Partida Rol por web

Gracias Tsumiko *le digo feliz mientras comienzo a comer, apoyandome un poco en su hombro* Vaya... bueno, realmente creo que era previsible, al fin y al cabo siempre estaban juntos *le digo a Tsu-Tsu mientras pongo su brazo entre mis senos* Sin duda debes tener mucha hambre, no? Deja que te ayude *le digo mientras tomo algo de comida con mis palillos y se lo acerco* Aqui llega la comida!

Quien iba a decir que pelirrojo y peliazul iban a estar liados después de pasar desde que entraron juntos... Solos... Abriendo y cerrando puertas. - repasó la habitación, ya no quedaban muchos de aquellos que fueron a investigar la habitación del Ultimate Bad Influence y de paso escucharon los meneitos de la habitación del Ultimate Psycopath.

Se estiró un poco, crujieron sus huesos, había dormido bien acompañado, pero la falta de espacio lo había dejado algo entumecido. - Bueno, voy a echar un ojo al nuevo piso, concretamente al despscho del director. -  con una pequeña sonrisa y un ligero movimiento de mano, abandonó la estancia.

¿Era posible que la adolescencia le hubiera llegado a Tafuna-tan ahora? Estaba completamente desatada, madre mía, apenas tendría yo tiempo de vivir mi propia adolescencia si tenía que seguir haciendo de hermana mayor. Con mucha paciencia intenté explicarle conceptos como el espacio personal durante el desayuno. Después de la inesperada clase durante el desayuno, le pregunté si querría investigar el nuevo piso conmigo. Más como excusa para estirar las piernas que porque fueramos a encontrar nada. Lo que había que encontrar, el mando para abrir las puertas en el despacho del director, ya lo había encontrado Natsuki Mei. Elegí ir a la sala de profesores, que quizás lo más parecido.

Un poco sorprendido y sin aliento quedé tras el beso con Takumi Akio, no me lo esperaba. No se me veía particularmente triste ni contento, era algo difícil de poder describir. Mi perplejidad paulatinamente desapareció con cada bocado que daba, al continuar mi desayuno. 

Mientras terminaba mi desayuno las palabras de mi compañero retumbaban en mi cabeza: "De eso habíamos hablado cuando me dijiste que te hiciera un traje. De eso habíamos hablado cuando me dijiste que te hiciera un traje. De eso habíamos hablado cuando me dijiste que te hiciera un traje..." 

Miré a mi sonrojado amigo con extrañeza, no quería incomodarlo más de lo que estaba, pero había algo que me intrigaba y quería resolverlo: -Takumi Akio-kun, dijiste que yo ofrecí un beso por una prenda de vestir, ¿es eso verdad?- Guardé silencio por unos momentos, mientras buscaba en mi bolsillo mi libreta, la cual abrí y comencé a hojear.

-Si eso fuese cierto, algo así debiese estar escrito aquí.- Di vuelta mi libreta para que mi compañero la viese, estaba abierta en la última página escrita, donde no había referencia alguna a lo que este señalaba. Ni siquiera se mencionaba algo como una confección de un traje. 

Mis palabras tal vez fueron un poco hirientes ya que ponía en duda la palabra de Takumi. En ese momento me di cuenta de mis dichos y me sentí horrible. Él simplemente se había pasado toda la noche trabajando por obtener algo que quería. Además, había juntado el valor necesario para besarme y estaba completamente avergonzado de ello.

Me acerqué a él y le puse una mano en su hombro. Con una condescendiente sonrisa en el rostro le dije: -¡Hey! Descuida, no te preocupes. Simplemente me sorprendiste, eso es todo. Para la próxim...- Guardé un sepulcral silencio y mi expresión cambió rotundamente, se me veía serio y miraba a mi alrededor buscando algo o alguien oculto en el Comedor. Sólo esperaba que Momoiro no haya visto presenciado este espectáculo o habrían graves repercusiones.

