Sonido ambiental
La noche llega al cementerio y el grupo se despierta con un sueño inquieto turbado por la repentina quietud de todos los sonidos que rodeaban el lugar. Tan solo las hierbas que rodean el cementerio se mueven por el suave viento que hace y ni los animales se atreven a interrumpirlo.
En el centro del grupo, el cadáver de Simón y el de Jenny con él se encuentran con el estómago devorado y el pecho abierto, sin órganos en su interior más allá de los ojos. Sus bocas están cerradas y tienen marcas como si algo los hubiera tenido amordazados mientras morían. El charco de sangre se ha quedado dentro de un enorme círculo en el suelo con extraños símbolos y runas que se están llenando rápidamente con la sangre de vuestros compañeros fallecidos.
Una noche más, los jinetes se han cobrado la vida de dos jugadores y ahora tan solo quedáis cuatro.
Cuatro y 12 salas por recorrer aún para salvar la vida.
Las cosas comienzan a ser oscuras para vosotros, pero no tanto como la noche en el cementerio cuando la sangre de Simón y Jenny es absorbida por el suelo y las nubes cubren completamente el cielo cuando la daga de Jenny comienza a vibrar y, sin que nadie haga nada, sale disparada para clavarse en el cuello de Índigo, que, pese a intentarlo, no logra pararla y cae en el mismo círculo que los otros dos muertos.
Los cuerpos de vuestros compañeros, son tragados por el círculo del suelo y la luna se oscurece, perdiendo la única luz que había en el cielo, sin rastro de estrellas. Las tumbas de vuestro alrededor, que tenían el nombre los compañeros caídos se abren y, como si se hubieran caído dentro, los veis trepar de su descanso eterno completamente vivos. Las heridas se curan, las enfermedades desaparecen. Notáis que el silencio se vuelve pesado al sentir que no está ocurriendo nada cuando la voz de los altavoces grita.
-¡NO! ¡NO, NO, NO! ¡NO PODÉIS GANARME! -El Anfitrión parece totalmente fuera de sí y las paredes de la sala y el suelo tiemblan -¡SOIS MIS JUGUETES! ¡MOIRAS! ¡MATADLOS! -Exclama a voz en grito y la puerta de la entrada se abre y las tres Moiras, acompañadas por Aisha, que no tiene collar, entran en la sala. Átropos, la Moira amarilla, sostiene la mano de Aisha, que veis con su coraza puesta.
Láquesis y Cloto se relamen ante el levantamiento de la única norma a cumplir, por fin pueden matar y no solo torturar a los jugadores. Ambos se lanzan a por el grupo pero un relámpago cae del cielo, de las nubes que cubren la luna, e impacta no solo en ambos, sino en todos los jugadores, recorriendolos de uno en uno hasta cubrir a los 18 participantes. Láquesis y Cloto caen inconscientes al suelo a la vez que los collares de todos los jugadores.
-¡NO! -La voz del anfitrión retumba en la sala y podéis notar como se rompe la distorsión creada, mostrando las paredes de la sala, que hasta hacía un momento era el cielo abierto. Uno de los paneles cae en mitad de donde estaba el círculo y látigos de sombras comienzan a emerger de cada rincón, lanzandose a atrapar a cada jugador que no reacciona a tiempo. La única persona a la que ningún tentáculo amenaza es Aisha, pero, a cambio, los que se dirigían a por ella atrapan a Átropos del cuello y abren heridas en su piel, haciendo que gruña de dolor y se arrodille como una bestia herida.
-¡TRAIDOR! -Grita el anfitrión en los altavoces que ahora sois capaces de ver -¡TE VOY A MATAR! -Dice la voz histérica de las paredes, antes de comenzar a reirse fuera de sí. Esa distracción es más que suficiente para que Átropos se arrastre hasta la puerta para cerrarla, se raje sin miramiendos el estómago y saque una llave de su interior. Con la risa enloquecida como sonido de fondo, utiliza esa llave de si mismo para abrir la puerta nuevamente, mostrando un vórtice que todos conocéis bien, pues solo hace ocho días que lo visteis. Con sus últimas fuerzas, empuja a Aisha dentro y esta desaparece, tragada por el remolino. La Moira se gira a mirar al grupo pero la oscuridad lo agarra y tira de él lejos de la vista, dejando un camino lleno de sangre que poco probablemente sea un buen síntoma.
Todos huís al portal.
Todos buscáis la salida directa.
Su primer despertar antes del "final", fue una angustia total. En aquel momento movido por el artificial sentimiento de afecto a Alarico, al despertar hizo a un lado a Kira para intentar auxiliarlo solo provocando su propia muerte. Luego de ello fue negado de cualquier sentido y hasta la consciencia.
