Partida Rol por web

La Fuente de la Buena Fortuna [HP]

Aquello SÍ pasó

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16/01/2020, 15:12
(sin jugador) John Draven

Me daba vergüenza admitirlo, pero temía no tener gran cosa en la nevera. Probablemente nada para comer, pero si suficiente para un par de desayunos. Básicamente porque los huevos los producían mis gallinas cuando les daba la gana, sin preguntar ni nada, y el resto de cosas duraban un montón de tiempo en la nevera. A veces me miraba al espejo y me asombraba ver como alguien podía ser tan meticuloso y perfeccionista en algunas cosas y tan incompetente en otras.

Seguro que algo podrá encontrar. Y acepto el desayuno encantado. Le pido disculpas por mi absoluta carencia de habilidades en el hogar.

No iba a llegar tarde, tenia tiempo de sobra.

Notas de juego

Yo creo que es un buen calculo. No seran mas de las 8:30

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16/01/2020, 18:16
Annelie Grindelwald

MANSION GRINDELWALD

Aquel día había estado encerrada en su laboratorio para perfeccionar la Poción Matalobos de su hija mientras cae en la cuenta de que su esposo se ha retirado y ni siquiera un beso le ha dado. Ya indignada por el hecho, más que nada de la indiferencia de la persona que ama, se dirige hacia la cocina para prepararse un café ya que prefiere atenderse ella misma a que un elfo doméstico lo haga. Pero Arthur es tan obsesivo con la esclavitud, que muchas veces debe callar y aceptar con tal de no encontrar una razón para que la odie más. 

Lo curioso es que en medio de sus cavilaciones personales y cuando estaba justo por subir a su Laboratorio, es que los golpes de la puerta captan su atención, haciendo que le indique con un gesto a su bello amigo que no lo haga, ella pensaba recibir a quien sea que esté detrás. Para su sorpresa se trata de su mejor amiga, la madrina de su hija, y quizás la única luz que tiene además de Anne en esta vida. - Hola, que alegría. - saluda mientras busca aquel abrazo sentido, uno que ahora mismo echaba tanto de menos. - ¿Cómo estás? Tan guapa como siempre, no sabes lo contenta que estoy de verte. ¿Hace mucho que has llegado? ¿Tienes donde parar? -muchas preguntas, ganas de hablar claro. 

Y mientras te invita a pasar, te indica a que la acompañes a la cocina así puede atenderte, sabes que es muy sencilla pese a todo. Más allá de la absurda ostentación que demuestra la casa, a sabiendas de que el estilo de Arthur está en cada rincón. 

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16/01/2020, 18:24
Annelie Grindelwald

- No te preocupes, el peligro real ahí soy yo no él. - respondo sincera, alcoholizada hasta los pelos pero completamente honesta en palabras. Luego cuando me cuenta sobre mis Padres, una mueca impregnada de tristeza surge en mi rostro y es inevitable, porque había suprimido sus sentimientos para que Milena sea feliz. Y viendo la realidad en la que vive mi Madre, sometida e infeliz, vaya, había sido un grave error todo esto. - Pues, ella es una sombra. No la reconocerías. - digo con total severidad, a sabiendas de que si, de que ella me ha descuidado o ha aceptado cosas de Arthur que una madre no debería. 

Aún así la quiero, pese a todo, aunque siento que a veces el perdonarla es terrible. - Puedes verla, seguramente ella no tendría problema en hacerlo. Puedo escribirle, ya que me exige una carta por semana y hablarle de ello. Agatha es su mejor amiga, no sé si conoces a la Profesora de Transformaciones. Pues ella, es mi Madrina. - explico mientras bebo un poco más. - Igual, esto no tiene porqué ser eterno. Es decir, porque serlo. Tu corazón puede derretirse y siendo sinceros, mi madre no es feliz con mi padres... Así que no sé. Si hay amor. - digo en mi estado, está bien que veo corazones por todos lados. 

- El amor es hermoso, no sé... amo estar con Linus. Sé que será por mucho tiempo... lo siento. - confieso al recostarme en el sillón, con carita de enamorada. - Estar con él... en todos los sentidos, fue perfecto... lo es... - sigo en mi delirio, confesando cosas que tal vez no debería. Maldito licor. 

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16/01/2020, 18:32
Annelie Grindelwald

Bosque Prohibido

Y mientras conversamos entre todos, al ver que aparece Randall con Cliodna, suelto la mano unos minutos de Linus, para saludar a mi mejor amigo con un abrazo y un beso en la mejilla, para después hacer un gesto amable a la chica. No quería invadir su espacio personal sin conocerlos, no es plan incomodarla. - Hola, todo bien. ¿Tú? - pregunto al Slytherin mientras cojo la mano de mi novio, así estamos juntos en esta expedición al corazón del Bosque Prohibido. Luego cuando Linus dice que no preguntará para qué, lo miro a los ojos mientras una sonrisa maliciosa apenas se dibuja en mi rostro. - Puedes preguntarme también. - agrego en un susurro en la cercanía de su oído. 

Ya cuando Ralph habla de su investigación, me interesa. - ¿Puedes contar de qué era?- pregunto mientras observo el entorno y lo compruebo a través de mis sentidos, así puedo detectar alguna presencia, movimiento o lo que sea que esté circundando en el lugar. - Yo creo que la veremos, la cuestión es que dudo que esté para la labor de ofrecernos nuestro veneno. - respondo a Yllka sonriendo, es que claro, tocará hacer algo y eso supondrá un desafío interesante para Linus, así que todos contentos de alguna manera. - ¿Le has escrito a tu familia? - pregunto a Randall, es muy probable que hagan esos almuerzos entre familias para celebrar el inicio de clases. - Mi Padre la última vez, estaba con esa perturbadora ilusión de una reunión con sus "amigos" del pasado. ¿Sabes algo? - sigo hablando a mi mejor amigo. 

