Partida Rol por web

Imagino que serán los elegidos de ella aunque Lucius no estaba, son cuatro curiosamente como nuestro número; aunque irradian un aura de maldad y un poder inmenso; y me veo en la prisión con Solkan, él me quita a mi hijo de mis entrañas, llevo mi mano a mi barriga acariciándola, y sí, antes de que pregunte se lo confieso, estoy embarazada.

Teniendo unas cuantas horas por delante, y mientras Ugluk se encarga, con Zenram, de vigilar el comedor, tanto Daenerys como Murdock suben a la planta de arriba, donde se encuentra con un pasillo sucio y estrecho flanqueado con un puñado de viejas puertas, las cuales custodian habitaciones donde la limpieza se lleva a cabo muy de vez en cuando. Todo y eso, y teniendo en cuenta que la verdadera razón de vuestra estancia es pasar únicamente un puñado de horas, y no dormir allí, no le ofrecéis importancia, y decididos a confiar en el plan del mago, dejáis pasar el tiempo.

Cuatro horas después, tiempo más que suficiente para que Zenram y Ugluk confirmen que casi nadie osa entrar en ese local, más que algunos mendigos o viajeros extremadamente pobres, así como para que Dae medite en su habitación, y Murdock, junto a la drow, hacen al fin acto de presencia, el mago con una confiada expresión en el rostro, y se acercan a la mesa en la que el guerrero y el explorador beben y comen algo.

Murdock baja las escaleras, seguido de Daenerys. El rostro del mago se muestra algo ojeroso debido al esfuerzo, pero evidentemente le descanso también le ha venido bien al resto de su cuerpo.
Ya está todo listo. Les dice en voz baja a Zenram y a Ugluk.
Busquemos un lugar apartado cerca de la puerta este y salgamos de acá...

Ante la llegada de Dae y Murdock, el guerrero desvía la atención de la puerta del local, y asiente ligeramente al mago a la vez que mira a los ojos de su amada, dándole la bienvenida con una suave sonrisa.

Estupendo. Este sitio es un verdadero antro, y cuanto antes nos marchemos mejor. - comenta, asqueado y sin esconder una mirada a los dos semiorcos que siguen en el local. Pero antes, dinos, Murdcok, ¿como vamos a salir?

Haré que todos nos volvamos invisibles...es decir, que ningun guardia podrá vernos aunque estemos a su lado. Pero deberemos caminar lo más juntos que podamos, y no hacer ruido.

El mago, observa a lo lejos la gran puerta, y los grupos de guardias que vigilan y registran a la larga fila de transeúntes, en busca del mejor lugar para escabullirse sin chocar a nadie.

Espero ademas, que no hayan apostado a nadie capaz de detectarnos... algún perro o algo peor.
Quizás, considerando que ésta es la puerta más critica, nos convenga salir por otra dirección, y luego rodear el muro hacia el este...*

Entonces ha sido un buen regalo, palmeo amistosamente el hombro del mago con una media sonrisa, aunque mi rostro aún refleja la preocupación de lo hablado con anterioridad.

Parece un buen plan, tened en cuenta que no podeis realizar acciones bruscas, sino os volvereis al momento visible, por lo demás creo que estamos preparados.

Abandonando la posada con una única y curiosa mirada del posadero y sus dos amigos semiorcos como despedida, agradecéis alejaros de su pútrido olor, cautos, os acercáis nuevamente a la salida de la ciudad, donde ambas colas, de entrada y salida, siguen ahí, aunque la fila de salida es mucho menos numerosas, sin duda debido a la tardía hora del día. Por fortuna, los guardias no pueden abarcar todo el espacio, y rodeando las colas es fácil escabullirse hacia las puertas sin mucho inconveniente. Además, tampoco hay perros o ningún otro tipo de animal que pueda delataros, por lo que lo más arriesgado será cruzar las propia puerta, custodiada por dos hombres a uno y otro lado, lo que unido a las filas, os limita el espacio al justo para pasar de uno en uno.

Y en ello meditáis, cuando desde vuestra posición, a cubierto en una calle lateral cercana, veis aparecer a Leila, quien acompañada por cinco tipos altos y rudos, se detiene a una distancia prudencial de las puertas. Entonces señala la salida de Eflun, le susurra algo a los hombres, y se da media vuelta, alejándose a grandes zancadas y con el rostro crispado en una mueca clara de enfado y mala leche. Los cinco hombres, por su parte, se apostan alrededor de las puertas y la calle principal, donde intentan disimular mientras vigilan la gente que lentamente abandona Eflun.

