Partida Rol por web

Robert avanzó hasta la puerta, se había quedado demasiado atrás como para poder aportar a los esfuerzos de sus compañeros. Parecía que estaban atascados en el pasillo pero eso era algo meramente temporal dada la potencia de fuego combinada de sus regimientos. 

Salió al pasillo para observar al mutante en medio y más al fondo a los cultistas atrincherados, ceres puso rodilla a tierra para acto seguido tirarse al suelo y apuntando con el bolter a los cultistas que al fondo estaban atrincherados se dio cuenta de que no tenía linea de visión clara, así que en su lugar apunto al aberrante que obstaculizaba la carga de sus compañeros.

Una lucha dentro de pasillos, no era para nada lo que esperaba pero ... era lo que nos tocaba. Armas pesadas para destruir barricadas y armaduras pesadas pensadas para recibir los impactos de las armas del enemigo. - Pues ahí vamos otra vez. Sigo a la avanzadilla al interior del estrecho pasillo, intentando estar preparada para lo que surgiese.

Hasta que no escuchó las explosiones y los gritos, Judith no se percató de que había un bolter pesado en la zona. Apretó los dientes mientras se ponía en movimiento en el momento en el que le cambiaban el objetivo porque había un ser aberrante bastante cerca.

-Agáchese, Pater -dijo mientras cogía el cañón de fusión a pulso, sin darle tiempo a colocarlo bien y disparaba hacia ese ser con la esperanza de destrozarle por completo.

Sintra era inútil en aquel pasillo estrecho. Y ya no era la escasa iluminación, prácticamente nula, no. El problema era un pasillo lleno de aliados a los que podía impactar.

La aparición de la enorme aberración mutante le dió un objetivo hábil. La orden del Teniente también fue clara.

Krane observó a los soldados que abandonaban la posición y asaltaban el pasillo. Iban a conseguir lo que los nuevos mandos no habían podido, fusilarles. No tenía muchas esperanzas puestas en que la voz de la razón se impusiera, pero aun así dijo en voz alta lo que pensaba:

—MEDIANTE EL USO DE EXPLOSIVOS SE PODRÍA ABRIR UNA BRECHA POR LA QUE FLANQUEAR EL FUEGO ENEMIGO —aconsejó, señalando con el servobrazo el muro que quedaba hacia el este. 

Krane trató de aconsejar otro curso de la acción, aunque pareció caer en saco roto, pues el asalto por el pasillo siguió sin problema alguno; Nilsa apuntó contra la mole que estaba en mitad del pasillo, buscando un certero tiro a la cabeza, pero no quiso anticiparse, era mucho riesgo en su opinión. Bender corrió por la habitación hasta posicionarse tras el Teniente, y Aurestia, la más avanzada de todos los integrantes de aquella pequeña fuerza de ataque, cargó, después de haber evadido la salva de bolter pesado que le habían dedicado, la gracia de la Seraphim fue suficiente, aunque ella supo que había tenido ayuda de otro tipo, lo sintió en su corazón, conmovido e inflamado por su fervor. El cultista trató evadir el espadazo, pero Aurestia fue capaz de atravesar su torso de lado a lado, acabando con su miserable existencia de un único ataque. Novalee se colocó en segunda fila y Chollos no vio del todo claro lo que pretendía, podría acabar con tropas aliadas.

Fred avanzó por el pasillo, tomando posiciones y Tania disparó su láser largo contra el Aberrante impactando contra el mismo e hiriéndolo levemente. La Palatina Vaniria corrió hasta el pasillo perpendicular y Andiara se internó en el pasillo, disparando el cañón láser sostenido únicamente por sus fuertes brazos; era un tiro realmente arriesgado, pero se la jugó, poniendo en peligro de muerte a su Magister de Sakto, la cual, se batía en duelo contra el aberrante, siendo capaz de herirlo con su espada, tras lanzar una estocada en un movimiento ágil contra el mismo, el cual, trató de golpear a Sabre con un golpe rudimientario y brutal, siendo ese duelo algo curioso de ver, por un lado, un estilo marcial exquisito y buen ejecutado, contra la fuerza bruta sin control ni estilo alguno. Sin embargo, el problema de los Imperiales vino de manera sorpresiva. Habían ignorado la puerta que había enfrente, y otro Aberrante salió bramando como un animal, cargando contra lo primero que vio nada más abrirse la puerta, la cual fue Andiara. Aquella sala estaba atestada de nuevos enemigos, todos listos para darles muerte.

