Partida Rol por web

Con ojos tan inocentes que para alguien externo podría parecer que ambos teníamos la misma edad.

- Si, hay que montar la tienda para dormir... -mientras seguía hablando iba inclinando la cabeza como si no entendiera a que se refería- Yo... me... refería... a... montarla... -duramente mi cerebro trabajaba para tratar de descifrar porque decía de esa manera lo de dormir con ella, era una niña pero no creía que fuera tan pequeña como tener miedo por la noche y querer dormir con alguien- ¿Eh? -entonces las dos neuronas conectaron, o puede que fuera solo una que decidió ponerse a trabajar ¿quien sabe? entendí que tenía en mente y empecé a negar con grandes aspavientos y la cara roja cual tomate- No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no... -tras concretamente dieciocho negaciones creí haber dejado el mensaje claro- Yo solo quería ayudarte a montarla, solo eso lo juro, solo eso... -avergonzado aparte la vista hacia un lado y me rasque la mejilla con un dedo- ¿En serio estabas dispuesto a eso conmigo? Supongo que es un cumplido... No he dicho nada, nada, nada...

Tras secarse las lágrimas, aún con los ojos enrojecidos, fue a donde estaban Yadiel y Saito. Vio que una estaba con la mirada baja, sonrojada y el otro igual de rojo, incluso nervioso, habiendo los dos quizás dicho algo bonito o visto algo que les hiciera sonrojarse mutuamente. Aquello era cálido, ver que se llevaban tan bien la hizo sonreir un poquito. Con esas gotitas de energía que recibió al verles animados Ayame hizo acopio de fuerzas e intentó estudiarse bien el libro de instrucciones de acampadas. -Desde pequeñita siempre quise ir de acampada con papá y mamá, aunque nunca pudimos ir... - murmuró mientras se ponía a ello para montar la tienda de campaña. Como le apasionaba el tema ya había leido más de una vez cómo iba la cosa, y se sorprendió a si misma de lo -...Supongo que le tenía tantas ganas que me acabé aprendiendo los pasos y como cien consejos y curiosidades inútiles, ja ja ja...-

Tras acabar con su refresco, Hotaru se acercó a ayudar al grupo que estaba tratando de montar el campamento. Viendo que Yadiel y Saito estaban manteniendo una conversación... de carácter privado, dado el notable rubor de ambos se acercó a Ayame que trabajaba laboriosamente. Suspiró al escucharla hablar con esa tristeza sobre su pasado. 

- Mi madre murió cuando era muy pequeña, nunca pudimos hacer juntas. Me habría gustado poder cocinar, ir de compras, y esas cosas.. Te entiendo perfectamente, Anemashi-san. 

Comentó con seriedad, antes de desviar la conversación hacia una perspectiva más alegre. - Pero al menos hemos podido venir de acampada, y estamos en buena compañía, ¿No crees? 

Tras esta última pregunta le dedicó una sonrisa bondadosa y reconfortante, con la intención de animarla. - Seguro que aprenderemos muchas cosas y nos lo pasaremos bien. 

    Conocía de hace bastante poco a mi hermanastra como para saber decir que este comportamiento era común en ella ... aunque la otra vez en el café... pero es familia... a ella puedo perdonarla por cualquier cosa que quiera o vaya a hacer, por otro lado...

.... Cuida tus siguientes palabras muchacho...

...  no querrás que ...

   Viendo que todo el mundo parecía mas interesado en armar los campamentos que en ayudar con la comida, simplemente seguí trabajando en silencio, probando que las medidas fueran las correctas... que no faltara nada... y bueno...

...¿ cuanto es la dosis mínima para ?...

... no...

...seria demasiado obvio...  

No puedo evitar emitir un suspiro de alivio cuando Saito dice que no. Ante su siguiente pregunta, me sonrojo un poco

-Bueno... pense que Saito-senpai no se reiria de verme con mi pijama... mi madre dice que es muy infantil, asi que no me gusta que la gente me mire con él puesto-confieso, aunque me parece que Saito estaba pensando en otra cosa cuando hablabamos, pues su cara actualmente muestra una extraña mezcla de confusion y desconcierto

Por otra parte, una extraña mansion de tela se habia levantado, parece que, al final, pude vaguear un poco con la tienda, aunque el resultad obtenido por mis senpais era notable

-Wow... eso es una tienda? Mi antigua casa es casi del mismo tamaño...-comento al grupo, alucinando. 