De inmediato me separé de Takumi y caminé hacia la puerta. Antes de retirarme quise darle una réplica a los últimos dichos de Monokuma. Mis palabras no iban dirigidos a alguien en particular, simplemente era yo hablándole al viento: -En mi estadía en Kibogamine Gakuen he aprendido que no existe la verdadera desesperación, sin esperanza. Así que Monokuma al darnos esa falsa esperanza salir por la puerta, es sólo un ponzoñoso intento para amedrentar más la poca cordura que nos queda, pero eso no va a resultar. Y no resultará porque todos los presentes ya nos dimos cuenta de la mentira del primer día...- Abrí la puerta y salí tranquilamente del Comedor.

Nada esa fue la respuesta que recibí después de tragarme la vergüenza y besar a Kazuhiko solo siguió comiendo con total calma y la única palabra que salió de su boca fue para poner mi palabra en duda,ver esa última página del diario sin nada referente a nuestra conversación,incluso cuando intento consolarme se detuvo a la mitad y salió del comedor.

Me levanté intentando seguir a Kazuhiko pero en ese momento de abrir la puerta me quedé congelado y me dirigí al único aún presente en el comedor -Tadayo-san so me nesecitas estaré en la enfermería,acabo de pensar algo grandioso- abandone el comedor con un sentimiento de melancolía.

Yoshida va a la enfermería

Comedor

Tsumiko llega a la Cafetería, aunque parece ser que es la primera en llegar, puesto que ninguno de sus compañeros parecía estar por los alrededores, ni en la Cocina, ni en la cafetería, ni en los pasillos, por no estar, no parecían estar muertos debajo de las mesas.

Suspiré. Nunca antes hasta hoy, hasta ahora, el silencio la soledad, mis buenas amigas, se habían vuelto tan sofocantes. Parecía que Monokuma me había arrebatado trocito tras trocito de mi. Hasta lo último que me quedaba, la soledad y tranquilidad de estar a gusto conmigo misma, había dejado de ser un alivio se había vuelto una carga, un ahogo.

¿Dónde estarían todos? ¿Dónde? ¿Podría siquiera mirarles a la cara después de lo de ayer?

Comedor

Kazuhiko Yamada sería el segundo en entrar al Comedor, se podía notar lo vacío que estaba en comparación con los primeros días, quizás porque tan solo estaba Tsumiko Komachi teniendo lo que se podría considerar un ataque de pánico (interior) muy mal llevado; o quizás porque aunque estuvieran todos ni llegarían a ser un tercio de los que fueron.

Comedor

Katsumoto Obinata sería el tercero en entrar al Comedor, se podía notar lo vacío que estaba en comparación con los primeros días, quizás porque tan solo estaba Tsumiko Komachi teniendo lo que se podría considerar un ataque de pánico (interior) muy mal llevado y Kazuhiko Yamada con claros síntomas de haber pasado una noche en vela; o quizás porque aunque estuvieran todos ni llegarían a ser un tercio de los que fueron.

Eeeh... ¿Habéis tenido mala noche chicos? - se sentó en la mesa central y dio un par de palmaditas en la mesa. - Venga venid con el tito Obi, contadme que os pasa. - miró de forma intensa y con una sonrísa perturbadora a Yamada. - Sobretodo tu, que me he enterado de que tienes una carta muy interesante. La próxima vez si quieres ocultar algo que has sacado del despacho del director al menos limpia la tinta.

Comedor

Takumi Akio sería el cuarto  en entrar al Comedor, se podía notar lo vacío que estaba en comparación con los primeros días, quizás porque tan solo estaba Tsumiko Komachi teniendo lo que se podría considerar un ataque de pánico (interior) muy mal llevado y Kazuhiko Yamada con claros síntomas de haber pasado una noche en vela y Katsumoto Obinata, haciendo de las suyas acosando al pelirrojo con sonrisas demasiado sospechosas como para ser meramente ignoradas; o quizás porque aunque estuvieran todos ni llegarían a ser un tercio de los que fueron.

La ansiedad podía conmigo. Levanté mi temblorosa mano y la empujé contra mi rostro intentado ocultarlo y calmarme, pero era imposible. Era imposible. Ver entrar a los que fueron llegando fueron pequeños alivios porque estaban a salvo, pero al mismo tiempo supuso un efecto contrario. Se me puso la cara blanca. "Q-quedaos aquí. Por favor. E-estad pendientes de la PDA. Voy a... voy a buscar a los demás."

