Partida Rol por web

Cojo la mano de mi amado intentando que con el tacto se tranquilice dejando que tomen la delantera Ugluk y Murdock.

Si, pero también dijo que no quería volver a vernos más, acuerdate Murdock, así que no se que hará...no obstante continúo el avance tras ellos.

Lo que si es cierto es que llamamos demasiado la atención debido a nuestro olor, con lo cual necesitamos refugio urgente.

Ugluk y Murdock, compartiendo susurros, rodean el edificio del Gato Negro y no les es difícil localizar la pequeña puerta de madera, que a bien seguro debe dar a la cocina, a decir de la basura almacenada, en una especie de cubos de metal, a su alrededor. Un vistazo, rápido, os confirma que dichos recipientes están repletos, en su mayoría, de restos de comida, y el ruido proveniente del otro lado de la puerta, consistente en el rugido habitual de ollas y platos amenizados con los gritos y ordenes, todos acerca del estofado, las verduras o las patatas para la mesa tal o cual, del que seguramente es el marido de Fae, no hacen más que confirmar vuestras sospechas.

En ese instante, la puerta se abre con un sonoro golpe, y al otro lado advertís, igual que ella a vosotros, a la hija de la posadera, quien arrastra una especie de cubo, idéntico a los que abundan alrededor de la puerta. Tras ella, al otro lado de la puerta, llegáis a distinguir la cocina, no muy grande, pero que en esos momentos trabaja a todo trapo a decir del calor que desprenden todos sus fuegos y el revuelo de platos que cuerpos que atisbáis antes de que se cierre la puerta. 

¿Vosotros? - inquiere la muchacha, avanzando dos pasos para colocar el cubo junto al resto, siendo este el quinto. Su rostro, joven, os mira con calma, sin señal alguna de miedo, y en sus ojos advertís que necesita saber que hacéis ahí antes de poder entrar por esa puerta, si es que esa es vuestra intención. - La entrada está al otro lado. - afirma, confirmando la pregunta de su silenciosa mirada.

¿Marie? Susurra el mago.
Dile a Fae que estamos aqui, necesitamos un baño y algo de ayuda. Avisale a tu madre...o a Nakin!

Permanezco silenciosa mientras Murdock habla con Marie, cualquier cosa que pueda decir lo único que puede hacer es enrevesar más la situación.

Ante la urgencia de las palabras de Murdock, la muchacha observa al mago por unos largos segundos, y finalmente, asiente, antes de perderse, nuevamente, tras la puerta.

Al cabo de unos largos minutos, donde el jaleo en la cocina no deja de sucederse, la puerta vuelve a abrirse, y en este caso es Fae quien aparece. La posadera, al veros y oleros, arruga la nariz pero sonríe, y su mirada no deja de mostrar la sorpresa que siente al ver a la drow y al fornido guerrero.

Vaya. - susurra, cerrando la puerta tras de sí. - Si ellos están aquí.. No, no, no quiero saber nada, como os dije sois bienvenidos, pero mejor si yo y los mios quedamos al margen. - Sin dejaros intervenir en su propio y monopolizada conversación, la mujer hace oscilar su mano frente a su nariz, y tras pensar unos instantes, asiente con firmeza. Ahora entrareis conmigo, y cuando salgamos al comedor dirigios directamente a las escaleras. Vaciad esos cubos y coged uno por cabeza, - continua, señalando los susodichos, ahora llenos de restos de comida. - la gente creerá que sois los encargados de la limpieza y además no podrá veros bien. E intentad que esas manchas de sangre no se vean mucho, hay varios guardas en el comedor y puede invitarles a hacer preguntas.

Acabado de explicar su plan, Fae vuelve a sonreír, al parecer contenta del éxito de Murdcok y Ugluk, y de nuevo, abre la puerta, no sin antes tenderos dos llaves, la 1 y la 2. - Marie ya está preparando agua caliente, así que en breve podreis deshaceros de ese nauseabundo olor. Y por favor, cuando os quitéis esas ropas metedlas en los cubos, veré si podemos hacer algo por ellas.

Ahora, si Fae vuelve a escabullirse hacia la cocina, pero aún en el último instante se vuelve para preguntar. - ¿Y jhons? ¿Ha pagado por sus actos?

Si. Tanto él como su hermano. Confirma Murdock.
Quieres detalles?
El mago toma uno de los cubos, y tras cubrirse con éste la herida de sangre en el vientre, se dispone a seguirla al interior de la posada.

Cruzo con Zenram la posada tal como dijo Fae sin ningún problema hasta llegar a las habitaciones, gracias Fae te debemos una bien grande.

Ante la mención de Jhons enarco la ceja al escuchar la aclaración de Murdock mirándole fríamente, entonces le has matado?, pregunto inquieta y algo nerviosa ante la respuesta sin duda afirmativa que me dará, yo si quisiera que me contases los detalles.

No lo maté en realidad. Solo que decidió quedarse a morir entre el cadáver de su hermano....y las llamas.

Murdock sonríe con sus dientes amarillos por mascar azufre, y entra ya a la posada.

Atravesada la cocina así como el comedor, a reventar de gente que os lanza suspicaces pero insignificantes miradas, entre ellas un grupo de guardas, ascendéis las escaleras que os conducen a la planta de arriba, y tal y como os señalara Fae, que se queda abajo tras gritaros que os encarguéis de toda la mierda acumulada en las habitaciones 3 y 4, os adentráis en la numerada con el uno.

Marie, la hija de Fae, os saluda con un silencioso asentimiento, y rauda, En la otra habitación hay dos bañeras. En unos minutos el agua estará lista. abandona la habitación junto con su jarra vacia, dejando tras de si una bañera repleta de agua caliente y donde caben, al menos, dos personas. La cama de matrimonio, y así como el armario, que complementan a la pequeña mesa y las cuatro sillas existentes, indican que es una habitación para alguien que comparta algo más que amistad. La única ventana permanece cerrada a cal y canto.