Partida Rol por web

Historias del Dominio

Bajo las estrellas

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01/08/2018, 20:54
Director

El sargento pareció un poco descolocado, confuso, cuando Aldern le habló de aquel permiso especial. Sin duda no entendía a qué se refería pero no hizo ningún comentario al respecto. Probablemente no quería pasar por ignorante, o puede que en su mente, aunque pupilo, Aldern fuese un rehén, y no comprendiese bien eso de los permisos especiales a los rehenes. En cualquier caso asintió, aún con la sorpresa en el rostro de verlo allí.

El comentario de Aldern sobre sus posibles deberes ineludibles, hizo que una mirada de reproche contenida cayese de reojo sobre él, sin decir nada. Sus ojos se abrieron espectantes a la respuesta del sargento, aún un poco deshubicado con todo aquello. 

Bueno...tanto como ineludibles, milord. Pero si no parte de inmediato que diese el parte...— Sugirió.

Rendell

Eso mismo iba a hacer...ahora mismo— Asintió con convicción.

Tras aquello, miró al sargento dispuesto a marchar con él. 

Con permiso milord...—

Dijo para poder retirarse.

 

Notas de juego

Pues tú dirás dónde o qué quieres hacer. Si quieres ver a alguien más, o que te pase a la cena o lo que veas.

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01/08/2018, 22:36
Aldern Dayne

A Aldern no le pareció raro que el sargento se extrañase del asunto del permiso, a él mismo le parecía impensable. Si él hubiera estado en la posición de Lord Everam las cosas habrían sido muy distintas. Pensándolo bien, habrían sido diferentes desde el principio. Las tardes paseando a solas con Aquilegia, por ejemplo, las habría considerado un peligro. Lord Everam tenía suerte de que Aldern supiera guardarse sus ganas de venganza, porque llevarse a su primogénita como prisionera a Campoestrella o a Ermita Alta habría sido tan sencillo como posible. Se mirase como se mirase, Lord Everam era un pánfilo y un ingenuo. Probablemente quien le había concedido la tutela —por llamarle de algún modo— de Aldern no conocía esa faceta del Lord, o bien le guardaba rencor por algún asunto pasado.

El muchacho dibujó una media sonrisa al notar la mirada de reproche de su amigo y al ver cómo se resolvía la situación asintió. Hizo un gesto con la mano al sargento, dándole permiso para retirarse, y al quedarse a solas emitió un suspiro.

Lo cierto era que Aldern quería hacer muchas, muchas cosas, pero también sentía la tentación de no hacer ninguna. Aquel sitio era agradable: bien podía perder el tiempo hasta bien entrada la tarde, relajarse y descansar sintiéndose por fin en casa. Sin embargo, no dejaba de sentir el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, y la conversación con su prima le había dado mucho que pensar. Además, cada vez tenía menos ganas de casarse con quien se suponía que se iba a casar. Las tierras eran un aliciente y ayudar a Allyria con su venganza, otro aún más importante. Sin embargo, el asunto de saber ya que estaría en peligro... Si había algo que Aldern valoraba más que la venganza, eso era su propia vida. Y sí, ganarse a Ser Dwain podía suponer ciertas garantías... Pero conocía la actitud temeraria del caballero: aún en el mejor de los casos era cuestión de tiempo que muriera.

Con esos pensamientos en la cabeza Aldern terminó de vestirse y se tomó unos minutos para meditar sus siguientes pasos. Si quería seguir adelante por el camino de los regalos sin molestar a su prima podía pedir consejo al maestre, pero era cierto que buscar algo de más valor sentimental que económico le sería más fácil a él. Después de todo, le gustase o no conocía a los Stronghorse tan bien como a su familia. De modo que decidió ir por orden.

Para el señor de la casa y su esposa decidió que lo más adecuado sería llevar algo de buen vino y comida. No era nada que ellos mismos no pudieran conseguir, pero sí una analogía a las leyes de la hospitalidad que se encargaría de remarcar cuando hablase con Lord Everam y le hiciera entrega del presente. De este modo Aldern se dirigió a las cocinas, donde solicitó que preparasen para el día siguiente algo que fuera sabroso, fácil de transportar, y mejor aún si fuera difícil de conseguir al otro lado del río. Tras pensarlo un instante decidió saltarse el orden establecido e ir un paso más allá. Pidiendo material de escritura solicitó también la receta de un par de platos y un par de postres, así como una bolsa de naranjas y especias típicas de Dorne. Aquello sería para Darlia.

