Partida Rol por web

Coge uno de los libros y le echa un vistazo... Despues le mira recelo y sin dejar el libro le pregunta.

¿No te parece algo raro todo esto?

Si... pero nadie me dice nada. Sólo lo que hay en los libros. Nadie me ha dado explicaciones y nuestros dos compis de aventuras se han ido a dormir juntitos. Le digo a Nico mientras me restriego los ojos.

Asiente resignado y deja el libro junto a los otros. No le convencia demasiado confiar sus temores al Gryffindor pero parecia que a el tampoco le agradaba mucho la situacion.

Ya... Quizas si conseguimos llegar donde estaban las armaduras podriamos enterarnos de algo mas.Cuando pasamos por alli parecia que quisieran decirnos algo.
 

Sentís el sueño en vuestros párpados... ha sido un día de emociones y una noche bastante movida... podéis escuchar algun reloj del castillo que marca las dos de la noche...

No sé Nico... no sé... de golpe me ha entrado un sueño... mucho sueño... creo que me acomodaré aquí entre los libros y me dormiré hasta mañana, total... no creo que encontremos nada más. Le digo mientras abrazo un cojín de uno de los sofá de la biblioteca.

Si yo... Se frota finamente los ojos. Tambien tengo sueño,pero no me van tus aficiones. Creo que ire a dormir a una cama.

Se despide con la mano y camina hacia las habitaciones.

Esperando a los otros jugadores ^^U

Sabéis que es un nuevo día. No entra luz por ninguna de las ventanas, pero sabéis que ya es de día. Os sorprendéis al notar que el lecho donde estáis le resulta extraño a vuestro cuerpo... y es entonces cuando recordáis todo lo que pasó ayer. El ataque, los seres desconocidos y luego ella... Lillith. Y su trato, vuestra misión: Encontrar el jardín oculto.

Una extraña melodía empieza a sonar acompañada de una dulce y suave voz. La reconocéis al instante, es la voz de Lillith. Como hechizados, no podéis evitar acercaros al origen de esa melodía. Atraídos por ella, llegáis al comedor donde estuvísteis el día anterior. Junto a vosotros, los alumnos de otros cursos que ayer firmaron el mismo contrato que vosotros, toman asiento en la mesa y se disponen a desayunar como si el día de ayer hubiese sido de lo más normal. Como si la larga mesa fuera una de las del gran comedor.

Lillith os invita a sentaros de nuevo junto a ella. Sus "secuaces" o "súbditos" o quizá "compañeros" encapuchados y misteriosas mujeres permanecen de pie tras ella. No hablan, no se mueven. Sólo observan.

Como os dije ayer, en cuanto terminéis de alimentaros yo misma os hechizaré para que perdáis temporalmente la memoria. No recordaréis nada de lo que pasó ayer desde que visteis a mis compañeros. No recordaréis nada hasta mañana por la mañana, cuando despertéis. A partir de ese momento, tendréis via libre para... hacerme el pequeño favor que os pedí anoche.

Mientras habla va paseando la mirada por los rostros de todos los presentes, demorándose más en unos que en otros, pero os mira a todos por igual. Con interés y cariño. Incluso cuando pronuncia las siguientes palabras:

Y recordad que tenéis un contrato mágico firmado... No debéis hablarle de este asunto a nadie que no lo haya firmado también.

Dicho esto, se pone en pie y hace un gesto a uno de los encapuchados, que se abre camino entre el resto de sus compañeros con un pequeño y ornamentado cofre en las manos. Lillith se coloca detrás del primer alumno que hay sentado a su derecha, abre el cofre que sigue en manos del encapuchado y de él sale una neblina blanca. Imagináis qué hay dentro. Lilith coge un cubito de hielo del interior del cofre con las manos y lo posa unos segundos en la frente del alumno, sujetando su cabeza con ambas manos para que no se mueva. Lillith cierra los ojos y baja la mirada, pronunciando unas palabras sin que ningún sonido llegue a salir de sus labios. Todos observáis como el alumno abre los ojos desmesuradamente un instante, para después cerrarlos con calma. Al abrirlos, su mirada está vacía de ningún tipo de sentimiento. Es cómo si fuera un muñeco, un títere. Lilith retira el cubito de hielo y posa sus labios en el punto donde antes había estado, en la frente de la marioneta que ocupa la silla donde antes había un alumno con voluntad y recuerdos propios.

La misteriosa mujer hace lo mismo con todos y cada uno de los restantes, usando un cubito diferente cada vez y guardándolo luego en el cofre - congelador.