Partida Rol por web

El dolor había sido intenso y temía no poder soportarlo. Me hace recordar mi fragilidad, el regreso desde el otro lado y la determinación de salvar a Hiraki de las votaciones me habían dado fuerzas... pero esto me hizo recordar el miedo de aquel oscuro lugar ¿Qué estaba pasando en este maldito hotel? Tardo en comprender que el lugar que estoy viendo ya me lo habían mencionado pero no le había dado mucha importancia mientras tenía asuntos más importantes entre medias.

Me seco las lagrimas por el agudo dolor que había sentido en mi ojo ¿O tal vez este llorando por recordar quien soy: una chica débil y asustada en toda esta locura? Intento no pensar en eso, mientras mantuviese la esperanza tendría fuerzas para continuar. Además tenía ahora compañeros a mi lado, no podía derrumbarme, esto es por ellos, por mi... por Hiraki.

(Por la mañana tras ver la muerte de Alec...)

La confianza que había intentado retener durante la noche la mañana se la llevo de un plumazo tras la muerte de Alec, una parte vital del puzzle de mi sueño de salir todos vivos se había esfumado. Me tiro a la cama y escondo la cabeza en la almohada para intentar ahogar mis sollozos. Maldigo mi suerte, ya no sabía que hacer para ayudar a todos los del otro lado.

- ¿Dónde estás? -Digo a la habitación en la que estaba yo sola, no sabía si la chica que se me había aparecido podría escuchar mis desesperadas palabras.- Alec se ha ido... ¿qué puedo hacer? Esto me supera...

El sueño de la muerte era algo a lo que te habías habituado pero aún te aferrabas a la esperanza de salir. Cuando sientes la luz del pequeño Alec, sientes algo diferente en ella. Parece ser más brillante, más cálida, más hermosa... Robaba el aliento de sólo contemplarla y tu alma la siguió, a través de los muros, las paredes, todo hasta llegar a tu cuerpo. Entras una vez más en él y éste lucha por regresar a la vida, por respirar. Poco a poco, tu corazón comienza a latir, tus pulmones reciben aire y tu sangre corre nuevamente.

Cuando abres los ojos, una visión te impresiona. No sabías si estabas ya con todos o no pero sin duda, él estaba allí. Alec se veía diferente: de apariencia mayor, con una piel tersa y blanca, su cabello era brillante pero aquello que te dejaba completamente perpleja eran sus alas. Alas de ángel de color gris a causa del fuego y aún las puntas llameantes. Era la  visión más maravillosa que habías visto y su apariencia frágil y hermosa te enternece, causando en ti un sentimiento nuevo. Jamás podrías herir a una criatura tan frágil como esa, era simplemente perfecta.

Alec se te acerca con una sonrisa y te da un beso tierno en la mejilla, en parte para cerrar el contrato contigo. Sabías sus intenciones y en parte, habías accedido sin problema.

Por la admiración a su figura, pierdes la capacidad de votarlo en las votaciones.

Alec desaparece de tu vista y te das cuenta que te encuentras aún en tu habitación. Pareces estar intacta nuevamente, sin rastro de las heridas que te habían causado la muerte.

A pesar de la maravillosa aparición de Alec, tomas la llave que te llevaba a la habitación con Hikari y la miras, sabiendo que Hikari ya no está entre los vivos. Algo las había separado y sería desde ahora y para siempre. Tu corazón latía rápidamente, tus manos sudaban frío al entender que estabas completamente sola de nuevo. No tenías a nadie, estabas sola y tu alma lloraba su muerte.

Caminabas por toda la habitación, sollozando por la tristeza que sentías. Ya no estaría para ayudarte, para aconsejarte ni para ayudarte.

Llorabas incontrolablemente cuando sentiste un líquido mojar tu mano. La abres y observas que aquella llave parecía estarse derritiendo en tus manos, causándote un terrible dolor. Parecía brea en lo que se estaba convirtiendo y luego, sentías arder tus ojos. Corres al baño y tu mano se había vuelto negra, además, tus lágrimas lastimaban tus ojos cada que salían. Ahora, eran más espesas y más calientes. Tus ojos se habían teñido de ese negro igualmente y te miras aterrada.

Entonces, sientes una especie de picazón en tu mano negra, la observas y ves cómo la brea que la cubre materializa unas garras gigantescas y afiladas, como si de una bestia se tratara. Lo comprendes ahora. Ellos te la habían quitado y tú habías hecho todo lo que estaba en tus manos para salvarla, para protegerla, para ayudarlos a todos. Sin embargo, no habían creído en ti y te habían torturado a ti también. Era el momento que todos pagaran su afrenta. No quedaría nadie vivo mientras tus lágrimas corrieran por tus mejillas. Harías justicia y las únicas merecedoras de salir de allí eran Hikari y tú. A partir de ese día, tenías una nueva motivación.

HOMBRE LOBO ALBINO...

Eres un cazador, un sabueso. Tu sed de sangre no distingue ni amigos ni enemigos. Tal vez Hikari se salve tu hambre. Tu único objetivo es devorar a todos en ese lugar y eso es lo que harás.