Como un chispazo en medio de la oscuridad, la nada perpetua se ve interrumpida; de inmediato volvía a sentir su cuerpo alrededor, quizá otro cuerpo a un lado pero sobre todo la tierra que casi les cubría. -Cof cof!- Toce pues debe acostumbrarse a respirar nuevamente pero también era por la tierra que se colaba por todas partes. -¿Dón.---?- No termina su pregunta pero se escucha su voz, entonces sabe que alguien le llamaría al escucharle nuevamente.
Cuando la voz de Kira acariciara sus oídos una vez más, Juan sentiría su pecho encenderse y se gira a buscarla para encontrarse con ella, si era necesario trepaba el agujero donde despertó solo con el cuidado de no pisotear a nadie y si es que percibía a alguien complicado en poder subir lo ayudaría a subir; no tenía tiempo para preguntar nada pues su corazón tiraba con fuerza hacia fuera del agujero para volverse a encontrar con el brillo azulado en los ojos de su amada.
No importó a quien tuvo que llevar a cuestas, o si es que no tuvo que ayudar a nadie; pronto por la fuerza de su voluntad estaría fuera y tan pronto como estuviera fuera su cuerpo se va a tomar el de Kira en sus brazos, la rodea y aprieta, pegando sus cuerpos y su cabeza al lado de la de ella, si la tomó de pie incluso podía girar para desviar la inercia de la fuerza que lo empujó hacia ella -¡Kira!-
Tan pronto como pudo controlar sus emociones apartaba solo lo suficiente de su rostro para que se pudieran ver a los ojos, reconociéndose mutuamente pero antes de que pudiera decirle algo más, pues no solo poder hablar era complicado; el desmoronamiento de aquel lugar comenzaba y el berrinchudo anfitrión comenzaba a hacer lo que pudiera para matarlos. Juan más que nunca intentaría pelear contra los tentáculos para evitar que se lleven a Kira pero no pudo hacer mucho en ese momento; apenas pudieron liberarse y salir por el portal, no dudaría en llevarse a Kira con él solo retrasando su partida por si alguien necesitara ayuda de manera evidente.
No esperaba volver tan pronto, de echo no esperaba volver en absoluto a esas alturas, dudaba sinceramente de que esto fuera un juego y las muertes no significaran nada, pero allí estaba de nuevo con todos los presentes y fuera de toda lógica ¿La Moria de Aisha fue quien nos salvo?
Presintiendo que aquellos tentáculos venían a por nuestro sufrimiento corrí con el resto mientras buscaba con la mirada a la chica de pelo verde: -Gracias Jenny. -Sonreí sincere.
Arañando y bufando salgo de la fría tumba, algo inesperado, pero mas inesperado aun es lo que noto, soy libre, realmente soy libre. El escenario es extraño pero apropiado, un cementerio, pero además se ve que le castillo se desmorona, el anfitrión está furioso, y con razón
Me permito una sonrisa al ver la reunión entre Kira y Juan, supongo que alguno de ellos murió después de mi, pero eso tendrá que esperar, la presencia de los tentáculos negros y de las Morias hace que me apresure hacia el portal, preguntandome como será la vida fuera del castillo.
Abrió los ojos de golpe. La noche solo había traido negrura y un mal presentimiento. Buscó con su mano la presencia de Jenny. La joven que había confiado en ella y la había protegido y con la que había podido pactar un plan que no salió como esperaban. Un plan que tuvo que remodelar sobre la marcha...
El olor a sangre y visceras la asaltó. El graznar y masticar de los cuervos se fundió con el grito de la joven que de nuevo había propiciado la muerte. De pronto... una vibración extraña... Y recordó lo que le había contado de la daga. Ansiosa sus dedos se crisparon mientras esperaba expectante. El asesino pagaria con su vida la muerte derramada.
Un destello y luz. Parpadeó mientras daba un paso atrás al verse asaltada por las imágenes que tenia delante. PODIA VER. Vió las tumbas. Y esos rizos morenos...
- JUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN - El corazón galopaba furioso en su pecho mientras avanzaba todo lo que le permitian aquellas sombras, esquivando tumbas abiertas, Moiras... Sin esperar a llegar del todo frente a su amado, se lanzó a sus brazos llorando - Lo siento, lo siento, lo siento... - pidió perdón contra su pecho, contra sus labios e incluso mientras tomaba su mano para poder salir corriendo de allí. Quería contarle todo lo sucedido, pero ya habria tiemp....