Tras el regalo para los señores llegó el turno de Aquilegia. Aldern no tuvo que pensar demasiado para ir a lo más típico: un libro sobre heráldica dorniense. Aprovechó la excusa para visitar al maestre y se entretuvo un buen rato con él antes de pedirle un volumen que fuera interesante para una joven como la primogénita Stronghorse. Después de eso le habló del mastre Paul, dando por hecho que no lo conocía, y le pidió algo que pudiera ser de utilidad, de maestre a maestre. Quizá unas hierbas medicinales propias de la zona, o algún otro libro, lo importante era que el maestre se diera cuenta de que también había pensado en él.

Lo más complicado fue pensar en algo para Helaena. Siempre había pensado que era una chica que no quería lo que el mundo le ofrecía, y no sería decoroso ofrecerle alguna de las cosas que normalmente tenía vetadas. Tenía claro que ella habría preferido una espada típica de Dorne que un vestido, por ejemplo, pero aquello no era una opción. Tras darle algunas vueltas y teniendo en cuenta la hora que era, decidió dejarlo para después de comer. Había una idea que pasó por la cabeza del muchacho y con la que sabía que acertaría seguro por lo emocional y por lo sencilla. Si Aldern le hubiera llevado el tablero de sitrang con el que jugaba su padre, por ejemplo, y se lo hubiera explicado... Con las palabras adecuadas aquello habría sido mejor que cualquier otra cosa que se le pudiera ocurrir, pero no estaba dispuesto a eso. Sin embargo, nada impedía llevarle uno cualquiera y hacerle creer que era precisamente ese. A Aldern no le temblaría la voz a la hora de engañar a cualquier Stronghorse: llevaba años haciéndolo. Sin embargo, mezclar la memoria de su padre en sus engaños le gustaba menos. Al final optó por buscar otro libro, al igual que había hecho con su hermana, pero en esa ocasión fue uno de relatos sobre la princesa Nymeria. Helaena no tenía nada que ver con ella, pero Aldern creía que le gustaría equipararse, verse reflejada en la conquistadora y soñar.

Por último estaba Carellyn. A Aldern le costó un poco no ocuparse de lo que le quisiera regalar antes que del resto, pero debía mantener la cabeza fría. Además, aunque los últimos encuentros habían sido divertidos, cercanos y en algún momento casi emotivos llevaban cerca de una semana sin verse. De hecho cuando él pensaba que estaban mejor que nunca ella había dejado de buscarle, cosa que no comprendía.

Lo de la doncella era un poco más complicado. No sólo debía buscar un regalo, sino también otro que entregarle a ojos de todos para no levantar sospechas. Porque se mirase como se mirase Aldern no iba a darle a Carellyn algo acorde a su condición. Pensándolo bien, sin embargo, descartó esa idea. No le importaba que los demás supieran que no le había llevado nada: después de todo, era sólo una doncella y una bastarda. Así pensaban ellos, ¿no?

Los pensamientos del joven Dayne sobre la muchacha no tardaron en concretarse y acabó buscando a Allyria para informarla de lo que había hecho hasta el momento, así como pedirle permiso para disponer de algún vestido que estuviera como nuevo, pero no fuese a ser usado. Le valía de su propia madre, de su prima Ashara o incluso de la propia Allyria. Después buscó a alguien del servicio para que lo arreglase, adaptándolo un poco a la figura de Carellyn. Pensándolo bien, además, era sencillo que con algunos toques un vestido con el plata de los Dayne como color principal acabase teniendo el plata y oro de los Rowan, bastaba con añadir algún motivo con ese último color.

Satisfecho con todo lo que llevaba hasta el momento Aldern aprovechó las últimas horas de la tarde para visitar el castillo: su cuarto, el de sus padres, volver a la cripta... Ya anochecía cuando decidió darse un chapuzón rápido esperando la cena en el estanque, y también cuando dedicó el último rato a hacer un dibujo del lugar. No sabía cuándo iba a volver por allí, pero algo le decía que sería pronto.

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04/08/2018, 15:28
Director

El chapuzón que el chico se dio antes de la cena, coincidió al poco tiempo con los sirvientes preparando el jardín para la cena al aire libre. Saludaron a Aldern e informaron que la señora había dispuesto que la cena se hiciese en el jardín, excusándose por la interrupción. Cuando comenzaron a encender candiles y velas, la iluminación suave y tintineante, dotó de un aire casi místico al lugar, exaltando su belleza. El agua refrescaba el ambiente, haciendo que el sofocante sol del día quedase en el olvido. 

Allyria llegó acompañada de un hombre, el cual Aldern no pudo evitar notar como "peculiar". Era alto y delgado y vestía una sotana negra. Sus ojos eran ligeramente rasgados y su piel clara. Allyria le venía comentando algo, a lo cual asentía mientras la miraba directamente. Al llegar a la altura de Aldern, su prima le dedicó una sonrisa.

