Partida Rol por web

Se encontraban en aquella extraña sala circular. Los límites de la misma estaban marcados por un denso humo que salía de ninguna parte. Howard, Meredith, Thomas, Eva, Norman y... un extraño hombre de mediana edad y rostro firme. La mesa tenía unos bonitos grabados que hacían formas geométricas peculiares. Nada que hubieran visto con anterioridad. El silencio era espeso y la respiración de cada uno lenta y armónica.

— Parece que no hay marcha atrás. Espero llegar a tiempo y que igualmente vosotros lo hagáis. El pasado de Bloomfield... o el futuro mejor dicho; está en grave peligro. El de toda la Tierra en realidad. Todavía estamos estamos a tiempo y sin embargo lo que ya ha ocurrido es terrible. —

El hombre miró hacia atrás, como si pudiera percibir los sucesos más allá de la densa bruma.

— Buscadme... Ya estoy allí. —

Los cinco habían quedado en la casa de Howard y Meredith. Eva y Thomas habían hablaban del sueño que ambos parecían haber tenido, aquel hombre... aquellas palabras... ¿Significaban algo o había sido tan solo fruto de la paranoia por los extraños sucesos vividos? Era muy raro tener sueños compartidos de aquella forma. Eva lo sabía. Nunca lo había sentido tan vívido y ya había comentado a Thomas que si ellos dos lo habían tenido quizá sus amigos también. Sería lo primero que preguntaría la mujer una vez estuvieran todos.

-Pues me parece que nos ha vuelto a pasar-dijo Norman con resignación-. Yo también he tenido ese sueño. No soy capaz de identificar al sujeto que aparecía en él, pero creo que no me olvidaré nunca de su cara, ni de sus palabras. Como sea una especie de premonición de lo que está por llegar, más vale que nos vayamos preparando...

Se levantó para caminar un poco por la estancia.

-Por otro lado, tenemos buenas noticias. O al menos todo lo buenas que podrían ser en una situación como esta. Howard encontró el libro que el señor Belasco escondió en la biblioteca-hizo un gesto con la mano como dando la palabra al abogado-. Puede que ya podamos empezar a encajar algunas piezas.

—¿Así que todos habéis tenido el mismo sueño? —preguntó mirando fijamente a Eva—. ¿Qué puede significar eso, querida? ¿Quizá es un mensaje? Y de ser así, ¿quizá estamos metiendo las narices en algo demasiado grande?

Michael sacó sus notas y golpeó con la pluma sobre el cuaderno.

—Ese proyecto Moonshade es demasiado secreto. Parece que está relacionado con la obra del saneamiento del agua y, según el informe del ayuntamiento, obtuvieron permiso para horadar el subsuelo de Bloomfield. ¿No os parece muy casual que, bueno, encontráramos ese extraño túnel en las minas?

—¿Alguien ha visto una foto del difunto Belasco? Me apostaría algo a que es el hombre del sueño.

Recibió las miradas inquisitivas de sus compañeros. Quizás la más comprensiva fuera Eva.

—A estas alturas yo ya no descarto nada. Fijaos en lo que pone en este libro.— dijo entregando el libro al grupo para que leyesen las páginas marcadas —Pienso ponerme con una lectura a fondo del mismo de inmediato, a ver si encuentro más perlas. Pero ahí encaja todo: la sustancia negra, el cetro, un poder más allá de la realidad... Creo que Belasco se lanzó a por algo demasiado poderoso y no supo para a tiempo.

Se volvió hacia Meredith:

—La bibliotecaria mencionó algo de la enfermedad que mató a Belasco. Si pudieras acceder a las autopsias de toda la familia Belasco quizás tengamos alguna pista de lo que pasó realmente. El caso es que el líquido negro en las tuberías de la mansión y esa obra mastodóntica llamada Moonshane me ha hecho pensar que quizás Belasco estaba tan loco como para intentar infectar a toda la ciudad con esa... ¿posesión? Convertir a la ciudad a ese misterioso culto cambiando sus cuerpos... Es sólo una teoría pero creo que Mackenzie tiene que saber más. Ahora bien: si estaba aliado con Belasco quizás no le haga mucha gracia que removamos la tierra de esa tumba. Hay algo que me lleva dando vueltas desde el principio: ¿qué pasó con el niño? ¿qué significa? Yo creo que esta gente ha alterado algo y el chaval es un sacrificio para mantenerlo atado. Y la extraña bebida que encontramos en la mina ¿y si fuera líquido negro? Recordáis que cuando estuvimos allí todo era extraño, como alienígena...

