Y lo divertido que hubiera sido hacer que en mitad de su viaje el escupitajo que habían lanzado a mis pies hubiera dado media vuelta para estamparse en la boca del rufián que lo había lanzado… Lamentablemente aun no tenía esa interesante “habilidad”, aunque eso no evito que pensando en la escena sonriera. Además estaban dispuestos a participar en lo que había propuesto. Si, tan solo lo iban a hacer por el respeto que se tenían entre los “partepiernas” de Usurero, pero poco me importaban las razones mientras se hiciera.
- Los locos son los únicos que alcanzan la grandeza porque solo ellos están dispuestos a correr los riesgos que los cuerdos no se atreven a correr por pensar demasiado en ellos– respondí al comentario de Belleza.- Además los locos son más divertidos porque son menos previsibles que los cuerdos. Por eso tú eres tan aburrida, Belleza. Realmente aburridaaaaa…- añadí al mismo tiempo que bostezaba. Luego solté una carcajada.- ¿Lo planeamos o no?- pregunté empujando arena con un pie para cubrir el gargajo justo antes de sentarme en el suelo.- Sientate Mongowa y cuéntanos todo lo que viste. Todo.
- "El campamento enmigo no está amurallado. Son más de veinte, pero creo que menos de treinta. Hay unas jaulas de madera hacia el centro. Dentro estaban Peregrino y algunos más, no los alcancé a ver bien, pero creo que estaba Jabalí." -
Los rufianes estaban a nuestro favor, por Ikharus, pero no cómo soldados sino como asesinos. Bueno, no me importaba demasiado si gracias a eso teníamos posibilidades, pero no quería ir a otro suicidio colectivo.
La información de Mongowa no era muy diferente ahora que hace 5 minutos, obviamente, y por lo tanto tampoco era más alentadora. Al menos dos docenas de guerreros. Nosotros contábamos con 6 asesinos silenciosos, un mago, un soldado y 4 reclutas. 12 en total. Una media de 2 (o más) a 1. Podría funcionar, si contásemos con el ataque sorpresa y todos en nuestro grupo fuesen guerreros experimentados. También estaba la opción de liberar al resto de los nuestros durante la batalla, lo que nos daría una fuerza extra si podían usar las armas del resto.
-Reclutas, ¿cuáles son vuestras habilidades más útiles en la batalla? - pregunté a León Anciano, Belleza, Mongowa y Perdida.
“Así que eso pretenden...” pienso.
Intento no hacer una mueca ante tal posibilidad y espero un poco a ver las reacciones del grupo, mientras, por dentro, mantengo una animada conversación conmigo mismo.
“Sin duda, estos chicos, pueden ser de gran ayuda. Pero si no logran acabar con al menos la mitad del grupo antes de que se den cuenta, puede ser el fin. Y uno nada halagüeño, por cierto.”
Mi hijo toma la iniciativa, y lo agradezco, al parecer tiene más de guerrero de lo que quiere aparentar “o eso o es un suicida con muchas ganas de compañía” pienso.
Al fin, después de que Pelagatos pida más información a Mongowa, me decido a hablar:
-A ver, pensemos fríamente. Solo podemos ganar esta escaramuza si ponemos al terreno de nuestra parte y usamos todos los medios a nuestro alcance. Mongowa- Digo dirigiéndome a mi compañera K’Hlata- Cuéntanos todos los detalles de la zona que recuerdes, todos. Después necesitaremos conocer las habilidades de infiltración de cada uno, si queremos liberar a los prisioneros y que se unan a la contienda. Por cierto ¿Los viste conscientes? ¿Podían, cuando menos, andar?-
He adoptado, sin pensar, una pose de negocios. Una actitud de líder de escuadra. Cuando me doy cuenta, me giro hacia Pelagatos con una sonrisa y le animo a que se meta y dé su opinión.
Luego cojo a mi hijo, levemente, del brazo, y me lo llevo un poco aparte, para hablar con él a solas.
-Hijo, llegados a tal punto es posible que necesitemos de tu “arte”. Dime, como puedes ayudar, que hechizos, conjuros o como se llamen puedes usar y controlar- Y remarco esta última palabra, con una sonrisa triste.- No querría que te pasase nada raro...-
Cambio la expresión en un segundo, paso a una risa más, quizá demasiado, socarrona y le digo, casi susurrando, con un leve guiño:
-Y no quisiera tener que ver a Pelagatos convertido en doncella, creo que mi corazón no lo resistiría-
- "Yo... no tengo habilidades que remarcar. No se me da especialmente bien luchar, ni tampoco acechar en silencio." - Dice, y agacha la cabeza avergonzada.
- "No pude ver mucho, ya que enseguida cogieron a Mogimba y eso fue terrible...
Creo que no tienen defensas especiales, y la vegetación es muy densa en su entorno.