Nora

¿Solucionado el asunto del vestido?— Si bien Allyria no habiía puesto impedimentos al asunto, sí que pareció reacia a desprenderse de los vestidos de Ashara. No le pareció a Aldern una reacción en su contra, más bien el afloramiento del dolor que supondría para su prima ver aquellas ropas en otra mujer. También pudo notar una reacción similar cuando Aldern valoró la posibilidad de un vestido de su tía (y madre de éste), pero no hizo comentario alguno. No dejaba de ser la madre de Aldern y respetó aquello, aunque no fue difícil notar que loa idea no era de su agrado. Era como sin cualquier cosa de sus parientes fallecidos fuesen casi fetiches de los que se negaba a desprenderse, como si en cierto modo, los mantuviese vivos, aunque fuese sólo en su memoria.

 Tras la pregunta que fue casi una introducción a otro diálogo, Allyria señaló con un gesto sutil a su acompañante.

Lady Allyria Dayne

Aldern, quiero presentarte a Nora, mi hombre de confianza.—

El extravagante hombre, llevaba las manos cruzadas a la espalda y miró directamente Al Aldern con esa mirada atenta y algo incómoda. Inclinó ligeramente el cuerpo sin apartar la mirada.

No puede hablar ni oír, pero puede entender lo que dices por el movimiento de tus labios. Por eso mira tan atento.— Sonrió divertida pues era consciente que  una mirada tan directa, podía llegar a incomodar. De hecho, cuando Nora fue consciente de que Allyria estaba hablando, desvió su mirada observando su boca.

Volvió entonces a mirar a Aldern señalando su oreja primero y su boca después, negando.

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04/08/2018, 19:12
Aldern Dayne

Al ver interrumpido su baño fue el momento que Aldern aprovechó para dejar de lado su actividad y dedicarse al dibujo. Si ya estaban por allí los sirvientes preparando las cosas no debía faltar demasiado para el comienzo de la cena.

Durante el tiempo que estuvo dibujando el chico trató de captar el aura casi mágica del sitio. Allyria sin duda había acertado con aquel cambio, lo que reforzaba en Aldern la idea de ser una cabeza de familia muy competente.

Cuando su prima llegó, Aldern llevó sus ojos hacia ella. Aún no se acostumbraba a verla tan adulta ni con unas curvas tan bien definidas, pero sin duda era algo que le agradaba, así como poder mantener con ella conversaciones claras  y sin tapujos. Al ver al hombre que la acompañaba el chico no comprendió, para empezar, cómo él miraba a su prima. No creía que se tratase de deseo, pero parecía que toda la atención del hombre estuviera puesta en Allyria de una forma extraña. Dio por hecho de inmediato de quién se trataba y se levantó para salirles al encuentro.

Aldern recibió y devolvió con facilidad la sonrisa de Allyria. Era cierto que estando en casa era sencillo dejar un poco de lado algunos pensamientos y relajarse. A su pregunta asintió.

—Sí, están haciéndole algún arreglo —explicó.

Aldern, tras notar el desagrado ante la idea de tomar vestidos de Ashara o de su madre por parte de su prima, había optado por coger uno de los que ella ya no usaba. Podía entender de sobra su rechazo, teniendo en cuenta que él mismo prefería dejar fuera de aquel juego cosas como el tablero de sitrang de su padre. Además, Carellyn y Allyria parecían más o menos de la misma estatura, lo que facilitaría las cosas.

—Al final he pedido a tu doncella uno de los que ya no usas —enunció—. No sé mucho de la moda dorniense actual, pero así seguro que acierto.

Debía resultar evidente para Allyria que el problema no era la moda, ni mucho menos, pero Aldern no iba a hablar del dolor de la pérdida delante de aquel extraño, por más que fuese de confianza.

Después de eso miró Aldern llevó los ojos hacia aquel hombre.

—Encantado, Nora —saludó con cordialidad—. Según sé estás siendo de ayuda para mi prima mientras yo estoy fuera. Te lo agradezco sinceramente.

Luego Aldern se giró, dispuesto a caminar hacia ellos hacia donde Allyria guiase —ya fuese directamente la cena o no— y continuó hablando.

—La verdad es que es alucinante lo que has hecho con este sitio —Ally, iba a añadir, pero se cortó por no estar a solas— A este paso los Jardines del Agua parecerán poca cosa.

El chico buscó los ojos de su prima antes de decir algo más. Acabó desviándolos hacia su otro interlocutor, al menos para comprobar si le estaba mirando.

