Partida Rol por web

La fatal flecha disparada por Ugluk logra alcanzar el cuello de su objetivo, y el enmascarado, arrebatada su vida, se desploma en el suelo, la sangre manando a raudales de su cuello...

El mago, ante la situación, no duda un instante, y con rápidas zancadas alcanza un posición ideal para ensartar a uno de los hombres, el cual, sorprendido, tan solo puede escupir sangre antes de caer al suelo, muerto a causa de la profunda y mortal herida de su pecho, causado por el filo del enorme arma.

El último de los hombres, advirtiendo su difícil situación dada la muerte de sus compañeros, mira a uno y otro adversario, y finalmente, y sabedor de que no podrá huir, lanza una estocada sobre el mago en busca de un golpe mortal, pero el arco realizado con su espada es muy lento, y el mago, en un fácil movimiento, desvía la hoja y evita cualquier daño.

Zoe,como un acto de reflejo carga contra el enmascarado que tiene más próximo,pero este esperando el ataque se anticipa y logra evitar un mordisco que hueviera sido definitivo,para él...

Viendo que el enmascarado está siendo controlado por mis compañeros,me apresuro hacia la esquina para perseguir al otro enmascarado que intenta huir...

Cuando giras, siguiendo el pasillo, tu mirada se encuentra con una puerta de madera, cerrada, tras la cual aún es posible escuchar el ruido de pasos y voces.

Murdock se mueve un paso hacia Ugluk, pisando un brazo del encapuchado recien muerto, y se concentra un instante para que la esfera de fuego vuelva a cargar contra el ultimo de los asesinos.
El fuego envuelve sus ropas de oscura seda, quemandole la capucha del rostro y la negra capa. Murdock aprovecha para intentar rematar con su espadón, pero su pie resbala del brazo ensangrentado que estaba pisando, y erra el golpe!

Maldita basura! Suelta tu espada o serás alimento de ésta...cosa. le amenaza al ver que Zoe se lanza dispuesta a devorarla.

Ante la acometida de Zoe, el enmascarado centra sus sentido en evitar las zarpas y los dientes del animal, y aunque lo consigue, el movimiento lo deja indefenso ante la esfera de fuego, la cual prende sus ropas y parte de su carne, arrancándole un gemido de dolor.

La joven, pues se trata de una muchacha de unos veinte años, se siente indefensa del todo, a merced del afilado espadón del mago, pero por fortuna para ella este resbala, y su golpe tan solo corta el aire, ofreciendo una ligera ventaja a la joven, quien no duda en aprovecharla, y con un veloz golpe, consigue que su arma alcance a Murdock en su brazo izquierdo.

Me dirigo hacia la puerta y la abro...

La esfera de fuego vuelve a golpear a la joven, herida de gravedad, y esta, sumida en un intenso dolor, parece decidida huir, a escapar de la muerte que parece acosarla en vuestras armas, pero Zoe no parece dispuesta a dejarla, y de un salto, se abalanzas sobre ella, logrando que sus mandíbulas se cierren alrededor de cuello, donde aprietan y estiran, desgarrando la carne de forma brutalmente eficaz. La enmascarada, con un importante reguero de sangre manando de su garganta, cae al suelo, muerta.

En el instante en que el último de los hombres, en este caso una mujer, cae al suelo, su vida arrebatada por el fuego mágico y las fauces de Zoe, Ugluk abre la puerta que bloquea el pasillo, y, sorprendido, observa el escenario que espera al otra lado, aunque antes de poder abarcarlo al completo, el ruido de tres arcos al liberar sus flechas llama su atención, a tiempo suficiente de poder esquivar una de las saetas.

Tras los disparos, de los tres hombres que parecen guardar dicha puerta, una rápido vistazo de la sala, muestra a muchos más enmascarados, pero otros cuatro, todo y observaros por un instante, parecen enfrascado en defender la otra y única entrada adicional a la gran sala, donde mesas, armarios y catres, repartidos por la estancia, os dan a entender que se trata de una especie de barracón de guardias. Y en dicha entrada, una puerta de doble hoja, lográis avistar a Zenram y Dae, el primero malherido a causa de las saetas, la segunda recién aparecida tras hacer uso de sus poderes, logrando que un fuerte viento sople entre ellos y los arqueros que los apuntan.

Una vez situados, el ruido de los arcos al volver a ser cargados, bajo la orden de un cuarto tipo, situado a un lado, os devuelve la atención sobre los hombres que os acosan, pero un ensordecedor grito, de Zenram, llama la atención de estos, lo que os granjea unos segundos de ventaja...