Tras el golpe que os tira al suelo, sois atrapados por una enormísima hormiga de esmeralda que no duda en salir corriendo siguiendo un camino invisible hasta lo que es, evidentemente, un hormiguero.
Jenny y Sumitra, en la primera hormiga, son rápidamente llevadas a una zona llena de lo que parecen ser capullos de seda. La hormiga las deja entre un par de ellos con fuerza, haciendo que deban tomar aire apresuradamente para recuperarse. Entre tanto, su captora ha tomado una larva del nido para crear un capullo a su alrededor, similar a los que las rodean.
Por otro lado, Burnell, un metro más arriba, es sujetado por la pata de la otra hormiga, para formar el capullo de igual forma, con otra monstruosa larva, hasta que irremediablemente queda atrapado dentro.
Con los tres atrapados en capullos que no parecen fáciles de romper, Burnell solo y las chicas juntas, puede que esperar no sea mala idea... El capullo es cómodo, calentito y huele similar a un bollo recién hecho, o quizás como una panadería en funcionamiento.
Tirada oculta
Motivo: Hormiga secuestradora [Ordem alfabético]
Tirada: 3d2
Resultado: 5 [1, 2, 2]
Podéis hablar de un capullo a otro ya que están cerca.
Para ahorrar malentendidos, esto es lo que hacen con las larvas.
Ignorad el audio, es la imagen de la hormiguita
No tuvo tiempo ni de reaccionar cuando fue atrapado por aquellas hormigas. En cualquier caso los pataleos e intentos de escaparse resultaron frustrados hasta que terminaron atrapados en diferentes capullos. No sabía que las hormigas podían hacer algo así. Emitió un gruñido de disgusto.
-Supongo que vamos a ser el desayuno de su reina. No sé mucho de hormigas... ¿alguna idea?
Les preguntó, tratando de revolverse un poco en aquella prisión improvisada para aflojarla poco a poco. Aquel olor... se centró en las sensaciones del cadáver para no dejarse llevar. Debía haber seguido su instinto y alejarse del ruido en vez de seguir a los demás, pero lo importante en aquel instante era intentar salir todos vivos.
No, me niego a acabar comida por unas hormigas. Esta es una broma de mal gusto. Todo ha sido rápido y nos han atado esas cosas. Mis manos buscan la daga. Si consiguiese alcanzarla, ¿podría lograrlo? Usarla para romper el capullo y destrozarlo.
Jenny, como puede dentro del estrecho capullo, busca su daga, dispuesta a cortar el capullo. Clava el filo en una de las paredes y, la sensación, es muy similar a cortar carne con un cuchillo desafilado. Le cuesta, le cuesta mucho, pero lentamente puede ir seccionando la fina pared de seda del capullo, el cual se rasga con un ruido casi imperceptible hasta que ambas sois libres...
Salvo un extraño picor en la parte superior de la cabeza, ambas estáis perfectamente.
- Todo lo que se sobre los capullos es que al final lo único que sirven es para que seas comida. Y yo no tengo mi arma conmigo, porque alguien decidió jugar con mi mente... ¿Tenéis algo con lo que cortar esta seda? -
El nerviosismo era palpable en la voz de Sumitra
Algo dentro del capullo está haciendo que te piquen los ojos, cuanto más tiempo pasa, más te pican, como si fueras alérgico a alguna especie de polvo... te los frotas, intentando arreglarlo y notas algo extraño en ellos... pero no eres capaz de distinguir qué es.
Este mensaje es solo para ti
-Pica... esto pica... maldición. ¿Sólo es a mí?
Se agitaba en aquel capullo, se sentía extraño. Cerró los ojos ¿qué diablos estaba pasando? Inspiró profundamente e intentó encogerse para soltar un poco la presa y liberarse acto seguido, alejándose de la prisión, fuese impulsándose para saltar, rompiéndolo a fuerza bruta o, al menos, tratando que cayese al suelo con la seda incluida.
-Sólo tengo un libro.
Gruñó en respuesta a Sumitra, sabía que la muchacha no tenía la culpa pero le picaban los ojos hasta el punto de empezar a lagrimear. Lamentó no tener a mano un buen machete.
- Déjame ver tu cabeza, rápido. La mia pica horrores. Y creo que será mejor que saques a nuestro colega de ahí dentro... -
Espera, mira a ver que es esta mierda
Mientras tanto se agacharía a liberar al otro hombre, cuantos más vivos aquí mejor
Sumitra revisa rápidamente la cabeza de Jenny y encuentra, para su desgraciada sorpresa, que en la parte alta le están creciendo dos antenas de color azul similares a su color de pelo. No son grandes, todavía apenas de un centímetro, pero ahí están.
La siguiente en revisarse es ella y, al pasar su mano por la cabeza, nota unos bultos similares.
Y esto no es lo peor... es que cuando Jenny corta el capullo que contiene a Burnell, los ojos de este son idénticos a los de una hormiga.
Cambiamos de escena al hormiguero.