Partida Rol por web

Asintió ante la precaución de Juan, en verdad tenía razón pero sabía que avanzar no saldría gratis. Estaba dispuesto a colaborar en lo necesario para avanzar.

Burnell, mientras su sacrificio se convertía de ser un objeto de locura y perdición a uno sagrado de esperanza, emitió un gruñido de dolor contenido que pasó desapercibido entre los que profería la estatua. Cuando todo terminó respiraba con dificultad y se incorporó del todo para ir a tomar y revisar el rollo que había quedado. Mientras lo hacía notaba la mirada de la Moira en la nuca y escuchó sus palabras. Le miró calmado y negó despacio.

- Son susurros que tratan de arrastrarme. Nada de lo que preocuparse, tengo una promesa que cumplir.

Se frotó la nuca.

- Este lugar está más vivo y es más siniestro de lo que imaginé. Hay sombras en todas partes.

Concluyó.

- Supongo que ahora que no tengo el Necronomicón no puede protegerme.

Se encogió de hombros, no quería preocuparles de más. No tenía ningún objeto de su pasado que le ayudase a confirmar quien era o quién fue, pero sí sabía qué quería hacer con aquello que recordaba, y era cumplir su palabra y liberarlos a todos.

Una vez el sacrificio es entregado hay un grito, un cambio visual en el libro de Burnell ocurre. Juan admira fascinado el evento aunque su naturaleza protectora le hace notar que Burnell cae, se acerca a intentar ayudarle pero este se recompone pronto -¿Estas bien?- apoya una mano en la espalda del muchacho para que sepa que está a su lado y se puede apoyar en él si lo necesita.

-Hmm... otro pergamino.-

Musita mientras mira el papel enrollado. -Hmm... la estatua también cambió.- Se pregunta internamente que pasaría si vuelven a sacrificar algo ¿La estatua volvería a cambiar?

-¿A donde se habrá ido el alma atrapada?- Está en negación, es posible que su existencia haya sido extinguida en aquel grito en el cambio.

Un simple vistazo de la Moira al escuchar el comentario de Juan, hace que esta rompa un poco la ilusión del chico de haberla liberado.
-No es un alma y sigue dentro -Dice, sin preocuparse mucho por el contenido de su comentario.

El sacrificio de Burnell tiene un efecto muy espectacular, y desagradable. Quien sigue dentro de la estatua sufre muchisimo, me pregunto que haría para recibir un castigo así del anfitrión.

-mm, tal vez sacrificando algo adecuado se la podría liberar. A saber. Igual cuando venzamos al anfitrión podamos volver y salvarla. El caso es que creo que aquí ya no hacemos nada-

Camino hasta la puerta recién abierta y espero al resto

Ese grito viniendo de la estatua me perturbo y no pude evitar mirar al suelo y apretar los dientes, hasta que se hubiera calmado, aunque las nuevas palabras de la Moira, me dejaba en claro que a pesar del silencio seguía sufriendo.

-Yo creo que cada vez que sacrifiquemos algo, la estatua cambiara y el dolor resurgirá, por eso nos miraba de esa manera al entrar, sabia que le haríamos daño aun sin quererlo nosotros. Que crueldad. -Musite las ultima palabras preguntar dome que clase que ser omnipotente era capaz de disfrutar a niveles tan enfermizos del dolor ajeno, ahora entendía un poco mas el carácter tan cruel de sus hijas.

-¿El Necronomicon? -Volví a musitar intentando recordar de que me sonaba ese nombre.

- Ya hemos visto que aquí hasta la muerte es sólo un estado... y reversible.

Recordó Burnell. La situación no era agradable y, de hecho, monstruosa. Miró a Índigo por un momento antes de asentir.

- Sí, el Necronomicón, o una versión de este mundo. Un libro de muertos y de horrores inefables. Escrito por el gran H.P. Lovecraft, de quien se dice fue creador entre otras cosas del término Supernatural. Y... perdón por desviarme -sacudió la cabeza-. ¿Nos vamos?

Fue en dirección al pasillo guardando el pergamino.

- ¡SSSHHH!

Ordenó silencio mientras sacudía la mano derecha.

Las palabras de Burnell decían un poco mas de él, era un amante del terror o tal vez solo de Lovecraft, como mucha otra gente, aunque no recordaba a nadie que le brillaran los ojos al hablar sobre el escritor de esa manera.

Asentí ligeramente a sus palabras y camine con timidez pero sin detenerme junto a Krysta o Hajra, para pasar a la siguiente sala.