Frenó su carrera justo a la entrada/salida del portal - No quiero volver a perderte - murmuró mientras su interior luchaba - Pero si cruzamos.... - sus ojos titilaron indecisos
Haber sido asesinado claramente era un estado que nunca antes había experimentado, pero no por ello era algo que le desagradara en exceso, a fin de cuentas era lo que en esencia el era, un traedor de muerte y, probablemente si Hanon estuviera ahí con su baraja le hubiera sacado la carta XIII luego de su defunción.
-¡Me siento como nuevo!. -Exclamó estirándose, echando un vistazo a un lado y a otro, tratando de ver cual era la situación actual- El Infierno se parece mucho al mundo "normal"... Aunque si aquí está Juan quizás no fuera tan malo como decían...
Y acto seguido, se unió a aquel abrazo entre Juan y Kira, a modo de tercera pata para la mesa.
Pero, por si acaso, se apartó casi al instante, no fuera a ser que Kira lo asesinara y lo enviaran al "Doble Infierno" o algo similar. Aunque no fue más rápido que Jenny al agarrarle de la oreja.
La escena es grotesca, por un momento me habían perforado las vísceras, y al siguiente, seguía viva. El mismo sitio, parece que no me equicaba con la daga. ¿por qué seguíamos vivos?
Parece que tiempo no era de celebraciones, nos teníamos que ir. y estaba con los jinetes... y con el palurdo de Simón. Viendo que se suma al abrazo, le cojo de una oreja y le saco.
- A ver, déjalos estar, ¿qué decías de que era sólo una cara bonita? Todo iba de acuerdo con mi plan, pedazo palurdo. Ahora apártate y me vas a dar explicaciones si no quieres que te arranque tus pabellones auditivos de cuajo.
Tengo cara de muy mala leche, no sólo me han manipulado sino que incluso me ha puesto los cuernos e insultado el granuja este. Me lo voy llevando a tirones al portal, si hace alguna gilipollez sigo siendo una maestra en la patada a los cojones... aunque Simón de eso creo que no tiene.
-¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!. -Se quejaba Simon mientras era arrastrado por Jenny Lawrinton lejos de aquella parejita feliz- ¡Pero Pitufina!. -Replicó ante el trato que le estaba dando tan rudo- Pensaba que era un abrazo en grupo... -Mintió, como ya era normal en él- ¿De verdad vas a culparme por eso?. Nuestras entrañas estaban juntas por el suelo... no hay nada más romántico y fuerte que eso...
Al parecer Simon Morozov no iba a ganar ningún concurso literario con la temática de romanticismo, o probablemente tampoco iba a evitar conseguir la somanta de hostias y alguna que otra patada en los cataplines que se estaba sorteando; algo bastante habitual, por otro lado.
Hanon miró atenta sus manos. ¿Estaba muerta? ¿Estaba fría? ¿Era acaso un zombie andante? Fuera como fuese, observó atenta los movimientos de Jenny y Simón.
-Brr... escuchar a Simón decir cosas románticas me remueven las entrañas. -Confesó dando pequeños pasos hacia el portal chocándose de lleno con la espalda de Jenny. Auch, mi nariz...
Amaranto no se creía del todo lo que estaba viendo, pues no hace mas que hace unas horas todo el tétrico sitio y ahora... ahora era espectadora de como todo aquellos compañeros caídos estaban una vez mas frente a sus ojos...
Q-quizás solo me morí... - musitaría la chica aun escéptica de lo presenciaba solo para comprobar que aun tenia aquel reloj en su pulsera, a lo cual, solo bufaría pesadamente y avanzaría hacia la próxima puerta sin interactuar con nada, pues en su mente prefería seguir pensando que todo esto que estaba viendo, no era mas que una ilusión de la habitación de donde nunca pudiera escapar...en vez de lo contrario y solo encontrarse con la posibilidad de verles morir una vez mas.
Sumitra salió corriendo después de suicidarse por Índigo.
No sabía qué ocurría, únicamente que no quería seguir soportando aquel infierno ni un segundo más. Y cuando parecía que lo había logrado, todo era otra trampa. Otra mentira.
Desde luego, sea lo que fuese aquello, estaba controlado por un hombre, pues sus mentiras lo llenaban todo.
El cansancio se adueñó de ella, y corrió. Corrió hacia el portal, hacia la salida, hacia lo que fuese aquello. Si era otra trampa, le daba igual. Vivir, morir, todo era lo mismo.
Ni siquiera se paró a mirar si tenía antenas o no. Únicamente huía.
