Partida Rol por web

- "¡Ja, ya lo tenemos hermanito!" - Exclama Dinnas mientras le guiña un ojo a su hermano Dhur y se adelanta hacia el claro preparando su arco.

Una flecha mal disparada le impacta entonces bajo la rodilla, haciéndole caer al suelo. Dinnas abre la boca con sorpresa, un gesto que quedará marcado en él para siempre cuando una segunda flecha le impacta por pura casualidad en la base del cuello. Al caer, rueda por el suelo y la herida en el cuello se desgarra, por lo que Dinnas muere desangrado en pocos segundos...

Tras ver la escena, lo primero que hago es evaluar al caballero. Los zarzales harían algunos cortes, pero nada serio. Decidió que acudir a por el caballo era más importante, pues si salía desbocado por ahí podría perderse, y era lo mejor para controlar la situación.

Se acerca rápido a por el caballo y le pegó un jalón rápido de las riendas. Luego conseiguió acercar suficiente su caballo como para tocarlo.

- EHHH Tranquilo!!!

Esperaba que el Caballero pudiese aguantar lo suficiente y que no lo viese como una ofensa.

La primera flecha pilló por sorpresa a Dhur. La segunda en cambio la vio llegar pero no pudo hacer nada por evitar el funesto desenlace. Sus ojos siguieron la trayectoria e incluso trató de sujetar a su hermano cuando vio que su cuerpo se precipitaba. Pero no llegó.

- ¡Nooooooooooo! - Un desgarrador grito surgió de la garganta del cazador, que inconscientemente se puso a cubierto tras el tronco de un árbol. Miró un segundo el cuerpo de su hermano, sabedor de que la vida ya se había escapado, y silenciosamente encomendó su alma a los Siete antes de aferrar su arco y asomar la punta del mismo por el borde del tronco.

Como esperaba una flecha pasó silbando muy cerca de donde había asomado el arco. Dhur giró el rostro y observó a Darién también a cubierto tras otro árbol y asintió con la mirada. El jefe de los forestales disparó hacia el lugar del que provenían las flechas. Dhur había divisado a Plumby subido a un árbol cercano. Desde donde estaban iba a resultar difícil impactarle con un proyectil.

Varias flechas pasan zumbando, buscando los cuerpos de Darién y Dhur.

- Con ayuda de Crann, Ser Trycian vuelve a montar rápidamente en su caballo y galopa a toda velocidad hacia el claro donde está el carro robado.

Un disparo de Dárien distrajo a Plumby el tiempo suficiente para que Dhur diera un rodeo y se colocara fuera de su ángulo de visión. El cazador se apresuró y adentrándose entre los árboles alcanzó el tronco del que usaba el Flechero como escondite para disparar. Con el gesto torcido de rabia apretó los dientes y afianzó los dedos de las manos y apoyó bien los pies.

En unos segundos subió a toda velocidad por el tronco de aquel árbol, con la imagen de su hermano con los ojos abiertos por la sorpresa aún grabada en su retina. Plumby seguía concentrado intercambiando disparos con Dárien, que había divisado a Dhur en el árbol y frenó su arco por momentos. Dhur pegó un brinco en el último tramo y alcanzó la rama en la que estaba Plumby sorprendiendo al mismo, que trató de levantar su arco y disparar al cazador. Éste fue más rápido y de un manotazo arrojó el arma del traidor al suelo.

- Eres un bastardo. - Dijo con desprecio. Obvió preguntar por qué. Qué más daba. Sin pensar en nada más Dhur se arrojó con las manos por delante sujetando a Plumby por el cuello y tratando de ahogarle mientras su rival le golpeaba en los riñones.

Ambos hombres cayeron del árbol y golpearon con sus huesos en el suelo. Pero a diferencia de lo que podría esperarse, siguieron forcejeando mientras rodaban en dirección a un arroyuelo cercano.

¿Por qué? ¿Por qué cojones hoy nadie me hacía caso?

Era una pregunta sin respuesta, sobretodo cuando ni yo mismo perdía el tiempo pensando que hacer y me centraba únicamente en devolver las flechas contra Plumby, por lo menos hasta que Dhur consiguió alcanzarlo y sacarlo de su nicho.

- ¡DHUR NO LO MATES!

Le grité cuando los ví caer del árbol, aunque no por misericordia hacia el flechero, si no por el simple hecho de hacer justicia y decirle sus delitos antes de permitir que el cazador ejecutara sentencia en compensación por la muerte de su hermano. Era lo menos que podía hacer por él, pero debía darme prisa y alcanzarlos antes de que lo matara con sus propias manos ávido de venganza.

Cuando llegaron a la escena, se dio cuenta de que no había tiempo que perder, y galopó todo lo fuerte que pudo para intentar detener que los dos hombres llegaran al arroyo.

Atraído por el ruido, Vitel, que estaba trabajando cerca, acude al claro.

Se acercó con rapidez pero con cuidado,con hacha en mano no sabía lo que le esperaba,pero debería estar en guardia.

Este tiempo en el bosque y todo lo que ha pasado no augura nada bueno.

Las palabras de Dárien resonaron en la mente de Dhur que perdió la concentración un instante. Aquel maldito cabrón había matado a su hermano. Plumby aprovechó el momento para golpear en la boca del estómago a Dhur con su rodilla y el cazador soltó su presa. 

El flechero, ex compañero de los cazadores y ahora declarado traidor, se alejó unos pasos antes de que Dhur volviera a darle alcance de nuevo. Un nuevo intercambio de golpes dejó a ambos hombres casi sin aliento. Plumby jadeaba y Dhur aguantaba mejor el tipo. Obviamente la pelea no podía durar mucho más y el flechero no aguantaría demasiado. Plumby lo sabía así que intentó correr hacia un lado, hizo una finta y se lanzó finalmente hacia el otro, saltando por las piedras del arroyuelo y tratando de poner tierra de por medio entre él y el enfurecido cazador.

