Partida Rol por web

Aquella mañana emergía tenue, y tímida bajo el pequeño y oculto rayo de sol... Las nubes entorpecían su paso, a la vez que vuestra mirada cansada se alzaba bajo un suelo mojado, y un semblante aterrador.

Allí donde antes parecía haber tierra, ahora se depositaba una balsa de sangre, que parecía querer atrapar aquella misma losa. Un depósito de sangre que parecía cimbrar con cada gota que caída desde lo alto, como un grifo que no termina de cerrar.

Desde las ramas de un árbol cercano, emergían piezas ensangrentadas, que poco a poco dibujaban un cuerpo desmembrado... Cada articulación atada a un nudo diferente, como si fuera la pieza de un títere a mover... Todo aquel cuerpo herido, cuyos propios ojos parecían desaparecer en una herida más... mientras en el centro de aquella mancha ensangrentada, parecía flotar la pequeña imagen de aquel erizo que jugaba junto a él. Nói había sido descuartizado y alzado como viandas frente a aquel ángel sin pábulo y sin aflicción. Un deseo complacido, mientras la sangre empezaba a escasear de su ser...

Pero no era el único es desaperecer aquella mañana alrededor de aquel ángel, pues a su lado, y con gesto de dolor, se encontraba otro cuerpo que con mirada tibia y manchada en sangre y dolor, parecía reflejaros el miedo y la agonía sufridos antes de caer. 

Su pelo rubio se manchaba en su propia sangre, que parecía haber saciado a la muerte abandonando todo su ser, para ser el ungüento con el que proteger aquel día su piel.

Las manos de Fiona, ya no ardían con rabia... solo descansaban sobre su cuerpo, manchadas de aquella sangre, que poco a poco un día le dio fuerzas, y ahora la abandonaba obligada y sin querer... tiñendo aquella mañana en un nuevo rojo, que no pertenecía al del amanecer.

Había aceptado la invitación silenciosa de Olenna para sentarme a su lado a dormir aquella noche, dejándole su espacio pero asegurandomende que Fyas dormía tocando con su escamosa piel ambos cuerpos para que notara cualquier movimiento cercano.

Y aunque nada se movió, desperté sobresaltada. Quizás alguna pesadilla, pero desde luego mucho menos perturbadora que la visión real que tenia ante mí.

No es que me molestara ni extrañara ninguna de las dos muertes, pero era curioso. Habíamos señalado a dos, y habían caído dos. No lo entendía...

Nuevamente Nói desaparecía de mi mente sin haber respondido a mi pregunta, pero este amanecer era distinto, pese a que había dormido cobijada en los brazos de Nimay junto a Haathee, esta mañana sabia distinta, no solo Nói había sido atacado por las semillas, la abuela del fuego también había sido silenciada.

Mire a los que quedábamos y ahora estaba convencida de que no solo una semilla quedaba, habían más, mire a Olenna con tristeza, pues mi corazón me decía que había sido corrompida o quizás el alternar en su mente en distintos planos le habían dañado y ya no era la misma.

Mi vista siguió a Sylvia, si lo que había dicho Nimay mientras estaba muerto, era cierto, aun teníamos una leve esperanza, junto a Bethanny si es que Oldland tampoco la había cambiado, Vyka pasaba a ser un mal menor ante estas dos muertes.

Mire a Nimay aun esperando su respuesta y ya temía que no fuese lo que quería oír.

-Siete…dime Olenna ¿aun quieres ir contra Vyka?...dos semillas…tres quizás…aún quedan… ¿de qué bando estas?-

Oldland quería sangre y movería todas sus piezas de ajedrez para que así fuera, para saciarse, para corromper, para no dejar que la historia macabra de estas tierras muera, para continuar atrayendo a sus hijos a su última morada, y sí que que era ultima, porque si salías con vida de este lugar, saldrías tan dañado que hasta la inocencia de una niña se corrompería dejando solo una pequeña criatura confundida y quizás sedienta.

Su actuar frente a la acusación de Oliver hacia Fiona era diferente a su actitud y postura anterior, confusa…extraña, diferente como la D de su apellido.

-Nimay… ¿Qué pasara conmigo…aun me llevaras con mis padres?- estaba perdiendo la esperanza y el brillo en mis ojos se apagaba esta mañana, abrace a Wardjan buscando no perderme en esta sangrienta reunión.

