Al recibir la llave, subes a tu habitación para dejar tus pertenencias y poder dar el recorrido más libremente, aunque no puedes resistirte y dar un pequeño paseo por la habitación. No es muy grande pero es lo bastante acogedora como para pasar una cómoda estancia allí.
La habitación que se te ha asignado tiene una distribución sencilla, pero puedes sentir la comodidad en cada parte de las paredes.
La cama es individual y a su lado, tienes una pequeña mesa con dos sillas. Ideal para un juego de cartas o un rato de relajación.
El baño tiene una bañera con una hermosa cortina de color turquesa que la cubre, decoración de caracoles marinos y
algunas estrellas de mar.
Todo parece perfecto, pero hay un detalle que llama tu atención. Justo encima de la cama, puedes ver una lámpara bastante peculiar, donde las manos sujetan las dos bombillas y el rostro de esa extraña muñeca mira fijamente en dirección a la cama.
A pesar de la temática del ambiente, podía ser que lo hubieran tomado muy a pecho. Su ropa parecía un poco vieja y su figura no era tan trabajada como las muñecas de la exhibición. ¿Por qué estaría allí?
A diferencia de los demás, la lámpara te parece un detalle pintoresco. Sin duda, difícil de ignorar pero qué importa. Era sencillamente exquisito el escribir detalladamente las reacciones de todos. Simplemente deleitante para alguien cuya única motivación es el entendimiento completo de la mente humana.
Mientras te encuentras anotando unas cuantas cosas y pensando en todos los rostros que has visto hasta ahora, puedes notar que las luces parpadean de forma extraña. Miras alrededor de la habitación para tratar de ubicar el origen de ello pero no ves nada, aunque una silueta llama tu atención.
Junto a la puerta de la habitación ves a la joven que habías visto desde el bus. Está de pie, mirándote, aunque no se mueve. Sus ojos tienen un brillo macabro y su mirada llena de odio se clava en ti. Por un momento no le prestas mucha atención pero luego, comienzas a asustarte cuando camina despacio hacia ti y comienza a hablarte. Su voz era de ultratumba pero tenía un eco más suave, el cual te hacía pensar que eran dos personas hablando por una misma garganta - Creo que de todos, eres el más fácil de enrutar. La semilla ya está dentro de ti pero pareces querer ocultarla. A pesar de todo, tratas de justificarte y pensar que tu causa es noble - te empiezas a asustar pero el miedo te carcome de a poco. - ¿A qué le temes si hasta ahora te has considerado un dios? ¿Por qué temes ahora? ¿Un dios que le teme a la muerte? - sus uñas crecen de manera antinatural y tratas de ahogar un grito cuando va hacia ti. No había mucho hacia dónde escapar, así que te quedas sin qué hacer. Ella se sigue acercando a ti y una macabra sonrisa se dibuja en su rostro. A toda velocidad, clava su mano en tu pecho y comienza a buscar por todo tu torso. El dolor que sientes no se compara a nada que hubieras sentido, además de sentir su mano revolviéndose por dentro de tu cuerpo, mientras gritas con todas tus fuerzas.
Aunque tu vista se nubla, puedes ver que la joven sonríe y deja de mover su mano. Al parecer, ha encontrado lo que buscaba. De alguna manera, te das cuenta que una pequeña esfera estaba en tu interior y logra tomarla entre sus manos. Estás viendo a través de los ojos de la joven y puedes verte a ti mismo gimiendo de dolor, agonizante, sintiendo la vida escaparse de tu cuerpo. La joven destroza la perla y un fuerte ardor empieza a recorrer tu cuerpo, desde la mano de la joven. Saca la mano de tu pecho y puedes ver que su mano está completamente negra. ¿Tu sangre es de ese color? En ese momento, te entregas a la muerte y te dejas ir.
No sabes cuánto tiempo ha pasado pero te levantas y corres al espejo. Todo tu cuerpo está intacto pero hay algo de ti que no reconoces. Una sonrisa macabra estaba tatuada en tu rostro y por más que tratabas de quitarla, ella no se iba. Te quedas mirándote un momento y luego comienzas a reírte histerico. Allí, comprendes tu don...
HOMBRE LOBO...
Tu ira ha sido desatada y tu superioridad es incuestionable. Junto con tus compañeros, cazarás a un personaje cada noche. Es tu misión y por lo que estarás aquí.
