Partida Rol por web

Murdock toma el papiro, lo lee, y se lo tiende a Ugluk, lejos de la vista de Jhons.
El mago, piensa una y otra vez sobre los últimos sucesos, hilando un plan de acción.

¿Zenram y Dae...prisioneros?!?? Aunque había tenido varios roces con el guerrero, su misión era llevarlos hasta el bosque maldito, y ademas, no descartaba aun la posibilidad de negociar con él a cambio de su ayuda en esta gesta en contra de Jaleni.

Sin embargo, si habían caído en manos del otro rufián, todo se complicaba ahora.

Aun había tiempo hasta el anochecer, y el mago fue ideando un nuevo plan.

Jhons...no viste a los dos que estaban con nosotros verdad? No regresaron nunca a la posada?
Tras la respuesta...le dice ahora al drow.
Ven conmigo. Quiero hablar contigo arriba...

Leo el documento y no puedo evitar un gesto de asombro,pero como  han podido...Sin embargo cayo y no tardo en hacer caso a Murdock,para planificar un plan en secreto.

Esto se complica,pero a parte de volver a las alcantarillas,e intentar rescatar a la "pareja",siempre podemos disfrazarnos de guardias o similar y entrar a donde están apresados,para poder planificar de qué manera podríamos rescatarlos...

Mientras discutian un plan de accion, Murdock trabajaba concentrado en un trozo de papel.
El mago guardaba muchos papiros viejos, e incluso unas cuantas hojas en blanco en su libro de conjuros, pero este documento era especial.
Al igual que su documento habilitandole para portar una armadura magica, éste era una pieza unica. Un papel blanco, perfecto, y con ya varios sellos y firmas que en el bosque habían preparado para él.
Murdock podia hacerlas, pero nunca alcanzaria la habilidad de los expertos que le habian entrenado.
Tras practicar unas cuantas veces, imitando la letra en su propio documento en borradores, se dedicó de lleno al que habilitara a Ugluk a portar el arco magico...

No, no, no han vuelto por aquí. - afirma Jhons ante al pregunta de Murdock, y aunque no ha tenido tiempo de terminar de leer el pergamino, su expresión demuestra que si ha logrado captar buena parte de él. - ¿Ellos, vuestros compañeros también?

Pero la pregunta de Johns, pero suspendida en el aire, sin respuesta, pues ambos, explorador y mago, os levantáis para abandonar la mesa y ascender, con la mirada de Fae a vuestra espalda, al piso de arriba, a la habitación numero 3. Allí, en la privacidad de la habitación, planeáis en voz baja...

Una vez Murdock ha terminado de realizar la falsificación,me acerco ha él y observo el documento.¡Vaya,creo que con este documento podré trasportar mi arco sin problemas...Agarro el documento y trato de guardarlo en la mejor posición posible,para así conservarlo en caso de que tenga que enseñarlo.

Ahora que podemos ir armados,sin ningún tipo de problema aparente,deberíamos salir a la calle y empezar a hacer "amistad"con los guardias...

Bien, ya que no me ha templado el pulso, probaremos primero con ese plan.
De todas formas si no funciona, siempre podemos ir por la tarde a las alcantarillas, salir en aquella calleja que encontraste, y buscar por ahí. Tu serias Ed, y yo seria Frank.
Todo esto lo dice en voz muy baja, apenas imperceptible para el explorador. Tal es la paranoia que está afectando a Murdock...

Desearía quemar todo esta ciudad...comienza a pensar. O al menos, el barrio en donde viven estos malditos.

Hay dos detalles a tener en cuenta. Dice hilvanando el plan.
Primero, que debemos tener cuidado, ya que si hablamos con un guardia vendido a Stend, éste podría enterarse y asesinarlos antes siquiera de ir. Con lo cual, si nos hacen caso, deberíamos convencerlos de ir de inmediato, o al menos de no hablar con nadie sobre ésto.
Lo ideal, seria preguntar a la posadera, si conoce algún capitán de la guardia de confianza...alguien que haya intentado alguna vez detener a estos rufianes, pero sin mucho éxito.

