Partida Rol por web

¿Qué pasará cuando abramos las puertas?

Esa pregunta me trajo demasiadas variantes, pero todas confusas y borrosas. Teniendo tantas posibilidades abiertas, ¿cuál coges? Siempre esperas conseguir lo que quieres, te esfuerzas, pero cuando lo tienes, parece que pierde su valor...más de un millonario podría confirmarlo.

Centrando mis ojos en Olenna le dije -te diré lo que contesta- sonreí cálidamente y seguí, tratando de centrarme en lo que teníamos entre manos -la acusación ya está hecha...él pese a todo no duda de mí- me referí a Sarghagas -pronto el atardecer acabará con él, pues Bethanny ha caído en el error, nos cree.

Elevé la mano hasta sentir el cruce del revoloteo de mi vencejo.

Que plomo la niña, ya parece yo - Normal. Fue la única mota táctica que logré ver en este recorrido, según ese suceso puntual la niña sabe a la fuerza que la ultima semilla era yo. Supongo que dudó, a la fuerza también, por el peso que le dio a Nimay. Bethanny y Sylvia es normal que no supieran – confiando muy mucho en que quedase una semilla en tan dicho momento - Ahora... no sé porque desconfía de Sylvia habiendo sido asesinada dos veces - aunque por lo que dice Olenna tampoco es que me preocupe mucho. Tras todo, Sarghagas tendría que caer.

Por otro lado... yo creo que si me dan una túnica con capucha también paso por loca de las montañas... – Tenia a quién esperar, o a eso me aferraba, pero no tengo quien me espere – o quizá... me importa menos. Me gusta la tranquilidad, pero no pasas de puntillas por una matanza sectaria todas las semanas, supongo - Entonces hay mucho que averiguar - asiento con media sonrisa. A estas alturas Mallïe ya piensa averiguar todo lo que se ponga por delante.

Luego paso mi mirada por el pajarillo de Yaiza y le pregunto - ¿Y tú, Yaiza? ¿Tienes camino? - entrelazo mis dedos.

Escuché sin mirar a Smel, pues le resté importancia a las acusaciones de los muertos. Sólo quedaba una, ya que el linchamiento de Sarghagas había sido todo un éxito.

Definitivamente: ya había traicionado la esencia de mis inicios por aquel sendero.

-¿Camino?- entonces la miré -no puedo hacer como si nada de ésto hubiera pasado...no puedo volver a mi casa, ni a mi vida- simulé una sonrisa que escondía cierto pesar -le haría daño a aquellos que me criaron, y quiero que me recuerden tal y como era- suspiré -no tengo camino, iré a los confines de la tierra buscando calor, vagaré y puede que sólo encuentre soledad, pues no podré ocultar mi sed de sangre- necesitaba matar -haré todo lo que antes no hice...así hasta que la muerte me alcance.

Bajando la mirada y volviendo a posarla en Olenna, decidí cambiar de tema -¿le revelamos ya a Bethanny quiénes somos?- dije pensando que ya no había necesidad de esconder su final- Nimay me ha dicho que te llevará al bosque al amanecer- sonreí -también me ha pedido que te dé las gracias de su parte.

Ahora no puedo evitar pensar en la rubia como una simple llave...

Tras escuchar a Yaiza entrecierro un poco la mirada hacia un lado, los confines suenan malamente bien... pero vuelvo a llevar mis gesto hacia ella hasta que termina de hablar - Mientras no elegimos todo es posible - dentro de nuestras opciones - Seguro que Oldland guarda un ultimo obsequio para nosotras: que nos ilumine – digo sonriendo – Pero todavía no terminamos. ¿Quieres sacrificar tú a Bethanny? - le pregunto con tintes de emoción. Esto es va a ser muy fuerte.

Me giro hacia la mujer del bastón casi a la vez que la arquera. Confesar a Bethanny - Yo digo que sí – asiento – Y Olenna, a tu comentario Nimay pudo hacer alusión diciendo que las primeras semillas hicieron un mal papel, que él las pilló muy rápido y que daba la causa por perdida - añado.

—No tomes decisión ahora —recomienda Olenna ante las palabras de Yaiza sobre el camino a seguir—. Espera a las puertas. No sabemos qué pasa entonces, a lo mejor cosas cambian.

Tras esas palabras y al recibir la pregunta de la arquera Olenna ladea la cabeza, valorando la posibilidad de darse a conocer a la chica del martillo. Es evidente que no termina de convencerle la idea: no ha llegado hasta ahí cometiendo actos descuidados o dando las victorias por hecho. Sin embargo cuando la chica del cocodrilo se le une en la propuesta ella no tarda en emitir un suspiro.

