Partida Rol por web

¿Dónde demonios estabas? - comentó con un tono gruñón. - ¡Te dije que vinieras a ayudarme nada más acabar las clases, tenemos mucha faena por delante!

Venga, venga, ya me tenías a mí ¿tan viejo andas que ya ni conmigo te ves capaz de organizar un acto benéfico? - comentó en pos de bajar un poco el caldeado humor que tenía el padre de Samuel.

-  Eeeestooo.... ¿Hola? - acababa de comenzar una lluvia de réplicas - Hemos tenido una clase extra de educación sexual al acabar las clases, como poner condones a penes de plástico y no saltarse un ojo!! jeje - río mirando de reojo al tío Noé - Creo que vamos a tenerlas durante algunas semanas consecutivas al final de clases - y con ésto le arqueo un ojo y no espero a ver la burrada cristiana que suelta - ¿Ha venido Leena? - interrumpo cambiando de tema y de mirada hasta mi tío nuevamente.

Mientras espero la respuesta envío algún mensaje.

Leena se ha quedado estudiando en la biblioteca, ya sabes lo aplicada que es. - miró un poco de mala gana a Oscar. - Lugar donde deberías estar tú, Samuel, si tu padre no fuera un cabeza hueca y supiera preparar dos mesas y tres manteles...

Miró alrededor. - Aunque a la otra cristiana de oro tampoco la veo por el lugar. - bromeó, sabía que Dana tenía trabajo en la farmacia, además de que no era tan fanática como lo era el padre de Samuel. ¡Pero sobretodo lo hizo por picar a Oscar!

La noche se cierne sobre Anderson Creek...

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La puerta se abrió, dando entrada a Dana Scully, la madrastra. - Dios, menudo día. He tenido que cerrar antes de tiempo la farmacia porque una de las enfermeras del hospital ha ido a dar no se qué charla de sexología. _{Como si a los chavales de hoy les hiciera falta...} - suspiró. - En fin, que nada, que he tenido que ir a ayudar y cubrir su turno, ya que somos tan pocos en este pueblo de mala muerte.

Dana observó los alrededores, habían varias bolsas llenas de confeti, algunos recortes que serviría de adorno y algunos panfletos hechos a mano para invitar a la gente a acudir al evento benéfico del viernes. - Parece que no he sido la única liada ¿eh? ¿Qué os parece si saco unas limonadas de lata bien frescas de la nevera? Creo que todos nos merecemos un buen descanso. - le frotó el pelo a Samuel. - Sobretodo tú, pequeñín, que también has tenido clase.

La tarde había sido realmente agotadora, montando toda aquella parafernalia católica, a papá le entusiasmaba, pero a mi me empezaba a parecer cada vez más tedioso todo aquello, y notaba como nos comenzábamos a separar en ciertos aspectos, al menos el tío Noé nos acompañaba siempre que podía y nos hacía más liviano todo aquello.

Una nueva notificación de Instagram sonó en mi móvil, cuando vi aquello, se me estremeció el cuerpo un poco, parecía tan real, y aquella mujer, no imaginaba que le gustara grabar ese tipo de vídeos, de seguido mando un par de mensajes, tanteando la reacción sobre el asunto de algunos de mis amigos.

La noche cayó y no tardó en llegar Dana, agotada y ofreciendo refrescos de limón, realmente tentador pero me apetecía salir un rato - Gracias Dana, creo que voy a salir un rato a tomar el aire antes de cenar! - y cogí mi mochila dispuesto a salir, tal vez jugar a algún videojuego despejara de mi mente aquellas imágenes.

Al entrar por la puerta, Samuel se cruza con su madrastra, la cual parecía que acababa de llegar también. - Hola campeón ¿qué tal el día? Yo acabo de hacer inventario en la farmacia hace nada, menudo día más ajetreado ¡la gente consume muchos medicamentos!

Absorto en sus pensamientos, casi tropieza con Dana, la mujer de su padre, la cual lo saluda amistosamente como siempre - Hola Dana! - saluda igualmente amistoso con ella, desde el principio tuvieron muy buena relación, a sabiendas que no le agradaban mucho los niños, Dana se había convertido en un gran referente - Parece que todos hemos tenido un día movido hoy!! - con un brazo se lleva la mano a la sien y baja su mirada al suelo - Hoy nos han interrogado en el instituto, parece que han matado a una educadora... - todo ésto con la reunión benéfica tan próxima, menos mal que el tío Noé nos ayudaba tanto con éso - Y algunos de los compañeros parece que se lo toman a broma, están divulgando imágenes por las redes y realizando votaciones absurdas... - al levantar la mirada veo una cara de sorpresa con los ojos abiertos de incredulidad en su rostro.

Me tiro en el sofá del salón y saco el móvil, seguramente papá estará terminando la cena y en breve nos sentaríamos a comer.

