Partida Rol por web

Paul no quería desaprovechar la ocasión que les brindaba tener a tan ilustres invitados en Riverside, aunque el motivo de su visita fuera funesto. Encontró a Lord Martyn en los jardines junto a su hijo pequeño, del que era difícil verle separado y eso le conmovía pues no todos los padres se comportaban de aquella manera, empezando por el suyo propio.

-Buenos días Lord Martyn, veo que estáis entretenido y en excelente compañía, no quisiera entrometerme y ruego disculpéis mi interrupción. Tan solo quería interesarme por la salud de su hijo, un niño que ha perdido a su madre necesita más cuidados de lo habitual y tan sólo quería deciros que podéis acudir a mi en total confianza si tenéis cualquier duda o necesitáis de alguno de mis servicios mientras estéis en Riverside, será un placer para mi atenderos.

La mirada de Lord Martyn, se desvió hacia Paul tomando a su hijo en brazos para no perderle de vista. A medida que el Archimaestre iba hablando, el gesto entre extrañado y sorprendido se mezclaba a partes iguales en su rostro, con una pizca de ofensa, la cual frunció su ceño.

—¿Perdón, cómo dice?—

Al maestre no le pasó desapercibida la reacción del noble y aunque pensaba que había sido correcto estaba claro que algo no había gustado a Lord Martyn.

-Vuelvo a disculparme con usted Lord Martyn, no quería interrumpirle, tan solo ofrecer mis servicios si los necesitaban, como parte de la hospitalidad de los Stronghorse con sus invitados. En cualquier caso parece que no es buen momento…

Parecía que Lord Martyn era muy celoso con el tiempo que pasaba con su hijo y el maestre respetaba eso. En cualquier caso ya había hecho el ofrecimiento así que hizo una ligera reverencia y esperó a algún tipo de réplica o gesto para marcharse y dejar al padre y al niño disfrutando de su mutua compañía.

El hombre tomó en brazos al pequeño y se acercó hasta el Paul aún con gesto serio. Se lo dio casi hasta obligando a que por reacción tuviese que cogerlo.

—Sí, mi esposa murió y Quentyn se quedó sin madre. — Confirmó, mientras el niño miraba con curiosidad al archimaestre y comenzaba a tocar su barba con la mano con la otra metida en la boca.—

—¿Creéis que no está sano, que no me ocupo de cuidarle y hacer de padre y madre.?. Bueno, ahí lo tenéis. Decidme si no es un niño bien cuidado.— Dijo mirándolo con seriedad.

Paul recogió al niño con cuidado, demostrando ser un hombre de gran experiencia con los bebés, lo meció un poco para tranquilizarlo y le sonrió. Después miró a su padre con la misma sonrisa, sin darse por aludido ante los comentarios ni mostrar ofensa alguna por cómo se habían dirigido hacia él, ahora que Lord Martyn había hablado comenzaba a comprender lo que allí pasaba.

-Es un niño precioso y estoy seguro que está increíblemente sano y bien cuidado, si le he transmitido otra sensación le ruego me disculpe, nada más lejos de mi intención. Al contrario, venía a felicitarle. Creo que a nadie puede pasar desapercibido el cuidado que usted pone en su crianza, le aseguro que no todos los padres son así y tampoco todas las madres, su hijo estará orgulloso cuando crezca y usted honra la memoria de su esposa cuidando del mejor legado que pudo dejar.

Paul volvió a centrar su atención en el niño, lo observó y después lo alzó brevemente para verlo desde otra perspectiva, parecía un niño sano, de eso no cabía duda. Con cuidado volvió a recogerlo entre sus brazos y luego los extendió ligeramente hacia su padre esperando que este lo recogiera.

-Está claro que no necesita ningún consejo como padre, pero si necesitara hacer cualquier consulta sobre medicina, ahí quizás pueda ayudarle, es un campo que conozco mejor.

Las palabras de Paul, parecieron suavizar el rostro del lord tras tomar a su hijo de nuevo. 

—Os lo agradezco.— Concedió finalmente. —En realidad, a veces pienso que sé tanto como una matrona o una niñera.— Sonrió finalmente, bromeando.

—Agradezco el ofrecimiento, pero gracias a los Siete, ambos estamos como robles, ¿no es verdad Quentyn?— Preguntó al pequeño, el cual lo miró un segundo antes de volver a mirar al maestre con curiosidad sin sacarse la mano de la boca.

—De pediros consejo, sólo os preguntaría una cosa: ¿Hay alguna forma de hacer que duerma una noche seguida al completo?. Ni con mis otros dos hijos lo logramos. Me temo que es más leyenda que realidad, ¿no?— Volvió a bromear. 

Lo que sí que parecía evidente que al menos en los primeros años, debió ocuparse con mucho celo también de sus otros hijos y no depender en exceso de niñeras e institutrices.