Dhur casi cayó en la trampa pero detectó el ardid a tiempo y lanzó su cuerpo en persecución de Plumby. Se impulsó con ambos y pies y saltó. No podía dejar que escapara. Si le arrollaba lograría tumbarlo y una vez en el suelo sería más fácil inmovilizarlo. El cazador notó cómo su hombro golpeaba contra la espalda de Plumby y ambos cayeron rodando dándose golpes contra las piedras del irregular suelo.

Mareado, Dhur se llevó una mano a la cabeza mientras trataba de incorporarse. Se maldijo. Le había dejado escapar. Levantó la mirada y sus ojos vidriosos fueron recuperando la visión poco a poco, y todo se fue tornando más nítido. Vio a Dárien cerca. Observaba algo en el suelo y Dhur se percató de lo que era: el cuerpo de Plumby. El flechero no había escapado, aunque no se movía.

Entonces el cazador vio la brecha en la cabeza. Y la sangre manando del cráneo de Plumby y mezclándose con el agua del arroyuelo. Todo parecía haber acabado de forma rápida y caótica, casi como había empezado. Y sin embargo aquello no bastaba. La sensación de desasosiego del joven cazador no desaparecía. La angustia en su pecho y la imagen de su hermano muerto no desaparecían.

Dhur permaneció de rodillas, en el suelo, con una mano en la cabeza todavía algo aturdido, sin ser consciente de que el lugar estaba llenándose rápidamente de personas.

- En ese momento llega Ser Trycian ante el arroyuelo en el que yace el cuerpo sin vida de Plumby.

- En el claro está el carro de provisiones robadas y presumiblemente también estarán las joyas de Lady Arianna.

- Se ha formado un enorme silencio en el nevado bosque.

No era la justicia que me esperaba, esperaba poder llevarlo hasta Aguasclaras y que allí se le ejecutara. Sin embargo no podía decir que no hubiera sido una muerte "justa", simplemente había sido una muerte ejecutada por la tierra en la que vivíamos que también era incapaz de tolerar a un traidor.

Cansado de verlo, me dirigí hacia Dhur en un primer termino y puse mi mano sobre su hombro unos instantes a modo de consuelo aunque sin llegar a detenerme frente a él. Ese era el precio por tener familia, el poder perderla en cualquier momento. Después continué hasta ser Trycian.

- Ha muerto ser - le indiqué sin ánimos - Espero que encontréis lo que os robó.

Ya sólo faltaba el camino de regreso, y que el Desconocido viniera a por mí si algiuen pensaba en darle un funeral a aquel traidor.

Llego al campo donde se ha efectuado el combate. No ha durado mucho pero Plumby yace muerto en el suelo al igual que Dinnas, el hermano de Dhur. Ha sido una muerte trágica pero todos quienes estamos aquí sabemos los riesgos que se corren al momento de luchar, tanto comoel flechero sabía los riesgos que corría al traicionarnos.

Me bajo de mi caballo y me dirijo al cadáver de Plumby después de asentir a las palabras de Darien. Reviso el cuerpo para saber si llevaba encima algo de lo robado y luego de eso, cerceno su cabeza con un preciso corte de mi espadón. Envuelvo la cabeza en sus propias ropas para llevarla al Castillo mientras dejo el cuerpo para que se lo coman las bestias.

Luego de eso voy a la carreta y busco las joyas de mi mujer antes de hablar con el resto:

 - "Está hecho. Vitel y Crann, háganse cargo del carro. El resto volvemos a Aguasclaras."

Voy a mi caballo y cuelgo la cabeza a un lado mientras guardo las joyas en el morral. Luego vuelvo donde Dhur y le hablo:

 - "Tu hermano debe tener una digna sepultura. Fue un hombre honorable. Te ayudaré a cargarlo. Llevémoslo en mi caballo."

Me dispongo a subirlo a un caballo o al carro, como prefiera Dhur. El carro tiene que recoger la madera antes de ir al castillo, así que lo mejor es que vaya en un caballo. Soy el mejor jinete de acá, por lo que me ofrezco a ser yo quien lo lleve con el cuidado y el respeto que merece.

Me acerque al campo de batalla y al ver el cuerpo de Plumby casi vomito de la impresión. ¿Que había llevado al cazador y flechero a cometer semejante acto? No solo era traición, era una estupidez. Finalmente me acerque a Darién y le digo:

-Tal vez este trabajo si esta maldito- mientras suspiro viendo el cadáver -aún así quiero ser un cazador y por lo que veo tienes una vacante, ¿no? - Pero en ese instante veo un segundo cuerpo y caigo en cuenta del porque el semblante de los cazadores -Dhur lo siento, tu hermano... no lo vi. Es una pena, mi pésame. Por suerte pudiste acabar con el bastardo antes de que se escapara.-

- Ya hablaremos Vitel. Alguien tiene que mantener nuestro suministro de madera y no se si el señor estará por la labor.

Respondo al leñador sin muchas ganas de hablar. No era el momento ni el lugar para pedir el puesto y parecía no comprenderlo, pero de todos modos podía llegar a necesitarlo en el futuro, por lo que tampoco podía soltarle una bordería que le hiciera replantearse su solicitud.

- El grupo regresa tristemente al Castillo de Aguasclaras, llevando el carruaje y las joyas robadas, así como el cuerpo sin vida del joven Dinnas.

- Lo cierto es que la propuesta de Vitel no carece de cierto mérito, pues ahora hay nuevos criados en el Castillo, entre ellos otro leñador.