En la cocina al aire libre que teniamos, Yuuta-nii-san estaba preparando la comida, asi que me acerco a ayudar un poco, que el pobre chico lo veia un poco malhumorado, probablemente se sienta solo

En los arbustos que rodeaban el campamento unas ramitas se movieron y una cabeza de Momoka apareció entre ellos. 

- Objetivo localizado - mi vista se fijó en Lilie, quien parecía haberse comido un limón. 

Tras volver al campamento y ayudar un poco con la cena, desaparecí durante unos momentos para reaparecer entre la vegetación, como si estuviera en una misión secreta. Mientras miraba a la pequeña, mi mirada se desvió hacia Tetsuya y sonreí tontamente. Desde que habíamos caído al agua de vez en cuando mi mente se perdía en los recuerdos y mi rostro lucía una mirada soñadora.

- Concentración, Momoka, concentración - me di unos suaves cachetes en las mejillas y volví a centrar mi atención en Lilie.

- Es hora de pasar a la fase final de mi plan en tres partes para recuperar a Lilie-chan - y dicho esto, volví a ocultarme entre la vegetación.

Me arrastré con sigilo entre las ramas de los arbustos y aceché a la niña hasta que pasó cerca de un lugar oscuro y lleno de hierba alta. Entonces, mi mano surgió rápida y capturó en silencio a la pequeña, en un visto y no visto. Le tapé la boca, le sonreí y me la llevé como si fuera un pequeño saco de patatas, sin darle explicaciones. Fui de lo más silenciosa, aunque a mi paso por la vegetación un buen observador podría ver el movimiento de las plantas al moverse.

Apenas un par de minutos después, salí de las hierbas altas con Lilie todavía en mis brazos con la boca tapada. No nos habíamos alejado demasiado, pero sí lo suficiente para que nadie nos oyera. Estábamos en un claro a la luz de la luna y, aunque las luces del campamento no llegaban hasta allí, algo más iluminaba el claro. En el suelo, había pintado un pentagrama con dibujos elaborados y velas rojas encendidas. En medio del pentagrama, había un símbolo que cualquier cultista satánico podría reconocer como un símbolo de sacrificio.

- Lilie-chan, este es mi último regalo para ti, para que veas lo importante que eres para mi - llevaba puesto encima una capa marrón que desabroché y dejé caer al suelo revelando un vestido blanco ligero, de las que se veían en las películas en las ofrendas para sacrificios - me ofrezco a ti en sacrificio.

Con movimientos ceremoniales, le puse en la mano un cuchillo brillante con bellas inscripciones y dibujos satánicos. Después, con elegancia y actitud solemne, me tumbé tranquilamente en medio del pentagrama. El cuchillo era realmente un juguete muy realista que se deslizaba hacia dentro cuanto se "apuñalaba" y que vertía una sangre falsa para darle aún más realismo, pero esperaba que a la macabra y adorable niña le gustara toda la escenografía.

Mis ojos se abren como platos al escuchar las siguientes palabras de la niña, la miro de reojo, soltó un suspiro y me paso la mano por la cara.

- Je,je,je... ¿era eso lo que te preocupaba? No te preocupes no podría reírme de algo como eso -aún así seguía estando algo incómodo así que me distraje montando las tiendas de manera muy efectiva, la única que me seguía el ritmo era Ayame que parecía directamente no leerse la instrucciones, al acabar mire nuestra obra, luego volví a mirar como se supone que debía acabar según las instrucciones- Ey, estas instrucciones son de estas tiendas es que la nuestra... bueno, es un poco mas grande... Da igual mejor para nosotros. Por cierto Ayame buen trabajo, yo también quería hacer acampadas de pequeño en familia pero nunca... -durante un fracción de segundo aparte la mirada- ...tuve la oportunidad si quieres podemos repetir esto algún día. Pasar la noche en la naturaleza me parece de lo mas relajante puede venir bien cuando se acerquen los exámenes.

Parecía que todos se habían organizado ya en los respectivos puestos, Tetsuya no quería incordiar ni molestar con nimiedades, por lo que decidió apuntarse a lo que parecía que necesitaba más ayuda, la cocina. - Ya sabes que no soy muy habilidoso, pero intentaré hacerlo lo mejor posible. - dijo a Yuuta, con quien ya había compartido algunas experiencias en cocina.

