La región de Bretaña posee una rica historia local, los pueblos celtas han habitado esta tierra hasta que los romanos los echaron o los asimilaron, las religiones paganas resistieron por bastante más al empuje cristiano a razón de la fuerte influencia que llegaba de Inglaterra.
Los vástagos de Bretaña siempre fueron escasos, pero muy arraigados a su tierra, reacios a dar la bienvenida a forasteros mientras guardaban celosamente sus bosques encantados y sus costas escarpadas. Pero la irrupción de los ingleses, primero, y las pretensiones francesas, después, han obligado a sus cainitas a asumir que ese prolongado período de aislamiento ha acabado.
Antes del dominio Toreador los Ventrue regían como Príncipes de Bretaña, primero el oscuro Conomerus de Poher del cual se decía que devoraba a sus propios chiquillos para encontrar sustento y luego el británico Riothamus que venció al anterior usurpando el poder para gobernar con puño de hierro con sus numerosos chiquillos. Rechazando el origen extranjero de este, los principales linajes bretones de vampiros se unieron para destruir al Ventrue y su progenie. Cuando fue destruido en su sede de poder en el castillo de Châteaulin ninguno reclamó esas tierras, por ello pasaron a ser territorio de nadie con la única presencia estable de los Capadocios del monasterio de Saint-Mathieu, el cual es usado como ubicación neutral para cimeras y encuentros entre los vástagos bretones.
No son muchos los cainitas que aun se mueven por Bretaña, pero los suficientes como para indicar que últimamente se ven más por sus caminos y burgos. Bretaña ha sido un bastión tradicionalmente dividido entre los Toreador, mayoritarios en Bretaña y los Brujah de Léon, un equilibrio delicado que terminó por romperse cuando Margawse Menguy de los Toreador impuso un acuerdo a Raimon Guillou de los Brujah.
Raimon accedía ceder el puerto y castillo de Brest en favor de los Menguy, a cambio Margawse garantizaba la independencia de los Brujah del noroeste de Bretaña agrupados en Saint-Pol-de-Léon y Tréguier1. Esta cesión permitiría asegurar la supremacía del linaje de la duquesa Margawse sobre todo el ducado, pues poco después también golpeaba a sus rivales de Nantes, la familia Le Guillant de los Toreador, convirtiéndose en la cainita más poderosa de Bretaña.
Los vampiros bretones son desconfiados hacia los forasteros, cualquier visitante será escrutado y controlado de cerca por los señores de las cortes bretonas para evitar que afecten de algún modo al equilibrio de poderes local. Esta paranoia se estableció con fuerza durante el dominio de Riothamus de Cornualles, del cual se dice que llegó de Inglaterra antes de hacerse con el control de Bretaña, y que aun dura hoy. Los cainitas forasteros deben presentarse como es debido ante la corte que vayan a visitar, ya no por cumplir con las Tradiciones, sino porque se sujeta a una reacción violenta e implacable de su Príncipe.
Los ghouls es un asunto peculiar en Bretaña, los principales linajes bretones han cuidado y dirigido el surgimiento de unas pocas familias de ghouls con propósitos muy concretos. Si bien no son muy numerosas, su prestigio es reconocido por toda la Europa occidental. Los aparecidos bretones son familias nobles mortales con feudos menores al servicio de sus señores vampíricos. Estos sirven con fanática lealtad al cainita al que reciben como domitor, un pacto no escrito entre los vástagos bretones admite que es un acción deshonrosa utilizar alguno de estos aparecidos como espías o traidores en otras cortes. Aunque la realidad es que si en algún momento se descubriera una traición de este tipo sería el final de estas familias, por lo que incluso los propios ghouls se preocupan de mantener la absoluta lealtad del amo al que les ha tocado servir.