—Está bien, pero no diré a muertos —enuncia—. Es arriesgado: no sabemos si alguien va a volver, o qué puede pasar si lo hace. No sabemos si todo acaba cuando ella muera o las luces lo vuelven todo loco. Pero si queréis que sepa que va a morir, que sepa. Pero una cosa: avisad al elefante.

Pasan sólo unos segundos antes de que la mujer vuelva a hablar.

—No sé si la del martillo lo sabe, pero ella puede hablar a la que grita. Aún está en su cabeza. Ella puede contar a la que grita y la que grita a muertos. No sé si cambia algo, pero es bueno saber qué puede y qué no puede.

Se iluminó mi mirada cuando Smel me ofreció acabar con Bethanny -sería un honor, si...no os importa, yo acabaré con las muertes de Oldland- me sentí importante y se observaba a simple vista en la sonrisa cálida de mis labios que no trataba ni de reprimirse.

Sin perder aquella repentina alegría observé a Olenna. Entendía que fuera más cauta, pero las ganas de descubrirle el final de una forma poética a la Grovehn, me había parecido una buena manera -se lo comentaré a Nimay, traeré su opinión...aunque nos había dicho que realmente podríamos decirle cualquier cosa porque no tiene nada que hacer, está contento- dije encogiéndome de hombros -supongo que estoy demasiado impaciente por saber qué retos o obsequios nos traerá la luz del alba- miré a Smel -ante el caso de que podamos irnos, siempre tendrás un sitio conmigo, recuerdalo- seguidamente, aunque con lentitud, fijé mis pupilas en Olenna -y tú también.

De nuevo la noche empezaba a cubrir las estrellas con su espesura, al igual que la sangre de vuestra victima cubriría el suelo si lo planeado saliera bien.

Vuestros planes tendría un primer nombre que sería grabado bajo el yugo de la muerte como señal de que seguía su curso, vuestro plan no se iba a acabar...

Olenna asiente con gravedad a las palabras de la arquera, dándoles la importancia que cree que suponen. Luego guarda silencio unos instantes.

—Yaiza —la llama—. No está mal que seas asesina. No lo eras y te mataron dos veces. Y te volverían a matar si pudieran. No es matar por matar, es morir o matar —Ladea entonces su sonrisa y acerca el dedo índice a su sien—. Aquí se está bien. Pero mejor se está viva.

- Está bien Olenna. Ninguno de tus consejos ha sido en vano. Alguna vez escuché eso de que el mejor truco del diablo fue hacer creer al mundo que no existía. Es obvio que me sitúo a la par que Yaiza en impaciencia... pero Oldland me ha enseñado lo que vale un peine – digo - Que no lo tengo conmigo porque no supe si se materializaría fuera de tu cabeza – Creo recordar que Daeron se refirió así a que prefería morir para drogarse. 

Miro hacia Yaiza entonces, mas en el momento que me ofrece un lugar a su lado me muerdo el labio inferior con un ligero brillo en los ojos – Lo tendré en cuenta, Yaiza – asiento con animo, y me gustaría. No lo digo. Miro a ambas. Sea el que sea... o ninguna, cierro los ojos por un largo segundo.

Los abro - Vale, seamos redomadas una ultima noche - vuelvo a irrumpir - Yo he disimulado un poco más... aunque creo que apesto a semilla – levanto un indice - Y podemos matarla las 3, si queréis - busco la aprobación de ambas para este ultimo vil acto nocturno, por lo demás, ya estamos en el bosquecillo de Nimay.

Asentí ante las palabras de Olenna, pues cierto era que ya había pagado demasiado, ya me habían arrebatado la vida en más de una ocasión, y aún me quedaba la definitiva. Llegué a la conclusión de que la pureza no existía, al menos en la tierra. Ningún ángel se había encontrado en medio de mi solitario camino, si no más bien: semi-demonios.

Casi con un suspiro miré a Smel -he disimulado yo también, aunque he tratado de jugar nombrándola como un pilar importante y esencial- sonreí de lado, despacio -hagámoslo juntas. Acabemos ya...que pase lo que tenga que pasar.

Parpadeo y perfilo una ultima sonrisa ante mis compañeras - Vayamos juntas - Betty ya vivió demasiado.

Estaba amaneciendo y era hora de actuar... salir de aquel refugio y propagar vuestra ofensa y vuestro odio una vez más...