Lamentablemente el esfuerzo que hizo por intentar ayudar no fue suficiente como para hacer una comida demasiado rica... Como de costumbre, él no marcaba la diferencia.

Se acabó el tiempo de preparación y los profesores y encargados empezaron a revisar el trabajo de todos los alumnos. Cuando llegó al variopinto grupo que formaban, lo primero que hicieron fue probar lo que habían cocinado. Se miraron entre ellos, con una cara bastante neutral. - Meh. - fue la calificación que recibieron los jóvenes.

Sin embargo al llegar a las tiendas de campaña, los profesores la revisaron de arriba a abajo, estaban asombrados con aquello. De hecho incluso uno de ellos, para demostrar que no estaba tan bien y que él sería capaz de hacerla mejor, tiró una piedra encima... ¡Pero rebotó y le dio en todo el pie! El resto de profesores tras ver esto, aplaudieron y felicitaron al grupo. Haciendo entrega a los presentes de un pequeño premio.

La noche había caído completamente y se respiraba paz en el ambiente, aunque el sueño y el cansancio se empezaban a hacer presentes en vuestros cuerpos. Algunos profesores rondaban por los alrededores, vigilando que ningún chico se metiera en tiendas de campañas de chicas... Y viceversa.

¿La madre de Hotaru también había...? Y Saito tampoco había podido nunca ir de acampada con la familia... Ayame se sorprendió muchísimo de encontrar que coincidieran los tres en eso. No era que se alegrara de las desgracias ajenas, sino de poder hablar con alguien de ello, y que la entendieran, especialmente porque Ayame no sabía poner en palabras toda aquella angustia que sentía a veces, cada vez que recordaba a su madre. Aún si los casos no fueran el mismo, y se alegraba de que no fuera así ya que no le desaría lo que ella había pasado, lo que pasaba día a día a nadie, aún a pesar de ello, se sentía reconfortante de alguna manera.

Antes de que los profesores les separaran en grupos de chicas y chicos, Kitagawa-kun le propuso repetir la experiencia un día de acampar en la naturaleza. "Me encantaría..." Poder hacer una acampada todos juntos sin tener que seguir los horarios y actividades de la escuela les permitiría de verdad relajarse y hablar... Aunque en favor de la escuela, aquel día estaba siendo genial para Ayame... obviando bueno, la que le había liado a los pobres Tetsuya, Momoka, Lilie y Saito...

Cayó la noche completamente, el cansancio se acumuló en vuestros cuerpos y decidisteis que era el momento ideal para ir a dormir. Las chicas durmieron en dos tiendas de campaña, de tres en tres, los chicos por otra parte, al ser solo tres, pudieron dormir todos en la misma. No hubo tiempo para muchas charlas pues los profesores andaban merodeando por los alrededores y echaban una bronca bastante severa contra aquellos que aún no habían apagado las luces, por lo que no hubo más remedio que dormir.

Unos puede que soñaran con lo bien que lo habían pasado hoy, otros con rituales satánicos de bromas e incluso alguno puede que tuviera un sueño subidito de tono... Pero lo que no había soñado nadie es lo que se encontrarían los jóvenes a la mañana siguiente...

Al despertar, en cada tienda de campaña hubo una desagradable sorpresa para los que allí se encontraban. En la tienda de Ayame y Lilie, encontraron a una Hotaru con la cara empapada de sangre, la cual presumiblemente apareció por la nariz de esta. Por mucho que intentaran despertarla, esta no respondía. Era tal la preocupación de Ayame, que no se había dado cuenta de que ella también había sangrado un poco por la nariz. La pequeña, sin embargo, no le dijo nada, pues pensó que sería un nuevo look que estaría intentando, para no ser tan normie.

En la tienda de Momoka, Yadiel y Umi, ocurrió una situación similar con la tercera, sangre por toda su cara y ninguna respuesta por parte de la joven. Solo en la tienda de campaña de los chicos, se rompió este patrón, pues si bien Tetsuya se hallaba con la cara llena de sangre, al intentar despertarle, este abrió los ojos. Aún que la situación podía parecer mejor para el joven peliblanco, era incapaz de ponerse en pie ni gesticular palabras, de hecho sus ojos presentaban una horrible agonía.

