Partida Rol por web

Todos pedían el porque de nuestro voto ante aquel libro y pluma y dije después de sorprenderme, en primer lugar como aquel libro nos infundía su ira, y luego como aquel sabio había encontrado la forma de escapar.

- Mi voto fue por su actitud... mientras el rey se debatía entre la vida y la muerte, el sólo sabía desperciarnos al resto, mientras que todos intentamos en cierta medida salvarlo.

- Incluso la Abuela, nos empezó a relatar sus remedios para intentar solucionarlo... - Miró al Sabio y dijo.- Seré un niño pero no me gusta que me miren con altivez y me traten como si nada, y menos cuando el que menos está haciendo eres tú.

El niño parecía cabreado con sus brazos fruncidos pero después de hacerlo dijo con media voz.- _{Pero de igual manera, perdona, no pensaba que ese libro me utilizase para desnucarte...}

Me atuso el bigote pensativo, aun creo que mi idea de ver por que ha votado cada uno a quien ha votado es buena, pero no hemos sacado nada claro

-lo que dice el mago está bien, pero creo que mas bien han salido votados los que caen peor. El sabio es insufrible y engreido, como dice ese niño, la madrastra demasiado ausente, la abuelita cae mal a alguna gente por como es y el dragón se metio en una pelea bastante tonta con el lobo por nada, aparte que piensa muy fuerte y a mi me da dolor de cabeza. Me parece que mal vamos-

Sin nada mejor que hacer empiezo a reunir leña en un montón grande y luego saco mi yesca y pedernal, pero casi que me lo pienso mejor -Dragón, ¿una llamita por aquí?-

-Tranquilo Niño, estas perdonado por ser tan tierno. Es mas, toma un poco de oro de mi tesoro para hacer fastuosas travesuras...-

-Pequeño demonio...-

Escupo un poco fuego para que sirva a la fogata del leñador/cazador...

-¿Desde cuando soy tan amable con todo mundo? Me desconozco... Debe ser por que si no me linchan la proxima... Por poco escape en l ultima...-

-JAJA...-

-Consejero, es usted hombre sabio, deberia ser mi consejero, me dicen rey bajo la montaña en algun cuento de enanos...-

-Igual no me olvido del lobo, lo voy a tener vigilado...-

Continua pensando pero sin hablar. Y se sigue preguntando por que la gente sigue hablando si no es necesario...

 - Si malcrías al niño, Dragón, luego lo aguantarás tú cuando se ponga levantisco - advierte el Consejero, pensando que un buen par de azotes nunca vienen mal en un programa educativo moderno, y, ¡qué diantres!, nunca hicieron daño a nadie.

-Si tendrán morro... Mira como se escudan entre ellos. -Si ya lo digo yo... aquí los quien mas o quien menos... -¡Nada! Que si el sabio tiene magia vamos aviaos, aquí cliches quedan pocos. -Hablo 42... a no perdona Cuarenta y Dos. -Pero no ha dicho que ha sido otro? -Y yo que se. -Tengo sueño. -Los esbirros no parecían ponerse de acuerdo con lo que acababa de suceder, pero toda conversación ceso tras escuchar las simples palabras de uno de los personajes principales. Tener que dar explicaciones sobre le voto cuando era tan evidente la razón de los Malos Derrelleno, les hizo bufar al unisono y ni el mejor de los alientos del dragón hubiera podido rivalizar con el viento que crearon, por suerte para el resto, no iba en la dirección correcta. Para sus descansos, el Hechicero supo dar en la clave y 55 decidió abrir la boca para confirmar sus palabras. -Pues evidente, nuestro voto va para quien ni se molesta en contar su historia, por mala que sea. O participar aunque sea. -Muchos asintieron. -Que mira que las hay malas... -Zzzzzzz... -¿Ven lo que se dice? -El resto no tardo en animarse ha soltar la lengua, aunque al ser de noche había mucho dormido o borracho, según con que ojos o edad se miraran. -Mira tu, si la gente sigue contando historias. -Mientras no sean para No dormir. -Yo no veo al Chicho ese... -¿Pero sigue al cañón? -Que dirás... -Shhhh... Que con suerte alguna es buena para dormir a pierna suelta.

El frío se torna más intenso, los músculos se entumecen. Es así como nuestros personajes se dejan vencer por un sueño cada vez más acusado. Sería complicado intentar resistirse.

También es complicado resistirse al destino inflexible que se avecinaba sobre ellos...