Si existe una herida que aun no ha cicatrizado en Bretaña fue el dominio de Riothamus de Cornualles, un antiguo Ventrue que gobernó con puño de hierro Bretaña entre los siglos V y XI deponiendo al Príncipe Conomerus de Poher. No se sabe exactamente cuando llegó a Cornualles, la teoría mayormente aceptada es que arribó a costas bretonas desde Inglaterra, pero hay quien dice que siempre estuvo en Bretaña en letargo o vino de otro lugar. Lo único cierto es que Riothamus era poderoso, sometió al anterior Príncipe de Bretaña dejándolo en letargo y que mantuvo un férreo control de los señores vampíricos de Bretaña desde su castillo de Châteaulin en Cornualles.
Pero sus súbditos conspiraron contra él considerándole un invasor extranjero. Los distintos linajes Toreador y Brujah unieron fuerzas para destruir a Riothamus, a ellos también se les unió la improbable ayuda del chiquillo de Conomerus, Owyn, que había estado sirviendo a Riothamus como vasallo desde la derrota de su sire. Mediante un agente independiente, cuyo clan nunca trascendió, llamado Medrawt y la traición de Owyn de Poher, Riothamus fue asesinado junto a sus once chiquillos. Del destino de Medrawt no se supo más, y Cornualles quedó huérfano de gobernante, únicamente reside una pequeña comunidad de Capadocios en el monasterio de Saint-Mathieu.
Lo cierto es que entre los vástagos bretones nadie menciona a Riothamus, como si pretendieran borrarlo de la memoria, pues aun pesa el miedo de que alguno de los chiquillos de Riothamus sobreviviera y hoy buscara venganza. Por esa razón ninguno de los contendientes ha reclamado Cornualles para si, como si temieran que una maldición atávica de origen desconocido permanece en las ruinas de su castillo de Châteaulin.
Según la tradición, Conan Meriadec fue el rey de Cornualles en los tiempos inmediatamente posteriores a la caída del imperio romano. La leyenda habla de un mortal, pero en realidad era un matusalén muy anterior al folklore local cuyo legado es reclamado por todos los linajes bretones del ducado. Es tan confusa su historia, así como su desaparición, que ni siquiera se sabe ciertamente a qué clan pertenecía —obviamente, cada clan asegura que pertenece al suyo —. Cuando Riothamus tomó el control de Bretaña en el siglo V aseguró pertenecer al linaje de los Meriadec para legitimar su usurpación, pero ningún cainita bretón aceptó jamás la veracidad de esta proclamación.
Lo único que se sabe es que Conan tuvo un chiquillo, Gradlon, pero nunca se supo que fue de él ni que destino tuvo. Menguy, Le Guillant, Guillou, Magloire etc.. todos aseguran ser herederos del linaje de Meriadec y, en consecuencia, los legítimos herederos de toda Bretaña, pero es probable que nunca se sepa toda la verdad. Entre los poetas cainitas corre una leyenda que habla de otra legendaria heredera, Dahut, la chiquilla de Gradlon, cuya ambición precipitó la caída de los Meriadec y su ciudad mítica de Ker-Is. Según aseguran los vástagos bretones, solo un auténtico heredero de Conan sabe como llegar a las ruinas de la ciudad y podrá reclamar su herencia.
Cada trovador tiene su propia versión, cada noble proclama que la suya es la verdadera, pero lo cierto es que hasta el momento nadie ha sido apto para recibir tal dignidad.
1 Hasta mitad del siglo XIII, Brest perteneció al Condado de Léon, pero la presión ducal hizo que el condado cediera la ciudad para mantener su independencia de los duques de Bretaña, de los que ya eran vasallos, y Léon se convirtió en un vizcondado.
Cada región de Bretaña corresponde a lo que antaño fue un reino, se les conoce como países (o Bro, en bretón)1 y, generalmente, cada uno esta gobernado por un Príncipe vampírico, además de sus vasallos. A los Dominios vampíricos se les conoce en ocasiones como Cortes, ambos nombres son correctos para referirse a los territorios de los vástagos bretones.