—Por mi parte ya tengo todo listo. Es una lástima que la visita sea tan breve, pero creo que pronto podremos vernos mucho más.

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08/08/2018, 17:38
Lady Allyria Dayne

Allyria continuó su camino hasta llegar a la mesa que habían dispuesto los sirvientes para la cena y tomó asiento. Dos sirvientes comenzaron a servir la cena, mientras Nora se inclinaba hacia ambos y Allyria asentía. Se retiró varios metros permaneciendo aún en los jardines, casi a la entrada, y permaneció allí de pie como si estuviese de guardia.

La Regente comenzó a cenar. Parecía animada. Seguramente la compañía de Aldern era el motivo, pues durante años ya no había familia que se sentase a la mesa con ella.

Pues ya parece estar todo listo para la llegada de Lord Berric mañana...— Comentó de forma casual. —Me informaron que a Lord Everan lo visitará Lord Selwyn Tarth. ¿Pero a qué no sabes quién es uno de sus oficiales?— Preguntó de marea retórica, pues no esperó ni respuesta.

El señor de Gallowsgrey Ofreció como respuesta a su propia pregunta. —Y por lo que he podido averiguar, su hermano y él no deben de ser ser muy allegados.— Añadió.

Ah...— Exclamó recordando algo, mientras tendía a Aldern un sobre cerrado y sellado en cera roja con el emblema de la casa Dayne. 

Quisiera que le dieses a Lord Everan esta carta de mi parte a tu regreso.— Hizo una pausa para dar un sorbo a su copa de vino.

Ya sabes...para agradecerle que haya permitido que vengas a Campoestrella y para proponerle reanudar contactos entre ambas casas a su regreso de la guerra. Si es que va, claro...— Explicó con normalidad.

Lo cierto es que nunca hemos mantenido contacto y no nos conocemos. Esperemos que su ego sirva para entablar una nueva etapa con nuestra casa. De hecho estás aquí hoy. Eso ya dice mucho sobre él. Y no vas a pasarte el resto de tu vida como rehén, ¿no?.—

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08/08/2018, 23:55
Aldern Dayne

Aldern observó la mesa cuando estuvieron más cerca y se alegró de ver que estaba preparada sólo para dos personas. Dejó que el tal Nora se retirase, y al ver que seguiría a la vista se preguntó hasta qué punto lo que sabía hacer sería útil. Con una habilidad como esa suponía que uno no necesitaba oír a nadie desde lejos: bastaba con verle hablar. Eso sí podría estar bien.

Aquel pensamiento hizo que el joven Dayne controlase por un momento dónde se había colocado y dónde se sentarían ellos, pendiente de si desde donde se encontraba podía verles hablar.

El muchacho esperó a que su prima empezase a cenar antes de hacer él lo mismo. Se sirvió un buen pedazo y lo degustó mientras ella hablaba, en parte escuchando y en parte deleitándose con la verdadera cocina dorniense, aquella que sabía inevitablemente a hogar.

Al oír lo de que ya estaba todo listo hizo un gesto con la cabeza y con el cubierto, alegrándose de manera sincera tanto de que todo fuese bien como de que ella ya estuviese más libre. Darse cuenta de que Lord Beric llegaría con un día de antelación respecto a Lord Selwyn arrancó una sonrisa a Aldern, que pensó que el primero estaría aprovechando cualquier excusa para pasar más tiempo con la actual regente de la casa Dayne.

Con la pregunta sobre el oficial de Lord Selwyn Aldern miró a su prima, en espera de que ella misma diera respuesta, y cuando se explicó no tardó en tragar antes de aportar algo.

—No me extraña que no se lleven bien —comentó—. Por lo que sé a Ser Dwain le hicieron todo tipo de cosas en su infancia, probablemente por eso se convirtió en lo que es ahora. Latigazos, tirarle al mar para que muriese ahogado... No sé muchos detalles, pero no parece que le tenga mucho aprecio a su familia.

Mientras pronunciaba esas palabras tomó la carta y la dejó a un lado.

—Es una buena idea —aseguró—. Un acercamiento cordial que será como la semilla del árbol que necesitamos. —No tardó en corregirse, tomando la copa para brindar—. Que nos conviene.

—En realidad no sé hasta qué punto su ego tiene algo que ver —comentó entonces antes de mirar a Allyria durante un instante—. Lo he estado pensando, y quizá hay más de lo que ha dejado ver en este permiso especial. Se me ocurre que él mismo quisiera hacer algún tipo de acercamiento, o que sea una forma de tantear la situación de cara a mi liberación. Ver si soy de fiar o si voy a volver con un ejército cuando él no se encuentre en el castillo. Me cuesta creer que un estratega tan bueno en el campo de batalla sea tan inepto en la política.