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16/01/2020, 20:35
Randall Lestrange

Bosque Prohibido

A Randall le sorprendió escuchar a Ralph nombrar a Yllka como su compañera. ¿Los dos Ravenclaw eran pareja o sólo había sido un modo de expresarse? En esos instantes, estaba un tanto confuso, pero prefirió no preguntar nada para no tener que generar un malentendido.

El joven Lestrange no estaba del todo seguro de que Cliodna conociese el nombre de los chicos, más allá de las clases. Supuso que la chica podía sentirse incómoda en medio de un grupo con tantos miembros, a los que en su mayoría podía no conocer, por lo que decidió hacer las presentaciones pertinentes:

-Chicos, ella es Cliodna, de séptimo curso. Una amiga -decidió matizar esas últimas palabras, mirando sobre todo a Linus y Anne, quienes por su condición de pareja podían pensar que ellos también lo eran-. Cliodna -miró a la muchacha, esbozando una leve sonrisa con ánimo de que se sintiera un poco más integrada-, ellos son Annelie y Linus, dos de mis mejores amigos, de Slytherin. Yllka y Ralph, de Ravenclaw.

Escuchar que iban a internarse en la espesura del bosque para obtener veneno de acromántula le hizo enarcar una ceja. En otros tiempos y otras circunstancias, seguramente hubiera ido en cabeza mientras se adentraban en el bosque, pero aquel sentido de la diversión ya no tenía el mismo efecto en él. Además, sabía bien lo peligrosas que eran aquel tipo de arañas gigantes.

-¿Veneno de acromántula? No preguntaré por qué -indicó, respirando hondo, aunque se imaginó que no podía estar buscándolo para nada bueno. Por lo que veía, era idea de Annelie-. No quiero ser aguafiestas, pero, ¿estáis seguros, chicos? Las acromántulas son agresivas. Lo que hacéis puede ser muy peligroso. -Aunque no iba a decir nada al respecto, temía meter a Cliodna en problemas, y más aún contra una criatura mágica. Pese a que sabía que ella era capaz de defenderse del ataque de una acromántula, Lestrange no tomaría ese riesgo-. Yo... no estoy seguro de que deba acompañaros -Hizo un gesto de negación a las palabras de Annelie, su mejor amiga, cuando esta le pregunta acerca de su familia-. Hace tiempo que no escribo a mis padres. ¿Por qué lo dices?

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16/01/2020, 22:11
Yago Ferreira

Madrugada del 25 de diciembre, justo después del secuestro de Daphne Rowle y Corinna Ferreira.

Parque Forestal de Galloway, Escocia.

No tardó en cambiar de estrategia. El grito de la adolescente lo molestó en parte, porque era por él por quien gritaba y a quien veía como una amenaza.

¡Vámonos de aquí! — le ordenó. Después sería el tiempo para explicaciones, pero si su hermana se tomó la molestia de hacer enojar al pelele que era el Jefe de Aurores, fue por algo y aunque le jodiera iba a tratar de sacarla de allí. La tomó de la mano. — No te voy a hacer daño, y creéme, ellos te van a dar más miedo que yo...

Antes de esperar una respuesta trató de moverla, pero tarde: fueron rodeados. Yago alzó la varita, colocándose entre la estudiante y los mortífagos. Con el brazo libre la empujó para que quedara a su espalda.

¿Ella dijo “madre”?

Quiso reírse. Lo entendió todo. No solo atinó en que Euphemia Rowle estaba allí, sino en que ella era el objetivo y él el daño (o trofeo) colateral.

Ven con nosotros. — Corinna se puso de pie. Tenía raspones en las rodillas y manos, pero la sensación de triunfo la hizo levantarse. — Creo que ya aprendiste lo que pasa cuando me abandonas... Por cierto, ayer llevé flores a la tumba de Mary. ¿No eran los lirios su flor favorita?

Yago sintió bilis en la boca. Volvió a regresarle el deseo de matarla. Pero se obligó a respirar: eso era lo que Corinna estaba buscando. Provocarlo y que no pudiera pensar.

Rowle estaba casi o más loca que Corinna. No, más, porque Corinna al menos tuvo la cordura de mantener una mascarada pública. Hizo cálculos: eran tres. Corinna no tenía varita, y sin ella era una inútil. Podría generar un depulso o un agujero en el suelo y hacerlos perder la estabilidad para atacar o huir. La adolescente podría transformarse en un gato y aprovechar la distracción para huir sin peligro a quedar en el fuego cruzado.

Tener una hija lo había ablandado, quizá, pero no iba a dejar a la adolescente en la arena enemiga. Además, tenía (entre sus muchos objetivos) que mantener la mascarada con su “benefactor”.

Mantente detrás de mí. — le susurró a la asustada adolescente. Retrocedió un paso, hasta que su espalda hizo contacto con ella. — Ya no tengo trece años. — en voz más alta y firme habló a Rowle. Se acabó el tiempo de seguir órdenes a ciegas. — ¿Ahora tienes instinto materno? — buscó provocarla. Que siguiera hablando. Y distraerla, para poder hacer una estrategia.

Calculó el terreno. Había muchos árboles, especialmente detrás de ellos. Si retrocedían hacia estos, podría usarlos de escudo, ocasionar un derrumbe y huir. De esta forma evitaría la desventaja táctica de que quisieran desarmarlo.

