Meredith ya había recibido una llamada el día anterior. El hospital estaba saturado y requerían a todos los sanitarios disponibles. Sin embargo su jefe le había pedido que se quedara el Domingo en casa descansando, sabedor de su participación en el rescate de los mineros.
El lunes, en cualquier caso, tenía que volver. Y así lo hizo. La ciudad lucía bastante afectada, casas muy perjudicadas eran reparadas por obreros, gente en la calle que buscaba restos de sus pertenencias,... una imagen bastante desalentadora. En cualquier caso todo se volvió un poco peor con la llegada al hospital.
En la recepción había un buen número de gente esperando ser atendida que parecía llevar bastante tiempo aguardando su turno. Otros se amontonaban en camas en los pasillos y médicos, enfermeros y celadores corrían de un lado para otro.
Hoy sería un día largo sin duda. Tendría que encontrar un hueco en cualquier caso para investigar aquellas iniciales.
Después de los hechos de dos días antes, Meredith había supuesto que habría algo más de trabajo del habitual en el hospital, pero para nada esperaba encontrarse con lo que se encontró. Agradecía el detalle de haberla permitido tomarse un día libre, más era injustificable teniendo en cuenta la sobrecarga que sufrían sus compañeros y compañeras en ese momento.
Tomo nota mental de ello, para hablar con su superior acerca de lo erróneo de haberla dejado quedarse en casa en la primera ocasión que se diera, y se cambió de ropa sin perder un segundo, consultando entonces donde se necesitaba su ayuda y dirigiéndose allí.
No había olvidado la otra tarea que había venido a realizar, descubrir quien se escondía tras las iniciales de A.W. Pero para ello ya habría tiempo. Pensaba preguntar como quien no quiere la cosa a algunas de las compañeras con las que había ganado más confianza, para tratar de no llamar demasiado la atención. Suponía que ya encontraría algún momento durante el día.
Las horas pasaban como si fueran minutos y en cuanto Meredith se enfrascó en la dinámica del hospital trabajaba de forma mecánica y eficiente. Pudo no obstante preguntar aquí y allá. Sabía además que había un nombre que le rondaba la cabeza. Sin embargo había sido descartado casi de inmediato. Agnes White era una mujer de unos cincuenta años que llevaba desde que tenía dieciséis trabajando en tareas de limpieza del hospital. Era buena, educada y muy disciplinada.
Los otros dos nombres que llegaron a ella fueron diferentes. El primero le sorprendió, pues no había reparado en el prestigioso cirujano Arthur Wayne. Posiblemente el médico con más renombre de la ciudad. Era el encargado de realizar las intervenciones quirúrgicas más complicada. Respecto a Andrew Wood, su compañera le dijo que era un químico que trabajaba en el hospital; pero que no tenía demasiada relación con él. Tampoco sabía cual era su trabajo.
Eran unas iniciales demasiado comunes como para no encontrar a varios compañeros que las compartieran. Pensándolo bien, podía sentirse afortunada por el hecho de que solo tres personas en el hospital usaran esas iniciales. Así y todo, seguían siendo dos de más. Debía de encontrar la manera de dar con la persona cuya bata habían visto en el laboratorio clandestino. Teniendo esto último en cuenta, parecía lógico pensar en Andrew Wood, por su profesión como químico, como el sospechoso principal.
Pero Meredith no quería volver a cometer el error de juzgar demasiado deprisa. Ya lo había hecho con Cobb y se había equivocado. Así que, cuando tenía un momento de calma entre pacientes, trataba de imaginar una forma de poder identificar al sospechoso.
Se le ocurrió que el servicio de tintorería debería de tener algún sistema para diferenciar las batas con idénticas iniciales, para no devolverlas a la persona equivocada. Quizás encontrara así un distintivo que hubiera pasado en un primer momento de largo y que la ayudara en su búsqueda.
En cuanto pudo, busco la oportunidad para salir de dudas y preguntar a uno de los lavanderos.
Si hay que tirar dados, hazlo por mi, jefe.
