Partida Rol por web

Echaba de menos un "sama" en esa petición, pero no refunfuño y se puso delante del lector de PDAs, pasando la suya, ejercitando el brazo derecho que tan fuerte tenía gracias al monstruo de las hormonas. - Haz tu magia Mei-chan.

"¿Decirnos algo?" abrí el mapa de las habitaciones en la PDA.

"Las personas en habitaciones adyacentes a Nagory Zinc son Kazuhiko Yamada y Yoshida Tadayo. Los dos son raritos, ¿pero tanto como para inventarse una historieta para decirnos algo a través de las paredes?" negué con la cabeza, riendo. "¡Venga ya! Veo más factible la surrealista idea de que intenten matarnos con una bomba o atravesando la pared con una espada que la idea de jugar al teléfono y los fantasmas."

"Uuuuuh. Es como un reto, a ver quién de las dos lo abre antes." Natsuki Mei empezó a buscar una salida mientras yo preparaba mis herramientas. Sonreí de nuevo, pero esta vez genuinamente, entusiasmada por ello. "Esto me recuerda a cuando intenté robar un coche..." Destornillador y martillo en mano, fui a desmontar el pomo de la puerta, cuando Natsuki Mei de repente nos vino con que quería hacer su magia y no se qué historias de que necesitaba a alguien capaz de aguantar ocho horas y que no miraramos. ¿Qué diablos? "Y una mierda, a mi no me dejáis con las ganas." protesté y mientras Obinata-kun pasaba su PDA una y otra vez por el lector como un idiota, yo ya estaba faenando con el destornillador.

Di dos golpecito en el hombro de Tsumiko.

Guapa, hazte a un lado. Tusmiko-chan... Tsumiko-chan... en serio... Tsumiko-chan... ¡está bien! Si quieres hacerlo tú entonces te dejo que la abras.

Tsumiko me había obligado, ya que no se apartaba obsesionada con estaba en ganar una carrera que no existía. Le abrazo por la espalda y me quedo colgada de ella como un koala.

No voy a ser yo la que interrumpa a Tsumiko-chan trabajando... O quizás sí.

En ese momento aproveché el abrazo desde la espalda para cogerle la camiseta y ¡subírsela de golpe hasta el cuello dejándole con el sujetador al aire!

¡Ahi va! ¡Mira Obinata-sama! ¡Encaje negro! alguien quería triunfar esta noche... ¡Esto sí que es magia!

Y me eché a reir esperando aprovechar la oportunidad que dejara Tsumiko al abandonar su labor para abrir la puerta con una ganzúa que no se sabía ni de donde había salido

-Podría invitar al señor Yo-yo y a Karma-kun y así ahorrarnos un susto de muerte, jaja, ¿lo pilláis?, susto de muerte, ¿lo pilláis? susto, muerte, bueno... lo dejo.- tras eso se dispuso a teclear en su monoPAD

Si, buena idea, buena idea. - decía asintiendo hacía Shimada, intentando hacer ver inútilmente que la pelea entre las chicas no le afectaba.

Era un desafío genial. Nunca había intentado desmontar una puerta, ni había tenido necesidad de ello. Andaba planificando los pasos en mi mente mientras que la voz de Gatita me decía que me apartara como una mosca zumbándome detrás de la oreja. La ignoré y me centré en el puzzle de mecano que tenía frente a mi. Luego la mosca se transformó en koala, tirando de mi, pero yo seguía entusiasmada con la operación de allanamiento, mi mentre retrotrayéndose a la adrenalina que sentí cuando intenté robar aquel coche.

"¡¡KY-KYAAAAAAAAAAAH!!" mi cara se puso super colorada, y me pensé muy seriamente cambiarle al apodo a la Ultimate Cat Burgler, de felina a can, cuando de la nada a traición me levantó la camisa enseñándoles a todos mi ropa interior y mis pechos, riéndose de que fueran negros de encaje. "¡N-no, idiota! ¡Es porque...!" Espera, ¿por qué me estaba justificando? "¿¡POR QUÉ ME ESTOY JUSTIFICANDO!?" el rojo de mi rostro cambió de vergüenza a ira y me bajé la camisa rápidamente pasando entonces a ejecutar mi venganza mientras que Natsuki Mei intentaba abrir la puerta con esa ganzúa: esta vez fui yo la que le subi el top hasta los hombros dejando a la vista su ropa interior, agarrándola. "¡Qué! ¡Ahora no tiene tanta gracia, ¿a que no?!" exclamé muy enfadada, con las mejillas infladas.

Natsuki sencillamente dejó que la camiseta se escurriera por cabeza y brazos liberando su sujetador que contenía sus abundantes senos copa F y continuó como si nadie la hubiera molestado. Siguió urgando con la ganzúa aprovechando que Obinata-sama estaba inutilizando el sistema electrónico hasta que, al poco, oyó el deseado "click" y la puerta se abrió.