Cambió la varita de mano, manteniéndola baja y en su mano no dominante, como si quisiera bajar la sensación de amenaza a los otros tres. Siguió retrocediendo, con el brazo diestro ahora manteniendo a la chica a su espalda, y tratando de instarla a moverse con él.

¿Puedo poner condiciones? — trató de darles una falsa sensación de poder, y entretenerlos.

Bingo: dos árboles aparecieron en su rango visual, uno a cada lado. El de la izquierda era bastante grande, lo suficiente para tumbar otro. Tensó los músculos. Dejó de moverse. Mantuvo la varita apuntada al suelo. Esperó el momento…

Que no te engañe, es ambidiestro…

Tarde. Apenas Corinna decía estas palabras, Yago sacudió la varita directo a las raíces del árbol.

¡Bombarda!

Tiró a la joven al suelo y cayó a su lado para cubrirla, girando para darle la espalda a la explosión y el árbol en llamas cayendo. El estruendo fue seguido de gritos y maldiciones. A menos que huyeran rápido, pronto serían otra vez rodeados por estelas de humo.

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17/01/2020, 15:03
(sin jugador) Dana Lawrence

9 DE OCTUBRE, RESIDENCIA DE LOS LAWRENCE

Dana se encontraba sentada en el sofá de la sala de estar de la que, hasta hacía poco, había sido su casa, su hogar. Ya no lo sentía así, no solo porque estuviese arreglada su mudanza a la casa de Beckia, su tutora, sino porque, sin su padre, aquello no eran más que cuatro paredes frías. Junto a ella se encontraban sus dos gatos, quienes parecían entender de alguna forma, su estado. Hacía frío, de eso estaba segura, lo decía el termómetro de la estancia, pero ella apenas lo percibía la sensación.

Dentro de poco volvería a Hogwarts, y, aunque no se sentía capaz de volver y hacer frente a las clases, estaba segura de que recuperar la rutina conseguiría alejarla, al menos durante algunas horas al día, alejarla de su encierro mental. Volvió a la realidad cuando sonaron los golpes de alguien que parecía llamar a la puerta, apartando a los felinos, fue a abrirla. Al hacerlo, observó a un hombre completamente desconocido, que rápidamente se presentó. Quiso sonreír mientras le contestaba, pero le resultó imposible, de hecho, le pareció que, en cuestión de días, había olvidado cómo hacerlo.

E-encantada, señor Buzánszky... - Dijo, no creyéndose sus propias palabras. ¿Podía estar encantada de conocer a alguien por aquellas circunstancias? - Pase, por favor, hace frío fuera, y no quisiera que alguno de ellos - Comentó mientras señalaba a sus gatos. - se escapase. No quisiera... perder a nadie más. - Quizá el hombre considerase ridícula aquel apego hacia sus mascotas, pero la habían acompañado desde hacía muchos años, su padre los había traído a casa tras la muerte de su madre, pensando que de este modo, ambos dos la tendrían presente siempre pues era animaga, y su forma animal era la de un gato, al igual que, como se había revelado años más tarde, la de Dana.

- Si... si tiene frío, puedo encender la calefacción. ¿Quiere un té? - A pesar del triste momento por el que estaba pasando, mostraba unos modales muy correctos. Sus padres, mientras habían estado junto a ella, se habían esforzado por ofrecerle una buena educación, e inculcarla fuertes valores, como el respeto y el honor, de los que Dana había convertido su estandarte.

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17/01/2020, 18:48
(sin jugador) Yllka Folks

Es mi compañera.

Eso rondó durante los siguientes segundos en la cabeza de Yllka como un eco que se le tornó agradable, sacudió la cabeza y dejó que eso volase por toda su mente a la vez que conseguía reaccionar ante las presentaciones de Randall, que hasta hace un momento la Raven juraba que no estaba ahí. Compañera. Y agarró con ganas el brazo de Ralph mirándolo con verdadero cariño.

- Claro que no te vas a librar, Ralph. - y besó su mejilla.

Devolvió la mirada entonces hacia Randdal y Ciodna. No los conocía mucho pero nunca había tenido nada en contra de ellos, incluso recordaba alguna pequeña charla amistosa con ellos  compartiendo cosas de clase tiempo atrás.

- Tampoco hagas como si fuésemos desconocidos Randall - dijo con una agradable sonrisa la chica. - Puede que no hayamos tenido trato pero aun así tampoco hacen falta las presentaciones, hombre. - Rascaba su nuca con la mano libre dando un toque inocente Yllka. 

Entonces Yllka posó su atención hacia Anne ante la pregunta de los experimentos que habían hecho juntos. Sabía que su mejor amiga era curiosa y no le sorprendía que preguntase.

- Cuando tengamos tiempo si Ralph quiere puedo decirte sobre ello, de momento centrémonos en la acromántulas. - dirigió entonces la mirada a Randall. - Hay veces que hay que arriesgarse, ser siempre correcta nunca ha sido una de mis virtudes, Anne lo sabe bien. Y es que pese a que Yllka era una estudiante aplicada y siempre parecía preparase para hacer lo que se debe hacer, también tenía un lado que pocos conocían.

Mientras hablaban de las cartas de Randall a su familia Yllka se encogió de hombros y miró a Ralph, sabía que tener a un grupo cada vez más creciente no le era agradable así que apretó más sus brazos hasta caso agarrar su mano por el camino haciendo que ambas manos estuviesen cerca de la cadera de la Raven. 

- Estaremos bien ¿vale? - le susurró al oído.

Notas de juego

perdonad la espera, un día peleado en el trabajo -.-'

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17/01/2020, 19:30
Sándor Buzánszky

Residencia de los Lawrence

La referencia a los gatos se le clavó en el pecho a Buzánszky. Ahí pudo sentir la desolación que asolaba en el corazón de la chica y sintió una profunda tristeza por ella, aunque su rostro quizás apenas lo reflejara.  

