas de ghoules y algún vampiro por haberse interesado de más en tu sire, Gwynnever du Suscino, en una enfermiza relación de deseo y control del que no eras ignorante.
Gwynnever, por su lado, manipulaba a su sire con habilidad. Alguna vez había verbalizado delante de ti que su patético sire vivía más en el pasado que en el presente, que pasaba horas acariciando el sarcófago del aletargado Conomerus, el fundador del linaje, y hablando a solas. La locura estaba claramente impresa en la mente de Owyn, pero aun guardaba una perversa inteligencia con la que mantenía aferrada el poder.
—Es una contrariedad que no debemos ignorar, estimado Owyn —apuntó Gwynnever frente al trono de piedra en las catacumbas del castillo, el Príncipe estaba encogido mirando continuamente a la nada. Se alargó un silencio antes de que Owyn respondiera.
Castillo de Suscinio, noviembre de 1264
—Mi querida Gwynnever, mi amada.. ¿Contrariedad? —desencajó el rostro furioso —. La arpía que ayudó al usurpador Riothamus ha vuelto. ¡No es una contrariedad! ¡Es un insulto! ¡Una afrenta! —la voz poderosa del ventrue contrastaba con el patetismo de su posición encorvada en el trono.
—No.. nooo.. no podemos permitirlo, ¿verdad? Mi amada Gwynnever, ni tampoco tú, ¿verdad? —te miró a ti negando con la cabeza —. Nadie.. ningún miembro de la Casa de Conomerus debería aceptar este.. insulto.
Se levantó, se acercó lentamente a ti, te miraba con una lascivia despreciable.
—Rara vez bajas con tu chiquilla aquí, rara vez.. ¿me la escondes, Gwynnever? No deberías, es hermosa.. apetecible.. —el tono torvo de la voz de Owyn se perdía. Gwynnever intervino carraspeando, devolviendo a la mente del Príncipe el problema de Morgaine, la bruja toreador que había tomado el control de Brest. Owyn movió la cabeza alejando pensamientos lujuriosos por ti —Sí, cierto. Hay problemas acuciantes, ¿verdad? La puta de Brest, que mil perros se la follen y eche sus tripas al mar.. debemos actuar prestos.. sí.. ¿podemos confiar en los toreador? ¿en la usurpadora Menguy?
La paranoia de Owyn era patente e indisimulable. Desde la caída de los ventrue en Bretaña no habían vuelto a alzarse, después de Riothamus, que dejó en letargo a Conomerus, el sire de Owyn, los toreador y los brujah lideraron la revuelta que acabó con el asesinato de Riothamus y sus chiquillos. Owyn tuvo un papel crucial en aquel golpe, pues traicionó a Riothamus que le había perdonado la vida a cambio de jurarle fidelidad, pero el odio irracional de Owyn por haber derrocado a su sire acabó alineándolo con los rebeldes creyendo que devolverían a Conomerus a su trono, mas no fue así. Margawse Menguy tomó el título de Príncipe de Bretaña y Conomerus siguió condenado a su profundo letargo hasta ahora.
Castillo de Suscinio, noviembre de 1264
—No podemos, querido —reconoció Gwynnever —. Ya te traicionaron en el pasado. Pero no podemos oponernos en solitario frente a Morgaine, necesitamos aliados.
Entonces tu Sire se volvió hacia a ti, te miró con detenimiento, juzgándote.
—¿Qué harías tú, querida Valerie? ¿Qué nos aconsejas? —te preguntó de modo que, sin duda alguna, era una prueba para ti.