Bro Roazhon
Corte: Castillo de Fougères, a 40 km de Rennes
Príncipe: Duquesa Margawse Menguy de los Toreador
La llamada Corte de las Gaitas ha sido, por tradición, una de las principales sedes de poder de los Toreador, hogar de los Menguy y una poderosa representante de las Cortes del Amor cainitas. Aunque Rennes es la capital mortal del ducado, la corte de la duquesa Margawse Menguy se encuentra en el castillo de Fougères, a cuarenta kilómetros de Rennes, un fortaleza de impresionante arquitectura. Desde allí la Príncipe de Bretaña gobierna el ducado, no es raro que su corte sea la primera parada de cualquier que pretenda viajar por tierras bretonas.
Margawse tiene una política aperturista, posee el prestigio y el respeto, además de la envidia, del resto de familias Toreador y, si bien, no es la cainita más poderosa de Bretaña, su gobierno es incontestable. En la Corte de las Gaitas fluye la música, la cultura y las conjuras, pero todas ellas atadas en corto por la matriarca de los Menguy que, ante todo, desea prolongar el gozoso período de paz del cual disfrutan las cortes bretonas desde hace casi un siglo. Los Menguy poseen una fuerte influencia en la corte mortal del duque Juan I, pues fueron ellos mismos quienes auparon a este al poder dando por finalizada la dinastía mortal anterior.
Bro Naoned
Corte: Castillo de Thouars, Nantes
Príncipe: Conde Louarn Le Guillant de los Toreador
Si en Rennes se mueve la cultura, en Nantes se mueve el dinero. La Corte de Oro del conde Louarn Le Guillant, un Toreador de peculiar fascinación por el comercio, tiene su sede de poder en la ciudad. En esta se promovió un fuerte impulso comercial aprovechando en el río Loira, en la ciudad se terminaría de asentar una floreciente burguesía y una gran comunidad judía promovida por los Le Guillant. Durante mucho tiempo estos y los Menguy rivalizaron por el control absoluto bretón, pero finalmente la balanza se decantó por los segundos gracias a su influencia sobre el duque.
El peor golpe fue cuando los Menguy impulsaron, a través de su marioneta mortal, la expulsión de los judíos de Bretaña y la cancelación de todas las deudas contraídas con ellos2. Esto dañó severamente la posición de los Le Guillant, y, aunque siguen siendo los más ricos de Bretaña, su posición ha sido socavada por las intrigas de Margawse.
Bro Gernev
Corte: Castillo de Châteaulin, a 30 km de Quimper (abandonado)
Príncipe: Abad Jermaine de los Capadocios (nominal)
Desde la destrucción de Riothamus ningún cainita ha reclamado la corte de Châteaulin, el miedo que evocaba este Ventrue era tan grande que aun se cree que su fantasma ronda las estancias del castillo que una vez gobernó o que alguno de sus chiquillos regresará para cobrar venganza, la Maldición de Riothamus. Pero esto ha ido en favor del equilibrio de poder entre las distintas cortes bretonas, Cornualles y, en concreto, el monasterio Capadocio de Saint-Mathieu se ha convertido en un enclave neutral para dirimir diferencias cuando la desconfianza impera. Aunque el abad Jermaine se le considera el Príncipe de la región de forma nominal, el Capadocio rechaza esta condición y la ofrece libremente a aquel que la reclame.
Se dice que entre las ruinas olvidadas de Châteaulin residen algunos cainitas que ignoran esa supuesta maldición, pero hasta ahora las pocas expediciones que ha recibido el vetusto castillo ha revelado que estos rumores sean ciertos. Actualmente los Tremere insisten en asentarse en Châteaulin, aseguran ser capaces de disipar la maldición y que, en consecuencia, ganarse el derecho a tomar posesión del mismo. Obviamente, esta iniciativa ha sido rechazada de plano por el resto de cortes.