-Gracias- fue todo lo que dijo, al entrar.  

Tomó asiento en el sofá y aceptó el té con agrado mientras dejó la puesta de la calefacción a su criterio. Una vez se sentó, sacó un cigarro del bolsillo.

-¿Fumas?- dijo, extendiéndoselo. 

Comenzó entonces a hablar. 

- Dana. Me gustaría conocer mejor a tu padre. Que me contaras cosas acerca de él: cómo era, que carácter tenía, cómo eran sus amigos, especialmente los muggles... todo lo que se te ocurra. Si hay algo que te resulta demasiado doloroso para recordarlo, no hay problema. Tómate tu tiempo.

Y se acomodó para escuchar pacientemente el relato de la morena. A pesar del mazazo, que hubiera deshecho a cualquiera, a pesar del terrible sufrimiento y la sensación de vacío y abandono que sintiera, Sándor podía percibir su potente fuerza interior. Probablemente ella no se diera cuenta de ello, pero Buzánszky intuía que se recuperaría con más entereza que la mayoría de la gente y, probablemente, que cualquiera de sus compañeras en su misma situación.

 

 

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17/01/2020, 20:10
(sin jugador) Suki Selwyn

EXCURSIÓN A LOS JARDINES DE HOGWARTS

(4 de octubre a las 3 de la madrugada)

Daphne la rescató, haciendo salir disparado a uno de los duendecillos con un certero depulso y ella consiguió librarse del otro, dándole un fuerte manotazo que lo lanzó bien lejos.

La rubia bufó exasperada y se colocó el pelo como pudo, mientras escuchaba las risas de su amiga, lo que la hizo mirarla y comprobar que estaba totalmente cubierta de barro, logrando hacerla reír a ella también.

-Estas para una foto, preciosa, sencillamente espectacular. – ambas reían a carcajadas.

Pero entonces la chica conjuró un aguamenti y se empapó a si misma y a Suki de paso, haciéndola gritar en el proceso.

-¡Ah! –exclamó al notar el contacto con la fría agua que salía de la varita de Daphne. -¡Maldita sea estas como una cabra! ¡me las pagarás! ¡Silencius!

El hechizo impactó en su amiga que quedó riendo sin emitir ni un sonido, haciendo aspavientos con las manos. Suki reía y reía, haciendo burlas a su amiga, hasta que el hechizo pasó y le dio un sonoro beso en la mejilla.

-¡Vamos!

Las dos jóvenes volvieron al castillo procurando que nadie las viese y llegaron hasta la puerta, Daphne se convirtió en gata de nuevo y ella pasó por la puerta tan sigilosa como pudo.

Una vez ambas estuvieron dentro, Suki cerró la puerta y siguieron su camino por los oscuros pasillos rumbo a la sala común de Slytherin.

- Tiradas (2)
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17/01/2020, 13:24
Agatha Presley

PRINCE CHARLES CINEMA

Entre que empezaba la película, Ulfric y yo habíamos empezado una guerra de palomitas privada, no había evitado reír a carcajadas mientras lo veía poner unas cerca de mi boca, que alcancé con mordidas rápidas y graciosas. Cuando por fin empezó el espectáculo, sentí una inexplicable eufória al verlo mirar la pantalla con tal sorpresa. Ciertamente me gustaba ver ese lado casi infantil suyo, y junto a él me dispuse a disfrutar de la película.

Que por cierto no resultó ser una película tan sencilla como había pensando al principio. No consistía en una sóla historia lineal, sino que eran varias historias que eventualmente conectaban unas con otras. Como podía, intentaba ir indicando a Ulfric lo que estaba pasando, aunque había momentos en que yo quedaba tan inmersa dentro de la historia que olvidaba seguir contando. La historia del escritor con la chica portuguesa me enamoró por completo, mientras que la del fotógrafo enamorado de la esposa de su mejor amigo me sacó las lágrimas, que me apresuré a limpiarme entre risas. Seguro Ulfric me creería algo tonta por emocionarme con historias ficticias. El romance del niño con la chica que se iba a america fue infantilmente inocente... En fin, muchas historias de amor y de desamor, que también estaba la del matrimonio cuyo esposo había regalado una joya a su secretaria en vez de dárselo a su esposa. Finales felices, otros algo tristes, pero todos muy reales.

Y antes de darme cuenta, la película se había acabado. Aún con los ojos brillantes por las tontas lágrimas, me giré a mirar al profesor. No quise preguntar directamente, sino que me fijé en el bote de palomitas. -Uh, aún quedan. ¿Las terminamos de comer y comentamos antes de ponernos en camino?- Le propuse, de momento prefería esperar a que el resto de las personas salieran de la sala para que no nos aplastaran al salir.

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17/01/2020, 22:27
Agatha Presley

HOGAR DE JOHN DRAVEN ¿Y AGATHA PRESLEY?

Le dediqué una gran sonrisa antes de dirigirme a la cocina, hablando en voz alta para seguir conversando con él. -Nadie diría tal cosa, señor Draven; esta casa se ve muy limpia. De seguro es usted obsesivo con la limpieza.- Dije, buscando hasta conseguir un delantal que me puse de inmediato. Saqué la varita y casi distraídamente encendí el fuego de la cocina y puse una sarten sobre el fuego, mientras revisaba en la nevera.