Nimay y Haathee habían permanecido escuchando las conversaciones y discusiones, sin llegar a responder a los que se dirigían a ellos, hasta que el sueño les había sorprendido y se habían dejado llevar por el sopor, quedando dormidos cerca de Theora y Wardjan. 

Al despertar todavía les costó un poco ubicarse en aquel lugar ruinoso en lugar de un bosque donde ya no hacía falta dormir y los ojos de ambos, hombre y elefante, buscaron a la niña comprobando que estaba bien antes de ponerse en pie. El aroma a sangre y muerte se extendía por el lugar y Nimay negó levemente con la cabeza, pasando una mano por sus cabellos. 

No se acercó a los dos cadáveres. No había creado lazos con ellos. Sin embargo, sí observó a la pequeña, dispuesto a acompañarla y apoyarla si ella necesitaba llorar al anciano vietnamita. 

Tampoco dejó que mucho tiempo pasara antes de hablar, respondiendo a algunas cosas de la noche anterior al sentirse arropado por el día.

—Olenna nos mantenía al día más o menos, dentro de sus limitaciones —dijo, echando un breve vistazo a la joven del bastón—. Y a mí no me trajo nadie de vuelta, pequeña. Me traje yo solo. Sigo siendo el mismo y nunca he sido una de esas semillas, aunque bien me consta que algunos han intentado hacer creer que sí con mentiras. Tú también volviste de la muerte y eso no te cambió, ¿cierto? —preguntó, frunciendo levemente el ceño ante la desesperanza de la niña—. La otra vez hablé de noche y a destiempo y me mataron por ello. Pero ahora es de día y estoy cansado de estar en silencio.

Tomó aire despacio y extendió una mano para acariciar la mejilla de Theora con ternura antes de echar un nuevo vistazo a los cadáveres.

—De él sólo sé lo que otros han dicho. Pero anoche puse mi mirada en ella. La mujer de fuego podía ver, como yo lo hago, pero con un objetivo bien distinto. Ella quería ayudar a los asesinos y abrir el sello. Quería que todo el mundo quedase tan devastado como su alma lo estaba. Vi en ella el contrapunto de lo que había visto en el árabe y comprendí lo que no había entendido al mirar en él. —Nimay se cruzó de brazos, con una mirada determinada. —Vi en ella una relación oscura con alguien. Una relación truncada pero que dio sus frutos. Creo que tu locura no funcionó como esperabas porque ellos ya estaban unidos y fijados. Lo expliqué cuando estaba muerto. El camino del árabe cambió dos veces. De usurpador a asesino. De asesino a aprendiz. Cuando miré en él era un aprendiz, pero nunca supe de qué. Ahora creo que ella era su mentora. 

Negó de nuevo con la cabeza. 

—¿Quién dijo que sólo quedaba una semilla? —preguntó, buscando alguna respuesta en los presentes— ¿La chica del lobo que mentía más que hablaba? Fiona no era una asesina, pero sí era una de ellos. Así que tal vez quien la ha matado nos ha hecho un favor. 

Hizo un leve gesto hacia la chica de la serpiente.

—Sylvia es inocente, eso lo sé y no voy a explicar su papel. Sin embargo, seguimos aquí así que todavía queda alguien. Y la pelirroja podría terminar de montar su ejército esta misma noche si no tenemos cuidado. 

Suspiró entre dientes con fastidio. No le gustaban las discusiones ni las disputas y aquel lugar estaba lleno de ambas. Los ojos de Nimay buscaron los de Theora de nuevo, con seriedad.

—Voy a hacer todo lo que pueda para llevarte con tus padres. Pero pisamos terreno resbaladizo y tenemos que andar con mucho cuidado. Debes ser fuerte. Debes mantener la esperanza. Volví para que no la perdieras.

En el momento en que Olenna se despierta lo hace con los labios apretados. Mira alrededor, y agradece a Sylvia su presencia con una mirada y un asentimiento. Luego observa los cadáveres. Pero no fija su vista demasiado tiempo en ninguno, pues un día más sabe de sobra quiénes son.

No llega a ponerse en pie. En lugar de eso mira a todos una vez más antes de hablar, pues está segura de que la D de su nombre hoy hablará de dolor.