—En cualquier caso, no creo que me quede mucho tiempo como rehén, la verdad. No estaba seguro hasta hoy, pero con esto y la guerra inminente... Si finalmente me pide que le acompañe a la batalla y soy capaz de demostrar la suficiente valía, que sea interpretada como lealtad, a él y al Rey, quizá sería suficiente para volver. O quizá tiene otros planes. En cualquier caso, si tu matrimonio se lleva a cabo todo será más sencillo.

—También hay otra cosa. Estoy seguro de que si él supiera de la posibilidad de casarme con Lady Jynessa mi encierro se alargaría: no le conviene en absoluto ese enlace. Sin embargo ya tengo una edad y cada día que paso en Riverside es un día que niega opciones a esta Casa... Y eso él debería tenerlo presente, a pesar de que no lo parezca al ver a sus hijas.

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13/08/2018, 17:33
Lady Allyria Dayne

Allyria, comenzó a probar bocado cuando Aldern respondió a sus preguntas y comentarios, durante el intercambio de la charla. Lo miró un instante y abrió los ojos con cierto asombro, tampoco excesivo, al escuchar las palabras de su primo sobre la infancia de Ser Dwain, aunque sólo fue un instante y continuó comiendo.

Algo haría...— Concluyó simplemente. — Tiene más hermanos y el único que ha sufrido esa infancia es él. Merecido lo tendría.—

La frialdad con la que lo dijo, no podía ocultar el desprecio y el odio a una parte importante de lo que se había llevado por delante a sus seres queridos. Una actitud que quizás no era la propia de Allyria en otras circunstancias.

Continuó escuchando sobre Lord Everan y asintió con alguna sonrisa entre medias —Todavía no juzgues como competente o incompetente a Lord everan, primo. Sí que es cierto que todo esto es desconcertante, pero no olvidemos el pasado. Y la realidad es que nos arrasó en el campo de batalla y cuenta con la lealtad de una casa muy adinerada y de un caballero que según se dice y tú confirmas, puede ser una de las espadas más temibles de Poniente.— Asintió con solemnidad. —Y eso tampoco lo consigue cualquiera.— 

Tomó entonces un sorbo de vino con despreocupación. —Sólo digo que no lo subestimes. Porque podría ser que creyéndonos el gato, en realidad fuésemos el ratón—

Alzó entonces una ceja cuando su primo comentó acerca del matrimonio con los buitres.  —¿Tú crees?... Preguntó con cierta suspicacia. —¿O en realidad me sacas el tema de tu enlace y me lo argumentas por otro motivo?— Sonrió.

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18/08/2018, 00:33
Aldern Dayne

Aldern dibujó una media sonrisa al escuchar la respuesta que su prima le dio al asunto de Ser Dwain. No le dio respuesta, pero fue evidente que le hizo cierta gracia imaginarse al caballero como un crío, y más siendo castigado. Estaba claro que las cosas habían cambiado mucho desde entonces. Tampoco sabían, por supuesto, si de verdad era el único que había sufrido esa infancia, pero al joven Dayne tampoco le importaba demasiado aquello.

El muchacho ahogó esa media sonrisa en un trago de vino mientras Allyria seguía hablando y fue inevitable asentir un poco más tarde cuando dijo aquello de que algo así no lo conseguía cualquiera.

—Es cierto —señaló—. Pero para conseguir aliados una rebelión exitosa contra la Casa Real siempre ayuda. Cuando uno está del lado vencedor y reclama su botín de guerra, los amigos salen de debajo de las piedras.

Sin embargo, estaba claro que Allyria tenía razón en algo: no debían subestimar a Lord Everam. O más que al Lord, a todos los Stronghorse, fueran de su sangre o no. El maestre, por ejemplo, no era nada idiota.

Con las últimas palabras de Allyria Aldern mantuvo la seriedad, aunque un toque de complicidad podía notarse en sus gestos, en su tono y en su mirada.

—Casarme con los buitres no está entre mis deseos, pero lo haré si es lo que tengo que hacer, prima —aseguró Aldern—. Eres la cabeza de familia. Además, aunque a mí se me hayan ocurrido otros planes tú sabes cómo está la situación mucho mejor que yo.

—Pero independientemente de mis preferencias, creo que Lord Everam tendría que ser muy idiota para dejarme marchar con los Blackmont. Aunque nosotros nos acerquemos a él con cartas y obsequios, acceder a algo así sería regalar conocimiento y poder a otros de sus rivales. —afirmó con seguridad.