-Mi madre ya me enseñó a desempeñarme en la cocina desde pequeña, y cuando empecé a vivir sola fui mejorando en técnica y preparación. Tampoco espere un gran banquete, estoy acostumbrada a cocinar para mi misma, con errores y todo.- Dije con una carcajada. Encontré la cestita de los huevos, seguramente los había recogido esa mañana o ayer. -¿Usted marca los huevos con la fecha cuando los recoge?- Pregunté, haciendo un "accio bol" silencioso y rompiendo los huevos dentro, dejando que la batidora de mano se encargara de esa parte mientras seguía buscando. -¡Uh, mantequilla! Perfecto.- Dije, tomando el envase. -Siempre me ha gustado más cocinar con mantequilla que con aceite.- Expliqué, poniéndo una cucharada de mantequilla en el sartén, que de derritió de inmediato. Saqué la sartén del fuego para que no secara la mantequilla, y busqué de nuevo en la nevera. Había cebolla, tomates, papas, salchichas... Pelé la papa hasta hacerla trocitos pequeños, luego la cebolla, el tomate y un par de salchichas, y los puse a sofreir hasta que quedaron dorados. Vertí entonces los huevos batidos dentro de las sarten, y deje que el calor hiciera efecto.

Busqué una vez más. No había pan, pero si galletas saladas. Saqué unas cuantas, partiendolas por la mitad, y colocándolas en una cestita. Volví con la tortilla y le di la vuelta, quedando dorada por ambas partes. Saqué un plato, un mantel individual, y cubiertos, y lo puse todo en la mesa. -Bueno, ya está. Cómo dije, sencillo y rápido. Para el almuerzo haré algo más elaborado, se lo aseguro.- Dije, poniendo la tortilla picada en trozo en el plato, junto a la cesta de galletas saladas. -¡Provecho!- Dije, tomando asiento frente a él y recuperando mi taza de té.

Notas de juego

Me tomo la libertad de poner algunas cosas en tu cocina si te parece bien.

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18/01/2020, 11:51
Ralph Ward

En aquel instante Yll le tomó del brazo para besar su mejilla y aquello le cogió desprevenido por un momento, pero enseguida sonrió con suavidad y sutileza, cerrando los ojos en un gesto que denotaba confort. 

Cliodna al menos había respondido y juraría que le había escuchado hablar más ahora que en todo el año pasado, con la salvedad de las clases, y respondió al gesto de su mano con la que él también tenía suelta. Miró acto seguido a Linus cuando no quería saber el porqué del veneno, cuando él ya lo había explicado. Se encogió de hombros, en realidad no parecía un mal chico, aunque no lo entendía demasiado bien.

Otro tema diferente era el de su investigación, ante lo cual niega despacio.

Aún no está lista y no quiero adelantar acontecimientos. Pero creo que podrá ayudar a algunos alumnos. Y a bastantes magos, en realidad.

Añadió al final. Su gesto era suave, no pretendía ser borde, pero algunas cosas necesitaban su tiempo antes de ser descubiertas, como algunas comidas necesitaban su tiempo de cocción. Ralph pensaba que su experimento era de ese tipo.

Yll tomó su mano y la acercó a ella, a lo que él suspiró y enrojeció ligeramente, a partes iguales. Notaba el olor de la muchacha y su corazón se aceleró por la cercanía, pero no hizo amago alguno de alejarse.

El veneno es para vender, en mi caso.

Le explicó nuevamente a Randall. 

¿Contamos con vosotros?

Preguntó a los recién llegados. Ralph normalmente era de grupos pequeños y de no tomar riesgos y aquello estaba siendo justamente todo lo contrario. Riesgos y un grupo, pero se sentía extrañamente cómodo y seguro. Apretó los hombros contra su propio pecho un momento.

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18/01/2020, 12:42
Bredan Richter

La cara impávido de Richter lo decía todo, incluso después de entrar, no se dejó intimidar por la mujer.

Bredan mantuvo su distancia, ha viendo un cortés gesto con la cabeza, a modo de saludo, no tenía intención de hablar, ya que le podía manejar toda la situación, le dejó esa tarea su colega.

Incluso puso una sonrisa cuando le comparó con el elfo doméstico, pero no hizo más que observar los alrededores. 

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18/01/2020, 13:37
Ulfric von Hoggen

PRINCE CHARLES CINEMA

Las palomitas, definitivamente, estaban ricas. Mucho. Y más rica era la diversión con Agatha, o eso pensaba Ulfric. Pero en mitad de uno de los puñados de palomitas que se estaban ofreciendo el uno al otro, se encendió la pantalla. Bueno, era el proyector, pero Ulfric se quedó extasiado ante la pantalla cuando todos los focos ya se apagaron, terminaron los anuncios, y comenzó la película. 

Había que decirlo que para ser la primera vez de Ulfric, la película era algo compleja, y de cuando en vez, le preguntaba a su acompañante... Por medio, le ofrecía palomitas, o le daba toques con el codo, para señalar su asombro y excitación con todo lo que estaba viendo, y disfrutando... Además, de vez en cuando la miraba a los ojos, y la sonreía, disfrutando del momento. Se la veía hermosa disfrutando de la película, divirtiéndose y sufriendo con lo que pasaba. La verdad, no podía saber si era algo normal, pero desde luego, de vez en cuando, el le daba un pequeño toque, o le prestaba el pañuelo, e intentaba recordar por lo que iba la película.

Cuando acabó la película, se dispusieron a pasear un rato, comentando el film, y comiendo las pocas palomitas que quedaban... -Agatha, tenía más asuntos entre los personajes que las familias romanas entre ellas, ha sido divertido seguirles la pista a todos... Me... Me ha gustado. Cuesta seguir... Y quería coger la varita y parar en algún momento, pero... Me contenía- y le tendió  un montón de palomitas, para que cogiera alguna. 