—Sólo quiero ir a Vyka si es peligroso que forme ejército —dice a la niña antes de formar una media sonrisa—. Tú eres chica lista, entiendes y escuchas. Sabes de qué hablo. El lado es fácil: te diría de lo que hice ayer, de lo que hice todos los días, pero mejor te digo de ahora.

—Ayer dije que el de las cartas iba a matar —recuerda, contextualizando—. Ha hablado. Ha disparado a mi fuego. Voy a morir.

—No sé si vuelvo o no vuelvo. Si vuelvo está bien. —dice antes de fijar sus ojos en los de Sylvia una vez más—. Si no vuelvo cumplid. Comedme. Las dos.

Debajo de aquel falso lago carmesí una nueva luz parecía de nuevo surgir... dando un nuevo brillo a aquel lugar, y un nuevo retazo que sellar...

Bajo aquel brillo sanguinolento, todo parecía desperezarse, bajo un murmullo aterrador... Como si la carne se meciese abierta acariciada por una brisa sin más. Un sonido que poco a poco enmudecía y tras un tiempo desvelaba ante vuestro ojos su razón.

Pues detrás de aquel mismo ángel... donde descansaban algunos cuerpo, se alzaba repuesta de heridas y entera una vez más la certera arquera, y a su lado aquel Vencejo Real.

Sus piernas estaban enteras... ya no había destrozo ni piel cortada entre huesos y tendones desgajados. Volvía a tener una apariencia normal.

Posó su mirada sobre todos vosotros y entonces sus ojos se entonaron mientras veían como un cuerpo temblaba y caía de rodillas hacía el suelo sujetando su cabeza con ambas manos temblando, mientras dejaba su arma caer en aquella marabunta carmesí.

Olenna temblaba pero no miraba a nadie... la sangre comenzó a emerger de sus oídos y nariz, incluso sus pupilas fueron huecos por donde aquel rojo líquido se filtraba para salir...

Y tras un espasmo con fuerza, que parecía romper con su mente y con algo más... caía de bruces delante de los demás... sin más movimiento, sin más andanza que la que muerte le haría andar.

Con otra me taparía los oídos y pensaría en densas nieblas, pero con ella tengo sentimiento encontrados muy muy fuertes. Y así cerré los ojos, para abrirlos ante un mañanero despertar tan poco agradable como el resto de viles días en este paraje tan podrido de odio. Más historia, sangre entre pestañeos, y no pienso pisarla. El señor Nói y la señora de los fuegos amanecen sin vida, dos. Luego, con el anuncio de Olenna tan solo comprendo que hoy será otro repugnante día en Oldland... me aparto el pelo de la frente con expresión cansada. No ignoro lo que se dice entre tanto, aunque tampoco que a la niña no le entusiasmó responderme antes de la oscuridad.

La piedra emite luz, mi dichoso sello no alumbra. Me froto la frente y veo como la arquera regresa, no está en el circulo de Vyka -creo- lo cual debe alegrar un poco mi expresión, pero casi en el mismo suspiro que Olenna termina por morir. Entonces bajo los brazos, rectos, cerrando los puños. Oldland se empeña en malograr toda referencia que pueda adoptar, así que en este instante tan solo puedo odiar a Daeron, más si cabe - Todos morimos. Llevaba tocando las narices a las semillas desde el principio - Y ya se me hacia extraño. Me acerco al cuerpo y observo el bastón sosteniéndome el pelo con la mirada seria. 

Evito la cola de mi bestia y doy algún paso hacia un lado - Yo no sabré cosas. Y no tengo sello, pero aún puedo tumbar a uno con la fuerza de los pantanos - Miro a Quón de reojo - Será una muerte falsa que durará 2 días. Después regresará, sí o sí – aclaro mi poder.

Tras lo visto, y a pesar de todo... decido decir lo que pienso - A Theora no sé si logré entender que mata desde los muertos. Pero creo que no le ha hecho mucha ilusión que se aclarara el dato. Y mi amiga nos encerrará en su ejercito si tiene oportunidad - digo - Pienso en ellas - anuncio, una sin saber, otra casi por seguro. Y también miro hacia Bethanny, pero con menos peso que a las 2 anteriores.

