Partida Rol por web

—Llevo mucho tiempo durmiendo, no me apetece descansar ahora que tengo la oportunidad de hablar con alguien. Cosa que también llevo mucho tiempo sin hacer —respondió Avestruz, tajante ante las palabras de Reyezuelo. 

AÑO: 201.

Estación: Primavera.

Mes: Sexto (Tercero de la Primavera). Mes del Castor.

Día: 10.

MEDIODIA.

El grupo avanza durante horas.

Lejana cree que estáis a punto de dar alcance al Grupo I de Matagatos y al Teniente.

—No es una gesta, Avestruz —responde Manta al comentario del campamentero—, es sobrevivir, lo que hacemos cada día.

Y, como mercenarios, ganamos el sustento matando a los enemigos de los patrones de la Compañía. Y así sobrevivimos. Algunos tienen habilidades útiles, otros destruimos. Y supongo que está bien, alguien tiene que hacerlo.

El día va acercándose a su punto medio, y el grupo prosigue su andadura por los caminos de Cho’n Delor, en busca del primer grupo. Pipo, desde su asiento en el pescante, conduce a las mulas, toca la flauta y se hace preguntas en voz alta. Los otros campamenteros descansan inquietos sobre las tablas, acumulando fuerzas para la próxima batalla, si es que son capaces de luchar cuando llegue su turno. La frustración de Derviche ha alcanzado su punto más alto, y quizás por la forzada cercanía con sus compañeros, se desahoga hablando. Incluso le confiesa, o eso parece, que no sabe cómo tratar a los superiores. Algo que, de todos modos, es evidente desde que estuvieron a punto de expulsarla durante el adiestramiento.

—No importa que no los respetes—comenta Manta, en el mismo tono, aunque no está seguro de que la mujer esté esperando una respuesta—. Simplemente no les alces la voz, no discutas con ellos y sigue las órdenes, aunque no te gusten. Con eso debería ser suficiente.

Nos mandan a luchar sin apenas equipamiento. No es quieran que les besemos el culo, sino que nos consideran prescindibles, lo más bajo de la Compañía. Si nos probamos, dejarán de considerarnos basura, y si no somos capaces de hacerlo, caeremos bajo las armas de los enemigos.

Desde su lugar junto al carro, Manta ve movimientos en vanguardia. No se da la alarma, por lo que no debe tratarse de enemigos. El primer grupo debe hallarse cerca. Y, con ellos, es de esperar, nuevas batallas.

- Lejana, la escuadra de Barril, Pipo, Guepardo y un reducido grupo de Campamenteros alcanzan finalmente la posición que fuera del Segundo Grupo Operativo del Triplete, actualmente tomada por el Grupo I de Matagatos y el Teniente.