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18/01/2020, 15:43
Cliodna Black

Bosque prohibido

El mago rubio me miró, después miró a Randall y por último a la muchacha más castaña a la que acabó cogiendo de la mano.

¿Qué pasará? Eché un vistazo hacia mi ropa por si tenía algo, un insecto o una mancha de barro, pero no, no tenía nada. Después miré rápido a Randall y, siguiendo el recorrido del slytherin (Linus), a la joven de su lado.

No entendía los motivos de porqué había hecho eso, sin embargo, pronto ignoré la causa cuando escuché la palabra acromántula.

Espera espera espera, ¿vamos a ir a ver una araña, bueno, a una manada de arañas de quizás 4 metros de altura o incluso más? No me gustaban los bichos de ocho ojos, pero, es que a ver: un ser con ocho ojos no puede ser nunca bueno… y sin olvidarnos del detalle de carnívora, por mínimo que a alguien de allí le pareciese.

Mi gesto externo aparentaba tranquilidad, aunque por dentro estaba corriendo lejos. Tiene que ser una broma, CAR-NI-VO-RA, me repetí. Pero por lo visto iba en serio. Ron seguro que estaba gritando "insensatos" desde su cómoda casa, agustito y sin peligro.

Suspiré manteniendo simpatía en el gesto, y aún más cuando Randall fue tan amable de presentarnos. La vergüenza me dejaba a veces en estados inútiles, se me había olvidado hacerlo pese a que me resultaron agradables sus amistades e incluso me reí con el comentario de la Ravenclaw.

Annelie, Linus, Ralph e Ylka; Annelie, Linus, Ralph e Ylka me dije en varias ocasiones para que no se diluyeran sus nombres en mi cabeza.

Total, tenía tiempo de detenerme y repetirme por una y mil veces eso junto a lo peligroso que era lo que proponían, pues tras aquel breve inciso, cada uno siguió con lo suyo. Desconecté, sin embargo, cuando escuché a Lestrange dudar sobre el plan del veneno lo tuve que mirar.

¿No quiere? ¿No le apetece? o... ¿No será por mí? No creo… pero la duda me formaba interrogantes muy ruidosas.

-A mí me parece bien- comenté mintiendo estrepitosamente –es más, cuantos más seamos, menos peligroso resultará- algo más realista lo del final, la verdad. Aunque era consciente de que la decisión no sería para nada mía. La misma sensación de no pintar nada no desaparecía, por lo que si Randall se iba, seguramente yo también lo haría.

Pese a ello, no quería ser responsable de ningún mal para nadie (en este caso, por abandonar a unos estudiantes que seguramente se pondrían en peligro). No estaba convencida de ir, pero intenté basarme en que si podía ayudarles, trataría de hacerlo. Tenía que ser leal a mis principios.

Pon un hufflepuff en tu vida, me autoexpresé con un semblante sonriente.

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18/01/2020, 15:01
Lauren R. Blumer

4 de enero del 2004, a tres días de la luna llena.

Albert podía despertar sensaciones similares al miedo y al asombro por su forma de ser pero en Lauren despertaba fascinación y hasta cierto punto existía un enamoramiento de la chica por el aristócrata pero que no ha sido capaz de asumir ni mucho menos manifestar más allá de preocuparse siempre de lo que él pensara de ella y procuraba en todo momento ser lo que él esperaba, por lo menos antes así ahora, ¿pero ahora?. Lauren mantuvo sus manos contra sus piernas, escuchándolo en todo momento, diciéndole que no fue su culpa no estar. 

¿un duelo? no sé de qué duelo habla, sólo sé que un hombre se llevó a Daphne Rowle, y que estaba implicada Corinna Ferreira, — ese nombre, la chica apretó los dientes porque pronunciar ese nombre le producía esa sensación desagradable — así que no sé si hubo un duelo ni quienes participaron — miró hacia un costado — sólo.... ummm  jugaron conmigo y  se burlaron de mí y sí, tengo rabia, pero prefiero dejarlo pasar — era una tontería pero su mecenas era muchas veces un  confidente cuando no podía contarle algo a su padre para no preocuparle. — había... empezado una relación con un chico... y estuvimos un mes juntos, saliendo, le pedí tiempo eso sí para recuperarme de lo que me había pasado, pero el chico el día de la fiesta de Navidad me confesó que su mejor amiga se le había declarado y que estaría con ella, bueno, deben estar juntos... me dijo que igual sentía cosas por mí pero le dije que mentía y que me había traicionado... igual creo que fue mi culpa todo, que no debí haber empezado nada por lo de Tyler y que por eso me pasó lo que me pasó — le cuenta torciendo un poco su gesto, pues era lo que había logrado reflexionar en ese tipo — igual la chica sabía de mi relación con él... pero bueno, tampoco fue tan grave, sólo que me dolió mucho en ese momento — miró hacia un costado — así que no hay que encargarse de nada, él fue sincero en ese momento y aunque jugó conmigo, por lo menos no lo prolongó por demasiado tiempo. pero aun así prefiero evitarlos,  —  se encoge de hombros. 

y ya tengo una becaria, aunque no ha existido mucho movimiento... pero ¿de qué seria su becaría? — le pregunta al fin por su ofrecimiento, sin hacer mención a la idea de "hacerse cargo o eliminar problemas", Lauren sabía que era un hombre peligroso pero nunca había preguntado que tanto.

La conversación continuo y Albert se tomó con más calma de la que pensó la noticia de que ella era una licántropo y que su aspecto desmejorado y enfermizo era prueba de todo aquello, así que el hombre hizo una serie de preguntas que Lauren intentó responder de la mejor manera. 