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20/08/2018, 21:29
Lady Allyria Dayne

Allyria balanceó la cabeza con cierta disconformidad a las primeras palabras de Aldern.

Sí, pero no en este caso primo. Estos estaban junto a Lord Everan antes de que se supiese el resultado. Antes incluso de que hubiese rebelión.— Asintió asumiendo dicho contratiempo. —No han dado palmaditas al lord tras haberse ensuciado las manos. Se ensuciaron las manos con él. Ese es el problema.—

Cuando Aldern le respondió sobre el tema del matrimonio, lo escuchó con atención. No culparía al chico por no ser de su interes la heredera de los Buitres, si bien, tratos con peores opciones se habían llevado a cabo en Poniente. La heredera, no dejaba de ser una joven bonita, pero muy guerrera. Pero sí que pareció sorprenderse por la lo claro que parecía tener su primo la rivalidad de los Blackmont y los Stronghorse.

Entrégale una de las hijas de Lord everan a Perhos, y verás de quienes serán rival los Blackmont.— Afirmó con cierto desprecio.

Sólo les preocupa el control del río. Dragnos, Stronghorse y Blackmont en la parte norte. ¿Cuánto crees que tardaría Lady Larra en proponer hacerse con el control total del río, siendo nosotros lo único que se interpusiese?...Y más con las ganas que tiene Lord Balon de cruzar las aguas y hacerse con en control de la otra orilla.—

Se llevó entonces unos dátiles a la boca y masticó guardando silencio. 

Si no te casas con su heredera, ya puedes hacerlo con alguien más importante y un buen ejército.— Expuso con cordialidad, pero seria. 

A mí tampoco me apetece desposarme con Lord Everan.— Reconoció. —E incluso si eso no fuese posible, te aseguro que su puesto lo ocupará Lord Berric. Cosa que tampoco es que me agrade especialmente, aunque es un buen hombre, sin duda.— Opinó, como sin ser su elección por gusto, no estuviese mal como posible matrimonio político.

Pero hasta que Edric crezca, somos las únicas opciones para hacernos fuertes y conseguir aliados.— Aldern no pasó por alto que parecía no contar con Gerold.

De todas formas...— Volvió a comer de nuevo, esta vez unos gajos de naranja. —Antes de nada, hay que conseguir que te liberen.— Dijo señalando con el índice un instante a su primo.

Si ni Lord Balon Greyjoy está consiguiendo apoyos contra Robert, muchos menos conseguiríamos nosotros. Ya no somos un peligro. Tenerte como rehén ya no es necesario. Nuestro pago está hecho en tierras y sangre. Es hora de liberarte.—

Sonrió entonces un instante divertida.

Eso le vengo a contar a Lord Everan con mucha más dulzura y necesidad de protección. Seguro que le encanta sentirse protector...—

Conjeturó dejando caer la mano con desgana.

¡Ah!...— Recordó de repente. —Pero sobre todo, si vas a la guerra, vuelve de una pieza. Si mueres o vuelves lisiado, podemos olvidarnos de todo esto. No creo que la casa aguante sin la alianza de tu matrimonio y el mio, hasta que Edric sea mayor de edad. Arthur era Arthur y tu padre tu padre.— Agitó entonces el dedo casi como gesto de reproche.

Ni se te ocurra tratar de seguir sus pasos. Ya sabes a lo que me refiero.— 

Tal vez su prima había asumido en demasía su rol de madre y sin darse cuenta lo estaba extrapolando con Aldern, aún siendo este sólo unos cuantos años más joven que su prima.

 

 

Notas de juego

Cuando tú me digas, pasamos a tu vuelta o lo que sea. Yo te doy cháchara hasta que tu veas :)

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21/08/2018, 01:15
Aldern Dayne

Aldern asintió a lo primero que dijo su prima mientras seguía comiendo. Tenía razón en lo referente a los vasallos de Lord Everam. Lo que no sabía era cómo alguien como Ser Dwain había acabado a su servicio.

Poco después, con el comentario de Allyria sobre el hipotético matrimonio entre Stronghorse y Blackmont, Aldern dibujó una media sonrisa. Si antes tenía claro lo fácil que era que los buitres cambiasen sus lealtades, su prima no hacía más que confirmarlo. Luego bebió mientras seguía escuchándola. Y ante la posibilidad de ese otro matrimonio con alguien más importante el chico no respondió. No, al menos, por el momento. Aunque sí hizo un gesto dándole la razón en cuanto a lo de la liberación.

—A eso me refería antes—dijo entonces—. Si se habla de mi matrimonio con ellos antes de mi liberación, entonces no seré libre nunca.