Vyka contempló el nuevo día con curiosidad y sorpresa, ya que no tenía sentido lo que había pasado. ¿Dos muertes? En vez de sentirse cerca de salir, parecía que cada vez el triunfo era más cercano. Además, las palabras de Olenna. Ella la había condenado a muerte y había sido mezquina con ella pero, a pesar de todo, era inocente.

Yaiza regresó una vez más y la miró asombrada mas no molesta. Solo no entendía muy bien cómo lo había hecho. A pesar de ello, sonrió al ver a quienes quedaban presentes. La situación era bastante cerrada.

- De seguro encontrará la manera de regresar - dijo en réplica al comentario de Smel pero sin mirarle de frente. Ahora era más importante encontrar a la última semilla que otras cosas.

- Yo me cansaré de repetirlo si es necesario pero yo no he usado mi poder esta noche y de eso pueden dar fe las presentes - señaló a Bethanny y a Sylvia.

- Además, Yaiza puede constatar que no ha regresado. Tal como lo dije antes, ella es libre, así que pueden tener la tranquilidad de saber que quedan cuatro personas por fuera, lo cual es la mitad de los presentes. Pero en algo te apoyo - a pesar de que se sabía que le hablaba a Smel, no la miraba. Miraba al suelo -, y es que no sabemos qué hace exactamente la pequeña. Quienes se encuentran conmigo, han demostrado su inocencia. Yaiza, hasta donde nos dijo Olenna es inocente. Nimay ha dicho que tiene el poder que Fiona clamaba tener y lo ha explicado. Smel... - se detuvo un momento. Respiró profundo y prosiguió - Smel ha demostrado lo que hace y lo ha dicho nuevamente. Si mis cálculos no fallan, que creo que no, solo queda una persona de la cual no conocemos lo que hace. Así que creo que es un buen momento para decirlo - miró a la pequeña por un leve momento y luego agregó.

- Olenna sabe lo que haces pero nosotros no. Sabemos de tu unión con Nói pero no de tu poder. ¿Podrías explicarnos? -.

Niego con la cabeza dando base a sus palabras, era cierto, el volver a la vida no me cambio, sonreí al escuchar lo que quería oír, para mi Nimay no era semilla y con su palabra me basta.

Olenna continua en contra de que Vyka continúe su ejército, aunque ya es difícil confiar en los que quedan y ahora que Nói se había marchado solo me queda Nimay.

Había comprendido lo que hacía Smel, el poder del pantano es fuerte, pero también engañoso, sus aguas son espesas y turbias y es demasiado lo que crece en él.

La muerte de Olenna provoca que me quede pasmada mirando como si aliento se apaga, pero había sido cierto, Daeron había cumplido su promesa, y ahora Yaiza se alzaba una vez más en vida.

Pero me sorprendieron más las palabras de la que grita.

-Es curioso, puesto que desde que he regresado he dicho cuál ha sido mi poder desde el inicio y cuál es el regalo de Oldland- miro a Smel. –Al morir Oldland me otorgo el regalo de matar a uno, el cual use en Aisha, pero su coraza de hielo la protegió, desconozco si su posterior muerte fue o no resultado de ese regalo, pero solo pude usarlo una vez-

Tomo la mano de Nimay y miro a Vyka –Eres una Manipuladora, ahora que no está Olenna intentas manipular a todos,  para que posen sus ojos en mi y no en ti, quieres terminar tu ejército, quizás no seas una semilla como tal, pero compartes su esencia…- vuelvo a mirar a Smel y luego a Vyka… -Al llegar y levantarse la barrera, Oldland me otorgo dos regalos, el primero, la compañía de Roy…- siento a Wardjan a mi lado y acaricio su testa… -Oldland sabía que llamando a alguien como yo, seria cruento, así que me dio la compañía de Roy y Linda, cuando él fue asesinado, me dio una segunda esperanza en Nói, el anciano era sabio y sabia de ti Vyka, a diferencia de tu lugar, nosotros somos libres, puesto que el único objetivo es hacernos compañía, no hay intereses de ningún tipo…-

Respiro hondo mirando el cuerpo de la señora del fuego y del árabe… -El otro regalo de Oldland fue que al morir dos almas sufrirían mi muerte, nunca comprendí el significado de este regalo y lo use en esos dos, como lo dije a Olenna y ella aquí, Dyehuty y Fiona sufrieron un cambio, ¿con que efectos?, no lo sé, pero al parecer nada buenos, ambos están muertos…- suspiro al ver los cadáveres que alberga el ángel pétreo.