Corriendo, los estudiantes fueron a avisar a los profesores y responsables de la acampada, los cuales examinaron uno a uno a los jóvenes. Las malas noticias pronto se hicieron saber, Hotaru y Umi habían muerto. La causa era desconocida, pero debido a aquél sangrado nasal y a que fuera tan repentino, se dedujo que fue un fallo cerebral, causando la muerte de forma instantánea.

Ese día no acudisteis a clase, pues otro evento más importante os reclamaba, un doble entierro. Los familiares de ambas chicas estaban desconsolados, relataban entre ellos lo felices que se las veía antes de ir al campamento y lo repentino e inesperado que había sido aquello. Los jóvenes restantes se vieron impotentes al no poder contar la verdad de los hechos, al no poder contar todo lo que estaban viviendo, los nuevos poderes que habían adquirido y la noble causa que ambas chicas estaban sirviendo.

Aún con el corazón y el pecho algo agarrotados, sabíais que no teníais demasiado tiempo para llorar. Tetsuya había sobrevivido por los pelos, aunque aún se encontraba en estado crítico en el hospital. Después del entierro fuisteis a verle y las noticias no fueron demasiado esperanzadoras. Los médicos no sabían que le pasaba, pero si que sabían que su estado iba a ir cada vez a peor, hasta que finalmente no podrían hacer nada y el joven peliblanco, perecería.

Una fecha límite para mejorar le dieron antes de que su estado fuera mortal, dos semanas. Tras escuchar esa fecha, os pusisteis tensos, pues sabíais que era el tiempo que tendríais para encontrar al responsable de esto y liberar a vuestro compañero. El tiempo jugaba en vuestra contra una vez más, el tiempo de paz había terminado.

Hacía un día perfecto, tenían todo el bosque para ellos solos y Ayame no podría estar más feliz compartiendo su lugar favorito con Saito. Después de que soltaran las cosas extendió los brazos, tomó los de Saito y se puso con él a dar vueltas de alegría hasta caer juntos sobre la hierba al perder el equilibro del mareo. "Desde que era pequeña cuando tenía que buscar un sitio donde calmarme y la música no funcionaba... siempre iba al jardín de mi casa y al invernadero... creo que fue allí donde le tomé tanto cariño a la naturaleza... pero nunca tuve oportunidad de ir al bosque con nadie... ¡es infinitamente mejor!"

Había cargado con dos mochilas a la espalda y una bolsa donde llevaba la tienda para asegurarnos de tener todo lo que pudiéramos necesitar durante la acampada, aunque el hecho de llevar todo ese peso no parecía importarme mucho. Al llegar al bosque tuvimos que caminar un rato hasta dar con un buen lugar, cerca de un pequeño claro y un lago, lo primero que había hecho fue dejar caer todo lo que cargaba en el sitio que considere el mejor para montar la tienda. Cuando de improvisto Ayame agarro mis dos manos tirando de mi para dar vueltas, me había pillado por sorpresa pero rápidamente le seguí el juego sonriendo como ella.

- Yo hace años que no lo hacía... Cuando era mas pequeño solía ira menudo al parque de Yoyogi, estaba cerca de mi vieja casa en Shibuya. Con mi padre atrapábamos insectos, obviamente luego los soltábamos pero esa era una de las muchas aficiones suyas que compartió conmigo... En los veranos siempre íbamos de acampada a la montaña, me enseño un montón de cosas... -esta era una de las pocas veces que había hablado de mi padre- Pero desde que... bueno, desde que murió dejé de hacer este tipo de cosas -miraba al cielo, respire hondo una sola vez y me senté en la hierba sosteniendo la mano de mi novia- Lo siento por eso, no es momento de sacar temas tristes. Estamos aquí para disfrutar el uno del otro ¿no? -comenté recuperando mi sonrisa- Venga, vamos a montar la tienda. Te enseñare un par de trucos.

Me había puesto en pie y tiraba levemente de ella para ayudarla a levantarse también, solo que justo cuando lo hizo volví a besarla... esta vez mas rápido y con una risa como si hubiera hecho una trastada al acabar.

