El día siguiente la explosión era portada en la Bloomfield Gazzete. Se catalogó como otro punto más en la escalada de violencia entre la mafia irlandesa y la italiana; siendo esta última la que habría perpetrado el golpe contra los primeros.
Norman y Michael mostraron el mapa[1] que habían encontrado, a la par que el matrimonio compartía lo descubierto tras reunirse con la viuda...
Howard se mesaba su cada vez más escaso cabello mirando el mapa mientras escuchaba lo que sus amigos le referían de la explosión.
—No sé... nada de esto tiene sentido. ¿Qué nos importa a nosotros una guerra de bandas? Cada vez veo más diluido el hecho principal que nos llevó a buscar información: lo sucedido con el pobre muchacho. Luego todo ha sido una cascada de desventuras: explosiones en las minas, casas encantadas, peleas de mafiosos... empezamos a parecer un folletín de novela de aventuras de a penique.
Se recostó en el sillón.
—Me estoy bloqueando.— confesó —Espero que alguno de vosotros tenga una visión de conjunto más que nos permita concretar algo. No soy capaz de ver las junturas de este puzzle...
Pues la verdad es que como jugador estoy bastante bloqueado. Veo muchas cosas pero no soy capaz de ver una línea que lo una todo... Esta temporada tengo las neuronas bajo mínimos :/
Meredith atendía a las explicaciones de sus compañeros tapándose la boca con una mano, muestra de que toda aquella historia de bandas, mafiosos, peleas con armas y hasta explosiones era algo que, aún tras todas las experiencias pasadas, la sorprendía y asustaba.
— ¡Dios mío! Como me alegro de que se encuentren bien. Las calles se están convirtiendo en un auténtico campo de batalla. Y la policía parece no poder o no querer hacer nada al respecto. Se olvidaba en su argumentación, que sus propios compañeros estaban usando las mismas armas que aquellos contra los que arremetía en estos momentos.
Mientras los hombres se pusieron a discutir acerca de dónde se encontraban ahora mismo sus investigaciones y cuales serían los posibles pasos a seguir. Ella echó un vistazo al mapa que habían encontrado Michael y Norman. Se fijo en los nombres allí escritos y una bombillita iluminó su cerebro.
Sin decir nada, se levantó de improviso de la mesa y salió corriendo hacia su habitación, para sorpresa de los hombres, que no comprendieron esta enérgica reacción de la enfermera. Pocos minutos más tarde estaba de vuelta con una libreta en la mano. Se sentó en su sitio y comenzó a pasar páginas adelante y atrás en busca de algo que solo ella sabía. De pronto, se detuvo en una de las páginas y, con un grito de Eureka, levantó el rostro hacia los demás.
— ¡Howard! —Llamó la atención de su marido—. ¡Fíjate! Son los mismos nombres. ¿Te acuerdas? Los que encontramos en aquella lista en la mina.1
Realmente la mujer no comprendía que podrían sacar de esta información, pero en aquel momento a ella la parecía un descubrimiento de lo más importante.
1 Escena "2.0 La mina", página 4 (en mi caso), mensaje del director del 24.02.20 a las 21:58
Ahora si. No me preguntéis que coño podemos hacer ahora con esta información. :P
Howard se quedó sorprendido mirando a Mereridth.
—¡Vaya memoria! Pero es verdad... Tal como sospechábamos era una nota de contabilidad y reparto1. Pero hay un nombre que en las notas se repite continuamente y no está en las calles: 'Musgo'. ¿Se refiere al almacén?
Se quedó pensativo.
—En la mina encontramos el líquido negro. ¡Lástima no haber conservado un poco! Apostaría un mes de sueldo a que era la misma sustancia que había en la mansión Belasco y la misma que apareció cerca del cadáver del pobre chico.
Señaló un punto en el mapa:
—¿Por qué marcarían Pintas con una cruz?2
[1] Aquí está el enlace de la imagen.
[2] ¿Sabemos con que zona de Bloomsfield se corresponde Pintas?
Norman también estaba algo aturullado con el caso. A la consecución de sucesos a los que se habían enfrentado desde el juicio por el niño asesinado, se sumaba la preocupación por su situación económica... y por su pellejo. Había estado a punto de perderlo en, al menos, tres o cuatro ocasiones.