-Esos ha sido todo lo que he podido hacer aquí y tras regresar a la vida, solo conservo el lazo que me unía a Nói, pero el ya no está y ahora ya no hay nada…-

No dejare que Olenna muera en vano… -Iré por ti Vyka, no debes armar tu ejército, si lo completas será lo mismo que morir en manos de las semillas…-

Esta vez había dolido. Me alegraba la vuelta de Yaiza. Olenna siempre decía que ella era útil. Olenna...

Miraba su cadáver, el cual Fyas guardaba y protegía. Estaba muerta de rabia. Tenía ganas de acercarme al cuerpo de Olenna, gritar y golpearlo. Pero permanecía sentada en mi sitio.

Quedamos muy pocos y nuestras oportunidades menguan a gran velocidad. Queda al menos una semilla, y sin la información que nos transmitía Olenna estamos más perdidos que nunca.

Sólo me queda desear que vuelva.

Las horas seguían pasando y con ellas aquel paso cadente... que parecía animar a cada muerte a que un nuevo sello se desvelará dando un nuevo toco de luz a aquel glifo sobre el suelo...

Ya eran poco los sellos que faltaban por iluminarse a la par... al igual que las fuerzas que restaba sobre vosotros con casi una semana, encerrados ahora que lo pensabais en una batalla que no tenía final...

Estaba perpleja al despertar, al ver que tanto el chino como la vieja estaban muertos. Bueno, no por las muertes sino que, con ellos muertos, esto aún parecía no terminar. Y para más inri, moría Olenna, aunque al menos Yaiza volvía por segunda vez, equilibrando un poco las cosas.

Entonces la pelirroja habló, y la niña no se cortó ni un pelo al responder. - Mucho decís de Vyka y su supuesto ejército, pero yo sólo se una verdad: ella dejó de usar su poder. Las semillas, no han dejado de matar ni una sola noche. Quien crea que ella es más peligrosa que la o las semillas que aún queden, o es estúpido o es semilla. - dije con el rostro serio, con la mirada puesta especialmente en Theora y Nimay.

Nimay frunció el ceño ante el anuncio de Olenna sobre su propia muerte y cuando realmente sucedió poco después, chasqueó la lengua. Si aquello le molestó, no lo dijo en voz alta, pero su ceño se frunció un poco más. 

La vuelta de Yaiza suavizó levemente su expresión y le dedicó a la joven del arco un asentimiento. —Bienvenida. Me alegro de que hayas vuelto.

Después escuchó. Escuchó a unos y otros y apretó la mano de Theora cuando la pequeña agarró la suya en un gesto de ánimo. Los ojos de ambos, hombre y elefante, se paseaban por el lugar, siguiendo la voz del que hablaba en cada momento. Cuando sintió la mirada de la chica del martillo sobre él, ladeó la cabeza para mirarla a su vez con cierta curiosidad.

—¿Confías en ella? —preguntó, echando un breve vistazo a la pelirroja—. Quedamos siete. Si no me equivoco tres estáis en su cabeza. Alguien muere al atardecer. Seis, tres dentro, tres fuera. Si acertamos con la semilla que falta, todo podría terminar hoy. Pero si no acertamos o hay más de una y Vyka mete a otros dos y otro muere por la noche... Tendría su ejército al amanecer. Echa cuentas —dijo, encogiéndose de hombros—. Olenna nos habló de ella en el otro lado. No se fiaba de ella. Dijo que había mentido antes y que Raffariel y Sarghagas habían muerto por su culpa. ¿Confías en ella ahora?

Después volvió a recorrer a todos con la mirada y terminó cruzándose de brazos cuando sus ojos llegaron de nuevo a Bethanny.

—Yo he estado fuera dos días, estoy bastante perdido. Aquí todo el mundo parece tener una coartada y yo no sé de la inocencia segura de casi ninguno de los presentes. Puedo averiguar los secretos de quien me pidáis, pero eso será después del atardecer. Mi intención era seguir el criterio de Olenna, pero ahora no está. 