Y dicho aquello, salí del comedor a toda prisa, prácticamente a zancadas, y luego en el pasillo las zancadas pronto se convirtieron en carrera. Me fui sin pararme a preguntar, pedir explicaciones o escuchar lo que fueran a hablar sobre aquello de lo que The Ultimate Mystery Novel Writer acusaba al pelirrojo de haberse llevado de la Sala del Director, aunque parecía algo importante. Sé y sabía cuando me fui que no era propio de mí. No había desayunado nada, no me había tomado con calma y buen pie la mañana como siempre solía hacer. ¡Si ni siquiera les había saludado! Pero...

Finalmente estaba en el comedor y lo primero con lo que me encontraba era una Tsumiko corriendo apresuradamente con una gran cara de preocupación,me quedé mirando a los presentes y pude notar que Kazuhiko estaba usando el traje que le había diseñado a lo que no pude evitar sonrojarme pero también pide notar como se veía bastante cansado.

Entre al comedor luciendo mi ropa totalmente limpia mientras mis manos y mi cabeza estaban vendadas y tenia un gran moretón en el cuello -Bien día chicos me quedé mirando a Kazuhiko hasta que decidí hablarle -Kazuhiko te estaba buscando por todos partes- me acerque al pelirrojo sin saber cómo reaccionar y aún muy avergonzado le invite a la cocina casi llevándolo del brazo -Acompañame a la cocina te prepararé el desayuno.

Al entrar al Comedor me sorprendo por no ser el último en llegar, sólo se encontraba allí Tsumiko Komachi sentada. Si no estuviese tan cansado habría notado su ansiedad, pero la falta de sueño afectaba la percepción de la realidad, así que no le dirigí palabra alguna y me senté. Dejé caer todo el peso de mi cuerpo y puse ambos brazos tras el respaldo de la silla para luego cerrar mis ojos, necesitaba un descanso.  

No duró mucho el silencio en la habitación, ni la tranquilidad que estaba buscando, porque Katsumoto Obinata irrumpió en el Comedor. Aunque tenía mis ojos cerrados podía sentir su mirada posada en mí, escuché sus palabras atentamente, no era de las personas que le gusta tener conflictos con los demás y debido al desinterés que me generaban mis compañeros, nunca respondía a sus acusaciones, pero la falta de sueño me impedía ignorar sus dichos.

Como si los párpados me pesasen, abrí lentamente mis cansado ojos y le dirigí la misma mirada que Katsumoto Obinata me observaba: -Cometes un error al asumir que deseo ocultar lo que he tomado del Despacho del Director. Es más, el mismo Monokuma fue quien derramó la tinta.- Me encogí de hombros y volví a cerrar mis ojos, sin antes añadir: -De todos modos, no tienes por que creer en mi palabra.-

En ese momento Tsumiko Komachi salió de la habitación sin antes decirnos que nos quedásemos aquí. Entreabrí mis ojos sólo para ver como salía corriendo del Comedor, mi apesadumbrado rostro reflejaba el lamento de no haber seguido mi instinto el día de ayer. Golpeé la mesa con mi puño mientras susurraba: -Debí seguirla, debía seguirla... Era demasiado obvio.-
Ni siquiera noté cuando Takumi Akio estaba arrastrándome a la Cocina, seguía ofuscado con lo ocurrido. Seguí a mi compañero mientras asentía a su ofrecimiento de prepararme el desayuno, esperaba que la comida me animara un poco.

Otro sonido inundó la estancia, unas campanadas hizo que los presentes se giraran hacia una de las pantallas de la estancia; en la imagen podéis ver el logo de la academia y tras este a aquel oso que ya habíais visto con anterioridad, al parecer quería dar un anuncio importante. Lo logras ver en la pantalla.

¡Enhorabuena Alumnos!

¡Hoy me siento extremadamente gener-oso con v-oso-tros!

¡Os he desbloqueado el último piso de la Academia!

¡Divertíos!