Todavía le zumbaba el oído por la explosión, e instintivamente se llevó un dedo a la oreja derecha, presionó en el trago, y lo agitó. Al tiempo que trataba de aliviar su molestia, se aproximó para mirar los papeles.
Luego se sentó un momento intentando recomponer ideas y recuerdos.
-Haciendo memoria, pensando en los escritos que hemos encontrado, teorías que ya habéis expuesto vosotros anteriormente y procurando darle un sentido a todo, podría ser que haya ocurrido lo siguiente-carraspeó.
-Los fundadores de la ciudad, con Belasco a la cabeza, formaron alguna especie de culto que realizaba prácticas sobrenaturales. Entre sus objetivos estaba conseguir un cetro de poder mágico que es el que vimos en la casa. Es decir, que lo consiguieron traer de oriente medio, y ahora seguramente esté en posesión de Mackenzie. Esto también explicaría quién era aquel tipo del turbante que vimos a la salida de la mina. Quizá alguien que ha venido de aquellos lares para recuperar el artefacto.
Esta secta, o bien sigue vigente a día de hoy, o alguien ha tomado el relevo. Sea como fuere, sus miembros llevaron a cabo el asesinato ritual del niño y a su vez han utilizado al crimen organizado para distribuir una sustancia que les ayudará en sus fines. ¿Qué fines? Ni idea.
La mina les servía como lugar de distribución, seguramente uno de muchos sitios desde los que operaban, como por ejemplo el almacén que acabamos de inspeccionar. Y quizá, en la propia mina también estaba uno de los ingredientes de la sustancia, porque no sé si recordáis esa flora particular en aquel tunel. Por si fuera poco, también podría haber algo enorme moviéndose por ahí debajo, que habría sido el responsable de provocar el terremoto. ¿Quizá algo invocado por esta secta? Y si es así, ¿con qué fin?
Ahora además tenemos a distintas bandas matándose, y mi duda es si lo que les ha llevado a la guerra tendrá que ver con la sustancia. ¿Se pelean por la distribución?
Tomó aire y se ajustó el sombrero antes de continuar.
-Más dudas que surgen, y que ya hemos comentado antes. ¿Fue Belasco el líder de la secta, y ahora Mackenzie ha tomado el mando?, ¿qué objetivos tienen?, ¿cuántos políticos, jueces, policía y demás gente estará implicada? Y lo más importante, ¿cómo podríamos enfrentarnos a un enemigo así, con semejante poder?
Lo único que se me ocurre es intentar, una vez más, tirar de mis contactos para conseguir algo de información sobre lo que está sucediendo en los bajos fondos. Al menos averiguar los motivos por lo que esta guerra empezó y los objetivos de las familias. Y también descubrir algo más sobre los nombres de esas listas. Quizá esto nos arroje alguna pista más sobre la sustancia.
Norman añadió algo más.
-Bueno, antes de ponerme a mover hilos entre mis contactos, quizá sería mejor ver qué nos puede decir el amigo de ese tal Rourke. Yo me ofrezco a hacerle una visita.
Cuando Norman propuso ir en busca del amigo de Rourke y ver qué información sacaba de aquel hombre, Meredith carraspeó algo con la garganta, llamando suavemente la atención hacia ella, como quien no quiere molestar, pero se quiere hacer notar.
— Yo… Yo… Bueno, yo también querría acompañarle. Si no tiene inconveniente, claro.
Aquel hombre la seguía dando mucho respeto, pero por otro lado suponía que con él podría encontrarse segura en ese tipo de garitos.
— El señor Rourke me pidió a mi que me ocupara de este asunto y, de alguna manera lo veo como mi obligación. Además, si ese hombre nos hace algunas preguntas antes de confiarse, quizás yo sea capaz de responderlas.
Miró a los hombres allí reunidos, asintiendo con la cabeza, queriendo así tal vez reforzar sus palabras y que ellos aceptaran a su vez.
Norman sonrió ligeramente ante las palabras de Meredith. Su capa exterior era la de una mujer educada, profesional y familiar, pero ya había demostrado más de una vez que bajo esa fachada había un espíritu valiente y aventurero. Fuera esto verdad, o sólo una impresión de Norman, lo cierto es que no le faltaba razón a la enfermera.
