Me quedo vigilando
Motivo: Vigilar
Tirada: 1d20
Resultado: 13
Motivo: Vigilar
Tirada: 1d20
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(Siento lo de las 2 tiradas,no me di cuenta y clike varias veces )
Despues de lo que habia pasado decidio quedarse a dormir con el grupo,se tumbo en un rincon y se quedo mirando al techo,contando las cosas de su alrededor e intentando conciliar el sueño
Amanda sentía que daba igual dormir sola o en grupo. La primera noche que lo hicieron juntos no hubo muertos, pero la segunda hubo muchos... no tenía sentido la forma en la que dormían. Aún así, tenía miedo, y le reconfortaba no quedarse sola.
-Yo también dormiré en el salón con los que quieran quedarse- obvió expresar su sensación de que daría igual durmieran como durmieran- en cuanto a Ian, yo misma sugerí que quizá su cualidad especial es que no pueda morir, pero tampoco se nos puede pasar de la mente que haya sido protegido. Y si es así, lo más probable es que sea un asesino.
Como no se sabía cuando uno iba a despertar al día siguiente en aquella situación no dudó en contar lo que pensaba. Si moría, no iba a guardarse nada, la única forma de salir impunes era colaborando.
Decidí mantenerme callada durante el resto de la tarde. Las ultimas palabras de Ian prefería no hacerles caso. Cansada con tantas discusión me volví a mi habitación. Solo quedó en claro que habría resurrección y protección, pero no de quienes eran los poseedores.
Buenas noches a todos, me subo a mi maldita habitación para descansar. No puedo dormir en algo frío e incómodo como el suelo una noche más. Necesito algo más cómodo. Medio bostezando y con un paso algo torpe decidí subir las escaleras hasta mi planta.
Al parecer nadie quería confesar haber protegido a Ian, será que ciertamente nadie lo protegió y es simplemente q Ian no puede morir por votaciones? Pensaba Efraín mientras se rascaba la poca barba que le había crecido por no haberse afeitado estos días, es entonces cuando se dió cuenta que el tiempo avanzaba, hicieran algo o no la noche avanzará hasta terminar en el amanecer.
-Yo tambien me retiro, que descansen- Efraín no dice más y sube a su cuarto a asearse antes de dormir y ver si esta noche podía descansar.
Lisseth se imaginaba que pasaría, que Ian moriría horriblemente como los demás, y se sentó a esperar que sucediera. Pero no pudo evitar sorprenderse cuando vio que no llegó a morir y se curó de todas sus heridas.
Durante un rato estuvo en silencio intentando entender que había sucedido, y no participó en las conversaciones de los demás.
Entonces vio como mucha gente prefería irse a su habitación antes que quedarse en el salón. Vale que la noche anterior habían muerto en ese mismo salón, pero no por eso quería irse sola a dormir a la habitación, así que prefirió volver a su habitual sillón, y pasar la noche ahí con el grupo.
Siento la tardanza, estaba con trabajos de clase >A<
La noche se acercaba y aunque algunos habían decidido que volverían a pasar la noche abajo, en grupo, otros muchos habían optado por marchar a sus cuartos.
Los dos niños se quedarían abajo, al igual que la norteamericana. En tan poco tiempo, había acabado por sentirse cercano a ellos, como si se sintiese responsable de ellos y de su protección. Dado que Esther parecía haberse encariñado de Alec, Noor decidió irse al rincón de Alicia. Colocó una cojín bajo su cabeza, para que la niña no se levantara dolorida al día siguiente y la cubrió con el batín marrón que llevaba, que olía a pachuli y vainilla. Se recostó contra la pared y esperó a que todos se hubieran acostado antes de cerrar los ojos.
Cuando la noche se acercó me decidí a hacer lo mismo que el día anterior. No es que me hubiera traído mucha suerte, teniendo en cuenta que al amanecer estaba muerta, pero desde luego era mejor morir duchada y con la ropa limpia que hacerlo de cualquier otra manera.
De modo que cuando parecía que todos iban a empezar a acostarse me encaminé a mi cuarto para prepararme y bajé con el pelo húmedo y mi pijama verde, el mismo que el día anterior. Realmente había traído cosas más atrevidas sólo por si acaso, pero no me parecían apropiadas para la situación. Me sentía un poco incómoda al pensar que no estaba tan planchado como debería, pero tampoco tenía mucho más donde elegir.
Al reunirme con los demás me acomodé en mi colchón sin perder de vista a Alec y a los otros, esperando el momento en que decidiéramos irnos a dormir. Cualquiera diría que haber muerto una vez tendría que haberme quitado algo del miedo a pasar por esa experiencia, pero no era así para nada. La noche que estaba por venir me hacía sentirme insegura e intranquila, y durante algunos minutos llegué a plantearme cómo de infantil resultaría pedir a alguien que se metiera conmigo en la cama. Sin embargo al final descarté esa idea: no quería parecer idiota siendo la única que dijera algo así, y más cuando April, Alec o Alicia parecían estar aguantando cada vez mejor el tipo.
