Partida Rol por web

Tras abandonar la posada, y guiados por Leila, os encamináis a una de las calles cercanas, donde se detiene frente a una casa más alta que ancha. Con apenas unas pocas palabras, la hermosa mujer abre la gruesa puerta de madera, invitándoos a entrar.

La casa, de dos plantas, destaca por su sencillez y escasez de muebles, los cuales parecen ser los mínimos y necesarios para vivir. No hay señales de ostentación, y mucho menos de riqueza, pero tampoco es pobre o austero, simplemente parece sencillo y suficiente.

Tras un pequeño tour por la primera planta (comedor, cocina y biblioteca), donde os asegurais de que nadie ha vuelto a entrar, Leila os conduce a la segunda, donde os muestra dos habitaciones, la suya, y a su vez la más grande de la casa, y otra algo más pequeña y que define como la de invitados. En esta última, a cubierto por unas mantas, descansa el cuerpo del supuesto asesino.

Está ahí. - os informa Leila, señalando con el dedo desde el umbral de la puerta, al parecer con la intención de no acercarse más. - Ugluk y yo lo dejamos ahí anoche. - agrega, antes de permitiros entrar en la habitación.

Tras las palabras de Leila, ambos, pues Jhnos también se queda fuera, os acercáis al cadáver, para tras destaparlo comprobar que se trata de un humano, y al igual que en la posada bastenate joven, que viste completamente de negro, e incluso cubre su rostro con un pañuelo del mismo color, aunque en este caso descansa en el suelo.

Murdock se coloca en cuclillas frente al cadáver, y tras descubrir la tela que lo esconde, comienza a inspeccionarlo.
A continuación, extrae de su mochila unas ropas negras, similares a las que lleva el muerto, y las compara.

Todos los que nos atacaron anoche en la posada vestían igual, y se cubrían con ésto el rostro. Dice el mago.

Cuando Murdock extrae las ropas de su mochila, apenas os ahce falta un ligero vistazo para comprobar que estas son casi iguales, y las unicas diferecias pueden ser el talla, ya que tanto el material como el color es idéntico.

Bien.
Sabemos que un grupo de humanos y drows, seguramente gente de Jaleni, nos atacaron acá y en la posada. Por suerte no tuvieron éxito, pero es probable que vuelvan a intentarlo.

Que dicen si vamos ahora a las cloacas? Tal vez podamos seguirles el rastro por ahi.

Estoy anioso por explorar esa zona,aunque sean las cloacas debe haber algo interesante,respondo al mago sin dejar de observar al cadáver,pero,necesitaré mis armas para ello,segúramente las necesite,las tenías tú,cierto?,desvió la mirada del cadáver para observar  Murdock.

EL mago le tiene las armas a Ugluk, y sin más preambulos se preparan para dirigirse a las alcantarillas.

Ante la intención de dejar el cuerpo en la casa hasta la llegada de la noche, el rostro de Leila se cruza con una mueca de disgusto, pero lejos de discrepar o opinar lo contrario, guarda silencio al respecto, centrando su atención en el tema siguiente, las cloacas.

Yo, yo os esperaré aquí. - afirma, como si necesitase que dicha obviedad se pronunciase en voz alta, por si acaso. - Bueno, mejor en la biblioteca, tengo que trabajar. - agrega rápidamente, mientras abandonáis la habitación para descender hasta la planta de abajo y deteneros ante la puerta de salida.

Con timidez, pero al parecer ansiosa por hacerlo, la joven acerca su rostro al de Ulgluk, y tratando de hallar el momento menos incomodo, quizás cuando Murdock y Jhons abren la puerta para salir, planta un silencioso beso en los labios del drow. - Ves con cuidado. Me gustaría volver a verte.

Ante el claro deseo de intimidad, Jhons parece actuar con la experiencia de la edad, y rápidamente, y sin esconder un divertida sonrisa, adelanta su brazo hacia el pomo de la puerta, abriéndola mientras llama la atención de Murdock.

Esto, ¿quieres que yo os acompañe ahí abajo?. - pregunta, al parecer un tanto nervioso ante la posible respuesta.

Respondo el beso de Leila con entusiasmo.Y a mi también,le digo sin soltarla,seguidamente le doy un nuevo beso,suave y carnoso.Sabiendo de la timidez de Leila,la suelto y la dejo libre.

Bueno,este cadáver no podemos dejarlo aquí,así que debemos hacer algo con él.desvio la mirada hacia el que intento hace apenas unas horas asesinarme.Me pregunto por que vino a esta casa...me quedo pensando intentando hallar una respuesta.

Podemos dejarlo envuelto en unas frazadas, y oculto luego en un ropero. Pero no vamos a sacarlo a la calle en pleno día. Confirma el mago.