Partida Rol por web

Mire con impacto aquella oreja y con mas asombro que lo que mi cara pudiera mostrar mientras aquella cosa empezaba a contar hacia atrás.

-Que... que dices. No puedo, mi re... -La voz apenas salia de mi garganta. -¡No... no pienso! -Dije, agarrando con fuerza mi arma.

-¿No lo vez Amaranto? Tu sacrificio no servirá de nada, solo juegan con nosotros, como su Padre, no se puede confiar en ellos. -Trague saliva y con temor a lo que iba hacer, salte con el arma en ristre para cortar el pelo de la chica y liberarla. -¡Corre! -Quise tomar su mano y huir con ella, aunque no había mucho donde esconderse más que arboles y hierba, pero tal vez y solo tal vez las ninfas se apiaden de nuestra situación y nos ayuden, al menos hasta que el tiempo termine.

Cloto se marcha tras el paso del pequeño grupo que se ha alejado, dejándoos a solas con Láquesis.

El aparente intento de Índigo de atacar a Láquesis es poco fructífero. El hacha pasa zumbando a un centímetro del pelo de Amaranto mientras Láquesis sonrie ampliamente sin hacer ni un solo movimiento para evitarlo. Como si jugase con ellos. Sin soltar a la chica, el engendro morado lanza un puñetazo contra Índigo todavía sosteniendo su espada en la mano y riendose incluso antes de saber si ha conseguido golpear o no.

    Amaranto no era de acero tampoco y si no fuera que llevaba todo este tiempo mordiéndose sus labios hasta el punto de dejar escapar pequeños hilos de sangre ya estaría gritando, aunque eso no quitaba que torpemente intentaba alcanzar la altura de su oreja para taparla con sus manos, aunque por la posición y atrofia en sus manos... mas parecían manotazos de ciego que un acto voluntario.

   N-no se puede c-confiar n-ni en nosotros m-mismos... igh... - expelía la chica con evidente malestar hacia Indigo que aun intentaba salvarla de algo que ella misma buscaba - P-pero s-si q-quiero c...creer e-en una p-pequeña espere...peranza... es c-cosa... m-mía - a lo cual la chica chuparía parte de la sangre que escapaba de su boca y se la intentaría escupir a la creatura que la tenia retenida - ¿ D-donde... iba el conteo ? ¿ o...ocho ?

Por mucho que lo intentara, nunca fui alguien con suerte o habilidad para salvar a nadie y aun asi hay estaba intentado lo imposible, sin llegar a entender la razon de mis propios actos.

-Puede que eso sea verdad. -Respondía a Amaranto. -Pero tampoco es que tengamos elección, en esto en cambio sí. -Sentenciaba mientras ponía el ancho de mi hacha entre en mi persona y el puño que se acercaba vertiginosamente hacia mi.

El puñetazo de Láquesis da directo en el pómulo de Índigo, que por suerte estaba girándose y no recibe todo el impacto, aunque el dolor que siente le dice que no tardará en aparecerle una buena marca para recordarle la pelea contra la Moira.

Desde el suelo no deje de mirar a Láquesis, sabia que fácilmente podría haberme arrancado la cabeza como hizo con la oreja de Amaranto y si no lo hizo es porque se estaba divirtiendo. Pero no le daría una razón mas para seguir sonriendo, cuando volví a erguirme sin apartar la mirada.