"No te preocupes por eso..." contestó ella apretando la mano de Saito con cariño. "Siempre estaré para ti para lo bueno y para lo malo. Poder contar las cosas tristes... para eso precisamente están los amigos y n-n-novios ¿no?" le dijo ruborizándose un poquito. Todavía le costaba asumir que había no solo hecho amigos, ¡sino hasta que había entrado en una relación sentimental! Casi como para recordárselo, cuando la levantó con brusquedad le robó un nuevo beso, uno rápido y travieso. Ayame no se lo pensó dos veces y se abalanzó encima suya, tirándolo de vuelta al suelo de hierba de la brusquedad. Y quedando encima de él, le dió un besito en los labios. "Hehehe... ¡yo también sé hacer eso!"

Agradecí sus palabras pero igualmente no me gustaba el manchar este momento tan bonito... tan nuestro con recuerdos que ya no debían afectarme. Y antes de poder darme cuenta sobre que estaba pasando ya estaba de nuevo en el suelo tirado aunque esta vez con ella encima, esta situación se me hacía terriblemente... ¿incómoda? No, esa no era la palabra... Mi cara era un completo semáforo rojo, además de que reía nervioso incapaz de mantener la mirada en mi novia.

- Ya veo... P-pero en serio... deberíamos ir a montar la tienda... y-ya sabes dentro de poco será de noche... y deberíamos t-tener un sitio donde dormir antes -se me notaba sorprendentemente nervioso al no tener el control de la situación en aquellos momentos-  Emmm... Ayame... No tendrás nada raro en mente ¿verdad? -había cierto tono de miedo en mis palabras- ¿verdad?

"¿Algo raro?" ladeó la cabeza intentando interpretar la pregunta. Cuando cayó en la cuenta de que estaba encima de él, y que estaban solos en el bosque, que iban a pasar la noche a solas, en el mismo campamento... ¿dormirían juntos? ¿O...? Se puso muy roja y agitó la cabeza mucho, al tiempo que se le quitaba de encima y se levantaba. "¡N-n-n-nada raro! Ni siquiera se me había ocurrido, ¡e-e-es muy pronto para eso!" le tendió una mano para ayudarle levantar de nuevo. "B-bueno, había pensado quizás en dormir abrazados p-p-pero nada más!" a continuación empezó a sentirse culpable por insinuarle cualquier otra cosa. "...L-lo siento... si te he incomodado... Normalmente no soy tan lanzada porque me da mucha vergüenza pero como estamos solos estoy más deshinibida ja ja..." se medio disculpó. "Pero no te preocupes, q-que no vamos a hacer nada raro..." ¡Era muy pronto en su relación! ¡Muy pronto!

"L-lo siento si te he puesto nervioso... ¿debería cortarme un poco? Y-ya sabes que soy siempre muy impulsiva... y a la vez me retraigo... i-irónico que mi carta sea la Templanza, ¿verdad? Jajaja..."

El como Ayame de inmediato compartió el mismo nerviosismo que yo al darse cuenta de la situación que había creado en un momento hizo que pudiera calmarme un poco yo mismo y reír al verla intentar arreglar la situación- ¿Muy pronto? -eso si que no sabía a que se refería, últimamente ella y Tetsu hablaban de cosas raras... como si hubiera algo en una relación de pareja mucho mas intimo que no supiera, igualmente agarre su mano y me puse en pie.

- No tienes porque disculparte, casi siempre soy yo el lanzado de los dos... Así que esta vez me pillo desprevenido, además de que nunca he acabado de entender a los japoneses con el nulo contacto físico -eso debía sonar raro saliendo de la boca de un japonés- Ah, es verdad... Nunca os lo he contado, soy solo medio japonés. Mi madre es inglesa y se mudo aquí algunos años antes de que yo naciera, aunque nunca he salido de Japón ella me ha criado en un punto medio entre la cultura japonesa y la europea. Supongo que por eso a veces no me comporto como es habitual en un japonés -eso explicaba el porque de esas facciones occidentales, el hecho de que me desarrollara tan alto en comparación a la media y todas esa diferencias respecto al japonés promedio- Y volviendo a lo de antes... No me disgusta que seas tan lanzada así que no tienes porque contener o cortarte en absoluto, doy tu novio ¿Si no eres tu misma conmigo entonces con quién lo serás? -le guiñe un ojo- Bueno, a montar la tienda.

