Partida Rol por web

Y de nuevo, mientras se alzaba la luna, emergía la magia de la noche, y con ella aquellas llamas se prestaban ante ti, dispuestas a mostrarte su verdad, y aquella que representaba las almas que aún latían vivas....

Sacas un cigarrillo antes de sentarte en aquel diván, miras cada una de las llamas presentes, y en cada una de ellas un rostro. Tu mirada no duda... la curiosidad de saber algo más de ella, te hace tener fácil la decisión. 

Como siguiendo tus pensamientos, la llama que representa a la mujer de aquella voz, la de Vyka, viaja hasta ti y una vez allí, enciendes tu cigarro con su fuego, y exhalas su humo, mientras dejas que el fuego te hable ahora a ti... como recordando los propios sentimientos de la aquella desvariada al tocar aquella ciudad....

Tus dedos se separan poco a poco de la última caricia de tu madre, antes de superar la linde que conecta el sendero del bosque con Oldland. No puedes mirar hacía atrás para poder evitar un rastro de lágrimas que te hagan plantearte que aquella decisión es la correcta, y que aquel es ahora tu lugar.

Pero sabes que mientras avanzas, ella te mira deseando que aquella tierra maldita, te enseñe, te críe... pero no te haga maldita ni sufras por ella jamás.

Las heridas de la tierra discurren entre tus pasos, mientras te adentras a cada paso más y más en esa vieja ciudad. Oldland está dispuesta para la lección, solo es necesario que corra el reloj.

Comienzas a tararear una nana que desde pequeña tu madre te cantó, haciéndote serena y calmada, mientras las bestias dormían y transitaban a tu alrededor. Abres la mirada a Oldland y sientes como algo dentro de ti crece mientras la cantas, como un refugio capaz de frenar aquella nueva linea que dibujará vuestros destinos hasta el final... un refugio que es guiado por la única flecha de una voz, que tras varías curvas entre ruinas y lamentos, te embauca en una sola ilusión...

Esconde tus miedos... es hora de luchar...

 Antes de acabar, miraste como el humo dibujaba más elementos frente a ti...

El Grito de la Banshee

Aquel muestrario de sangre y odio, demostraba una cosa... y que debías de estar alerta, y de alguna manera ayudarte para no ser atacada entre los demás. Quizás no tuvieses ayuda pero tenías una gran voz que usar. Mirabas al resto esperando no ser atacada nunca, pero en caso de hacerlo sacarías tu voz para alertar a los demás... nadie atacaría en la noche a cara descubierta, descubriendo su identidad.

Quizás aquella estrategia solo sirviese una vez, pero ya era algo evadir la muerte una vez más...

Había mucho en aquellas briznas de humo... una historia digna de ocultar...

Es de noche... la luna reina incesante sobre vuestras cabezas, mientras las acusaciones y desvarios se enfrentan antes de sucumbir ante el destino de la ciudad maldita al anochecer...

Pero sin embargo, tu mirada ladea hacía un punto donde algo parece emerger, como un sol que se opone al momento del ocaso volviendo a salir en un simulacro de amanecer.

Tu mirada se ciernes sobre aquel lugar que os acoge, cuando callas aquella sensación.... Ya no existen ruinas, ni piedras rotas, ni arena que se mezcle en mitad de un adoquín pues todo parece haber vuelto a la vida dando paso a una plaza cubierta de columbarios, fosas y osarios.... un lugar que llora los restos de muchos, mientras decenas de estatuas en actitud rogante parecen esperar un perdón para aquel que aclama a sus epitafios....

El sol se alza en un perenne amanecer... bañando con un suave dorado aquel lugar. Tus pasos se hacen lentos mientras posas tu mirada en aquel lugar. Un camposanto que parece recordar cierto aire de sosiego y tranquilidad.

Una vieja sombra que ganaba a la figura que hoy se alzaba como Oldland...

 

 Dejaste caer la ceniza, mientras sabías que aquella información era muy real...   

Mientras la muerte se apoderaba de su alma, y justo antes de abandonarte a expirar, centrarse tu mirada en el centro de aquella sala, sobre aquellos símbolos escritos en un idioma que no llegabas a descifrar.

Eran como sellos, que ahora se alzaban del suelo y empezaban a danzar, como dispuestos a que tu alma los tocase, sin saber decir, cómo sabía que debías de aferrarte a uno, como si aquello fuera obligado, antes de dejarte marchar...

Debías de decir uno,  ¿Pero cuál...?

IV - XI - XIV - XV - XVII 

La muerte te ceñía a aquel extraño lugar, pero mientras la Parca te abrazaba sentías como aún tu voz tenía fuerza, como si la muerte no te pudiera parar.

Aún tenías derecho a demostrar tu decisión.

Hola jefe!!

Te comento, el sabado de madrugada... a las 3 de la mañana aproximadamente, me iré a Portugal para pasar el puente. Es un viaje que tenía acordado ir y como es lógico tendré mi acceso a internet limitado, como voy a estar pernoctando y comiendo en un hotel, supongo que tendré acceso a wifi, pero aún así prefiero dejar constancia de mi semiausencia, el viernes si postearé pero hasta el lunes, que es la vuelta, no puedo asegurarte mi conexión... aún así miraré lo de la wifi, mil perdones.