Partida Rol por web

Aparentemente la idea de correr era no muy confiable... y lo era. Un arma de fuego y todos serían amedrentados, incluso él, tuvo que reconocerse. Suspiró golpeteando en la mesa donde estaba el café, sin saber que decir o que pensar, y que algunos se hubiesen planteado seguirle el juego al oriental le exasperaba... y llamaba también su atención.

La "resurrección" de Reuel fue lo que hizo que se sintiese totalmente violado mentalmente... ¿Qué mierda pasaba en este lugar? ¿Era todo un montaje o de verdad estaban en un episodio de La Dimensión Desconocida?

- Esto es cada vez más surrealista... -

Wolfgang dejo las muñecas donde estaban y se acerco a la urna de las votaciones. Se paso la mano por la barbilla mientras pensaba en todo lo que estaba pasando a su alrededor. Luego, agarro un lápiz y un papel y apunto un nombre.

Se quedo mirando el papel durante unos segundos y pasado un rato se dio la vuelta para que los demás viesen lo que ponía en el papel.

-Yo no entrare en este juego. Dijo en alto mientras enseñaba un papel donde estaba apuntado su propio nombre.

Luego, extendió la mano y dejo caer el papel en la urna.

Y sin decir nada mas se aparto del grupo y continuo examinando las muñecas.

La vuelta a la vida de Reuel no supo donde encajarlo. Podía llegar a entender que alguien los estuviera haciendo pasar por aquel calvario solo por pasar un rato divertido con ellos. Había muchas películas de cine que tenían esa temática, cualquier loco con el dinero suficiente podía hacerlo, aunque lo de aquel muchacho no lo cuadraba, ¿alguien que volvía a la vida?.

Se acercó a Reuel poniéndose al lado de Andy Reynolds, el muchacho tenía demasiada mala leche, pero le pareció que era un buen momento para sacarla, sobre todo si querían saber algo más sobre lo que le había ocurrido a Reuel. – Chico agresivo tener razón. Nadie volver de entre los muertos. La gente cuando morir… simplemente morir… No haber un después de la muerte… No existir un revivir, deber tratarse de sucio truco de mierda para asustar más o para provocar linchamiento… no saber, aun no encontrar sentido a esto. -

Yorgan no obtuvo respuesta por parte ni del hijo de la anfitriona ni por el "resucitado". Por su parte todo esto era parte de un macabro juego de muerte. ¿Pero como saber si el reto también estaban muertos realmente?

Era todo tan raro y tan repentino que hasta su cabeza estaba embotada, sin saber que hacer o pensar.
-Para mi esta claro el voto, de votar a alguien debemos hacerlo contra Seung, esto lo ha empezado él que demuestre su implicación. Voy a buscarlo ahora mismo.-El joven judío subió las escaleras en busca del actual anfitrión hasta que se topo con sus dos gorilas.

-Exijo hablar con el Sr.Seung. Dejenme pasar o haganle salir, tengo preguntas para él.

El hijo de la encargada no dio más explicaciones del porque había que votar para acabar con un mal sobrenatural como ese. Y si quedaba alguna duda, Reuel se levantó entre los muertos como si nunca hubiera muerto en realidad.

¿En serio aún no os creéis que todo esto es real? ¿Como explicáis sino lo de la muñeca? Miráis a un culpable equivocado.  - entonces la mirada de Sara se desvió hacia donde se había ido Tae - No tengo claro aún de que bando está quien no se encuentra en esta habitación, pero no os ganáis muchos puntos de credibilidad quienes acusáis a Reuel.

Tras ello, se apartó a un lado mirando al resto de presentes, y decidiendo su voto. No tenía claro a quien votar, más allá que no se votaría a si misma ni a Reuel por motivos obvios. Y no podía confundir escepticismo con algo mayor. No al menos a estas alturas aún. Ayer mismo, ella era de las que creían que nada era real, aunque quisiera actuar como todo lo contrario. No. Algunos no parecía lógico que estuvieran allí, ni se habían esforzado para demostrar lo contrario. Algo escondían.

Sara suspiró. Poco podía hacer, no tenían pistas. Prácticamente cualquier nombre podía ser un acierto o un tremendo error. Y no por ello, se iba a sentir menos mal si se equivocaba. Pero sería un sólo voto el suyo. Si esa persona resultaba ser la más votada, no tendría que dar excusas sola. Y si no era elegida... ya miraría de encontrarlas donde fueran. Sara depositó su voto, esperando que todo esto sirviese para algo.

Frunció el ceño viendo que Reuel no le contestaba y suspiro alejándose, igualmente ya estaba ese hombre, Andy, mucho más nervioso que ella, zarandeándole.

Se acercó a la urna, cogió un papel, miró a todos los demás y escribió un nombre en él. Lo metió en la urna y volvió a mirar por la ventana, recogiendo su café de la mesa.

EL judío volvió a bajar las escaleras molesto. Esos matones, matones a sueldo no le dieron oportunidad de hablar con el niñato. Contrariado miro a la pelirroja cunado hablo.

-MMmm... Yo aun no e visto nada paranormal de verdad. "Solo muertos que regresan a la vida" Nadie comprobó si estaba realmente muerto. Y una muñeca que se le encienden los ojos, en mi casa tengo 3 de esas, hasta otro par de Polonia que te siguen con la mirada. Eso no demuestra nada. Pero si tanto desea que vote lo haré no se preocupe.-Era obvio que Yansen estaba molesto con todo esto y lo pago con la primera persona con la que se cruzo.

