La inocente aventura podría convertirse en un problema ante la llegada de la policía. Tampoco es que Howard estuviera especialmente preocupado. Seguro que se le ocurría alguna argucia para explicar su presencia allí. Después de todo él era un reputada abogado y el héroe de Bloomfield. De hecho ya tenía un argumento que, por lo menos, sería complicado de rebatir para un par de policías de barrio. Aún así los podrían echar de la casa de inmediato, así que sería mejor apresurarse.
—¿Ves el despacho? Tenemos poco tiempo antes de que nos pillen.— le preguntó a su mujer guiñándole un ojo.
No tenía sentido esconderse: habían visto el coche y sería más complicado inventarse el argumento de que unos chavales se lo hubieran robado. Era más fácil la otra opción.
Pues eso: a ver si damos con el despacho mientras los otros rodean la casa y entran.
Nota del Master: Haced una tirada de Ingenio cada uno por favor.
Aunque la casa le parecía tenebrosa, Meredith no sintió auténtico pánico hasta el momento de escuchar que la policía se acercaba a investigar si alguien se encontraba en la mansión abandonada de los Belasco.
¿Cómo era posible que estuvieran allí? ¿Acaso alguien los había visto entrar? Maldita sea. Si era una zona de lo más tranquila.
Miró a Howard con sorpresa, buscando respuestas o quizás un consejo sobre que hacer. El hombre era, incluso en una situación como esa, un pozo de calma y tranquilidad. Parecía tener un plan, una idea de como salir de esta sin más complicaciones. La dio instrucciones y Meredith no dudo en seguirlas. Era una forma de mantenerse ocupada y no pensar en lo que se les avecinaba.
Se dio prisa en encontrar el dichoso despacho.
Motivo: Ingenio
Tirada: 2d6
Dificultad: 8+
Resultado: 5(+1)=6 (Fracaso) [1, 4]
Chemo, no te olvides de tirar por ingenio, por qué lo que es yo...
Motivo: Ingenio
Tirada: 2d6
Dificultad: 8+
Resultado: 7(+2)=9 (Exito) [5, 2]
Cuando sea así que el dire no dure en tirar por mí para agilizar ;)
Meredith y Howard se separaron momentáneamente, priorizando la búsqueda del despacho antes de que la gente que había fuera los pillase. Cuando comenzaron pudieron escucharlos comprobando la puerta principal y hablando de que se separaban para rodear la casa.
Meredith, quizá algo nerviosa decidió entrar en la primera habitación que vió; mientras Howard se tomó un momento para pensar en donde podría poner el su despacho si estuviera en aquella planta.
La enfermera abrió la puerta y ante ella apareció lo que en su día sería sin duda un bonito salón con una chimenea con una mesita y un desvencijado sofá frente a ella, donde posiblemente se resguardarían de los fríos inviernos de la región. También pudo ver una imponente mesa de billar. La madera tenía que ser de muy buena calidad, pues todavía se encontraba en buen estado, pero el fieltro verde había visto tiempos mejores, teniendo varios rotos y rasgaduras. Todavía quedaban por el suelo alguna bola bastante deteriorada y algún taco de madera partido... pero nada más que llamara la atención de Meredith.
El abogado por su parte se decidió por una puerta situada más o menos en la mita del cuadrado y grande distribuidor en el que se encontraban. Al abrirla posiblemente sonrió, satisfecho por una buena deducción. En el despacho se podía ver un escritorio fabricado con una sola pieza de madera maciza profusamente labrada. Solo ese mueble ya tendría un valor elevado para cualquier anticuario. El despacho se completaba con una serie de librerías en las que todavía es posible apreciar algunas carpetas, tomos encuadernados, ... Varios de esos tomos estaban rotos, desencuadernados y tirados por el suelo. Otros permanecían en su estantería.
- Hey Jimmy - Escucharon por la parte de la case por la que venían ellos. ¿Quizá habían encontrado la puerta trasera abierta?
Motivo: Habitación Meredith
Tirada: 1d6
Resultado: 6 [6]
Si, mi idea era tirar ayer por ti; pero me cambiaron la ventana del cuarto y se me fue el santum al cielum.
En aquel distribuidor cada habitación parecía igual. Al menos para Meredith, quien estaba claramente nerviosa por la situación en la que se encontraban y la presión de sentir a la policía acercándose.
Probó suerte, pero hoy la suerte debía de estar demasiado ocupada con otras personas y no tenía tiempo para la enfermera. La habitación era una especie de salón de recreo donde el señor Belasco debió de pasar sus momentos lúdicos y de descanso. Sin embargo, allí no había señales de algún diario, cartas u otro objeto que pudiera darles información acerca de lo sucedido con aquella familia.