Conscientes... diría que sólo Peregrino." -
Dos Exploradores llegan a vuestra posición.
- "Venimos siguiendo a tropas enemigas que huían. ¿Les habéis visto?" -
- "El caballo parece herido. Ha habido una batalla." -
MIEMBROS DE LA COMPAÑIA PRESENTES:
- Exploradores: Escudo, Niño Guerrero, Masutsu.
- Hostigadores: Pelagatos (con Orgullo), Serpiente.
- Campamenteros: Belleza, León Anciano, Mogowa, Perdida.
- Reservas: Ikharus.
- Seguidores de campamento: Seis Rufianes de Usurero.
- No se puede convertir a alguien en lo que ya es- respondí con una sonrisa sin molestarme en susurrar.- Y déjame a mí mi arte, pues por mucho que te describa lo que no puedes ver seguirás sin poder verlo. Deja al pintor a solas con su lienzo, aunque para eso primero necesito que me proveáis de un lienzo. Quiero mi lienzo. Un lienzo en el que al parecer va a haber dos personas más…- añadí al ver los dos exploradores que se nos acercaban.
Nuestro número seguía aumentando a tal ritmo que de ser seguir así antes de finalizar el día toda la Compañía, seguidores de campamento incluidos, iba a estar con nosotros. Ahora, si aquellos a los que esos dos exploradores estaban persiguiendo habían huido buscando el refugio del campamento que queríamos atacar nos tocaría enfrentarnos con más hombres.
- No los hemos visto, pero si habéis perseguido a alguien hasta tan lejos es que tenéis ganas de luchar y no creo que tengáis mejor oportunidad que la que ahora se os presenta. Decidme, ¿queréis tener éxito allí donde Peregrino ha fracasado?
Niño Guerrero mira a Escudo, y también a Masutsu, de pie junto a un matorral, y asiente.
Masutsu asiente también y Escudo simplemente dice:
- "Sí." -
Decido hacer caso a León Anciano y me siento a descansar. Eso sí, sin quitar ojo a lo que pasa a mi alrededor. Cada vez llegan más personas, entra más gente en juego y yo me siento cada vez más perdida. Suspiro cansada, mientras escucho como Serpiente empieza a decirle tonterías a Belleza.
Pelagatos nos pregunta sobre nuestras habilidades. Me dispongo a hablar pero se me adelanta Ikharus.
- Yo tampoco soy buena en la lucha - comento algo avergonzada después de Mongowa - pero sí que puedo ayudar en vigilancia y aquello que requiera pasar desapercibido - concluyo.
- "No soy buena en el cuerpo a cuerpo o la lucha" - comienzo algo avergonzada - "pero se me da bien todo lo que tenga que ver con la vigilancia, el espionaje y el pasar desapercibida" - concluyo.
TRANSCURRE EL RESTO DEL DIA:
AÑO: 201.
Estación: Primavera.
Mes: Sexto (Tercero de la Primavera). Mes del Castor.
Día: 10.
OCASO.
- Pese a que son los de mayor rango presentes, ninguno de los tres Exploradores (Masutsu, Escudo, Niño Guerrero) parecen predispuestos a asumir el liderazgo, éste parece recaer sobre Pelagatos y Serpiente.
- León Anciano ha pasado el resto del día atendiendo a Orgullo. El caballo pesado está ahora estable, podrá aguantar solo unas horas mientras lleváis a cabo el ataque, pero no puede participar en la batalla ni viajar todavía.
- Los seis rufianes de Usurero os siguen, pero sólo parecen aceptar el liderazgo del Recluta Ikharus.
- Emprendéis el camino inverso al que siguieron ayer Pelagatos, Belleza, Perdida, León Anciano, Misteriosa, Mogimba y Mongowa cuando se retiraron de la batalla en la que fue derrotado el Grupo III de Peregrino.
- El grupo avanza hasta situarse en la periferia del campamento enemigo, que no parece protegido por ninguna empalizada ni fosos.
- Todos se detienen a distancia prudencial, conscientes de la importancia del sigilo.
SALEN DE ESCENA:
- Exploradores: Escudo, Niño Guerrero, Masutsu.
- Hostigadores: Pelagatos (con Orgullo), Serpiente.
- Campamenteros: Belleza, León Anciano, Mogowa, Perdida.
- Reservas: Ikharus.
- Seguidores de campamento: Seis Rufianes de Usurero.
SIGUEN EN: Tierras de Cho'n Delor: Grupo III.
Teniendo en cuenta que Orgullo está herido y no puede realmente andar y menos batallar, se supone que lo dejo apartado y voy a pie.
- Pelagatos deja atrás a Orgullo. Espera que sobreviva solo unas horas, pues León Anciano ha mejorado bastante su estado.