- April. - Dije entonces, sentada con las piernas cruzadas sobre mi colchón. - ¿Recuerdas aquello que dudaba si hacer o no? Me han pedido que me anime a ello. - Anuncié, esperando que me comprendiera sólo con eso. Luego me metí las manos en los bolsillos, pasando con mi mirada por todos los presentes, pero deteniéndola finalmente en Ian. Aún no comprendía cómo había sobrevivido a las votaciones. No era la primera vez que al mirarle mi mente se iba a la paliza que le habíamos dado a los rusos en la Guerra Fría, y ahora era imposible preguntarse hasta qué punto lo que estábamos viviendo no tenía un parecido con aquello, con tantas armas secretas, espionaje y contraespionaje.
- Buenas noches a todos. - Me despedí al final, sin dirigirme a nadie en concreto y tumbándome para mirar al techo. Era la única forma de no sentir como si alguien estuviera taladrándome la nuca con la mirada.
Me había traído la almohada de la habitación para apoyarme sobre algo mullido y una pequeña manta para taparme. Escuchaba música suave con los auriculares puestos. Estaban sonando las Cuatro Estaciones de Vivaldi, hacía mucho que no ponía este tipo de música en mi Ipod pero hacía que me relajase. Metí las manos en los bolsillos y me acurruque contra la pared, entrecerré un poco los ojos para intentar descansar pero no tenía intención de dormirme. Salgo de mi ensoñamiento con la voz de Esther pero reacciono un poco lento mientras parpadeo un par de veces para comprender lo que me está diciendo.
- Eso está bien. -Digo intentando sonreír, pero no estaba muy despejada para conseguir una de mis mejores sonrisas.- Si quieres ponte conmigo, compartamos la almohada y la manta. Pellizcarme si ves que me duermo, mira que suelo trasnochar en Los Ángeles para salir de fiesta. Pero no para esto. -Suelto un leve suspiro, tenía ganas de dormirme pero el miedo a la noche sabía que no me iba a dejar pegar ojo.
Esperé en un rincón casi temblando por el resultado de las votaciones, cuando el elegido fue Ian no pude evitar que se me saltaran las lágrimas. Sin embargo la alegría dejó paso a la incredulidad… ¿había alguien que podía proteger a los demás? Pero lo más importante, ¿protegía a inocentes o a culpables?
No podía hablar, no tenía palabras, agradecía el voto de confianza y me juré a mí misma que no les daría motivos para arrepentirse. Me acomodé en el rincón de la noche anterior dispuesta pasar la noche, solo esperaba que fuera una noche tranquila, intentaría mantenerme despierta, pero había sido un sido un día duro y estaba agotada.
Siento lo escaso del post, pero es que había demasiado que sintetizar, no sabía por donde empezar. Al menos ya estoy bien para seguir a pleno rendimiento.
Alec se acostó, despacio y pensativo. Se despidió de todos con palabras que la mayoría no alcanzó ni a oír y se acercó lo más que pudo al colchón de Esther. Estiró la mano hasta encontrar la de la mujer y la agarró con suavidad. Necesitaba sentir el contacto de alguien para sentirse seguro y ella era la mejor opción en esos momento.
Hasta mañana.... Susurró.
No me convence mucho lo que dicen. Aquí la gente sabe cosas de las que yo no tengo ni idea. Planteándome si me he perdido algo importante, me mantengo algo apartado el resto de la noche, pensativo sobre eso que hablan de que alguien debe haber protegido al ruso. También me aparto para poder fumar sin que nadie me diga que les molesto. Si hay algo que odio es a los no fumadores pesados.
Cuando va haciéndose la hora de dormir, acabo por resolver que da igual dónde me quede, si alguien quiere matarme lo hará de cualquier forma.
—Me voy a la habitación... hasta mañana, si es que llego...
Aunque la intención de muchos era hacer guardia, tarde o temprano el cansancio del día vencía a cada uno de los huéspedes, incluso April, quien había llegado aquí y comenzó a mover a todos los presentes.
Algunos marcharon a sus habitaciones y otros decidieron permanecer en el salón para dormir juntos, con la esperanza que esta vez las muertes fueran diezmadas. Tomaban esta esperanza con sus manos y esperaban que funcionara. Así, el manto de la noche inundó el lugar.
FIN NOCHE 3
FIN EVENTO 1
(Si hay alguien que aún tenga acceso a una habitación que no sea la suya, recuérdemelo por favor).