Bro Gwened
Corte: Castillo de Suscinio, a 25 km de Vannes
Príncipe: Barón Owyn de Poher de los Ventrue
Los antaño influyentes Ventrue son una sombra de su poder, antes de que Riothamus lo derrotara, Conomerus de Poher gobernaba como Príncipe de Bretaña, este tenía una leyenda sangrienta y oscura con la que aterrorizaba a sus vasallos y a sus propios chiquillos. El gobierno de Riothamus fue menos violento, pero su puño de hierro y rechazo por ser extranjero terminó por inclinar la balanza a favor de la conspiración. El chiquillo de Conomerus, el barón Owyn de Poher, que servía como vasallo a Riothamus a cambio de no ver destruido a su sire en letargo, ayudó a traicionar al antiguo Ventrue y destruirlo. En reconocimiento a su ayuda se le cedió el señorío del castillo de Suscinio, desde el cual gobierna la última corte Ventrue que queda y cuya oscura fama no envidia a la de su sire, aun en letargo.
Al este del territorio se encuentra la otra cara de la moneda que ofrecen los Ventrue, en el castillo de Josselin tiene su refugio la Orden de la Garza Negra de Fray Aethelstan de Josselin, sus caballeros son ejemplo de virtud y deber, pero hasta el momento no hay ninguna disputa por el poder en ciernes. Aethelstan parece estar más preocupado por su ideal caballeresco que por las intrigas de poder cainitas.
Bro Leon
Corte: Castillo de Brest (Toreador), Iglesia de Saint-Pierre de Saint-Pol-de-Léon (Brujah)
Príncipe: Conde Gevrog Menguy (en Brest), Conde Raimon Guillou (en Saint-Pol-de-Léon)
Con el tratado entre Margawse Menguy y Raimon Guillou se puso fin a un largo enfrentamiento entre los clanes, si bien delegados de este clan permanecerán en las cortes bretonas, el control de facto de Brest pasó a manos del chiquillo de Margawse, Gevrog, recientemente. Su puerto y su castillo convierten la ciudad en un enclave estratégico que otorga lo último que necesitaban los Menguy: acceso directo al mar.
Huelga decir que esta adquisición es vista por el resto de las cortes bretonas con recelo, pero hasta el momento ninguno se ha opuesto activamente a esta resolución. Mas al contrario, la mayoría pretenden sacar provecho frente a un nuevo gobernante novato que está lejos del control directo de la matriarca Menguy. Los Brujah mantienen el control del norte de Léon, el conde Raimon rige desde Saint-Pol-de-Léon, una ciudad gobernada por una Iglesia controlada por los Brujah.
Bro Dreger
Corte: Castillo de Saint-Pabu, Saint-Pabu
Príncipe: Condesa Noella Heussaff de los Brujah
El joven gobierno de la condesa Noella Heussaff ha supuesto un importante cambio en el equilibrio de poderes entre los dos condados Brujah de Bretaña. Durante siglos la amistad entre el conde Raimon Guillou y Mauricio Heussaff forjó una alianza sólida que se oponía a las presiones de los Toreadores del sur y oeste, pero la desaparición del patriarca Heussaff dejando al cargo del control de Tréguier a su pupila, Noella, ha suscitado un severo cambio de paradigma. Muchos aseguran que la falta de sintonía entre Raimon y Noella propició la claudicación del Brujah que provocó la cesión de Brest a los Menguy.
Noella tiene mucho interés en atraer sabios a su corte, poco a poco ha ido forjando una sólida reputación de mecenas del conocimiento y no es raro ver eruditos mortales e inmortales en su corte. La condesa también tiene fama de devota mujer cristiana, por lo que la Iglesia se ve fuertemente favorecida en su territorio, cosa que causa aun más tiranteces con el conde Raimon, el cual también esta fuertemente volcado con la causa eclesiástica.
Bro Sant-Brieg
Corte: Castillo de Saint-Brieuc, Saint Brieuc
Príncipe: Conde Bernez Magloire de los Toreador
La que se considera menor familia Toreador de Bretaña en poder es también la más reciente, con fuertes lazos con los Toreador ingleses, el conde Bernez Magloire maneja su corte con desidia, pero controla su territorio con puño de hierro. Con una vocación puramente marcial, Saint-Brieuc es conocida por las justas nocturnas organizadas por Bernez. Esa acentuada tenacidad ha venido siendo alimentada por los frecuentes enfrentamientos con sus vecinos Brujah del oeste y ahora, que reina una suerte de paz desde el pacto entre Raimon y Margawse, Bernaz busca diversión en estas justas y torneos francamente populares entre los caballeros cainitas de Bretaña.