 Continuó el recorrido con sus ojos hasta llegar a Sylvia primero y luego a Yaiza. 

—¿En quién creéis vosotras que debería poner mi mirada al atardecer?

El empezar es el comienzo del acabar

El cansancio llegaba de nuevo a mis ojos, cerrándolos en el mundo de los muertos para abrirlos en el de los vivos. La trascendencia me envolvía en su neblina. Volví a notar el dolor de un cuerpo reconstruído, llegándolo a tomar ya como una sensación habitual tras aquella nueva vuelta, mas no era la primera. Las sensaciones se me presentaban confusas, las ideas, certeras.

Sintiéndome sumergida en una ensoñación, inflé de aire los pulmones casi atragantándome y de súbito mis pupilas vieron la luz, la de un nuevo día.

Aquella vuelta elevaba mi esencia y daba vida a aquel elegante plumaje, el de mi vencejo. No había más oportunidades, pues si volvían a matarme ya no podría escapar y no obtendría la salvación de mi cuerpo. Hacerlo bien en ésa última oportunidad era esencial.

Con curiosidad mi vista recorrió con rapidez los rostros que quedaban, pero me detuve en Olenna, pues falleció antes de que hubiera podido acercarme a ella. Una vez estaba en el suelo acudí a su fría figura, como hizo Fyas, la serpiente de Sylvia. No me esperaba su caída.

Acariciando con mis dedos sus mejillas y apartando suavemente de su rostro un mechón de pelo, volví a dejarla en el suelo...más no había nada que hacer, debía asistir a las conversaciones.

Erguí mi posición con serenidad, pero aún permanecía cabizbaja, observando el cuerpo inerte - no entiendo muy bien lo del ejército - dije refiriéndome a Vyka, elevando en ese momento los ojos hasta ella esperando una respuesta.

Ladeé el gesto cuando escuché las acusaciones de la chica pelirroja, Theora y el comentario de Bethanny, pero no debía meterme, por ello me callé y acabé dedicándole un gesto amable a Nimay, al cual sonreí mordiéndome el labio y encogiendo los hombros - no sabría decirte nombres...al menos ahora mismo, lo siento - bajé la mirada al suelo brevemente y luego los volví a posar en él  - cierto es que conozco poco de los que aquí quedan, pero Vyka me ayudó a cazar a Deidre...una acusación seguida y apoyada por Fiona...yo dudo que sea semilla, pero mi estancia por los muertos me ha enseñado que no puedo fiarme de nada ni de nadie, desgraciadamente pues escuché que habló de incoherencias o no se...tampoco me ayuda su acusación sobre Theora, pero mejor dime tú, ¿Qué te dicen tus instintos?

Nimay dibujó una sonrisa de medio lado antes de responder a la joven del arco con cierta ironía.

—Mi instinto me dice que alguien miente —dijo, encogiéndose de hombros, todavía con los brazos cruzados—. Y que lo hace de puta madre. Pero no sé quién.

Sus ojos se apartaron de Yaiza para buscar los cadáveres de aquel amanecer y negó con la cabeza.

—Fiona colaboraba con los asesinos. Eso lo sé. Sylvia es inocente. Eso también lo sé. Lo demás son conjeturas. —Se quedó pensativo un instante. —Pero Olenna y Vyka estuvieron discutiendo desde que volví. Olenna la consideraba peligrosa y confío más en la chica del palo que en ella. De todas formas, si alguien sabe el nombre de una semilla, estaría bien que lo dijese antes del atardecer.

- La verdad...- Comienzo a decir mientras me levanto y camino entre los presentes con la cabeza gacha. - No creo que Vyka sea semilla. Delató a Deidre, y ha cumplido su promesa. De Yaiza también me fio.

Miro a mi alrededor escrutando los rostros.

- Olenna desconfiaba de Beth hasta que yo revelé un secreto y nada me pasó. Claro que habría sido precipitado por su parte, así que no confío del todo. Si soy la siguiente, no lo dudéis. Es ella. - Digo señalando a la rubia. - Sin embargo mi voto no será para ella. Con mi voto quiero demostrar una teoría que tengo, y no votaré necesariamente a una semilla. Pero si os sirve de algo al resto, los cambios de actitud de Theora y Smel no me gustan nada.