Cada noche, podrás salir de caza. Tu objetivo es sobrevivir tú y sólo tú a este ritual de muerte.

Alec Schnieper

Voy a necesitar algunas aclaraciones ya que no me puedo liar ahora mucho con la partida ya que estoy con los estudios.

Tu sed de sangre no distingue ni amigos ni enemigos. Tal vez Hikari se salve tu hambre.

Creía que con esto tenía vía libre por la noche para elegir cualquier víctima, incluso podría ser Hikari llegado el caso.

Cada noche, podrás salir de caza. 

¿Puedo salir o estoy obligada? ¿Podría elegirme a mi misma?

Tu objetivo es sobrevivir tú y sólo tú a este ritual de muerte.

Si no puedo matar a Alec no puedo cumplir mi objetivo, pues resucitará a cualquier otro que mate. Realmente no veo casi ninguna posibilidad de poder intentar cumplir con ese objetivo.

Creía que con esto tenía vía libre por la noche para elegir cualquier víctima, incluso podría ser Hikari llegado el caso.

Sí, pero esto me genera la inquietud si prestaste atención a tu resurrección. Es parte del rol de Alec el que no puedas atacarlo por su nueva forma. De hecho, te sientes inevitablemente atraída hacia él, aunque es tu decisión si lo roleas en público.

¿Puedo salir o estoy obligada? ¿Podría elegirme a mi misma?

Se supone que debes salir, más porque tu rol te lo pide pero si deseas no matar a nadie, estás en libertad de hacerlo. Y no, no puedes elegirte a ti misma.

Si no puedo matar a Alec no puedo cumplir mi objetivo, pues resucitará a cualquier otro que mate. Realmente no veo casi ninguna posibilidad de poder intentar cumplir con ese objetivo.

No eres la única que mata gente. Los lobos siempre son superados en número por los no lobos, así que aunque Alec reviva una persona por día, no quiere decir que logre revivirlos a todos antes que lo maten o que ganen los lobos. Puede que no haya casi ninguna posibilidad pero ya depende de ti y de la estrategia que tengas.

Con respecto a lo de Alec, es por lo que te dije de la naturaleza de su rol.

Entro en mi habitación tranquila después de la conversación con Alec y Esther. Ya no estaba confundida como el día anterior en el que no supe que hacer, esta noche tenía las claras y llevaba toda la tarde esperando que llegase este momento. Me voy directa al baño y cierro la puerta. Una vez allí me contemplo en el espejo, me recuerdo a mi misma por qué estoy haciendo esto. Aunque no necesito explicaciones, el odio que late en mi corazón me lo está pidiendo a gritos.

Acabar con Andy sería un buen comienzo y tenía la esperanza de que Alec y Esther no me traicionaran. Estaba escuchando a mi corazón y aunque todo era deseos de venganza un pequeño fragmento me recordaba que Alec velaba por mi bien. A fin de cuentas es un ángel, precioso en su magnificencia, ¿cómo querría hacerme a mi algún daño? De todas formas esa especie de pacto con esos dos era todo lo que me quedaba y la única opción de escapar de esta. Hasta cuando dije animada que iba a matar a Andy y a Lisseth me apoyaron, creía que tal vez les horrorizaría pero esto es mucho mejor.

Me desnudo antes de entrar en la ducha. Sentía el pulso acelerado y debía tranquilizarme, llevaba todo el día aparentando normalidad y la emoción de la caza que se avecinaba no me debía traicionar. Noto como el agua cae en mis cabellos y se desliza por los hombros. Que relajante... pero nada comparable si consigo cobrarme esta noche a mi víctima.

- Andy... -Susurro suavemente dentro de la ducha.- Pagarás por traicionarme en las votaciones. No te has arrepentido pero tampoco te voy a pedir que lo hagas... hoy me cobraré mi venganza.

La sed de sangre se había acrecentado al no haber ido de cacería la noche anterior y como una bestia salvaje, te lanzaste sobre Andy mientras sentías tus instintos más primitivos surgir. Un mordisco en el cuello para sofocarlo, acompañado de múltiples arañazos por su torso y una que otras herida causada con tus dientes por su torso.

Era sublime sentir el cálido sabor de tu sangre en su boca, activando cada papila gustativa, mientras lamías tus dedos con su esencia.

Sentías ya su cuerpo como peso muerto pero no podías detenerte, mientras absorbías la sangre que salía de las heridas que le habías proporcionado. Succionas extasiada y casi con lujuria mientras la noche avanza y sabes que es momento de volver a tu habitación y abandonar su cuerpo.

Te dispones a regresar a tu habitación cuando sientes un cuchillo atravesar tu garganta y hacer que sintieras en carne propia aquello que le habías hecho a Andy. Tu sangre te abandona rápidamente mientras una vez más, tus sentidos se entumecen, tu cuerpo se debilita de a poco, hasta que caes al suelo nuevamente, viajando hacia la muerte. Esta vez, no había humanos en la casita pero sabías perfectamente que era obra tuya. Sólo te reconfortaba el hecho de que estarías cerca de Hikari una vez más y el deseo de venganza de tu corazón se apaciguaba.