— Claro señorita — El hombre hablaba con un acento muy marcado. Su compañera enseguida salió a apoyarlo, era una mujer mayor que claramente estaba al mando. — Normalmente sabemos la diferencia por las tallas. Pero sino las marcamos con una etiqueta que resiste el lavado y que retiramos antes de entregarla. ¿Porque lo pregunta? —
– ¿Qué por que lo pregunto? –Meredith no trató de mostrarse ofendida repitiendo la pregunta, más bien era una forma de reforzar la respuesta a continuación–. Vera. Yo soy muy olvidadiza y no es la primera vez que me dejo algo en los bolsillos y me doy cuenta de ello cuando ya es muy tarde. Sabiendo que ustedes lo tienen todo tan controlado y que saben en todo momento a quien pertenecen las ropas que les llegan, me quedo más tranquila.
Se despidió amablemente y regresó a las tareas que la esperaban en el hospital. Aún no habían logrado reducir la carga de los pacientes a tratar y sus compañeras la necesitaban.
Sin embargo, en su cabeza no paraban de girar las imágenes de Agnes White, Arthur Wayne y Andrew Wood. Sabía que no podía estar segura si su imaginación no los hacía más o menos altos de lo que realmente eran, que no podía fiarse de lo que no eran más que sensaciones. Lo mejor sería tratar de cruzarse con ellos, como quien no quiere la cosa, y descubrir por si misma si era capaz de eliminar a alguno de ellos de la lista de sospechosos, comparando su tamaño con la talla de la bata que habían visto en la destilería de la mina. O como ella recordaba la talla de la bata.
Era todo demasiado vago. Ella misma se daba cuenta de lo frágil de sus resultados.
Si el resto se queda sin que hacer en sus respectivas escenas, Meredith puede tratar de ver a los distintos A.W.s durante el resto de la semana y ver si es capaz de eliminar a algún sospechoso. Sino, pues lo hace ahora.
Repito que, si hay que tirar dados, dímelo o tira tú por mi, jefe.
Meredith consiguió en un par de días contactar tanto con Agnes White como con Arthur Wayne. Con la mujer no tuvo dudas, se trataba de una mujer mayor y menuda. La bata que llevaba puesta sin duda era más pequeña que la que recordaba. Además pudo uno de los días observar que dos de las batas las tenía guardadas en su taquilla mientras se cambiaba, la tercera era la que llevaba puesta.
En cuanto a Arthur Wayne. Era un hombre ocupado, y tendría que asaltarle en algún momento; pues la talla podría encajar con la suya. No podría averiguar tan fácil si las conservaba en su taquilla a no ser un hombre. O quizá tendría que colarse. Hablar con él o colarse...
Respecto a Andrew Wood. Meredith lo buscó por un par de días pero no lo encontró en su puesto de trabajo. Quizá le habían cambiado o puede que estuviera enfermo. Solo con observación no podría sacar más información...
Motivo: Ingenio
Tirada: 2d6
Dificultad: 8+
Resultado: 9(+1)=10 (Exito) [6, 3]
Avanzo los resultados de un par de días. El resto también iremos avanzando días de la semana.
Si quieres sacar algo más tendrá que ser hablando o haciendo alguna otra cosilla.
En el hospital reinaba una intensa actividad. Así se imaginaba Meredith que debía de ser un día normal en un hormiguero. La enfermera simplemente apenas tenía un momento libre para ocuparlo con su investigación particular. Pero, por pocos que estos fueran, si trataba de pasar por las alas del hospital donde suponía que debía de encontrarse el médico quirúrgico, buscando un encontronazo que haría pasar por fortuito. Aunque por un instante pensó en pasarse por las taquillas de los hombres, no tardo en desechar la idea. Algo así no tardaría en darse a conocer por todo el hospital y debía mantener la discreción ante todo.
Siguió buscando al doctor Wayne y preguntando por Andrew Wood, en cuanto encontraba ocasión para ello.
Motivo: Ingenio
Tirada: 2d6
Dificultad: 8+
Resultado: 7(+1)=8 (Exito) [1, 6]
No. No voy a pasarme por las taquillas. Si me ve alguién metiendo las narices donde no me llaman, va a ser la noticia del año en el hospital y no me interesa llamar la atención.
Así que, como digo, busco disimuladamente al doctor y pregunto por el químico.
Voy a tirar por Ingenio por si acaso, aunque lo doy ya por perdido.
Al primero con el que se cruzó fue a Andrew Wayne. No era difícil encontrarle. Mirando los partes de operaciones enseguida fue fácil encontrar sus turnos y horarios en el archivo del hospital; y no le costó dar con él antes o después de una de sus operaciones.