Finalmente, con las últimas cosas que dijo Allyria el muchacho se quedó mirándola durante unos segundos. Ni siquiera se planteó por un momento que su prima le pidiera que volviera entero sólo por su posible matrimonio, ni mucho menos. Quizá estaba viendo lo que quería ver, pero Aldern podía contar con los dedos de una mano las personas que de verdad se preocupaban por él, y desde luego quería contar a su prima entre ellas. ¿Había alguien así en Riverside? Carellyn, quizá, pero ni siquiera estaba seguro. Y Aquilegia a lo sumo, cosa que había tenido que ganarse semana tras semana a través de esfuerzo, sonrisas y demás.

—No seguiré sus pasos, no te preocupes —aseguró—. No vas a librarte tan fácilmente de mí, Ally, no ahora que estamos tan cerca de poder dar un giro a todo esto.

Después de esas palabras Aldern se quedó un momento en silencio, valorando si decir lo que le rondaba la cabeza. Al final acabó mirando a su prima a los ojos.

—Sé que tú vas a hacer un sacrificio equivalente, sea con Lord Everam o con Lord Beric —comentó—. Aunque hay una diferencia: sus madres no van a intentar matarte. —Aldern dijo aquello como si fuera una broma, aunque guardaba en la memoria el comentario de Allyria—. Ahora hablando en serio, yo no pensaba en que Lady Jynessa tuviera que buscar muy lejos otro matrimonio, ni en que se quedase soltera.

Aldern aguardó un momento antes de proseguir.

—¿Tan malo sería que se casase con Gerold? —preguntó—. Él ganaría un ejército, lo que seguro agradece. Ellos a alguien con tierras colindantes, lo que ampliaría los dominios de ese matrimonio. Y en caso de que nuestra venganza acabe salpicándonos de algún modo, cosa que no espero, siempre es mejor que se manche una rama cadete que nuestra Casa.

Notas de juego

Pronto, pronto. :P

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23/08/2018, 13:03
Lady Allyria Dayne

Asintió a la primera explicación de su primo con vehemencia. Era lógico no pensar en matrimonios antes de una liberación. La broma sobre las madres asesinas, le hizo soltar una pequeña risa mientras contestaba. 

La madre seguro que no...pero puede que las hijas.— Convino.

La propuesta sobre Gerold de Aldern le hizo abrir los ojos, casi escandalizada.

¿Gerold?...Gerold no está a la altura* de la hija de Lady Larra. Proponérselo sería un insulto. Y Lady Larra podría enojarse.

Dijo rápidamente negando dicha posibilidad. 

Además Gerold está muy descontrolado. Es cierto que si no abre la boca y sólo con su presencia, podría conquistar a cualquier mujer. El problema es que no la cierra.— Lamentó.

Me he enterado incluso que puede tener interés en ingresar en la Guardia Real. No sé si su obsesión por portar a Albor es para ayudarle a serlo o quiere serlo como ayuda para portar a Albor.— Sopesó con duda.

Por cierto...— Pareció percatarse en ese instante de algo. —¿Sabías que el hermano mayor de Ser Dwain, el que fuese primogénito, es miembro de la Guardia Real?.— Preguntó con curiosidad. 

—Tendría cierta ironía verlos servir juntos, ¿no?

 

Notas de juego

*El estatus de Gerold es 3

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24/08/2018, 11:19
Aldern Dayne

Aldern bebió un poco de vino antes de seguir comiendo. Allí, sentado a la mesa con su prima... Si se lo hubieran dicho el día anterior no se lo habría creído. Sin embargo, ahí estaba, y el buen humor era inevitable.

Con el primer comentario de Allyria Aldern sonrió. Sabía que bromeaba, pero también que más valía estar preparados.

—Por Aquilegia no creo que tengas que preocuparte: no mataría ni una mosca. Otra cosa será si se casa con alguien con demasiadas aspiraciones —expuso—. Helaena sí podría dar más problemas, me parece. Siempre ha querido que se conservase el apellido Stronghorse y sin ti es algo que tienen difícil. Sin embargo, es la que tiene las uñas más largas.

—En cualquier caso, creo que su doncella podría informarnos de lo que vayan pensando —continuó—. Ahora mismo lo hace: que prosiga en el futuro sólo depende de nosotros. Además, creo que sería capaz de muchas cosas si a cambio le consiguiéramos un buen matrimonio.

Aldern permaneció un instante pensativo. Por primera vez valoraba de verdad un candidato para Carellyn. Si él acababa casado realmente con Lady Jynessa, su hermano Penthos no sería una mala opción. Tendría que darle unas vueltas, por supuesto, pero no sería una mala forma de tener a alguien de confianza en la casa. Además, decían que era un chico agradable.