Al recibir el golpe en el pecho, tu rol secundario es revelado:
DROGA...
Tantos años jugando con la mente humana te han llevado a desarrollar una droga que puede causarle alucionaciones a una persona durante la noche. Un solo uso.
Recuerda que debes pasarte por la escena de los lobos que es "Armario de muñecas".
Buenas Masteresa... Como va lo de la droga?? Elijo a una persona y yo le elijo la alucinacion?
Sí :D. Queda a tu elección la alucinación.
Pues como esta noche me toca salir de juerga, quiero asesinar a Amanda y que Andy crea que ha visto como Lisseth la ha matado.
No se si necesitas que tire algo o que te de mas datos, si es asi dimelo.
Puedes narrarme la alucinación. Si no, me encargo yo :P
Bueno, pues yo habia pensado algo asi:
Tras los últimos comentarios de sus compañeros, Andy decidió quedarse a dormir en la zona comunal junto a los que no querían dormir solos. Lo ocurrido aquel día con Ian lo hizo permanecer prácticamente toda la noche en vela, esperando que pudiera ocurrir algo.
Estaba a punto de caer en los brazos de Morfeo cuando observó como Lisseth se levantaba de su improvisada cama y se dirigía hacia donde se encontraba Amanda durmiendo. Pareció despertarla y decirle algo al oído y ambas abandonaron el salón principal para entrar en el pasillo que daba a las habitaciones.
Andy, movido por la curiosidad o por el miedo a que pudiera pasar algo, comenzó a seguir a ambas mujeres hasta la habitación de Lisseth. Desde el pasillo, pudo escuchar hablar a las mujeres, aunque no llegaba a entender lo que decían dado que aún se estaba acercando, aunque la última frase sí que llegó a escucharla completa. – Tus servicios ya no me son útiles, ahora… descansa. – Las frías palabras salieron de la boca de Lisseth justo antes de apuñalar varias veces a Amanda en el pecho para después degollarla sin ningún miramiento.
Puedes modificar lo que quieras, claro está. No se muy bien como hacer que no aprezca un truco, por que él intentará hacer algo y Lisseth realmente no se encuentra alli... En fin, lo dejo en tus manos.
Sales de caza con Alicia cubriéndote la espalda, dispuesto a desatar tu sed de sangre sin ninguna represión una vez más. Buscas a Amanda entre la multitud que se encuentra en el gran salón. No sería un trabajo difícil, ya que la localizarías al instante. La ves y te acercas a ella pero luego miras a tu izquierda, a tu derecha, detrás de ella, delante... Todas eran Amanda, todas eran la misma. Su ropa no había cambiado, ¿O sí? ¿Cuál era su ropa?
Comenzaste a sentir un terrible dolor de cabeza y no sabías qué hacer, no podías matarla, no sabías cuál de todas era la verdadera. La desilusión te invadía pero tu voluntad de matar se había visto diezmada por completo. Con resignación, miras a Alicia y te retiras a descansar a tu habitación. Te era difícil caminar pero logras llegar, era una suerte que fuera en la primera planta.
Abres la puerta y la ajustas, aunque no escuchas que se cierre por completo. Tu única intención era acostarte en tu cama y descansar pero escuchas un gruñido y un segundo después, un terrible mordisco en tu cuello, el cual te sofocaba y no te permitía respirar bien. Luchas todo lo que puedes para alcanzarlo pero no logras ni ver el rostro de tu atacante. Cada que tratas de moverte, eso se aferra a ti y sientes las uñas de sus manos atravesando la piel de tu torso y espalda, con salvajismo y violencia. El dolor era intenso y aunque no dejabas de gritar, no parecía haber nadie que acudiera en tu ayuda. Los dientes de tu atacante iban llegando más profundo y destrozaban tu cuello, mientras perdías la capacidad de respirar. Tus intentos de reincorporarte eran cada vez más infructuosos y perdías fuerza, tu vista se nublaba y la vida se iba escapando de tu cuerpo. Así que eso era lo que sentían tus víctimas...
Tu mirada se iba aclarando y comenzabas a ver cómo el paisaje cambiaba. No estabas en tu habitación, sino en una pequeña casa de madera, sucia y dejada, rodeado por muñecas maltrechas y despedazadas, donde sólo había una presencia humana: Andy.