Bro Sant Maloù
Corte: Castillo de la Latte, a 40 km de Saint-Malo
Príncipe: Maestre Raynier Coulette de los Nosferatu
Probablemente la región más peculiar de Bretaña tras Cornualles, el maestre Raynier Coulette es el Príncipe nominal del país de Saint-Malo, aunque este jamás pise la capital de la región. Aunque en Saint-Malo se encuentra el barón Treveur de Tinténiac, un Toreador independiente colocado por los Menguy, nadie pone en duda el dominio del antiguo Nosferatu. La arquetípica red de espías del clan tiene su sede en la propia Saint-Malo, donde cualquier cainita puede contratar los servicios de los Nosferatu por un precio. En La Latte está prohibido hacer cualquier clase de negocio pecuniario y Raynier exige un donativo para su leprosería para cualquiera que desee una audiencia con él.
En Saint-Malo es otro cantar, su puerto abastece de comercio la región, la marioneta de los Menguy hace bien su trabajo surtiendo de toda clase de lujos a Fougères que se encuentra apenas a cien kilómetros de la capital del país bretón. El burgo está creciendo cada vez más, es una importante baza para los Toreador, por lo que suelen ser muy cautos y cordiales al tratar con los Nosferatu locales.
Bro Zol
Corte: La mansión de la Cruz Verde, Dol-de-Bretagne
Príncipe: Conde Olaf Torolfsson de los Gangrel
Durante tres siglos los vikingos azotaron las costas del mundo conocido, con ellos llegaban los Gangrel escandinavos que solían establecerse en los territorios costeros recién conquistados. Bretaña no se libro de estos ataques, pero sus vástagos se las manejaron para mantener a los Gangrel fuera de su dominio, no fue así con el país de Dol. Llegado de la Normandía vecina, el conde Olaf Torolfsson atacó y tomó el control de Dol-de-Bretagne, la capital del pequeño país bretón. Desde entonces, mientras el resto de principados Gangrel desaparecían, Torolfsson ha aguantado estoicamente a la realidad de que la época vikinga acabó hace tiempo.
El conde es agresivo, pero con el tiempo ha tenido que reconocer a regañadientes de que su presencia es tolerada por los bretones porque no ha aspirado a más. El resto de cortes bretonas le ven como a un extranjero invasor, pero hasta el momento nadie ha hecho ningún esfuerzo por echarlo del país de Dol. Mas al contrario, los Gangrel de Olaf son mercenarios útiles en batalla y guardias excelentes, por lo que los últimos vikingos aun tienen cierta utilidad en estos tiempos.
1 Los nombres en paréntesis son sus nombres en bretón.
2 En 1240 el duque Juan I de Bretaña decretó la expulsión de los judíos de Bretaña y la cancelación de todas sus deudas para evitar que el tesoro ducal quedara esquilmado por las numerosas deudas contraídas con los prestamistas judíos.
La arquetípica división entre los Altos y los Bajos clanes permanece en Bretaña con sus matices, si bien el dominio de los Toreador es incontestable, los otros clanes aun tienen mucho que decir al respecto. A continuación ponemos un resumen de la situación general de cada clan en el ducado.
En último término también citamos a las familias de ghouls aparecidos bretonas.
Si existe un clan dominante en Bretaña, esos son los Toreador. Agrupados en distintos linajes antiguos, no es difícil aceptar que en prácticamente todas las conjuras, tratados o conflictos habrá uno de los miembros del clan de la rosa implicados. Aunque existe una residual querencia de estos cuando hay una amenaza que pueda afectarles a todos, generalmente se ven enfrentados en sus luchas de poder locales. Distintos feudos Toreador pueden encontrarse por toda Bretaña.