Espero que no te haya saturado mucho a información, pero así tienes un marco general de los ventrue y la situación actual ;)
- Bajo por un momento la mirada cuando Owen dice que soy hermosa y la levanto cuando su conversación se vuelve a mi sire, para seguir escuchando lo que se dice. Solo cuando Gwynnever se dirige a mi para conocer mi opinión comento en tono sosegado pero seria y segura de mi misma a la vez - Es un asunto realmente delicado, aunque si es cierto que de formar una alianza con los Toreador debe ser con algo que les interese a cambio para decidirse a ayudarnos. - Haciendo una breve pausa - ¿Qué más puede interesarle a la Príncipe Margawse que mantener la calma en la zona? Tal vez ganando méritos que la ayuden a tal menester sea más proclive a aliarse a nuestra causa. - Mi vista entonces mira a Owyn, sonriendo educadamente, y volviendo a Gwynnever prosigo - De todos es conocido que la regente de Brest, su hermana Morgaine, derrocó al chiquillo de la primera y que ello crea conflictos internos en el seno de su clan. Las otras cortes pueden estar recelosas de Morgaine debido a la fama que tiene o se le atribuye, y eso choca con la idea que la Duquesa Menguy tiene de tranquilidad y calma en la región, sin contar con lo que la muchedumbre mortal pueda pensar, creer o rumorear. - Paso mi mano por el pelo, atusándolo - Yo sugeriría, aunque dicho sea otra vez, no soy tan experimentada como vuestras mercedes - Y mi vista gira de nuevo a Owyn y de nuevo retorna a mi sire - hablar con la Príncipe y proponerle que puesto que el trono de Brest le fue usurpado al Conde Gevrog, y puesto que es aún joven y no experimentado, podría tomar ventaja de la experiencia de nuestro clan para entrenarle y así formar parte de la regencia en ese período, a cambio de un dominio ya existente, uno nuevo o la extensión del de Vannes si nos aliamos a su causa. Incluso... - Haciendo una breve pausa a raíz de tener una nueva idea - reclamando la región de Cornualles en pago, ya que los otros clanes temen dicho enclave, al abad no le interesa la política y es un buen punto estratégico con salida al mar. Al abad Jermaine se le podría ofrecer un cargo importante en una abadía cercana dentro de la región, lo cual seguramente sería más de su gusto. - Hago otra breve pausa antes de terminar mi exposición - Creo que eso daría un giro a la visión de nuestro clan en la región aparte de una alianza con los Toreador, pues Morgaine no tiene apoyo entre los suyos, algo que de ser aceptado también dejaría al clan de la Rosa en una delicada situación en caso de querer atacarnos o traicionarnos en el futuro, y eso es algo que afectaría la posición de la Duquesa Margawse en su trono a la vista del resto de clanes. - Y miro a ambos a la espera de sendas opiniones al respecto de mi exposición
Antes de cualquier respuesta racional, Owyn soltó un desaforado grito rabioso tras escucharte.
—¡MORGAINE NO ES UNA TOREADOR! ¡ES PEOR QUE ESA ESCORIA MEAPILAS! —el grito no provocó ninguna reacción por parte de tu sire, ella te miró ligeramente para que guardaras calma. Owyn se calmó al instante, encogido patéticamente en su trono murmurando —. No es una toreador.. es otra cosa.. una bruja que trata con demonios.. yo lo vi, con mis propios ojos.. hace tiempo. No no.. no se puede negociar con ella.. solo destruirla. Destruiremos a los Menguy también.. por arrebatarnos lo que nos pertenece..
Los delirios del Príncipe, si provocaban rechazo por parte de Gwynnever, no lo mostraba abiertamente. Tu sire se demostraba impertérrita, tranquila.
—Cornualles es el antiguo territorio de Riothamus.. su castillo de Châteaulin embrujado por las artes de Morgaine.. —la voz del ventrue, sorprendentemente, mostraba genuino terror —. No, y Jermaine no se moverá de su patética abadía. Pero.. pero.. ¿qué haría tú, padre..? —el ego de Owyn se diluyó mirando el sarcófago de Conomerus, el sire de Owyn, y en ese momento Gwynnever tomó la palabra. Aunque se dirigía más a ti que al Príncipe, ahora sumido en un trance ausente.
—Querida, hablas con inteligencia, y eso me agrada —te tomó del brazo alejándote del trono de Owyn —. Pero Gevrog está preso en Brest, Morgaine lo dominó nada más llegar, así nos lo han asegurado —se lamentó tu sire invitándote a sentar lejos de Owyn. De vez en cuando un lamento ininteligible te llegaba desde el trono del Señor de la Corte de la Sangre.