Al escuchar las voces de los extraños cada vez más cerca, terminó de percatarse de su situación, sola en una habitación de una casa abandonada y en penumbras. Asustada, salió con rapidez en busca de Howard, pero cuidando de no hacer algún ruido que pudiera terminar de llamar la atención de los supuestos policías hacia ellos.
Howard sabía que tenían el tiempo contado así que haciendo una seña a Meredith para que guardara silencio cerró la puerta del despacho cuando ella entró.
Tenían el tiempo justo de buscar algún diario o documento similar antes de que les interrumpiesen.
Motivo: Ingenio
Tirada: 2d6
Dificultad: 8+
Resultado: 11(+2)=13 (Exito) [6, 5]
Madre mía... las tiradas de Ingenio me las saco por el forro... lo que no sé es si vale de algo :D
Dentro del despacho la luz era nula. Tan solo sus linternas alumbraban las estanterías de la librería, o el escritorio. Tenían poco tiempo, y Howard lo aprovechó lo mejor que pudo, buscando lo que pudiera parecer de más utilidad en aquel despacho. Lo único que encontró fueron varios papeles de contabilidad en los que hasta el año 1889 los negocios de la familia Belasco iban viento en popa. Poseían la principal empresa constructora de la ciudad y, teniendo en cuenta el crecimiento tan pronunciado de la población en esas décadas, los beneficios de la empresa eran enormes.
Puede que con algo más de tiempo...
- Atención - Las voces se escuchaban ya en el distribuidor del que veníais, y bajo la rendija de la puerta podían verse dos focos de luz probablemente de las linternas de quienes estuvieran al otro lado de la puerta. Pudisteis escucharles susurrar acerca de las huellas y enseguida visteis como el pomo de la puerta del despacho comenzaba a girar...
Lo dejo ahí para que seáis vosotros quienes interpretéis un poco como os pillan y demás xD
Lo que aparecerán son dos agentes de la policía de Bloomfield uniformados con sendas linternas y pistolas en sus manos.
—Buenas noches agentes.
La voz de Howard no denotaba ningún tipo de nerviosismo o sorpresa. De hecho seguía ojeando los documentos y libros que encontraba como si lo hubieran interrumpido en su propia casa y su entrada hubiera sido anunciada por Bedows. Al ver la perplejidad en el rostro de los policías sonrió.
—Me alegra ver que están ustedes alerta a las llamadas de los vecinos. También es bueno que los vecinos ejerzan esa pequeña labor de vigilancia tan necesaria cuando puede haber un malhechor suelto capaz de matar niños inocentes. Se preguntarán que hacemos aquí. Es lógico, creo que debería haber pasado antes por la comisaría para advertirles de nuestra intención de visitar este lugar pero soy una persona un tanto impulsiva. Es un rasgo de mi carácter que ni siquiera mi mujer, aquí presente, puede domar. De hecho ella ha venido solo para asegurarse de que en mi cabezonería no me hago daño ni sufro heridas por meterme en una casa en ruinas. Es enfermera ¿saben?
Los rostros de los dos policías, que todavía no habían podido intervenir, eran un poema. A Howard le costaba aguantar la risa pero continuó con aquella pantomima como si estuviera hablando ante un jurado.
—Verán: hay indicios de que la historia de los Belasco podría estar relacionada con lo que le sucedió al joven Jerome. Cuando me enteré que la casa estaba abandonada y no tenía herederos a los que consultar decidí seguir una corazonada y acercarme a investigar por mi cuenta. Lamento que mi impulsividad haya alarmado a algún vecino. Todos estamos nerviosos por los sucesos recientes. Es comprensible. Pero no se preocupen: no me pasará nada y ese vecino puede estar tranquilo: no se trata de un acto de vandalismo impulsivo el que nos ha traído aquí.
Como si aquello explicase todo siguió buscando entre los papeles como si los agentes no estuvieran todavía allí. Es más: lo siguió haciendo como si aquello fuera una reunión formal que Howard había dado por concluida.
Motivo: Voluntad
Tirada: 2d6
Dificultad: 8+
Resultado: 4(+2)=6 (Fracaso) [3, 1]
No tengo claro si debo tirar Voluntad o no para salirme con la mía.
Le he echado el morro del mundo y teniendo en cuenta que estos son unos agentes de a pie y nosotros somos unos 'héroes de Bloomfield' aparte de gente adinerada y de posición... a ver si cuela XD
MIERDA... para una que realmente necesito y saco un fracaso. Bueno... ya me dirá el director que pasa :D
Los dos policías se miraron el uno al otro, perplejos y sin saber muy bien que decir. Desde luego no eran quien se esperaban encontrar ni la explicación que esperaban recibir. Uno de ellos asintió mirando al otro y ambos bajaron sus armas. El más alto de ellos, un tipo fuerte de pelo moreno y con unas diminutas gafas fue el que tomó la palabra.