— ¿Batas? ¿Pero de que me está hablando señorita? — Parecía molesto por la interrupción. Lo cierto es que los rumores sobre lo fácil que se le molestaba y su rapidez para enfadarse no eran ningún secreto —Escuche... no tengo tiempo para tonterías .Hable con mi asistente para estas cosas por favor —
Fue un visto y no visto, tal cual llegó se marchó. Al menos su asistente se mostraba mucho más racional y dispuesta a hablar. Ella confirmó que era quien gestionaba la limpieza de sus batas y que tenía todas en perfecto orden.
El siguiente era Andrew Wood. Cuando Meredith logró sacar tiempo para ir al laboratorio no solo no lo encontró. Sino que su jefe aprovechó para despotricar.
— ... muy descontento. Ese Wood. Viene cuando quiere, y cuando lo hace es como si le diera igual. Por su falta de profesionalidad se está acumulando el trabajo para el resto de trabajadores. Si lo ve dígale que más le vale ponerse las pilas y aparecer y lo pondré de patitas en la calle. —
Respecto a las batas no hubo demasiada información. Él es quien las gestiona, así que su superior nada sabía de ellas.
Ella confirmó que era quien gestionaba la limpieza de sus batas y que tenía todas en perfecto orden.
Eso esta muy bien, pero... ¿saco algo en claro por el tamaño, color, algún distintivo que lo diferencie del resto de personal del hospital y que pueda comparar con la bata que ya vimos en la cueva?
Otra cosa, ¿se puede suponer que en aquellas fechas había archivos de los trabajadores con fotos y demás?
Sabes que cada médico y enfermera tienen un total de tres batas. Por lo que el que tenga sus tres batas en orden es buena señal. Por tamaño podría ser similar a la de la cueva, pero de memoria no sabrías asegurarlo.
Otra cosa, ¿se puede suponer que en aquellas fechas había archivos de los trabajadores con fotos y demás?
Si claro, se guardan registros de fotos, direcciones de residencia de todos los trabajadores, etc...
El encontronazo con Arthur Wayne, pues no se podía definir de otra forma, no fue precisamente agradable. Sin embargo, había servido para lograr la información que andaba buscando. Si el doctor Wayne tenía sus tres batas, no podía ser la suya la que habían encontrado en el interior de la cueva.
Eso dejaba a Andrew Wood como único sospechoso. Y el químico parecía además ser alguien de dudosa personalidad. O al menos alguien que no se tomaba sus responsabilidades con la seriedad necesaria.
Poco más había ya que pudiera hacer Meredith. Aunque… recordó que los datos de los trabajadores del hospital, incluidas sus fotografías, se guardaban en los archivos. Con la información que le había dado el jefe de Wood, se acercó a la secretaría del hospital.
– Hola Christy. –saludó a la mujer que tenía turno en ese momento–. Acabo de estar con Peter Hampshire, el jefe de Andrew Wood, y esta que trina. Parece que los último días Andrew no ha aparecido por el hospital y esta a punto de despedirle. Había pensado en avisarle para evitarle el disgusto. Sé que vive cerca mío, pero no recuerdo la calle. ¿Te importa si le hecho un vistazo a su ficha?
Motivo: Ingenio o Voluntad (tanto monta, monta tanto)
Tirada: 2d6
Dificultad: 8+
Resultado: 5(+1)=6 (Fracaso) [4, 1]
He tirado de nuevo por Ingenio o Voluntad (en ambos tengo un +1, así que el resultado es el mismo), para apoyar mi acción. Pero los dados de Umbría han vuelto a dejarme claro lo difícil de nuestra relación.
Por lo demás independientemente del resultado de mi intento, Meredith también lo deja aquí y regresa con el resto.
— ¿Andrew Wood? — Preguntó Christy mientras revisaba una serie de carpetas de un archivador — Si, aquí está — Sacó una pequeña carpeta que abrió y miró.
— Eres demasiado buena Meredith. Ese tío es un capullo que ni saluda cuando viene — Mostró a la enfermera la carpeta. Vivía en el mismo barrio que Norman. A un par de manzanas de su casa.
Entiendo que tengo entonces... ¿qué datos? Dirección por lo que parece si, pero y ¿foto?, ¿edad? ¿lugar de nacimiento? ¿...?
Nota del master: Si. Foto, edad, dirección (lugar de nacimiento no veo porque podría ser necesario tenerlo guardado).