Partida Rol por web

BOSQUE AGUASCLARAS:

Es un bosque pequeño, pero es el favorito de caza para los Tully de Aguasclaras, que tienen derechos exclusivos de caza. Hay ciervos y el ocasional jabalí. – Anteriormente Bosque de los Ciervos (hacia el Año 37). – Año 135: Es renombrado Bosquecillo de Aguasclaras y se convierte en el coto de caza particular de Ser Hadder.

Sólo los nobles Tully pueden cazar en este bosque, ellos y en ocasiones sus invitados a cacerías nobles. Los cazadores pueden cazar caza menor, pero no caza mayor cuando van solos, pues el deporte de la caza es una ocupación noble.
 

PRIMERA MADRE, PRIMERA LUNA, AÑO 140 D.A.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

- Pik y Dregg llegan al bosque procedentes del Lago.

- Poco después llega Brosten.

Brosten respiró profundamente, por fin estaba de nuevo en el bosque.  No había lugar donde se sintiera más agusto que en aquel fresco paraiso,  el olor a naturaleza, el ruido incesante de un pequeño riachuelo y las aves, incluso el tacto de las viejas cortezas de los árboles que tanta sabiduria guardaban...

Sacando su hacha del cinto comenzo a seleccionar algunos troncos anchos y fuertes perfectos para el encargo del carpintero, aquel era un ritual para Brosten, primero afilaría su hacha cuidadosamente y despúes daría gracias a la naturaleza como pidiendole permiso para tomar el alma de aquellos gloriosos y poderosos árboles.

Al poco tiempo el ruido seco del hacha de Brosten comenzó a sonar en el bosque como parte de aquella peculiar sinfonía...

Dregg suspiró antes de que Pik previsiblemente volviese a hacer algún comentario de los suyos. Supuso que nadie se lo tomaba tan en serio como para tacharlo de demente.

Parecía increíble, pero ni en el bosque conseguirían un momento de intimidad. Mientras el leñador se dedicaba a lo suyo, Dregg se alejó un par de metros, echando un vistazo e intentando distinguir algún sonido de una presa... Que casi seguro espantearía el leñador con los golpes de su hacha.

-Deberíamos adentrarnos un poco más si queremos cazar algo, Pik.

Salimos de la muchedumbre del Lago para adentrarnos al bosque y cazar algo, esperando que ese "algo" fuera el traidor. Pero no vinimos solos, parece que el leñador tenía que calentar fuegos y se había quedado sin leña.

¡¡Árbol va!! Dije en tono gracioso al pasar cerca de él mientras usaba el hacha contra uno de los gordos troncos de pino que hay por la zona.

No esperé contestación, al fin y al cabo tampoco es lo mucho que me buscan para entablar conversación, ya que no doy pie a que pueda salir una conversación fluida, pero Dregg era distinto, se había propuesto contarme cosas interesantes, deducciones del más célebre investigador y necesitaba intimidad, así que asentí ante sus palabras y me interné aún más en el espeso Bosquecillo.

Hoy creo que sólo cazaremos un buen resfriado, o un buen ciervo que ha traicionado a sus potrillos.

Una vez lejos del leñador, el bizco cazador siguió intentando hablar con su compañero, sin prestar realmente demasiada atención al resto del bosque. No le apetecía demasiado cazar, aquello sólo había sido una excusa.

-Joder, Pik, no quiero volver a vivir un cambio de manos del castillo, como cuando llegó Lord Tully. Muchos de los que entraron a servir conmigo a los Lannister ya no están aquí para contarlo...

Si hay alguien en el castillo que pueda estar traicionando a Lord Tully, deberíamos encontrarle. O al menos notificar nuestras sospechas a Din, y que él informe a quien crea conveniente.

Tengo el motivo, tengo el cómo y el por qué, pero no tengo el quién. Ni creo que pueda llegar a tenerlo, Pik, que como dice Olegg, "es difícil enseñar nuevos trucos a un perro viejo". No soy una persona astuta ni pretenderlo serlo, pero ese incendio me huele a chamusquina, y, antes de que hagas ninguna broma sobre eso, te diré por qué: fue un evento claramente provocado. Igual que aquella cosa en el lago, antes de la ceremonia. Sea quien fuere buscaba traer la preocupación al castillo, la "mala suerte".