Si pocos meses atrás alguien la hubiera dicho, que se iba a encontrar hablando seriamente de magia, monstruos y hechiceros, seguro que se hubiera reído de esa persona en su cara. Pero así era. Por si fuera poco lo que habían vivido en aquella demoniaca mansión, ahora estaba ese inexplicable sueño común. Lo había hablado con Howard y este la había confirmado que había tenido la misma experiencia. Y ahora el resto del grupo hablaban de los mismos sueños.

La hipótesis de Howard acerca del misterioso hombre parecía una locura, pero ella ya creía cualquier cosa. Así y todo, su cabeza luchaba por tratar de encontrar explicaciones lógicas.

– ¿Y no podría tratarse de algún tipo de hipnosis? Tal vez algo que hayamos inhalado durante nuestra visita en la casa de los Belasco.

Miró a Eva, esperando que esta confirmara esta teoría. Pero sabía que no sería el caso. Qué detrás de lo que estaban viviendo se encontraban fuerzas de naturaleza sobrenatural.

Asintió a su marido cuando éste propuso que se hiciera con las autopsias de los Belasco. No estaba segura de su éxito. Creía que los poderes fácticos que se hallaban detrás de lo que sucedía ya se habrían encargado de manipular los datos.

– Entonces… esa estrella que cogisteis de la lampara en la mansión, ¿es de la que habla en su nota el tal Aspdin? Si es así, ¿no deberíamos de volver a esa mansión maldita y tratar de hacernos con ella antes de que lo haga el señor McKenzie? A mi todo eso me suena a que es una pieza clave para quien quiera que esté detrás de todo esto.

-La verdad es que tu teoría encaja. Es una maldita locura, pero encaja con todo lo que hemos visto y las pistas encontradas-contestó a Howard.

Norman se quitó el sombrero y se rascó la cabeza.

-Incluso puede que tengamos una explicación sobre aquel tipo con turbante que vimos fuera de la mina. En las páginas que colocó Belasco en el libro, comenta que el objeto mágico estaba ubicado en algún lugar de oriente medio. Quizá ese sujeto ha venido tras el artefacto. Si estoy en lo cierto y pudiésemos encontrarlo, nos aclararía muchísimas cosas. Desgraciadamente mis pesquisas consultando algunos contactos no han dado sus frutos, pero seguiré intentándolo.

Luego se giró hacia Meredith.

-Sí, yo también estoy tentado de volver a la mansión a por el cetro estrellado, aunque no sé si eso nos va a traer problemas. Ya entrásteis una vez sin permiso y casi os arrestan.

— Los sueños compartidos entre dos personas es algo realmente raro. Ya no digamos los sueños compartidos entre... cinco personas — Dijo Eva poniendo en común sus escasos conocimientos del tema. 

— No... No creo que sea nada relacionado con la hipnosis querida — Dijo a Meredith. — No es tan fácil hipnotizar a alguien. Mucho menos a cinco personas a la vez. E inducir un sueño... no tengo conocimiento de que sea posible. 

Suspiró, entre nerviosa y excitada por todo aquello.

— Puede que alguien esté intentando comunicarse con nosotros realmente —

—Probablemente McKenzie ya se habrá hecho con el bastón pero creo que vale la pena intentar recuperarlo. Corremos un riesgo al entrar de nuevo en esa mansión, deberíamos intentar minimizar las probabilidades de que nos 'cacen' a todos. Me sabe mal proponer esto pero ¿podrías encargarte tú del tema Norman? Si por algún motivo te interceptase la policía yo podría sacarte con facilidad del lío, ya sea por métodos legales o pagando la fianza.