La Moria se retuerce en el suelo, aun dolorida y casi paralizada por el ataque de Atropos -tendremos que repetir esto hermano, pero no antes de matar- la idea de la traición de Atropos es algo que aun le cuesta asimilar y niega con la cabeza mientras se incorpora sobre un codo y ve como los jugadores escapan por el portal, parpadea y hace una mueca de disgusto -no os vayáis ratoncitos, lo de mataros era broma. Podemos seguir jugando-
El codo le falla y vuelve a quedar tumbada, pero ahora sonrie -Simonisiete, a mi si me a parecido un comentario muy romántico lo de las entrañas, vuelve conmigo, 6 nunca te besará como yo- en el suelo Cloto se rie, tan loca como siempre
No hizo falta apartar a Simon pues Jenny se lo lleva casi tan pronto como pretendía unirse al reencuentro con su amada. Y bien podía treparse el ladino pero nada lo distraería de expiar las culpas de su amada tan pronto como puede, pues no se podía permitir verla sufrir nunca. -Todo esta bien, estamos juntos ahora...- Sonríe casi llorando de felicidad, luego ocurrió el ataque de los tentáculos y con ayuda de la Moira el portal de salida se abría para ellos.
Antes de cruzar Kira tira para que Juan espere, el chico se gira hacia ella de inmediato nota su preocupación y se contagia de esta por unos momentos. Tomando las manos de ella, perdiéndose en los cristales que contienen aquellos mares en los ojos de Kira. -No podemos quedarnos, Kira, me encantaría pasar más tiempo contigo... nunca separarnos pero debemos cruzar el portal... y si no aparecemos juntos del otro lado, te buscaré...- Su rostro se ilumina con una sonrisa de esperanza además de enamorada, tomando el rostro de ella y pegando su frente a la de ella; cerrando sus ojos confiando e su promesa, sin realmente saber si siquiera recordarían lo que vivieron aquí pero si estaba totalmente convencido de que su espíritu lo llevaría a buscarla y no se perdería en el camino del hilo rojo que les ataba. -Voy a ir a Ohio, te buscaré...- Sus profundos ojos morenos se abren para volver a enfocarse en ella, acompañando su promesa. Aunque el lugar se cae a pedazos y tiembla, podía estar apareciendo el mismo Belzebú podía despertar pero nada le detendría de besarla una vez más antes de cruzar el portal, salvo la voz de su amada que quisiera confiar en la Moira que habla.
pd. Buen edit, Simon xD
Mientras todos huyen, me accerco y doy una patada a Simón para segurarme de que se mete ne el portal, no quiero seguir teniéndole a mi lado. vuelvo sobre mis pasos y la busco, la daga, si ahí está La tomo en mis manos y me acerco a la Moira imbécil.
- No te preocupes, yo no me voy a ir. Acabé con vuestro jueguecito de jinetes, ahora que a vuestro jefe se le ha estropeado el sistema voy a ir a cazarlo a él... y haré justicia.
Levanto la daga, la Moira no puede casi moverse, no voy a dejar que nos la vuelvan a jugar.
Llegó de la mano de Átropos a la sala donde todo se descontrolaría. ¿Había terminado el juego? Por los gritos y la desesperación con la que parecía oírse la voz por los altavoces, parecía que sí. Además, a favor de los jugadores.
- ¿Y ahora...?- no llegó a formular pregunta alguna, pues los muertos se alzaron, aparentemente libres de ataduras (collares) y la habitación comenzó a atacarles con una especie de látigos. Aisha intentaba protegerse a sí misma y a su compañero usando el tridente, pero era evidente que no había empuñado un arma en su vida, mostrándose bastante torpe en sus movimientos.
De pronto, ¿Átropos se rajó el estómago?, sacó una llave y abrió una puerta mientras ella miraba atónita, sin saber bien lo que estaba pasando.
- Átropos, ¡¿qué haces?!- el Anfitrión lo había denominado "traidor", eso no auguraba nada bueno. ¿Se estaba suicidando? Pero acababa de sacar una llave... Ella estaba dispuesta a luchar a su lado, después de todo le había salvado la vida, pero de pronto notó el fuerte agarre de Átropos, sus pies se separaban del suelo sin poder impedirlo.
- ¡Átropos! ¡Para! ¡No hagas esto! ¡Te van a matar!- pero sus gritos se desvanecieron en el aire cuando su cuerpo fue tragado por el vórtice, soltando un último alarido. - ÁTROPOOOOOOS.
Aisha sentía que si ahora volvía a casa dejaría atrás algo muy importante. No pensaba dejar a Átropos solo. No podía.
Deseó con todas sus fuerzas poder seguir en aquel maldito lugar para ayudar a la Moira, para matar a ese hijo de puta que se hacía llamar Padre o Anfitrión y se sentía superior a todos.