Estas siendo medicada? Es de conocimiento común que sin ningún tipo de asesoramiento las transformaciones pueden no solo ser dolorosas, sino también pueden tener consecuencias en la salud el individuo-.

sí.. estoy siendo medicada, mi tía Beckia me ayuda con las pociones pero tendré que ir a conseguir los ingredientes para poder hacerla y aún no logramos que la poción me haga dormir simplemente... y que no me sienta tan mal... pierdo dos días de clases, pues al día siguiente de la transformación, quedo extenuada y adolorida... mucho. —

  ¿Se ha descrito tu temperamento una vez trasformada? Lo pregunto ya que no todos lo licántropos tienden a hacer agresivos, es decir, conservan sus memorias humanas. En caso de no ser así, conseguiré poción matalobos de algunos contactos…

la verdad es que no... sólo sé que sigue siendo muy violento y no recuerdo nada, sólo el dolor que siento cuando mi cuerpo se va transformando, creo que me desmayo por él o dejo de ser yo, en verdad aun no me siento yo, nunca volveré a ser yo... — Lauren no sabía o mejor dicho, no recordaba, que la primera vez en que se transformó estuvo apunto de matar a su hermana y atacó a su padre el que iba a acabar por ella si no hubiera sido por Beckia que se dio cuenta que el lobo blanco que los atacaba era Lauren por una pulsera que aún tenía el animal en una de sus patas, pero de esto, Lauren no recuerda nada y su familia había querido ocultar todo esto. La chica parecía demasiado perturbada por lo que le pasaba y toda esa templanza era una mera máscara para ocultar lo que le pasaba. 

Albert ahora trata el tema de hacer todo público, la chica no le responde pues medita sus objeciones pues era verdad, nada sería igual, y los cazadores, pero habían muchos otros por ahí, malditos como ella que seguían siendo magos, ¿por qué tratarlos distinto?, no era justo para nadie, pero cuando mencionó que podría buscar a los que le hicieron eso, los ojos de la chica se abrieron de par en par y sus manos se apretaron aún más. Mucho más. 

no sé quien lo hizo, pero sé que fue concertado — sí, sentía una creciente rabia y en todo ese tiempo nadie había descubierto nada, nadie tenía idea quien había estado atrás del ataque y de la muerte de Tyler — Albert, ese día estábamos con Tyler ayudando a Yago Ferreira y nos atacaron los lobos, yo no debí haber estado ahí, seguí a Tyler a pesar de que me dijera que no debía ir... pero los lobos fueron justo contra nosotros y mataron a Tyler sin comérselo, sólo... sólo cortaron su cuello de un zarpazo y luego me arrastraron a mí, no sé si me querían llevar o qué o hacerme sufrir mucho más, porque aún recuerdo como mis huesos crujían y como mi.. sangre mojó todo — había palidecido, incluso más que antes al recordar esos hechos — si no hubiera sido por Yago, yo hubiera muerto desangrada pero a veces lo hubiera preferido, así no sería el ser que soy ahora — nunca antes había verbalizado ese deseo de haber muerto esa noche, junto a Tyler y de hecho era un deseo que afloraba de tanto en tanto. 

Lauren estaba realmente rota a pesar de intentar recuperarse, pero sólo debía hablar un poco para demostrar toda la oscuridad que tenía en su corazón. 

y sobre hacerlo público... mi padre me registró en el ministerio, es cosa de tiempo que se haga público, no es muy difícil, y por eso quiero adelantarme a eso, tomar control sobre mi vida y sobre lo que soy... y y... también ayudar a otros que son como yo, no todos son bestias y muchos sólo queremos un lugar en este mundo y puedo ayudarlos si lo hago público o eso creo — esas eran sus razones de hacerlo público, pero ya no estaba del todo segura, ¿podría en peligros a otras personas? — y no creo que deba quedarme... tengo todo en la escuela para esos días, no es necesario quedarme... además, necesito todo eso en la escuela, aún me queda un año de clases y luego de terminar, deberé ver qué hago pero lo que sí... quiero retomar mi carrera, lo necesitaré Albert,— le sonríe con suavidad.  

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18/01/2020, 16:42
Linus Avery

-Hola Cliodna- Dijo tranquilamente haciendo un gesto con la cabeza, pese a las agradables palabras de Yllka, él si creyó que merecía una presentación. Una presentación seca, muy en la línea del chico, pero no por ello carente de educación- Un placer. La invitación a unirte se extiende a ti también.

Alzó una ceja ante las palabras de su amigo, sorprendido. Le extrañaba que fuese tan reticente a dar un paseo por el bosque, es cierto que era peligroso, pero con tantos en el grupo Linus no creía que fuese un problema. ¿Había acaso algún motivo oculto por el que esta vez se alejase del peligro? El chico esbozó una leve sonrisa.

-Tranquilo, no tenemos pensado combatir con una acromántula ni nada parecido-Solo si es necesario-Simplemente daremos un paseo por si hay suerte- Al chico le agradaron las palabras de Cliodna, al parecer tenía coraje pese a ser una hufflepuff- No será muy peligroso. Si vemos peligro daremos la vuelta- Se giró hacia el bosque dando la espalda a todos- Prometido- Así no pudieron ver la sonrisa que se hizo más grande en su rostro.

Deliberadamente no prestó atención a las palabras de su novia en lo referente a escribir a los padres. “Reunir a sus amigos”. Esperaba sinceramente que los Avery no se contasen entre los amigos del señor Grindelwald, aunque sí sabía que se contaban entre los de los Lestrange.  