Paul se relajó definitivamente cuando el Lord pareció comprender la situación y pasó a mostrarse más amigable e incluso se permitió alguna broma, que el maestre correspondió con una risa cauta.

-No hay de qué. Y estoy seguro que sus conocimientos sobre el tema son extensos y nada tienen que envidiar a los de los expertos. Ojalá otros padres siguieran su ejemplo, creo que tendríamos delante un futuro mejor para todos.

Asintió amable al rechazo sobre algún cuidado pero no desperdició la oportunidad de contestar la duda de Lord Martyn. Los niños y la crianza nunca eran una ciencia exacta pero creía poder ayudarlo de alguna manera.

-Me temo que no tengo ninguna medicina, o no alguna que debiéramos administrar a un niño completamente sano como el suyo, pero sí que puedo darle algunas pautas, cada persona es un mundo sin embargo. Algo importante es establecer una rutina, intente acostarlo siempre a la misma hora, le aseguro que con el tiempo ese hábito ayudará a dormir más fácilmente a su hijo. Durante el día juegue con él como acostumbra y asegúrese que hace ejercicio físico. También es importante que siga diferentes patrones cuando lo alimente al ser de día o de noche. Durante el día haga las tomas más largas, interactue más con él y por la noche procure que sean más rápidas y silenciosas, esto también le ayudará a hacer una distinción del momento. Al igual que para comer esto también sirve para cuando tenga que cambiarlo. Cuando su hijo esté adormilado pero aún despierto coloquelo en su cuna para que termine de dormirse solo, esto le ayudará a aprender a dormirse solo si se despierta durante la noche, sostenerlo o mecerlo en brazos hasta que duerma completamente dificultará este proceso. Y por último no acuda de inmediato cuando llore por la noche, quizás él mismo consiga dormirse solo, y si no es así acuda a ver que puede estar molestandolo, quizás tenga hambre o necesidad de que lo cambien, en ese caso procure hacerlo sin alterarlo demasiado. Quizás estos consejos hagan que pueda dormir mejor alguna noche más, aunque como ya sabrá los niños pequeños tienden a despertarse a menudo, estas pautas irán acostumbrando a su hijo a dormir cada vez mejor, o eso espero Lord Martyn.

Lord Martyn escuchó los consejos del maestre pacientemente, quizás perturbado o sobre pasado por tantas indicaciones. Puede que quizás fuese lo típico que se dice de los bebés, y más echando los dientes, pero el maestre se lo había tomado tan en serio que el hombre prestó atención. Luego una sonrisa volvió a escapársele.

—Había pensado en algo más sencillo, como los tapones de cera de abeja. Seguro que Lord Balon lleva algunos de sobra.— Bromeó

Tras ese momento más distendido, y por fin rotas las tiranteces iniciales, Lord Martyn miró un instante a Paul en silencio.

—Supongo que vos habéis instruido a todos los jóvenes de la familia y los conocéis bien. Permitidme una pregunta, una curiosidad.— Anticipó como petición.

—¿Qué opinión os merece Lady Carellyn?...como pupila, como persona...¿Cómo la describiríais, en pocas palabras?—

Preguntó con curiosidad.

Tras su explicación esperaba que el hombre apreciara su esfuerzo por ayudar y quedó satisfecho al comprobar que Lord Martyn se permitía hacer una broma, que acompañó con una risa.

-Ciertamente las soluciones más sencillas a veces son las más eficaces. Aunque llegados a tal necesidad le recomiendo encarecidamente que se decante por la cera pura de abeja jajajaja.

El instante silencioso que vino después no le resultó incómodo ya que el ambiente era distendido, parecía como si el hombre quisiera preguntarle algo más y cuando lo escuchó asintió con cierto orgullo.

-Así es, desde mi llegada me he encargado de la educación de Lady Aquilegia y Lady Helaena, además de la de Lady Carellyn y el señorito Aldern. Por favor, pregunte lo que quiera.

Para ser sincero la pregunta lo pilló por sorpresa. Esperaba algo más técnico sobre métodos de aprendizaje, asignaturas o alguna otra cosa similar, pero aquella pregunta tan concreta por Carellyn...

-Me pide algo difícil, pero intentaré complacerle y ser breve y conciso. Como pupila Lady Carellyn es una joven tenaz, inteligente y muy creativa. Y como persona... Puedo afirmar que se trata de una muchacha extraordinaria. -Y tanto que lo era, más de lo que Lord Martyn podría llegar a imaginar nunca. Pero el maestre no paraba de pensar el porqué preguntar por ella. ¿Acaso estaba buscando una esposa y había fijado su atención en su pupila? Podía ser, aunque por supuesto debía ser discreto y abstenerse de preguntarlo.- Una mujer con las cualidades que toda una dama debe tener, sin duda. Espero haber respondido a su pregunta, aunque sin dudas me he quedado corto mencionando las cualidades de Lady Carellyn, algo difícil de comprimir en tan pocas palabras.