En el pasillo, Alfonso acudió en rescate de Sabre Rose, cargando invocando el noble arte del - ¡Sakto Sakto Sakto! - e hiriendo a la bestia en el proceso.

¡Machacad a esos cerdos! ¡Los pillamos por sorpresa! ¡Preparaos para ser devorados Imperiales! ¡No tenéis escapatoria! - bramaron los líderes que ahí se encontraban, mientras otros tomaban posiciones para acabar con los Imperiales. Uno se escabulló acribillando a quemarropa al Pater, el cual, evitó uno de los proyectiles, pero no el segundo que lo hirió, otro le dedicó una salva certera a Tania, que no fue capaz de evadirlo, aunque, gracias a lo blindada que estaba, no recibió mucho daño. Los demás se posicionaron rápidamente para acercar posiciones.

Robert avanzó hasta la puerta, el Teniente bramó las órdenes que quería y Sanguine se acercó contra el cultista, partiéndolo en dos con su arma sierra - ¡Vuelve al agujero del que has salido! ¡MUERTE AL MUTANTE! ¡MUERTE AL DIFERENTE! - bramó exultante con su víctima a sus pies, llenando sus botas de sangre mutada. Hains, con el cañón automático, avanzó hacia la puerta para darse de bruces con que estaba taponada. Lidio, por otro lado, se quedó pensando que hacer tras las nuevas apariciones, lo mismo que le ocurrió a Ceres que se vio trabada en cuerpo a cuerpo sin pretenderlo, y DR, que avanzó hasta la puerta. Solo quedaba la Hermana Judith, que, viendo lo que ocurría, dando de lleno al monstruo e hiriéndolo gravemente con su cañón de fusión.

El campo de energía atravesó limpiamente al artillero, eliminando la amenaza del arma pesada, pero en un rápido vistazo hacia atrás por el pasillo, pudo ver que la cosa no pintaba tan bien para sus aliados, que se veían sorprendidos por más enemigos ocultos. Debía despachar a aquellos lo antes posible, por lo que no se contuvo y siguió atacando con su espada al tiempo que apuntaba la pistola hacia otro de los enemigos y apretaba el gatillo.

Antes de poder hacer nada tenía encima a esa cosa. Corrio como un mastodonte hacia ellos y de poco o nada más fue consciente en ese momento.
Ceres empujó atrás a su novicia mientras retrocedía atenta a la criatura para no darle la oportunida de escamocharla contra el suelo.
Tras retroceder lo bastante como para estar lejos del alcance de aquella criatura se giraría para afianzar sus pies en el sueño con el peso equilibrado y abrió fuego sobre esa cosa.

Más emboscadas. No era sorprendente tampoco, aunque quizás los cultistas habían calculado mal o el tiempo o la temeridad de la que hacían uso, pues lo interesante habría sido atraparles en el pasillo... Sea como sea, a parte habían pillado y una de aquellas moles estaba prácticamente allí.

-¡No cedáis, hay que limpiar esta sala también! ¡No ha de quedar rastro de la mancha xeno, purgadles, matadlos a mordiscos de ser necesario!

-Para a calcinha da Carolina! -exclamó al ver aparecer la mole que era la aberración mutante.

Desenvainó el sable manofilo y, a la par que empujaba a Sintra hacía atrás soltó la cincha liberando el pesado cañón laser.

-Marcia! Encargaté de Sintra -ordenó.

Sable en mano intentó acuchillar al mutante con saña. Conocía los rudimentos del Sakto, como cualquier miembro de Brilaria, pero ni su técnica, ni su destreza, eran dignos de compararse con los de los auténticos seguidores de este milenario arte de esgrima. Así pues no invocó ni el grito de Brilaria ni el reverenciado arte del Sakto. Apretó los dientes y se dispuso a acuchillar con odio el enorme corpachón de la aberración.