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18/01/2020, 15:53
(sin jugador) Dana Lawrence

9 DE OCTUBRE, RESIDENCIA DE LOS LAWRENCE

Tras darle la taza de té al hombre, decidió que podría la calefacción, a pesar de que éste no se hubiese pronunciado al respecto. Cuando volvió de la cocina, se fijó en que sus gatos seguían allí tumbados, algo extraño, pues no solían permanecer cerca de ningún otro ser humano que no fuese Dana.

No, señor, pero... gracias por el ofrecimiento. - Dijo mientras se sentaba en uno de los dos sillones de la sala. Al instantes, ambos felinos se trasladaron a su regazo, como de costumbre. La Gryffindor, entonces, expresó de forma involuntaria la apreciación que había hecho antes. - Debe ser una buena persona, de otra forma, se habrían puesto alerta ante su cercanía, y habrían buscado rápidamente otro lugar donde dormir... - Lo cierto era que, aunque sonase tonto, aquel gesto de sus mascotas había hecho que Dana empezase a confiar en el adulto, a pesar de no conocerlo de nada.

Cerró los ojos y suspiró pesadamente tras la pregunta del investigador. No había nada que en aquellos momentos no doliese, pero, antes que su dolor, estaban sus ganas de justicia. Aún no había empezado a hablar, y ya notaba cómo algunas pequeñas lágrimas empezaban a asomar en sus ojos.

Era... un hombre maravilloso, ¿sabe? - Dijo mirando a Sándor a los ojos. - Tras la guerra... quedó-quedamos devastados por la muerte de mi madre, pero él siguió adelante, sin perder nunca la esperanza. Se esforzó, c-cada día, por hacerme sonreír. Siempre... siempre... tenía una broma, una canción... algo, con lo que distraerme, aunque fuese unos instantes, y no se rindió, aunque yo era... - dijo mientras miraba hacia otro lado, hablar de aquello hacía que se sintiese avergonzada de su comportamiento durante aquellos años. - No hice más que darle problemas... Pero él s-sólo sonreía, y me curaba las heridas, y me abrazaba por las noches, cuando las pesadillas me hacían gritar... - Le costaba continuar, empezaba a atragantarse con sus propias palabras, pero a la vez sentía la necesidad de mostrar la gran persona que era su padre. - Cuando estaba en Hogwarts, no había semana que no me escribiese para darme ánimos o me enviase algún dulce... para él fue duro que yo volviese a la escuela después de la batalla, pero aún así, me apoyó, y, cuando le dije que quería ser auror, como mi madre, me contestó que... me dijo... - Desesperadamente, se limpió las lágrimas con la manga del jersey que llevaba puesto. - que estaría orgulloso de mí, escogiese el camino que escogiese... siempre intentó entenderme, entender nuestro mundo... a pesar de ser muggle... yo... ojalá hubiese podido pasar más tiempo junto a él...- Durante unos instantes, se quedó en silencio, intentando controlar el ritmo de su respiración y tranquilizarse. 

Era un hombre extrovertido, pero no tenía un gran círculo social de confianza. Antes de comenzar la universidad, fundó una banda de música con sus amigos de toda la vida y, a pesar de los años, seguían juntándose para ensayar todos los domingos... a veces, incluso, tocaban en algún bar... - Craig, Jeff, Abe, y Nick se habían mantenido junto a su padre en los buenos, y en los malos momentos, y Dana sólo tenía buenas palabras para referirse a ellos. - Cuando venían a casa, no había día que no cogiesen las guitarras, y se arrancasen a cantar canciones... eran buenas personas, fueron sus grandes apoyos. Siempre. - Volvió a suspirar. - Me temo que... no puedo decirle mucho más...

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18/01/2020, 16:20
Lauren R. Blumer

Biblioteca, días antes del Baile de Navidad.

El abrazo la sorprende y mucho, Randall no era de aquellos que demostraran su afecto de esa manera pero le alegró que el duro corazón del chico estuviera cambiado y para bien, así que se quedaron sentados, y Lauren disfrutó del momento aunque el luto se hacía más potente en ella, era algo a lo que ya estaba acotumbrándose, a esa añoranza que persiste a pesar de saber que no volvería.

ya he llorado mucho — le responde, a veces lo volvía a hacer y mucho, pero estaba sola. Lauren persistía en su idea de no molestar a otros con sus asuntos — y no son malos recuerdos, son hermosos recuerdos pero que son melacólicos porqué sé que no se repetirán pero prefiero recordarlos a no hacerlo porque... pronto comenzaré olvidar el sonido de su voz... y de su risa o de como se sentía su piel... el tiempo va borrando todas esas cosas y sólo nos quedan las historias — Lauren había perdido a los 12 a su madre y sabía lo que el tiempo le hace a los recuerdos. Era muy doloroso. 

y fui feliz, Randall, — agrega al final, había sido muy feliz, enormemente feliz hasta ese verano, y ahora ya no sabía que había para ella — pero lo volveré a ser, en serio — no creía en sus propias palabras la verdad pero lo dijo convencida para no preocupar al chico, pues quizás si lo volvería a hacer una vez que descubriera a los asesinos de su novio y cobrara venganza.

eh... por cierto, si esa chica es tan importante para ti, debes ir por ella y no pierdas el tiempo Randall — se fue poniendo de pie — no hay tiempo que perder en esta vida así que si estas seguro sólo ve por ella — pone su mano sobre la cabeza del chico y le desordena los cabellos — y tendrás que abrazarme más veces, ¿ok? ¿acaso creíste que un solo Randallabrazo sería suficiente para mí?, estás muy equivocado — se inclinó y besó su sien en un gesto casi maternal — debo irme, disfruta del libro — comenzó a guardar sus cosas, de pie al lado del chico.