El otro tema, es que si esto falla, yo no tendré más opciones que incinerar a todo guardia que intente detenerme...No soy tan bueno como tu para escabullirme.

En fin. Si todo sale bien, podríamos ir con un buen grupo de guardias, que sospechando un ascenso por ayudar a dos importantes nobles, nos ayudaran a detener a Stend.
Si falla, aun nos queda la mierda. .... Sonríe, ya que no se atreve siquiera a reír. El mago, de pronto, se pone en pie, camina lentamente hacia la puerta, dando un rodeo...y la abre de repente!

Al abrir la puerta de un golpe seco, Jhnos, que estaba al otro lado*, es incapaz de reaccionar como es debido, y su cuerpo, sorprendido, Aaah! - cae hacia adelante, abalanzándose hacia el mago con sus brazos ondeando al aire, frenéticos, en busca de un asidero que no puede ser otro que el cuerpo del propio Murdock.

Yo.. yo, esto... yo, yo no quería...pero es.... lo siento. - con la vista en el suelo, Jhons se disculpa entre tartamudeos, recuperando el equilibrio como medianamente.

Lo sabia! Exclama Murdock hecho una furia, alzando al viejo desde los maltrechos cabellos.
El grito de dolor del pobre hombre es aplacado cuando el mago cierra la puerta de una patada.
Tras arrastrarlo al interior de la habitación, lo arroja contra un catre y desenfunda su espadón. La sangre seca mancha aun la afilada hoja de acero...

Ahora vas a hablar o te mato acá mismo! Quien te envió!

El pobre Jhons tiembla ante el aliento sulfatado del mago del fuego, pero tan solo tartamuda...quizas por haber sido atrapado y no encontrar pretextos.

Escucha Jhons, se que espías para alguien y seguramente han amenazado con matar a tu hermano si no les pasas información sobre nosotros, pero si no nos cuentas todo lo que sabes solo lograrás que los maten a ambos de todas formas!

El mago baja la espada, y lo mira con sus chispeantes ojos.
Lo sujeta entonces del cuello, hasta ponerlo en pie, frente a su furibundo rostro...
Habla entonces muy cerca del hombre, pero en susurros...
Escúchame bien maldito seas! Stern no va a cumplir con lo que sea que te ofreció! Aunque pagues, aunque nos traiciones! Simplemente tomará lo que quiere y se deshará de cualquier molestia! Tu única oportunidad es que YO te ayude...y en verdad, se me están llendo las ganas de hacerlo...

Ante la reacción de Murdock, que coge por sorpresa incluso a Ugluk, Jhons se encoge sobre si mismo y por un instante, su cuerpo parece hacerse la mitad de pequeño y su voz, entrecortada por el miedo y los que pudiera ser llanto, apenas es audible.

No.. no yo.. yo lo si..siento... repite, obligandoos a esforzaros para entenderlo. - él.. mi hermano.. la vida de..de Jhins... continua, sin terminar de explicarse con coherencia, quizás por el espadón o la ira del mago, sucesos que, ambos, logran hacerlo estremercerse y temblar. Si hablo.. si digo... si digo algo.. lo matará.

Lo mejor que puedes hacer es ayudarnos a nosotros.Pues si nos cuentas lo que sabes,podremos rescatar tanto a nestros a migos como a tu hermano.Cuéntanos todo lo que sepas,pues si no te mata él,ya sabes quien lo hará...la última oración la realizo tocando el hombro de Murdock.

Tienes dos alternativas o ayudarnos o morir,¿qué elijes?

Las palabras de Ugluk, destiladas en un tono sin variaciones, directo y franco, y tan solo adornadas con un leve movimiento de su mano, logran captar la total atención de Jhons, quien, ansioso por no mirar al mago, clava los ojos en el drow mientras se esfuerza por controlar a su tembloroso cuerpo. Cuando al fin el explorador libera su amenaza, el que fuera un próspero mercader aprieta los labios y mira, primero al calmado drow y acto seguido al peligroso y enojado mago. Su expresión, una representación pura y franca de lo que representa tener un dilema, se contrae en diferentes muecas, y para cuando al fin habla, la decisión asoma a los ojos del gemelo.