-Olenna pedía a Fiona que observara en el fuego a los vivos, yo le pedí que mirará a Smel y ella prefirió ir por Bethanny, si era semilla entonces me da a entender que protegía a los suyos...- agrego mirando a Sylvia.

-Si creéis que he cambiado, pues bien, todos hemos tenido actitudes diferentes, hasta Olenna, quedamos pocos y poco sabemos de quienes hemos vuelto a la vida, me ofrecí en sacrificio ante Oliver y no tengo miedo de morir, ya no...- miro a Nimay sin soltar su mano... -así podría ayudarte a buscar del otro lado- respire hondo.

Vuelvo a recorrer con la vista a las demás... -Olenna confiaba en mi, es raro que ahora que no esta se pierda el rumbo, Vyka sigue siendo un peligro y yo apunto a ella y creo no equivocarme en mis dudas respecto a Smel, pero no tengo como justificar mi intuición...Nimay, por favor, pon atención a mis palabras, mira a Smel, si sobrevivo a la noche, mírame a mi y veras que no soy semilla, a ti no te mentiría jamas, es mi promesa-

Vyka escuchó a Olenna y negó con la cabeza - Tu poder no es esa unión. Lo dejaste claro desde el primer día, ese era el poder de Roy. Poder que Nói tomó al este morir. Recuerda que Katalina acusó a Roy de pederasta por llevarte a un lugar apartado, lo cual demuestra que ese era su poder, no el tuyo. Ese cambio que hiciste suena más a ser tu poder de sello que tu poder principal. Por mi parte, creo que tú eres la semilla que falta - entonces se giró a Nimay.

- Para nadie es secreto mi poder pero Bethanny no miente. He cumplido mi promesa y he decidido no usar mi poder. Sí murieron por mi culpa, pero he tratado de enmendar mi error desde que esto pasó - miró a Bethanny y le agradeció con un gesto de la cabeza.

- Hay una diferencia entre Smel y Theora. Smel ha demostrado su poder recientemente. Puede que Theora no fuera una semilla inicialmente pero puede que ahora lo sea. Aún no ha dicho su poder primario - se giró hacia la niña.

- Solo dilo y saldrás de sospechas - y luego miró a Yaiza.

- Es cierto, Olenna y yo discutíamos y Olenna no confía en mí - tiempo presente porque de seguro aún no lo hacía -, pero es porque ella no cree que yo mantenga mi promesa, al igual que parece hacerlo Nimay - dijo -, aunque ella también dijo que Nimay era ayudante de las semillas en el cementerio. Por eso me sorprendió su regreso - se giró hacia Nimay.

- Ella decidió no confiar pero Sylvia y Bethanny decidieron hacerlo. No estoy tratando de manipular pero por lo descubierto en el cementerio, sabemos que Sylvia y Bethanny son inocentes. Smel podría usar su poder con alguien más y Nimay dijo ver la verdadera naturaleza de Fiona, revelando qué poder tiene. Aunque no sé por qué resulta que no es semilla si Olenna lo acusó pero bueno. Tal vez no lo fuera y Olenna estaba confundida, no sé. Si creen que miento, las que están en el cementerio pueden decir si Olenna sí dijo que Nimay era un ayudante de las semillas o no - luego se giró hacia Smel por un momento. La miró a los ojos pero no pudo decir nada. Solo volvió a abrazar sus rodillas como estaba desde ayer.

- Yaiza es inocente, Olenna lo ha dicho miles de veces. Si me he equivocado en algún poder, que lo dudo, creo que está claro. Al menos para mi lo está - y volvió a retraerse.

Vuelven a acusar a Roy de pederasta y eso me enfurece... -¡Roy no era eso!- le grito...-ya suficiente tiene con haber sido alejado de aquí sin tener la oportunidad de volver a la vida, deja su alma tranquila, ambos teníamos el mismo regalo, me importa poco que tu lo creas o no, !eres una manipuladora¡, Nói me lo advirtió antes... no soy semilla, si quieres que Nimay pierda la oportunidad de encontrar a la verdadera, pues bien, que me mire, que demuestre que no miento- mire a Nimay con determinación, no mentía, no debía ocultar nada, pero si ellos hacían caso a Vyka, todo se perdería.