Natuski se levantó de golpe y empezó a dar saltitos de alegría.

¡Bieeen! ¡Bieeen! ¡Lo he conseguido! - Entonces dejó de saltar en el sitio, al contrario de sus pechos, que tenían su propia inercia y se colgó del cuello de Obinata pegandose mucho a él y aplastandole con los recién liberados (casi por completo) atributos.

¡Lo hemos conseguido, Obinata-sama! ¡Bravo!

Entonces pareció darse cuenta de que Tsumiko tenía su camiseta, así que soltó a Obinata liberándolo de la presión (más firme que los blanditos de Tsumiko) y abrazándola a ella.

¡Te he ganado!

La miré con absoluta incredulidad. Ahí estaba ella, tan tranquila, pegando saltitos haciéndolos botar, como si tal cosa, proclamando su victoria y lanzándose a abrazar a Obinata-kun y después a mí. De verdad que no podía creerlo. ¿Es que le daba igual? ¿Era exhibicionista, o algo?

"Ehhh... sí... felicidades... supongo..." le di un par de palmaditas en la espalda. Si quisiera, le habría podido desenganchar el anillo del sujetador, en absoluta venganza. Pero no soy tan cruel...

La puerta de Nagory Zinc se abrió de par en par ante los alumnos. Pudiendo todos entrar a la habitación de Nagory Zinc sin mayores problemas o inconvenientes que quizás una ligera brisa en los senos y otras partes al descubierto.

-Oye Mei-sama, a mi me da igual que lo celebres conmigo también, jejeje..., por cierto, a mi no me invitaron, de hecho estoy aquí por que le dije a alguien si me podía quedar en su cuarto a hablar con él una cosa muy importante, pero se ve que los virgenes no nos juntamos con los que no son, ¿me equivoco?-dijo Edward mientras le echaba una mirada un tanto despreciante a cierto chico...

Tras ver que la puerta se abre a Edward le viene cierto olor- Vaya, ¿eso que huelo que es...?

Obinata ayudó a Mei a abrir la puerta y cuando esta se le lanzó encima con, logró noquear al pobre escritor, cayendo este al suelo después de que la Cat Buglar lo soltara, transformado en un tomate, pues la sangre estaba recorriendo absolutamente todo su cuerpo a grandes velocidades. Levantó el pulgar aún ahí tirado, como cierto robot que venía del futuro, como signo de aprobación.

Cerró los ojos y se puso a pensar para sí mismo "Venga pequeño Obinatín, vuelve a dormir, luego ya sales de fiesta si quieres" hasta que finalmente se logró calmar. - Fiu, bueno, mejor. - decía mientras se levantaba. - Buen trabajo Mei-chan. - iba a entrar en la habitación cuando Edward se puso a hablar. - Bueno, ya había dicho que tenía algo que hacer y que me tendrías que esperar un poco, si quieres te puedo abrir mi habitación ya o puedo ir luego a la tuya, como prefieras. - un momento ¿un olor? - ¿Sabes que es Edward? Mi olfato no es tan extraordinario. - levantó un poco los hombros. - Tanto da ¡vamos a ver de que va todo esto! - dijo emocionado mientras entraba en la habitación, no quería admitirlo, pero se sentía un poco emocionado ante el misterio.

-Si te soy sincero tampoco me da olor a nada, pero me apetecía hacerme el interesante, jeje...- dijo mientras se rascaba la cabeza o bueno, la capucha- bueno, vamos a entrar, ¿no?- tras eso se dispuso a entrar.

Aún con el top de Natsuki Mei en la mano, entré en la habitación sin decir nada más, ni desde luego devolvérselo si no me lo pedía.

Natsuki sr giró a Kaori-san cuando se quedaron solas en el pasillo y después entró en la habitación. Probablemente había sido su imaginación, pero a la rubia le pareció que la Ultimate Cat Burglar le guiñaba el ojo.

Pasillos de las Habitaciones

Por desgracia para Kizoku Anata, al llegar frente la puerta de Kaori Miyazono esta se encontraba cerrada de par en par y no pudo hacer otra cosa que quizás llamar a la puerta, a fin de cuentas, para abrirla necesitaría la PDA de Kaori, algo que en esos momentos no tenía en mano.

Por otro lado se fijó que la puerta a la habitación de Katsumoto Obinata, la del lado, se encontraba entreabierta y en ella podía ver a alguna de sus compañeras y al gigantón de Yoshida Tadayo.

Pasillos de las Habitaciones

¡Anata-chan! ¿Qué tal? ¿Has conseguido encontrar a Kaori? Obi-sama está intoxicado pero vivo.