—¡Es una locura, Howard! —dijo Michael casi sin pensar—. ¿Y si se encuentra con más de esas criaturas? ¡Lo matarían!

Tomo aire y se avergonzó un poco por la subida de tono sobre Howard.

—Disculpa amigo, estoy un poco nervioso con este tema. Pero, sinceramente, no me parece una buena idea soltar a Norman dentro de esa mansión. Recordad, hace pocas horas estábamos deseando salir de allí. Creo que Mackenzie Williams tiene las respuestas que buscamos, el problema será sacárselas. Y lo del niño —hizo una pausa—, creo que es un error. Posiblemente hayan descubierto una porción del pastel sin quererlo.

Se rascó el mentón durante unos segundos.

—La pregunta fundamental es cómo continuar, cómo inmiscuirnos en los asuntos de Williams sin poner el foco de atención sobre nosotros. Quizá esa reunión en el club de caballeros...

Howard sopesó lo que decía Michael. En su cabeza todo era sencillo: entrar en el salón principal, donde habían dejado el bastón, y recogerlo. Él había entrado con Meredith unos días antes y no habían tenido problema alguno. Además habían recorrido ya todo el lugar y no parecía haber más de esos engendros.

Sin embargo guardó silencio y asintió. No le correspondía a él tomar la decisión por otros y puede que Michael tuviera razón.

-Creo que vale la pena intentarlo. Si no lo hago, sé que le daré vueltas todo el rato pensando en si habríamos podido conseguirlo-expresó Norman-. No tomaré riesgos innecesarios. Iré armado, y ante cualquier señal de peligro volveré sobre mis pasos.

Norman estaba decidido. Esa misma noche intentería una incursión en la propiedad de los Belasco, aprovechando la oscuridad. Llevaría su arma, linterna y alguna palanca para forzar la puerta. Tomaría el recorrido más corto para entrar y salir con la mayor rapidez, pero intentando ser discreto dentro de las posibilidades.

Meredith asistió a la reacción de Michael con la cabeza gacha, casi avergonzada de lo que había provocado con su opinión, y solo fue cuando Norman confirmó que él pensaba regresar esa noche a la mansión de los Belasco que la enfermera volvió a hablar.

– Le acompañaré. –Las palabras costaron salir de su boca. El estómago parecía haberse hecho un nudo y la presión que sentía en el pecho amenazaba cortarle la respiración–. Ha sido mi propuesta y no pienso dejarle solo en una situación así. Si le sucediera algo, no me lo perdonaría.

La sola idea de regresar a aquel lugar maldito la aterraba, pero el horror que parecía estar gestándose en aquella ciudad era de tal magnitud, que de nada serviría ocultarse ahora y esperar a que se desatara. Tenían que actuar y tratar de detenerlo antes de que fuera demasiado tarde.

– Si alguien nos descubriera –continuó– siempre podremos decir que había perdido algún objeto comprometido durante nuestra visita anterior. Algo que no quisiera que se hiciera público. Eso explicaría nuestra intrusión.

Howard asintió cogiendo la mano de Meredith:

—Eres la mejor, siempre has sido más valiente que yo.— dijo sinceramente y luego, para intentar suavizar la tensión creada añadió en tono jocoso: —Y si no podemos fingir que tú y Norman teníais un affaire y se os dio por ir a un sitio donde nadie os molestaría. ¡La Gaceta de Bloomsfield iba a volverse loca por la exclusiva!

Aquella misma noche Norman y Meredith se adentraron en la casa. Lograron abrirse paso hasta donde habían dejado el bastón; pero cuando fueron a coger pudieron ver que solamente estaba el bastón sin el pomo. Estaban totalmente seguros de que el día anterior lo habían dejado allí mismo todo junto... Quizá revisaron sin adentrarse demasiado en la casa el resto de objetos de valor; si lo hicieron pudieron darse cuenta que todo seguía en su lugar. Lo único que habían cogido era aquel pomo; aquel pedazo de lo que fuera...