Partida Rol por web

Murdock se recuesta agotado, pero no logra conciliar el sueño. Pasan veinte minutos, treinta...una hora. El mago no deja de pensar en sus recuerdos...en los que aun conserva.
Paranoico, se levanta y verifica que ha cerrado con llave. Luego vuelve a la cama.
Ese Nakin...espero que sea de confianza, le he revelado demasiadas cosas! Piensa turbado.
Vuelve a levantarse...sin poder dormir...y cierra la ventana con pestillo.
Regresa a la cama, aun más paranoico y estremecido.

Por tres veces, Murdock vuelve a levantarse, imposibilitado en su descanso por las ultimas noticias que tanto lo trauman.
Por tres veces registra la habitación, seguro de que encontrará una entrada secreta, a un lado de la puerta, o bajo el catre, por donde entrarán los hombres de Jaleni a asesinarlo. Sin embargo, nada encuentra.
Al final, termina corriendo una mesa para trabar la ventana, con la silla sobre ésta. Y coloca la cama en la puerta, sellándola.
Recién ahí, consigue sentirse seguro, y horas más tarde logra quedarse profundamente dormido...

El guerrero no sabe que contestar, todo esto de los sentimientos resultaba algo nuevo para él, un camino inexplorado donde era totalmente un novato, simplemente decía lo que pensaba aun que muchas veces eso no fuese lo mejor.. No lo sé, estas demasiado blanda, no entiendo por que has aceptado ayudar al mago, es un traidor a su propia causa, deja el destino del mundo por seguir sus propias inclinaciones, no lo entiendo, como puede saber todo lo que sabe y simplemente decidir que hará otra cosa....

Sin más el guerrero se tumba en la cama dispuesto a dormir. Yo creo que debemos dejarle, no podemos retrasar más nuestra misión, cada segundo que pasa Solkan esta más cerca de terminar con la rebelión definitivamente y con ella muere la esperanza, con Skrai o sin ella...

Estoy demasiado blanda?; suspiro incrédula a lo que acabo de escuchar, por sino lo sabes; ese mago es la única manera de encontrar a los que se ocultan en el bosque, eso parece que quedó bastante claro en la casa, sin él no llegaremos a ningún sitio deambularíamos por el bosque a ciegas.

Al ver que se tumba en la cama sin hacerme caso alguno comienzo a vestirme mientras escucho su diatriba, y no te hablaba de él sino de nosotros, pensé...pensé...da igual lo que pensará...es una tontería, sabías a lo que me enfrentaba al renunciar a ella por ti, llevo la energía que portas en la daga, salvo que yo la tengo en mi interior; ya hablamos de eso, así que no creo que sea excusa, pero...me enfundo la armadura y cojo mis pocas pertenencias, creo que ya sé lo que te pasa, oculto apenada el lado de mi rostro marcado por ella y me señalo, es eso; por eso ni me besas ni me haces caso alguno; lo siento Zenram renuncié y volvería a renunciar a todo por ti; pero esto no...y abro la puerta de la habitación saliendo.

El guerrero había pensado que podrían solucionar su discusión en la cama sin embargo la drow se viste y sale de la habitación sin importarle el que él se quede solo, aquello era inaudito.... Pues al demonio entonces...!!!

Antes de cerrar la puerta escucho las últimas palabras de Zenram hiriéndome en lo más profundo de mi ser, tanto me has hecho cambiar que mi amado ahora ni me conoce y me repudia?, tan indigna soy?...

Giro mi cabeza viéndole en la cama francamente enfadado, siempre te querré, perdóname... me despido de él y cierro la puerta rápidamente antes de que las lágrimas que pugnan por salir invadan mi rostro y vea otra nueva muestra de debilidad.

Ambos enamorados, tras intercambiar tensas pero sinceras palabras, se separan, quedando el desnudo guerrero en la habitación y la marcada drow fuera ella, la cual cierra la puerta antes de encaminarse al rellano...

Una vez abandonas la habitación, ahogando con el cierre la puerta las últimas y dañinas palabras de Zenram, el pasillo de la posada se abre ante tí, silencioso y abandonado. Al fondo, el rellano con las escaleras que conducen al ahora silencioso comedor, parecen esperar a tu decisión de a donde dirigirte....

Con la presurosa necesidad de respirar aire limpio y fresco para poder calmarte y recapacitar sobre tu discusión, encaminas tus largas y enfurecidas zancadas hacia el rellano, y allí, hacia las escaleras que descienden a la planta baja de la posada, la cual, por la ausencia de sonidos y luces, posiblemente estará desierta, seguramente a causa de las horas...

Apenas se han sucedido un puñado de escasos minutos desde la partida de Daenerys, cuando tu mente, inquieta desde la discusión, es invadida por la presencia, nuevamente, de Skrai, y aunque inicialmente intentas repelerla, cansado y cabreado, guiado únicamente por tus instintos más primarios, está es más persistente de lo que deseas, y finalmente, vence tus parcas defensas.

Está en peligro!!! Daenerys está siendo atacada abajo!! Corre!! - los gritos, que te golpean con una dureza aplastante, apenas logran dañarte, pues su apremio, así como la gravedad que ellos conllevan, logran que el dolor sea apenas una insignificante sensación apenas perceptible por tu alterada mente...

Sin dudar ni un segundo el guerrero se levanta cual si fuese impulsado por un resorte y sin preocuparse por las parcas condiciones en que se encuentra abre la puerta de la habitación sin pudor alguno y sale de ella únicamente con Skrai en las manos, como puede avanza tan rápido como sus veloces piernas se lo permiten en dirección al piso de abajo...

Apenas has revisado tu habitación por segunda vez, sin éxito nuevamente en la empresa de hallar alguna puerta secreta, que tu afinado oído, ayudado por el imperioso silencio que gobierna en la posada, percibe, con más o menos claridad, como alguien corre, primero por el pasillo y acto seguido por las escaleras que descienden al piso de abajo...

Con la presurosa necesidad de ayudar a Daenerys, encaminas tus largas y enfurecidas zancadas hacia el rellano, y allí, hacia las escaleras que descienden a la planta baja de la posada, la cual, por la ausencia de sonidos y luces, deberia estar desierta.

Pero el aviso de Skrai era claro.

Tus fuertes pies, todo e ir descalzo, golpean el suelo con fuerza, resonando sin impedimento en el silencioso local a medida que descienden los escalones de tres en tres...

Como golpeado por un rayo, Murdock salta del catre, y corre hacia el pasillo y luego escaleras abajo, desenfundando durante la corrida su espadón.

Liberando la inquietud almacenada en tu cuerpo, reaccionas de forma instintiva y quizás un tanto descontralada, y para cuando quieres darte cuenta, tú y tu espadón os encontrais al otro lado de la puerta, corriendo en dirección al rellano de la segunda planta.

Pero apenas lo has alcanzado,y te dispones a lanzarte escaleras abajo, cuando te das cuenta de que algo no es como debiera, y alertado, detienes tu avance, atento y alerta. A tu alrededor, el luagr aparece iluminado por la luz de la lámpara, pero lo que realemnte llama tu atención es el sorprendente silencio reinante en él. Tanto, que no eres capaz de escucharte a ti mismo, así como tampoco lo has conseguido hacer con tu carrera.