Dominios: País de Rennes, País de Nantes, León (solo Brest) y País de Saint-Brieuc.
La presencia de los Brujah en Bretaña es tan antigua como la de los Toreador, por mucho que estos aseguren lo contrario. Si bien su poder palidece frente al clan de la rosa en estas noches, es un poder a tener en cuenta por su capacidad para reunir a sus miembros en un solo objetivo. Los Brujah tienen sus dominios al noroeste de Bretaña.
Dominios: Léon (salvo Brest) y Tréguier.
La presencia de los Ventrue en el ducado ha ido menguando a lo largo de los siglos, durante siglos Bretaña estuvo controlada por el antiguo Riothamus, que gobernaba con puño de hierro la región. Actualmente la mayoría de los Ventrue se encuentras en el país de Vannes o errando por los caminos bretones como caballeros andantes. La dualidad entre los dos Patricios más preponderantes de Bretaña hace que, entre los propios Ventrue, aun hayan enfrentamientos haciendo palidecer aun más su poder en el ducado.
Dominios: País de Vannes.
Muy escasos en número, los Capadocios nunca se han interesado en las intrigas políticas o los juegos de poder, prefieren refugiarse en sus estudios y sus monasterios antes que intervenir directamente en ninguna trifulca. Quizá por esta razón gozan del respeto del resto de cainitas bretones y cuando se necesita una plaza neutral para negociaciones suele ser alguno de los enclaves del clan.
Dominios: Monasterio de Saint-Mathieu, Cornualles
Los Nosferatu bretones ejercen una presencia nada desdeñable en las cortes, el manejo de la información suele recaer en sus miembros, por lo que sus servicios son apreciados. Por contra, el clan no está demasiado interesado en el control político real, especialmente su líder, aunque se les reconozca el señorío de un dominio bastante extenso. Muchos Nosferatu también son caballeros andantes, inspirados en la vida y creencias de Raynier Coulette, el Príncipe de Saint-Malo.
Dominios: País de Saint-Malo
Tiempo atrás el reino de terror de los vikingos hizo que numerosos miembros de los Gangrel arribaran a costas bretonas, si bien nunca llegaron a asentarse en cantidad, la región vecina de Normandía fue su feudo durante mucho tiempo. Los Lobos tuvieron su intento de conquista de Bretaña hace tiempo, muestra que hoy poseen el dominio de uno de los países más orientales del ducado. Hoy en día la huella de su paso palidece y son tratados como poco menos que mercenarios para los ocasionales enfrentamientos entre los señores de la noche bretones.
Dominios: País de Dol
La situación de los Malkavian en Bretaña es bastante peculiar, no poseen ningún feudo ni dominio destacable, sino que más bien vagabundean por los caminos y cortes bretonas sujetos a sus ignotas razones. Es particularmente destacable que todos los Malkavian de Bretaña, incluso los venidos de fuera de la misma, afirman ser chiquillos de una misma cainita: Viviane du Lac. Nadie sabe que extraña influencia ejerce esta, supuesta, vampiresa, en ellos, pues nadie la ha visto nunca y solo se comunica a través de sus chiquillos.
Dominios: No tienen.
La presencia de los Lasombra en Bretaña ha sido testimonial durante mucho tiempo, pero desde que el poder de los Ventrue menguó se han empezado a ver más visitas de los Magistri en tierras bretonas. Suelen frecuentas las cortes, tratando de instigar pactos entre su clan y los señores locales, aunque son recibidos con bastante cautela por parte de los bretones.
Dominios: No tienen.
Los Tremere siempre han intentado establecerse en Bretaña atraídos por el poder latente, según dicen que esconde su tierra. También han sido rechazados de forma sistemática por los cainitas bretones que no confían en los Usurpadores y, en no pocas ocasiones, algún que otro Tremere ha tenido que salir rápidamente de alguna corte por los humores de algún Príncipe. Actualmente medran pacientemente en las cortes bretonas con la esperanza de recibir el anhelado permiso para establecer una Capilla, aunque sin éxito por el momento.