Os ayudaré. - afirma, sintiendo en cada una de sus palabras el dolor propio del miedo, del riesgo. - Uno de los hombres de Stend vino hace un rato, mientras os aseabais. Me dijo que Jhins estaba vivo pero que su precio había variado. Ahora quería saber todo lo posible acerca de vosotros dos y vuestros amigos. Yo les dije lo poco que sabia. - empieza a hablar, y aunque intentáis intervenir, alza su mano, evitándolo, pues al parecer desea, ahora que se ha lanzado, no callar. - Vuestros nombres, cuando habíais llegado, con quien habíais estado y que habías estado en las cloacas. Luego me preguntaron por vuestras cosas... Me he dedicado a la venta de armas y armaduras desde pequeño, así que un arco o una armadura como esa no me pasan desapercibidos. Les hablé de ambas cosas e hice un trato con ellos. continua, y a medida que lo hace, su cuerpo logra abandonar los temblores, y sus ojos, húmedos, se secan con rapidez, asimilando su situación al igual que hiciera su mente. - El trato era llevaros a esa calleja, donde seríais emboscados, y para que fuera creíble, me dieron esa nota. Yo solo tenia que convenceros para hacerlo, asegurarme de que no decidierais actuar de otra forma, como por ejemplo volver a las cloacas. A cambio, mi hermano sería liberado esta tarde. Pero me ofrecieron otra opción. - afirma entonces, y al estar absortos en sus palabras y gestos, cuando Jhons pronuncia su ultima frase, ambos percibís el cambio de su expresión, el brillo de sus ojos y como la comisura de sus labios se estiran para forma una ligera mueca.

"Lo siento, pero es mi hermano. Sangre de mi sangre. Mi familia.". Dice su faz, y al comprender, al daros cuenta del nuevo engaño, intentáis moveros o hablar, pero vuestros cuerpo apenas responden, y vuestros músculos no son capaces más que de protestar, de quejarse por el mero intento de alzar un brazo o pronunciar una palabra, y su única obsesión es descansar, relajarse aún más y obviar cualquier esfuerzo. Vuestras mentes, algo más despiertas, pero no tanto como deberían, intentan pensar, buscar o comprender el como, pero sea lo que sea, seguramente un veneno, también la ha afectado lo suficiente, y lo único que lográis hacer es escuchar y mirar a Jhons, embobados y abocados a un profundo sueño que sois incapaces de evitar. Vuestros labios, separados tan solo unos milímetros permiten que la saliva asome a vuestras inertes comisuras, desde donde resbalan, sin nada ni nadie que pueda evitarlo. - Robaros. Apropiarme del arco y la armadura. Y para ello me dieron un veneno. - Jhons vuelve alzar la voz, abandonada cualquier interpretación, para miraros con pena y arrepentimiento, y aunque parece un sentimiento fuerte y honesto, no parece lo suficiente como para arriesgar la vida de su gemelo. Su pequeña mano abandona uno de su bolsillos, y en ella, atrapada bajo sus dedos, divisáis un pequeño vial casi vacío, aunque aún resta algo de su transparente líquido en el fondo. - No sé si es mortal, pero espero, de corazón, que no lo sea. Yo.. yo os pido perdón, pero Jhins, mi hermano, es muy importante para mi, es todo lo que tengo, todo, y no podía abandonarlo. Espero que lo entendáis. - se excusa, poniéndose en pie para esperar, pacientemente, a que vuestros parpados, en un acto provocado por el veneno, se cierren del todo, sumiendo vuestras mentes en unas absoluta oscuridad, donde unas últimas palabras logran abrirse camino para alcanzar vuestra conciencia antes de que esta sucumba.

Solo puedo deciros que su mayor preocupación era que no volvierais a las cloacas. El tipo lo repitió en varias ocasiones.