—No me cabe duda que los toreador se unirán bajo el estandarte de Margawse, todos temen a la bruja. No les falta razón, pues todos participaron de alguna forma en la conspiración que acabó con Riothamus y su reinado —apuntó la ventrue con tranquilidad —. ¿Sabes la historia, no? Riothamus llegó a Bretaña desde Inglaterra, derrocó a Conomerus, nuestro fundador, que gobernaba entonces sobre todas las tierras bretonas. No lo asesinó, solo lo sumió en trance, y Owyn pasó a servir al usurpador. Pero fue nuestro Owyn quien, gracias a él, pudimos derrocar a Riothamus. Muchos lo llamarían traidor, ¿sabes, querida? Pero no, mírale ahí, destrozado por los demonios personales, no lo veas con desprecio. Él.. no siempre ha sido así.
Gwynnever suspiró largamente, te miró a los ojos con detenimiento.
—Morgaine no es una toreador. Debió serlo, pero pertenece a una extraña línea de sangre, es una kyasid. Por su sangre fluye la vitae de las hadas, eso le confiere poderes.. distintos —reveló Gwynnever —. Por supuesto, esto no lo sabe prácticamente nadie. Es un secreto. Creo que solo lo sabe su propia hermana, Margawse, y Owyn.. que sirvió a Riothamus era conocedor de este secreto. Por eso.. es tan peligrosa.
Mejor. Y así te vas poniendo en situación ;)
Si tienes más dudas, dispara :D
- Me alejo con mi sire y la escucho con interés - Muchas gracias por sus palabras. - Digo con sinceridad, recomfortada por lo que acababa de escuchar de ella - No, no lo juzgo, pero necesita tranquilidad. Acerca de Morgaine... ¿Qué tipo de trato hizo para convertirse en eso? ¿Y quién lo hizo? Nunca escuché tal... - Digo intrigada - Y acerca de Conomerus, ¿dónde descansa su cuerpo? ¿Es posible revivirlo de alguna manera? Seguro que eso causaría un revuelo y una guerra para devolver las aguas a su original cauce...- No dejo de preguntar para intentar hilar fino - ¿Cree que el abad Jermaine se opondría a un trato así?
A pesar de toda la siniestra fama que descansaba sobre sus espaldas, Gwynnever tenía una actitud ciertamente maternal para contigo. Era dura y exigente, pero justa a su manera. Alejadas del melancólico Owyn, te escuchó presta a responderte.
—No lo sabemos —se encogió de hombros —. Yo era una neófita cuando Owyn servía a Riothamus, nunca llegué a ver nada. Los kyasid son vampiros en cuya sangre fluye vitae féerica, quizá ese vínculo le abrió puertas normalmente cerradas para los nuestros. Sé cuidadosa con ella, dicen que los kyasid siempre saben cuando alguien miente.
La advertencia fue acompañada con un cierto tono de gravedad, pero no profundizó más sobre ello. Cuando preguntaste sobre Conomerus, tu sire te pidió cautela y silencio con la mano. Dirigió su mirada al sarcófago de piedra que descansaba junto al trono, donde Owyn se volcaba acariciando su superficie lentamente.
—Esa decisión corresponde al Príncipe.. el estado de Conomerus es una incógnita para mi. Mejor que no le digas nada sobre eso, suele enojarse —te aconsejó mirándote a los ojos dándote a entender la gravedad de la situación. Movió la cabeza cuando mencionaste a Jermaine.
—Los capadocios no anhelan el poder en Bretaña, al menos hasta ahora. Se dedican a sus asuntos entre muertos, a veces asisten a las cortes como consejeros —explicó con evidente hastío, no parecía ser muy entusiasta de los mencionado cainitas —. Ni siquiera han aprovechado el vacío de poder en Cornualles para reclamar el puesto de Príncipe. Sea lo que sea, no traman por el poder terrenal, pero no por eso son menos peligrosos. No, debemos centrarnos en posibles aliados. El meapilas de Aethelstan du Josselin de la Garza Negra, también ha declarado su enemistad con Morgaine, es un inesperado aliado, aunque ni él ni Owyn se han llevado bien nunca.
Mientras valoraba opciones, te miró con detenimiento.
—Pero quizá.. es hora de dejar de lado nuestro hermetismo. Mandé un agente a Brest, pero no ha vuelto, asumo que no me será útil. Pero tú, tú eres distinta, eres mi sangre. Dime, querida Valerie, ¿querrás servirme a mi y a nuestro linaje? ¿Estás dispuesta?