Oigo las palabras de Ojotonto, ciertamente se le nota bastante preocupado por temas que no nos van ni nos vienen. Nosotros cazamos, damos provisiones al Castillo para que las repartan como bien les salga de la entrepierna. No se nos pide consejo, ni si quiera se nos presta atención a menudo. No quiero que le arrebaten el Castillo a Ser Hadder, pero no voy a hacer nada que ponga mi cabeza en una picota, al menos de cara a la galería, y éste debería hacer lo mismo.

Los cazadores cazan a sus presas porque se descuidan, porque no denotan el aroma del cazador o por estar desvalidos. Las presas entran en pánico al sentirse descubiertas, actuando de manera adecuada para el cazador, pues actúan por instinto en ves de usar el cerebro. Para cazar una presa que conoce al cazador, es importante ver, oir y callar, convirtiéndote así en un cazador al que no merezca prestarle atención.

Luego de las palabras enarco una ceja, poniendo el rostro con completa extrañeza ¿Cosa en el Lago? No se trataba de los desvaríos de un borrachuzo que aún tenía en su cuerpo los efectos del Whisky? Lo miro sonriente, como pretendiendo quitar hierro al asunto para poder venderlo en el tenderete del mercado. Los Dioses nos maldicen, por creer en unos falsos mensajeros extorsionadores. Hago una breve pausa antes de terminar. O tal vez nos bendicen con la oportunidad de cambiar el falso por el real.

El tiempo iba pasando lentamente a la vez que el Sol levantama su ardiente figura en lo alto del cielo, Brosten tomo un descanso mientras contemplaba la maraña de árboles talados a sus pies.  Mientras contaba las piezas taladas, Brosten se acordó del encargo de la anciana así que aprovechando tan merecido descanso recogió algunas hojas secas para las infusiones de la vieja.

Pasado un rato el leñador se puso a dar cuenta de sus últimas dos piezas del día, los brazos estaban doloridos pero el sentir el fin en el horizonte espoleaba a sus insaciables brazos.

Pik podía estar como una jodida cabra, pero no era idiota. Dregg supo ver el sentido de las palabras de su compañero y, tras asentir con la cabeza, permaneció en silencio.

Veía al leñador no demasiado lejos, pero aún ni rastro de una presa. El día seguía avanzando, y no parecía que fuesen a cazar nada antes del anochecer. Continuó en el bosque junto a Pik, sin volver a comentar nada del tema, reflexionando.

Definitívamente no veríamos nada raro merodeando por el bosque, aún así no desperdicio la oportunidad de dar un último vistazo a la zona antes de volver. El jodido traidor está bien escondido entre las faldas de las fulanas del castillo. Parece que no tiene que dar explicaciones a nadie, como antaño tenía que hacer yo. O si debe hacerlo, tal vez lo haga de manera distinta, o en una ubicación diferente. El caso que perder más el tiempo en el bosque no nos iba a servir de nada.

El leñador ha asustado al ciervo, así que hoy no será posible cazarlo. Tal vez sea mejor volver al Castillo a ver si cogemos algunas manzanas. Le digo a Dregg para explicarle que me vuelvo por donde he venido, si Dinn quiere alguna presa, tendrá que cazarla él mismo.

-Te acompaño. No estoy de humor hoy para seguir con esta pantomima, esos hachazos escandalosos deben haber espantado hasta el último conejo del bosque.

Dregg siguió a su compañero, apesadumbrado. Realmente temía por el futuro del castillo si había algún infiltrado, y Pik parecía pensar como él (a su manera, pero estaba de acuerdo al fin y al cabo). Ya temió por su vida cuando el castillo cambió de manos una vez, y no estaba seguro de que esta vez pudiese escapar tan bien como la anterior. En caso de un ataque abierto, ya tenía edad y la obligación de levantar armas...

Por fin tenía madera suficiente, el carpintero iba a estar contento pues había conseguido unos buenos ejemplares que darían madera de alta calidad.  Un ruido en el estomago del leñador le anunciaba que habían pasado ya varias horas desde que comenzo a talar.

Subiendose a uno de los árboles recogio alguna manzana mientras envolvía en un pequeño trapo las hojas para la vieja ancianda, recogiendo su hacha en el cinto y alguna herramienta más se dispuso a volver al castillo par un merecido descanso.

- Pik consigue cazar a un conejo de un hábil tiro de flecha.

- Después, él Dregg emprenden el regreso hacia el Lago Aguasclaras.

- Poco después, les sigue Brosten, cargado con madera de buena calidad, unas manzanas y unas hojas.