Red siguió corriendo al oír el quejido del Pater, colocándose a su lado.... No no no no mi hora aún no ha llegado, Aguanta Pater, no se te ocurra lanzar el último rezo. Red, temerosa, alzó el lanzallamas presta a calcinar cualquier mutante o aberración que hubiera cerca del Pater y todos aquellos que se escondían tras barricadas por detrás.

Había bastado un segundo sin cubrir la puerta para que un xeno apareciera por ella, por lo que Krane le apuntó con su rifle de plasma y disparó. 

Lidio vio imposibilitado su camino hacia Sabre por culpa de la nueva aberración. Estaba claro que, si quería ayudar a los suyos, debían destruir al nuevo enemigo y se lanzó a por él con toda haciendo uso de toda la destreza marcial que pudo la grito de Sakto, motivando a los suyos.

Su fiel Andrade lo siguió, lanzando sus débiles pero molestos bayonetazos al monstruo, ayudando a su oficial como buen ordenanza.

El hecho de que se les acabaran de abalanzar a la cara hizo que la sororita chasqueara la lengua, separó las piernas para afianzar la posición, apoyó el cañón en su cadera y aprovechó la fuerza de la propia servoarmadura para poder aguantar el arma en condiciones, apuntó y lanzó una descarga de energía con la intención de acabar con esa enorme mole xeno.

A pesar del abarrotamiento de gente, la francotiradora esperó el momento adecuado, como siempre, antes de apretar el gatillo. El sonido del cañonazo de su arma se mezcló con el maremágnum de sonidos que se desató en esos breves segundos inundando el lugar sin dar posibilidad a que se entendieran si no era por señas o por los aparatos de comunicación bien metidos en las orejas.

Era un tiro casi imposible para cualquiera, excepto para alguien con el entrenamiento adecuado, por mala suerte para su objetivo, ella lo tenía de sobra.

Con un chasquido la puerta contigua a la sala por la que habíamos llegado a los pasillos, se abrió saliendo de ella otra monstruosidad parecida a las que ya nos habíamos enfrentado. Una aberración mutante y genéticamente modificada por los seres que intentaban conquistar el planeta. - No si estaba claro. Alzo el triplex y con cuidado apunto donde pueda descargar un disparo sobre el ser que nos ataca. - Toma fuego purificador, jodido bicho. 

Por el rabillo del ojo, Varinia vio que la puerta situada enfrente de la que había salido y escuchó las amenazas del líder de los cultistas. -¡Usad las granadas! ¡Purgad esa sala!- gritó por el comunicador antes de darse cuenta de que los imperiales situados en el corredor ya tenían sus propios problemas. La abominación se enfrentaba a los espadachines brilarianos en un desigual duelo. Al menos parecía que la hermana Aquilina había completado su carga solitaria e impartía el perdón del Emperador con fruición entre los cultistas.

La palatina, por su parte, decidió optar por otro recurso. Simple y poco elegante, pero efectivo. Se acercó al combate y sin pensárselo lo más mínimo apuntó al enorme enemigo y apretó el gatillo de su pistola de plasma.

Turm, al encontrarse con Wald en el pasillo queda un poco extrañado, después de un épico correr por parte de Wald que no llego a ningún lado, Wald percibe su extrañesa, lo mira, levanta los hombros y allí, inmediatamente, Wald interrumpe mientras con una mano señala a la gigante criatura que acaba de surgir en el pasillo y con la otra comienza a desmontar el C.Aut.M34.

-¿Ves esa pequeña criatura de allá?  Instalemos ahora los sacos de arena y el cañon acá para librar al universo de ese insulto contra el emperador-

Turm lo comprende inmediatamente y procede a ayudar a Wald con la acción, ambos utilizan los sacos de arena para poder darle un soporte apropiado al cañon, tras terminar todo el asunto Wald grita.

-¡ARTILLERÍA VA!-