— Me temo señor Miles — Dijo demostrando que sabía quien era —Que no es posible estar aquí. Usted más que nadie debería saber que esto es... bueno. Allanamiento de morada. —
El otro, un hombre ya entrado en años, con arrugas en la cara y aparentemente sin demasiado pelo debajo de la gorra se adelantó siguiendo la exposición de su compañero.
—Siento decirle que no pueden estar aquí. No entiendo porqué quieren salvar a ese... miserable vagabundo. Pero desde luego no será gracias a mi. — Hablaba con ímpetu y contundencia.
— Ahora les voy a pedir que nos acompañen al exterior de la vivienda y deje todo lo que hayan cogido encima del escritorio —
Pensaba que ibas a sacar el tema de que habías ido con tu mujer a una aventura loca como escusa xDDDDDDDDD
Howard se encogió de hombros. Después de todo lo que había encontrado no parecía útil, aunque apuntó la existencia de ese despacho para intentarlo nuevamente.
—Técnicamente no es una morada habitada y el allanamiento no tiene lugar si no hay un titular frente al que hacerlo valer.— suspiró y se encogió de hombros —Pero entiendo su preocupación y no es mi intención causarles molestias. Tenías razón querida: sería más lógico esperar a mañana y hacer las cosas como dios manda. Disculpen agentes.
Se dirigió hacia la puerta pero se detuvo ante el agente más mayor.
—Lo defiendo porque es inocente agente. Y porque si es inocente quiere decir que el verdadero monstruo sigue suelto y hay que detenerlo. No les culpo por estar equivocados pero no podría perdonarme el no intentar frenar el mal que se cierne sobre nuestra amable ciudad. Un mal que quizás no es la primera vez lo amenaza.— dijo mirando la sala polvorienta en la que se encontraban —Vámonos Meredith. Agentes: gracias por su comprensión. A veces soy víctima de mi propia excentricidad.
Y diciendo esto se dirigió hacia la salida como si allí no hubiera pasado nada y dejando a los agentes con la sensación de que igual lo habían molestado ellos a él, en vez de lo contrario.
¡Eso sería demasiado fácil para Howy! ¡Es un trilero nato, para algo estudió Derecho y se tituló con la Mafia apadrinándolo! :D
Conocía a Howard desde hacía ya muchos años y aún no terminaba de impresionarla la frialdad y seguridad con la que era capaz de tejer bien preparadas mentiras y manejar así a las personas para que hicieran o pensaran lo que él quería.
Escuchándole hablar y viendo la expresión en las caras de los policías, supo que se estaban tragando su historia y que saldrían de esta sin más que una pequeña regañina, una lección de moralina sobre lo equivocado de sus actos.
Le costo un gran esfuerzo no ponerse a reír para liberar así de golpe toda la presión que había acumulado.
No sé si, mientras Howard habla con los policias, Meredith puede echar un vistazo alrededor y ver si algo interesante la llama la atención. Si es así, puedes tirar por mi si te apetece.
Meredith dió un último vistazo a la casa, buscando algo en un último intento de encontrar cualquier cosa que pudiera ser de interés. Pero para cuando quiso darse cuenta ya estaban llegando a la verja que habían roto. El policía mayor les indicó que se fueran, aunque antes dedicó unas palabras a ambos.
— Escuchen. Mi hijo trabajaba en aquella mina, y... y se lo que hicieron. El no estaba atrapado, pero si compañeros suyos. Por respeto a lo que hicieron dejaremos pasar esta vez esta falta, pero no habrá una segunda —
El agente de policía joven miró primero al mayor y luego sonrió, sinceramente. Se metió en el coche sin decir nada. Abrió el maletero y sacó un candado para sustituir el que estaba roto.
El hombre mayor asintió una vez más cuando abogado y enfermera daban la vuelta a su vehículo y regresaban dirección a su casa...
No tiro porque aunque sacaras un 12 no ibas a ver nada especialmente llamativo o clarificador para nada :)
Ya en el coche Howard se rió mientras arrancaba:
—¿Has visto la cara que han puesto? Pobres... debían estar pensando ¿y ahora que hacemos con estos dos tarados?
Y condujo de vuelta a casa.
Meredith río de buena gana los comentarios de su marido mientras recorrian el camino de vuelta a casa, recordando las caras de los policías y la desvergüenza de Howard inventándose medías mentiras.
Sin embargo, la mujer tenía una sensación de desasosiego, que se había plantado en alguna esquina profunda de su cerebro y no quería dejarla tranquila. Una sensación que había notado durante toda su visita a la mansión y que rezumaba una maldad infinita e intemporal.
Sacudió la cabeza, queriendo quitársela de encima con un movimiento tan sencillo. Pero la verdad es que esa noche no durmió bien.