Se notaba que no había hecho alardes en vano sobre mi experiencia de acampada, habían pasado ya seis años desde la última vez que lo había hecho, quitando la vez con la escuela, pero aún así no tenía ninguna clase de problema en montar la tienda. Tardando sorprendentemente poco, por lo que en un momento ya teníamos sitio donde dormir, una pequeña hoguera con algunos malvaviscos calentándose para que pudiéramos comer algo dulce y ya había anochecido por lo que me asegure de tener un sitio donde sentarnos ambos bien juntitos y cubiertos por una manta para evitar el frío nocturno del invierno.

¿Medio inglés? ¡Saito-kun era una caja de sorpresas! Durante todos los preparativos del campamento (montar la tienda de campaña y las mantas, buscar leña, preparar la hoguera y los marshmallows...) Ayame le bombardeó con preguntas sobre los ingleses. "¿Es verdad eso de que entran en las casas con los mismos zapatos? ¿Y que la hora del té es sagrada?" Le contó que en su biblioteca, muchos de los libros favoritos de su padre de estaban en inglés, de géneros bastante dispares. "Aunque prefiero la literatura japonesa, me gustaba mucho leer los de literatura en inglés original. Drácula, Frankenstein... Shakespeare nunca me gustó, ja ja... "

Quién iba a pensar que el probablemente último día de sus vidas iba a estar tan tranquila charlando con su novio de cosas vanales, como literatura, zapatos y té... Pero lo cierto es que hacía tiempo que no hablaban de nada. Habían sido unos estudiantes muy ocupados y preocupados, empezando todo aquel día en el parque. Habían incluso perdido a amigos, asesinados por las sombras... la batalla contra Arlek fue un antes y un después en las vidas de todos... la sombra que más se esforzó en separarlos, que hasta casi lo conseguía, acabó uniéndolos más... Y ahora, allí estaba ella. Acurrucada al fuego al lado de Saito, mirando el fuego y las estrellas... tras un silencio de agradable comodidad, Ayame giró la cabeza hacia Saito-kun y le repitió aquello que ya sabía: "...Me salvaste aquella vez, cuando lo de Arlek. ...Me salvaste de mí misma, mi peor enemiga, ja ja... Me alegro tanto de haberte conocido... Cr-creo que nunca lo he dicho en voz alta, aunque ya sé que lo sabes..." se apartó un poquito para mirarle cara a cara, frente a frente. Y muy determinada, con un ligero sonrojo en sus mejillas, pero también muy en calma, le rodeó con sus brazos y dijo: "...Saito-kun, te amo."

Con algo mas de calma de como se tomaba el tema de mi sangre europea Ayame, fui respondiendo una por una cada pregunta que me lanzaba al aire... aunque la mayoría partían de exageraciones o de diferencias culturales notables entre ambas regiones del mundo. Se notaba que no era precisamente un entendido del tema, pero sabía mas de lo que serían habitual para un japonés que solo tiene contacto con Europa a través del cine y la televisión- En mi caso aparte de comics no consumo casi nada de por allí, alguna serie de vez en cuando, películas obviamente... Su cine es mucho mejor que el nuestro en general, aunque muchas películas son clónicas entre ellas, como los isekai.

Ambos hablábamos con calma, sin miedo por lo que pudiera pasar mañana... ya era muy tarde para eso, ahora mismo solo quedaba asimilar que el destino del mundo estaba en nuestras manos y hacer todo lo posible para ganar. Y desde luego que eso no iba a fastidiarme mi primera vez para acampar con Ayame, sobretodo cuando se lo prometí hacía tanto y a ella le hacía tanta ilusión. Llego un momento en el que nuestro silencio fue acompañado por la paz del bosque nocturno, ella miraba las estrellas y yo la acompañaba, hasta que rompió esa quietud.

- No podía permitir que Arlek os hiciera mas daño, hice todo lo que pude para protegerte... -aunque en el proceso fuera quien mas te daño, ella me rodeó con sus brazos para decirme de la forma mas tierna y adorable posible que me amaba, acaricie una de sus mejillas mientras lo decía- Yo también te amo... Tanto como no sabía que podría amar a alguien y por eso mismo no permitiré que nadie te haga ninguna clase de daño, esa es la razón por la que mas quiero ganar mañana para poder seguir viviendo a tu lado y darte la posibilidad de tener una vida mucho mejor de la que has tenido hasta ahora.