—Sí, desde luego.— Confirmó. —Y agradezco vuestra discreción...— Añadió. Aunque en realidad nadie había hablado de la intimidad de aquella pregunta, ya se encargó él con esas pocas palabras de hacérsela ver.

—Supongo que un concepto similar tendréis también de las hijas de Lord Everan, ¿no es así?. — Preguntó dándole pie a que se distendiese en su contestación. —Aunque alguna diferencia habrá entre las tres, seguramente...—

El maestre no necesitaba aquella indicación, aunque cuando Lord Martyn la hizo le quedaron claras las posibles intenciones del caballero.

-Por supuesto Lord Martyn, nunca hablo de las consultas de mis pacientes, secreto profesional.

Paul sonrió amistosamente. Era el primero que comprendía que en aquellos asuntos era mejor ser muy prudente porque podían pasar muchas cosas y lo aconsejable era esperar a que hubiera algo concreto y tangible que no el simple interés o deseo. Cuando le preguntó por las hijas de Lord Everam el maestre asintió.

-Habéis acertado, ambas son también inteligentes y tienen una gran preparación, seguro que lo estáis comprobando en esta visita. A pesar de las circunstancias Lady Aquilegia se ha hecho al cargo de la casa y su hermana la está ayudando, al igual que Lady Carellyn. Las tres están perfectamente capacitadas o Lord Everam no habría puesto tanta confianza en ellas. -Estaba claro que el Maestre se mostraba orgulloso de sus pupilas y como estaban actuando en momentos de tanta tensión y responsabilidad. Para cualquier invitado en Riverside debía quedar patente que la organización y el trato estaba siendo exquisito a pesar de la ausencia del Señor y la reciente muerte de la Señora.- ¡Oh, claro que sí! Las tres son distintas Lord Martyn, cada una tiene sus gustos y sus formas de ser particulares, supongo que ya lo habrá notado. Todos tenemos nuestras virtudes, por ejemplo yo no sería capaz de cortarle con una espada o una daga y sin embargo no tendría reparos de hacerlo con un bisturí si fuera necesario para salvarle la vida. Lo importante es que cada una de ellas ha sabido aprovechar sus dones para prosperar como personas, creo que eso es lo realmente importante.

Las palabras de Paul no estaban dichas desde la adulación del que sirve e intenta quedar bien con sus señores si no que se trataban de genuino respeto por cada una de las tres alumnas. A pesar de sus diferentes capacidades y carácteres las tres se habían convertido en señoritas útiles y valiosas.

Lord Martyn asintió sin mucha sorpresa, como si algo parecido esperase de su respuesta.

—No, no creáis que he notado mucho.— Corrigió sin afán alguno al maestre. Simplemente comentó en el fluir de la conversación. —En cierto modo, las circunstancias no son las mejores.— Y tampoco es que le faltase razón en aquello. — Pero vos las conocéis bien.— Afirmó, dando crédito a las palabras de Paul.

—Respecto a Lady Carellyn, parece tener una buena relación con su familia a pesar de haber sido concebida fuera del matrimonio, o eso parece...— Sugirió, dejando aquello en el aire esperando algún comentario al respecto del maestre.

Paul asintió dando la razón al hombre, en aquellas circunstancias los caracteres de todas sus pupilas se habían apagado mucho y era normal, no las había conocido en la mejor de las ocasiones.

-Tenéis razón en eso. Por lo general tienen un carácter risueño, pero dadas las circunstancias las tres se encuentran muy afectadas por la pérdida, ha sido una sorpresa desagradable.

Si Lord Martyn quería conocer a las muchachas en otro estado de ánimo tendría que esperar un tiempo, al final todo pasaba en esta vida y por fortuna el maestre sabía que sus alumnas volverían a ser felices. Aunque a decir verdad Lord Martyn solo parecía interesada en una de ellas.

-Así es, Lady Carellyn goza de una excelente relación con su familia y Lord Mathis Rowan la tiene en alta estima y se interesa por ella con frecuencia*. Es una muchacha a la que es fácil querer, Lord Everam la ha educado como a una hija más.

La mención de ambos nobles, importantes señores, no había sido al azar, Paul quería demostrar que Lady Carellyn estaba "protegida" por dos buenas familias y eso siempre era una garantía, aunque a día de hoy siguiera siendo una hija natural. El maestre Paul no se vería sorprendido si su padre decidiera darle su apellido finalmente, aunque esas cosas siempre eran delicadas y existían muchos intereses de por medio, aunque sería peor si hubiera sido un hombre.