Mirad que dos gandules llegan ahora ¡y quien anda preparando todo lo de mañana soy yo! - comentaba gruñón el señor Nixon, no le había sentado muy bien tener que preparar el evento benéfico y la cena él solo.

Ahí tenéis la cena, fideos instantáneos ¡porque no doy para más! ¡NO DOY PARA MÁS! - gritaba volviendo a entrar en la cocina.

El viejo se ponía gruñón cuando se agobiaba, y los temas relacionados con la iglesia lo agobiaban bastante, la verdad es que le dedicaba mucho tiempo, pero era más cosa suya que nuestra y nos arrastraba a todos, al tío Noé, a Dana y a mí, que aunque lo hacíamos con gusto a veces era bastante tedioso y aburrido.

En la cena comenté nuevamente estando mi padre sobre lo sucedido en el instituto y la educadora sexual muerta, la policía y los comentarios y reacciones de los compañeros, el apoyo emocional que me brindaban tanto mi padre como Dana en casos extremos me ayudaba a entender y actuar mejor en consecuencia.

Tras cenar, recoger y fregar platos, me subí a mi habitación, estuve estudiando hasta tarde, pues llevaba trabajo atrasado y cuando mis ojos y mi mente no pudieron más, me acosté a la espera de un nuevo día, el día del rastrillo benéfico de la iglesia, un duro día seguramente, pues papá estaría bastante insoportable todo el día.

Al llegar a la humilde casa de los Nixon, se pudo ver el gran banquete (en tamaño, pues en calidad se podría decir que era ciertamente cuestionable, cosa no de extrañar, ya que era un evento benéfico hecho con los pocos recursos que se tenían). Allí estaba prácticamente todo el mundo. Los Cole, los Montgomery, los Nixon, los Clarke, los Summers, los Heiz, los Davis y como no, los Turner.

Los Montgomery y los Summers andaban discutiendo entre ellos por ver quien había donado más a la caridad, por desgracia para los Clarke, los pillaron a ellos también en medio de dicha discusión. Por otra parte el resto de familias parecían estar dispersas con el resto de habitantes del pueblo, hablando y cuchicheando sin cesar.

Hey sub-campeón. - dijo el tío de Samuel dándole un amistoso golpe en el hombro. - ¿Cómo te va? Menuda ha montado aquí tu padre. ¿Quién es tu amiguita? - preguntó intrigado. - Aunque a lo mejor preferís que os deje a solas.

Guay. Todo el jodido pueblo está aquí. Por un momento dudé en si darme la vuelta y devolverme por donde había venido, aunque por otro lado me daba un malsano placer tener que recordarle a mi padre frente a todos que yo era también una de sus "no-tan-perfectas-como-Brenda" hijas. Así que me acerqué hasta donde estaban sentados. -Hola mamá, papá.- Dije al llegar donde estaban ellos.

¿Habría sido mejor llegar con un cigarrillo en los labios? Bah, seguro que no, ya con las ropas oscuras, el cabello negro y el maquillaje gótico seguro era suficiente.

Ya llegó Satán... - comentó Brenda por lo bajo.

¡Brenda! - comentó Caroline a modo de regañina, aunque compartiera la misma opinión que ella. - ¿Qué haces aquí Mary? Pensaba que tendrías algo más importante que hacer.

-Ah, que también estás aquí. Pensaba que le estarías chupando la polla a Hamilton en la cabaña de Madison... Ah, no, eso esta noche, ¿no?- Repliqué también con la voz muy baja, aunque igual lo iban a oír mis padres. Miré a mamá. -¿Qué puede ser más importante que pasar la tarde con mi adorada familia? Todo por los pobres, ¿no?- Dije, agarrando una cucharada del plato más cercano y buscando una silla donde sentarme.

Sentí el móvil vibrar, y no dudé en revisarlo de inmediato. Me quedé un poco de piedra al leer el mensaje... ¿Qué carajo? Levanté la mirada y miré alrededor, entrecerrando mi mirada, intentando ver si había alguien con el teléfono en la mano o que estuviera mirando en mi dirección.

Escribí un mensaje de respuesta, y me quedé atenta a mi entorno, nerviosa. Mordiéndome la uña. Si se trataba de Seth haciendo una jodida broma me las iba a pagar...

Odette y Samuel andaban en la entrada hablando con Noé Nixon, el tío de Samuel.

Mary por otra parte estaba con los Cole, hablando con los suyos, aunque no parecía muy cómoda.

No montéis un numerito delante de todos, no quiero tener que hablar con todos en casa una vez termine la fiesta. - dijo con seriedad y frialdad. - Mary, ve a dar una vuelta con Tobhias, que decía que le apetecía hacer cosas de niños. Los adultos nos quedaremos por aquí.