Después de eso, al ver la reacción de Allyria al comentario sobre Gerold, Aldern asintió. Aquello era cierto. Una tontería probablemente, pero cierto.

—Es verdad que ser de una rama cadete es algo que juega en su contra —comentó—. Pero económica, estratégica y militarmente sería un matrimonio que sí les convendría. —Se encogió de hombros—. Aunque claro, entiendo lo que dices.

Poco después, ante el comentario sobre la presencia de su primo, Aldern alzó la copa como si quisiera brindar.

—Es una de las virtudes de todos los Dayne, hombres y mujeres —la incluyó, bromeando—. Creo que es por nuestra sangre.

Cuando siguió escuchando Aldern no tardó en fruncir el ceño.

—¿Te has enterado? —preguntó—. ¿No te lo ha dicho él directamente? —Aldern siempre había considerado que Gerold y su prima debían estar trabajando codo con codo, pero si de verdad estaba tan indomable podría suponer un problema—. La verdad, no creo que sirvieran mucho tiempo juntos: estoy seguro de que Gerold trasladaría parte de su odio a Ser Dwain a su hermano.

—No he hablado con él, pero no creo que quiera a Albor para servir en la Guardia Real. Vamos, no creo que ese sea su fin último, porque no creo que quiera proteger a la Familia Real a costa de su vida. Aunque sí creo que puede estar dispuesto a ese sacrificio a cambio de portar a Albor.

Aldern volvió a beber un trago corto.

—¿Qué harías entonces con Ermita Alta? ¿Recaería también sobre Edric?

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27/08/2018, 19:20
Lady Allyria Dayne

Allyria asintió a laas explicaciones de su primo respecto a las hijas del lord. Ladeo la cabeza, sin embargo, interrunpiendo su masticar ante el comentarios sobre la doncella.

¿Qué ahora nos informa?. ¿O es más bien que te has ganado su confianza y comenta algo de las potrillas?— Preguntó de forma retórica.

¿Sabe de nuestras intenciones, trabaja para nosotros?— Preguntó de nuevo sin necesitar respuesta, dejando claro que no la consideraba ni si quiera una informante.

—Quiere un buen matrimonio... Consigue que eche veneno en la comida de las potrillas y yo la conseguiré el mejor matrimonio posible, con un gran señor de las Tierras de la Tormenta o de Dorne.— Aseveró con seriedad. 

No voy a mover cielo y tierra porque una niña te esté contando qué chico le gusta a una de las yeguas, o si gime en sueños.—

Dijo zanjando el tema. Parecía algo molesta incluso. Quizás pensase que Aldern se estaba dejando embaucar por una adolescente, a juzgar por su firmeza .

Continuó escuchando a su primo. La suposición sobre lo que haría con Ermita Alta la hizo negar. 

Eso es algo que le correspondería decidir a Gerold. Supongo que nos dejaría sus tierras para regentarlas a nosotros. Edric será señor de Campoestrella. Ermita alta, con los que quedamos en la familia, pasaría a ser tuya, primo. —

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28/08/2018, 02:41
Aldern Dayne

Al escuchar la forma en que Allyria hablaba de Carellyn Aldern se planteó si no se había precipitado. Tampoco había dicho mucho de ella, desde luego, pero su prima parecía tener la intención de renegar de cualquier ayuda que no hubiera conseguido ella misma. Escuchó todo lo que ella tuvo que decir y acabó encogiéndose de hombros.

—No sabe nada, por supuesto que no, ni lo sabrá —le dijo—. Y tampoco quiero que muevas nada. Si quiere conseguir algo, que se lo gane. Simplemente creo que si alguna de las hijas pretendiese hacer algo contra ti, me lo diría. Y eso es algo bueno para nosotros.

Tras eso emitió un suspiro, decidiendo aceptar que el tema estaba zanjado. Mejor así, o de seguir por ese camino Allyria le cogería ojeriza a la doncella antes incluso de conocerla... Si no lo había hecho ya.

—De todas formas, tampoco creo que Gerold llegue a entrar en la Guardia Blanca —comentó entonces—. Como combatiente seguro que tiene la capacidad, pero o encuentra al Rey muy borracho, o también le perderá la boca. Aunque quién sabe, quizá esta guerra le brinde alguna oportunidad.

—Al margen de esa posibilidad, creo que yo debería centrarme en conseguir que Ser Dwain me devuelva nuestras tierras como prometió. Será más fácil empezar a ganármelo mientras aún estoy en Riverside, así que tendré que aprovechar el tiempo que haya hasta mi liberación.

Notas de juego

Por mi parte saltamos cuando quieras. :)