Reuel por aquí, Reuel por allá... Ben se acerca a Andy, el tipo raro estaba zarandeando al chico "resucitado" (o secuestrado y drogado durante unas horas, dejando una caracterización "made in hollywood" en su lugar) se dirige a este - Andy... ¿que tal si lo sueltas?... - le dice, levantando las cejas - no creo que así valla a decirnos nada... - sigue - ¿no creéis? - pues era evidente que lo estaban asustando mas, se fija en el ruso también - El que mas y el que menos ha votado, dentro de poco sabremos el resultado, y de paso empezaremos a entender de que coño va todo esto... todos estamos muy confundidos - Acaba, en un tono serio... intentando sonar despreocupado, pero inquieto...

-No se para que pueda servir esto pero bueno...- cojio un papel y un boli,escribió un nombre y echo el papel a la urna -Bueno...- miro a su alrededor y se acerco a donde estaban Noor ud-Din,Alec y Esther y se sentó.Cuando entro Reuel sus ojos se abrieron como platos -Pero...si yo lo vi,estaba muerto,lo estaba-

El tiempo que el oriental les había dado estaba a punto de esfumarse. Miró a la urna, se suponía que debían votar a alguien, y supuso que no le pasaría nada bueno a ese alguien, ¿como condenar a una persona y más sin saber si es culpable o inocente?

Por otro lado, no había muchas opciones, estaban encerrados y Seung no aparentaba ser de los que dan su brazo a torcer. No, lo más probable es que, dieran o no con los artífices de lo que fuera que pasase por la noche Seung se contentara con tenerlos encerrados y que murieran tanto inocentes como culpables. Porque, dejando de lado lo sobrenatural, podría haber alguien involucrado... aunque la sola idea le aterraba.

-Yo... no sé qué hacer- dijo acercándose a la urna, con miedo, como si se sintiera obligada a votar para parar aquello pero sin estar demasiado convencida.

Cuando Alicia se acercó a ellos, Noor dedicó a la pequeña una leve sonrisa de ánimo. Su afán de proteger a Alec se hacía extensible a la pequeña, aunque no lo dijera.

-Parece que no nos queda otra- suspiró apenado el kuwaití.

Se irguió y tras volver a respirar hondo, se acercó a la urna.

Antes de escribir, buscó con la mirada por la estancia. Había dos personas que no habían bajado de sus habitaciones, o si lo habían hecho no les había visto participar. Pero ninguno de esos dos sería el destinatario de su acusación. Sería otra persona, que aunque había participado, por alguna razón no le daba buena espina. Prefería no hablar contra él, aún. Vería si en las votaciones él era el único en desconfiar...

Tras echar el papelito doblado, volvió a la zona donde los dos pequeños y la norteamericana habían hecho su pequeña fortificación.

Keelin contemplaba cómo la gente se iba acercando a la urna como con cuentagotas y se quedó varios segundos mirando al hombre que había anunciado que se votaría a sí mismo (Wolfgang). - Pues yo no pienso participar. Ni siquiera nos han explicado para qué tenemos que votar... ¿Qué le pasará al elegido? No tengo motivos para sospechar de nadie entre los presentes y no me voy a arriesgar a que a alguien le pase algo malo por mi culpa. Me niego a entrar en este juego. - Anunció, con decisión. Temía que el señor Saung tomara algún tipo de represalias contra ella por no votar, pero no se veía capaz de participar como el resto.

Wolfgang se rasco la sien con un gesto cansado ante la frase que Keelin acababa de decir.

Se acerco a una de las muñecas, la que llevaba un atuendo parecido a una de las victimas y la puso de pie para poder verla mejor, sin apartar la vista del tétrico adorno dijo.

-Esto es lo que pasara al que salga elegido. El problema no somos nosotros, el problema esta aquí dentro.

No resultaba tan difícil verlo, cuando ellos llegaron ya había una muñeca de esas allí, "la pieza maestra de mi colección" dijo la anfitriona cuando ayer la mostraba. Una maldición mas típica de una muñeca encontrada en el interior de una pirámide que de un juguete asiático. Por un momento Wolfgang se vio transportado a sus años en Egipto pero pronto volvió a la realidad, la realidad que le estaba diciendo que daba igual que fuese Nubia, China o la mas profunda de las selvas. Donde exista un necio existirá una maldición. Y los necios que estaban creando esa maldición eran unos asesinos.

Palideció al ver cómo Wolfgang sostenía una de las muñecas, y tragó saliva.

- Yo voy a hacer lo mismo que Keelin-dijo, posando una mano sobre el hombro de la pelirroja- Estamos asustados todos, pero esto me da muy mal rollito. Y ese hombre está loco. A saber lo que le hace al que elijamos. Nos hará un muñeco vudú y nos clavará alfileres, uno a uno. Como en las pelis. 

El momento de votar había llegado, las cosas se habían puesto tensas con el extraño regreso de Reuel y otros se negaban a participar. Miré a todos sin saber qué hacer, ¿cómo podía escoger a alguien?, apenas les conocía y nos obligaban a enfrentarnos.- Si votamos no sabemos qué le pasará al elegido, pero si no votamos tampoco sabemos que harán con nosotros. A no ser que decidamos enfrentarle todos juntos y obligarle a dejarnos salir, no nos queda otra.- Me acerqué lentamente a la urna y escribí un nombre, aquello me daba asco, pero no veía otra salida.