Dominios: No tienen.
Los Assamitas, Ravnos, Tzimisce o Seguidores de Set son raros, en algunos casos, o inexistentes, en otros, en tierras bretonas. Los territorios nativos de estos clanes quedan demasiado lejos para que ninguno de estos vástagos se interese en trasladarse realmente a Bretaña.
Únicamente los Ravnos suelen ser los más frecuentes, pero su natural nómada no los hacen permanecer demasiado tiempo en las cortes bretonas. Los Tzimisce no son desconocidos en Bretaña, pero sus visitas son muy raras, suelen venir por asuntos privados o para visitar alguna amistad local. En el caso de los Assamitas son más conocidos por los musulmanes que moran la península ibérica, pero no hay constancia de ninguna visita de estos a Bretaña que sea digna de mención. Los más desconocidos son los Seguidores de Set, la mayoría de cainitas bretones jamás han oído hablar de ellos y solo aquellos que han estado en Tierra Santa podrían saber de estos extraños vástagos que, desde luego, nunca han visitado el ducado.
Aunque hay distintas ramas de aparecidos, hay cinco linajes ghouls que son preponderantes por encima de los demás. En ocasiones estos ghouls son Abrazados, automáticamente pierden el apellido para pasar a ser miembros del linaje cainita que los ha recibido.
La famillia D'Avennes son aparecidos fuertemente vinculados al linaje de los Menguy, tienen el señorío del castillo de Laval, en el país de Rennes, como su feudo. Son reconocidos chambelanes y diplomáticos mortales de las cortes vampíricas europeas, capaces de servir a sus amos inmortales con eficaz entrega y lealtad absolutas e infiltrarse entre los mortales sin levantar sospechas.
Clan domitor: Toreador (Menguy)
La familia Delecoeur suelen ser ghouls inteligentes, pragmáticos y fríos, eruditos en su mayoría pero también espías, suelen ocupar plazas dentro de la Iglesia o las universidades para granjear el acceso de sus amos a estos lugares que, en ocasiones, suelen estar vedados por la Fe o la Inquisición. Se encuentran bajo la protección de los Brujah en Lannion, en Tréguier.
Clan domitor: Brujah (Heussaff)
La familia Foreville ha sido siempre reconocida por el adiestramiento de sus caballeros disciplinados y leales, muchos señores vampíricos bretones han sido salvados por algún Foreville, así reza el dicho dentro de la familia. Tienen su feudo en Broons, en el país de Saint-Brieuc, y no es raro ver a sus miembros deambular por los caminos bretones como caballeros andantes ansiosos de ser reconocidos por algún señor vampírico que los adopte y, quien sabe, puede que algún día los abrace.
Clan domitor: Toreador (Magloire)
La familia Braconnier es una de las familias más siniestras de Bretaña, surgidos al amparo del rey Conomerus en el tiempo que gobernó desde Carhaix antes de ser derrotado por Riothamus. Una leyenda negra pesa sobre esta familia, sobre su crueldad y su sadismo que esconden en las lóbregas mazmorras de su castillo en Carhaix. Pero, por contra, sus habilidades son sumamente apreciadas como torturadores, espías y asesinos. A la par son excelentes oradores y diplomáticos, por lo que rivalizan a menudo con los D'Avennes de Laval.
Clan domitor: Ventrue (Poher)
La familia Jakkelsen es la más reciente de los aparecidos bretones, si es que se les puede considerar como tal. En los tiempos en los que los vikingos Gangrel azotaron las costas de Bretaña con sus incursiones sus ghouls vinieron con ellos. Cuando Olaf Torolfsson tomó el país de Dol llegó con sus guerreros de élite normandos, les cedió la fortaleza de Cherrueix como feudo. Aunque no puede considerarse a los Jakkelsen como una familia sino como un clan, los cainitas bretones recurren a los servicios de estos implacables guerreros cuando la honorabilidad de los Foreville puede resultar un impedimento.
Clan domitor: Gangrel (Torolfsson)