-Por supuesto, creo que es una buena idea. Tiene toda la razón. Usted es la que ha tenido mayor implicación con Rourke y su familia. Además, ganarse la confianza de extraños no es mi fuerte. Esta cara machacada no es una carta de presentación amigable precisamente-concluyó, rozándose la mejilla con la punta de los dedos.
Motivo: Ingenio
Tirada: 2d6
Resultado: 9 [6, 3]
Tirada de Ingenio para ir consultando a contactos.
Norman sabía exactamente a quien preguntar si quería saber con certeza y sin peligro que es lo que pasaba entre las dos mafias de la ciudad, pero volvía a la ciudad en un par de días. Mientras tanto ir a visitar a aquel tipo al bar que había dicho la esposa de Rourke no era una mala idea.
¿Os muevo a todos al bar o queréis hacer algo alguna otra cosa?
Finalmente decidieron acudir los cuatro al Chalana. Era el garito que la viuda de Rourke les había mencionado. Un local en la zona del puerto en donde muchos pescadores y algunos de los hombres de los McAllister terminaban allí sus jornadas. Norman lo sabía, pero también sabía que los propios pescadores eran los encargados de que allí no hubiera altercados externos al mundo de la pesca.
En la entrada fueron detenidos por un hombre de aspecto rudo y olor intenso. Solo fue necesario un dolar por cabeza, que el propio Howard se ofreció a pagar, para poder acceder a aquel garito. El ambiente era cálido, el olor a pescado y sudor inundaba el garito y se podía ver el humo de cigarillos y pipas. No tardaron en ver que se servía alcohol, aunque era difícil distinguirlo del matarratas.
Enseguida localizaron a un hombre que encajaba con la descripción, debía ser Morgan. Estaba solo, en la barra. Con un vaso con una bebida de color marrón claro a medio terminar...
Como ya había comentado en la reunión previa, Norman prefería que fuesen otros los que iniciasen un acercamiento amistoso. En consecuencia, su papel sería el de vigilar las espaldas con los ojos bien abiertos. Normalmente no habría peligro allí. Los pescadores no querían líos. Pero la cosa estaba tan alterada últimamente, que toda precaución era poca.
Encendió un cigarro y se colocó en un lugar desde donde tuviese buena perspectiva del local y las diferentes puertas.
Motivo: Ingenio (por si se tercia)
Tirada: 2d6
Resultado: 10 [6, 4]
Dejo tirada de Ingenio por si hace falta mientras vigilo.
El local no era especialmente grande, pero si lo suficiente como para tener un par de buenas mesas que hacían las veces de reservado para hablar con cierta privacidad. Norman escudriñó el local. Pudo ver a varios tipos de la mafia Irlandesa conocidos. Nadie de importancia, meros mandados. Tampoco parecían estar en actitud hostil y parecían tener cierta amistad con algunos pescadores.
Pudo ver que a un lado de la barra había una salida algo camuflada por unas cajas aparentemente de comida. Seguramente la usaran para cargar y descargar sin necesidad de tener que cruzar el local entero...
Tratando de ocultar el miedo que ocupaba cada poro de su piel y cuyo olor únicamente no fuera percibido por que el intenso aroma a pescado ocultaba hasta el más fuerte de los perfumes, Meredith avanzó con cierta inseguridad hasta la parte de la barra en la que se encontraba quien creían que era el hombre a quien habían venido a buscar. De no tener a Howard y a Michael con ella, no se habría atrevido ni a dar dos pasos en aquel local de mala muerte, llenó de hombres sin nada que perder. La pistola que llevaba en su bolso la daba también algo de seguridad.
Un par de pasos antes de llegar hasta dónde aquel hombre daba tragos tranquilamente a una bebida dudosa procedencia, la enfermera se detuvo. Inspiró profundamente, acto que hizo que sus pulmones ardieran como reacción al tremendo aroma que llenaba cada rincón, pero que sirvió como tonificante para despejar su mente.
— Se lo prometiste en su lecho de muerte. —Se dijo para terminar de infundirse valor y avanzó hasta encontrarse a un par de pasos del hombre.
— ¿Morgan? ¿Jake Morgan? Venimos de parte del señor Michael Rourke y… ¿podríamos buscar un lugar tranquilo donde hablar? —Dos segundos después, su cerebro la aconsejó terminar la petición de una manera algo más amable—. Por favor.