Ugluk, mira!...Leila! Señala Murdock en un susurro al descubrir a la joven bibliotecaria en la distancia.
¿Que le has dejado escrito?
Murdock, hace una mueca de disgusto bajo su capucha, al descubrir que la mujer ha escogido casualmente la puerta Este...de todos modos, es lógico que deduzca cual dirección usaran, luego de la conversación que habían tenido.
Una vez más, Nakin los había salvado.

Sonriendo al descubrir que su idea de visitar a Nakin les había evitado muchos problemas, el mago agrega.
¿Que hacemos? Nos vamos ya o quieren ir por ella?
Matar a la mano derecha de Jaleni es un primer paso...sin su diestra, le costará más trabajo manejar la espada de mi padre...

El ver a Laila ahí me sorprende de sobremanera y aún mas cuando veo los que la acompañan y como se apostan en la puerta imagino que buscándonos, Murdock no tarda en hacer una pregunta obvia acerca de la nota; de su respuesta al parecer estaremos todos pendientes, sólo rezo porque no le contase más de lo debido.

Yo me iría y cuanto antes mejor, esto se complica por momentos.

Entrecerrando los ojos, el guerrero aprieta los labios en una seria mueca de preocupación mientras su mirada persigue a los tipos que la buena de Leila ha decidido aportar para a vigilancia de la salida de Eflun. Malhumorado en el acto, Zenram no puede evitar lanzar una feroz mirada a Ugluk, pero lejos de decir nada, se contiene a la espera de una respuesta a la pregunta del mago. Tampoco sería descabellado que Leila haya pensado que nos largábamos y de ahí que nos busque, no tiene porque haber sido Ugluk o su nota. El guerrero disminuye la fuerza de su mirada al drow, y tras un suspiro, vuelve a dirigirla a la puerta de la ciudad.

Esto no complica las cosas, tu idea sigue funcionando haya diez guardas o doscientos, ¿no?. Pues larguémonos.

De acuerdo. Vamos a intentarlo! Todos acérquense a mi, y mantenganse unidos...si alguien se aleja demasiado, o si interactuan con los demás, la ilusión fallará...Vamos!

Le dije,que pase lo que pase que la quiero.Le susurro a Murdock.Además sigo convencido que su intención es la de acabar con Jaleni,así que no pienses mal de ella,al menos por el momento.Seguidamente cayo y sigo a mis amigos,con el máximo sigilo posible.

Tomada la decisión, y sin tiempo para demorarla más, el mago asiente, y tras cerrar un instante los ojos, concentrándose, mira a un o y otro lado, y advirtiendo que nadie les ve o vigila, empieza a salmodiar unas extrañas y complejas palabras. Y mientras lo hace, el resto unís vuestras manos y guardáis silencio mientras os situáis en círculo alrededor del mago, hasta que al fin, Murdock lanza algo al aire y exclama una ultima palabra antes de sonreír, triunfante, pues su conjuro ha surtido el efecto deseado, y para el resto, no sois más que aire.

Sintiéndoos seguros, o al menos todo lo posible dada la situación, y siempre guiados por el mago, abandonáis vuestro escondite y os internáis en la zona despejada de edificios de la salida u entrada de Eflun, donde cautos, rodeáis las colas y os dirigís a las propias puertas, la zona más peligros y arriesgada que debéis atravesar. Allí, entre los guardias y las filas de gente, apenas disponéis del espacio justo, en medio de todo, por lo que tras coger aire y situaros entre ambas filas de gente, continuáis moviéndoos, aunque ahora mucho más tensos y preocupados....

Varios largos minutos después, donde sentís rodeados, y demasiado cerca para vuestro gusto, por el aliento y las voces de los hombres y mujeres que anhelan entrar en Eflun, en su mayoría campesinos, y otros tanto, que desean salir, menos numeroso y en su mayor parte comerciantes y viajeros, dejáis atrás las puertas, y ansiosos por liberaros de la tensión, hacéis lo propio con el camino, dirigiéndoos a un pequeño grupo de árboles cercanos, desde donde al fin, podéis observar Eflun y el transito de gente de entrada y salida, sin riesgo a ser descubiertos.