Próximo post, el jueves 6
- Lo tendré bien en cuenta, gracias por el aviso. - Respondiendo a las sabias palabras de mi sire en relación al sangre mixta. - De acuerdo, no lo haré, no lo volveré a nombrar aunque creía q era asunto únicamente nuestro al ser de nuestra estirpe. Ahora ya se algo más, gracias otra vez - Y sigo escuchando las palabras q de ella emanan, tranquilidad, seriedad, calor y sabiduría - 'Una interesante mezcla q no creí encontrar tras mi abrazo, no en ella al menos, pero me alegro de que así sea' - Pienso para mi mientras mis oídos continúan atentos - Por eso decía lo de los Capadocios, al no interesarles la política, èro si me sugiere que es mejor obviarlo, tal vez sea lo más apropiado, yo no los conozco tan bien como vos. - Y me quedo expectante cuando detiene su conversación para mostrar mi interés en su proposición - Desde luego que estaré encantada si está de mi mano - Respondo sinceramente intrigada - ¿Quién es y qué misión tenía encomendada? Para ponerme sobre la pista.
Ok! :)
Satisfecha por tu respuesta, Gwynnever asintió dándose unos segundos para darte las instrucciones. Una cacofonía de alaridos de dolor y sufrimiento llegaron al salón venidos de alguna de las celdas de tortura, el hilo musical habitual en la Corte de la Sangre.
—Nuestro querido Príncipe es demasiado orgulloso para admitirlo, pero fray Aethelstan puede y debe ser un aliado de nuestra corte —decía esto con convencimiento, aunque con evidente desagrado —. Sabemos que se dirigirá a Rennes, a la corte de Margawse, parece que la Príncipe de Bretaña está reuniendo a potenciales aliados en un mismo lugar. Tú irás en nuestra representación, Owyn está demasiado ofuscado para ver con claridad lo que debe hacerse y yo yo debo quedarme aquí para.. cuidar de él. Tú, querida Valerie, eres en quien deposito mi confianza.
Te acarició la mejilla casi tiernamente, como lo haría una madre a una hija, aunque una madre incestuosa, libertina y, a veces, fría manipuladora política.
—Irás a Rennes, al castillo de Fougères donde se reunirán todos los aliados de Margawse, encuentra a fray Aethelstan, comunícale que nuestra corte está dispuesta a aliarse con él.. y quédate cerca de las cosas que se hablen, ¿podrás hacerlo, querida?
Adelantamos un poco, así los tiempos se me encajan ;)
- Haré todo lo que esté de mi mano - Le respondí - Hablaré con él pero ¿me conoce? ¿Sabe quién soy? ¿Cómo lo reconoceré? ¿O necesito una carta firmada por vos para tal menester? ¿Cuándo será? - Y mi mente seguía dándole vueltas - Y respecto a los apoyos que la príncipe busca, ¿cual debe ser mi posición al respecto?
—Sé que lo harás —asintió depositando un beso en tus labios. Se separó tomando perspectiva —. Has coincidido previamente con fray Aethelstan, haz memoria, hace cinco años —te recordó tu Sire —. Y él sabrá quien eres tú. Mi chiquilla, mi voz. Basta con el sello de esta corte que ya llevas contigo para que todo el mundo sepa que cualquier ofensa hacia ti, es una ofensa hacia esta corte.
Gwynnever regresó a la distancia protocolaria, si es que la había con ella.
—El Príncipe Owyn desea forjar una alianza con la Príncipe Margawse, ofrece nuestro apoyo y el de nuestros ejércitos. Mientras te encuentres en su corte.. sé solícita, pero no servil. Pero ten los ojos abiertos —aconsejó la ventrue —. Todo lo que suponga derrocar a la bruja es positivo para nosotros.. y todo lo que suponga cimentar nuestra influencia.. también —sabías perfectamente que aquel nuestra se refería a vosotras dos, concretamente a ella, y no incluía al a veces senil Owyn.
Se despidió de ti dándote una pequeña escolta mortal para el viaje, iba a ser un viaje largo hasta la otra punta de Bretaña.