Ohhhhhhh ya veo....- comentaba luego de comprobar un rato mi móvil sobre google y los dragones , en especial el apartado de las formas que tomaban para aparecerse a los humanos sin asustarlos, aunque claro... si decia que habia posibilidad de que aun fuera el Lorax, igual destripaba al pequeño dragon con forma de gato..
Bueno... cierta amiga me enseño que ante la regla de los tres segundos cualquier cosa en el suelo pasa a ser para quien se lo pille primero.... ¿ destino manifiesto lo llamaba ? - intentando hacer mucha memoria sobre el echo - ¿ crees que a Momo no le vayan a decir algo por el nuevo inquilino o voy buscando cartones en casa ?
Iori sonrió al ver el gatito, algo extraño en ella. Lo cogió en brazos y miró a los otros dos que allí se encontraban. - No os lieis, me puedo encargar yo de él. - era curioso que por primera vez en mucho tiempo, parecía que a Iori le gustaba algo más que ella misma.
Finalmente todos tuvieron que abandonar el lugar, pues el malhumorado profesor de antes los echó de allí pues era muy tarde.
Un día más pasó para los jóvenes y las clases transcurrieron con normalidad, pero al salir de allí Miyuki Akemi les esperaba junto con las dos chicas que pronto reconocieron, pues eran las que casi los destruyen en Italia. Se podía ver que estaban en un estado bastante más deplorable, incluso de vez en cuando tosían sangre. - Lo tienen todo preparado, pero no creo que aguanten mucho más. Tenemos que hacerlo hoy chicos, haced lo que tengáis que hacer con urgencia, como ir al baño y vayamos a ello. - se notaba a Miyuki mucho más seria de lo normal, a la par que preocupada.
La pequeña Lilie Blutsauger levantó su manita.
-¿Podemos cometer fraude fiscal?.
Ayame se llevó la mano a la barbilla. "...¿Fraude fiscal? Hum..." repasó en su mente aquella vez que su padre le enseñó la contabilidad de la empresa que heredaría, y efectivamente... "...Hay formas grises de hacerlo. No es fraude si técnicamente es legal." se encogió de hombros. "Pero no es algo que se pueda montar en un día. Ahora no." Hablaba totalmente en serio, conociendo el tema, daba un poco de miedo ver a la usualmente tranquila y legal estudiante hablar así de negocios medio turbios. Cosas de los ricos, dan miedo...
Por otro lado, aquello también les recordó una anécdota a los que la presenciaron, aquella vez que Ayame se indignó tanto en la mansión del Conde, cuando descubrió que sus trabajadores tenían que pagar por cobrar. ¡Pagar por cobrar! ¡Como el impuesto de sucesiones! ¡Pagar más de lo que vas a cobrar! ¡Qué despropósito!
Ayame les tendió con cuidado un pañuelo a cada una de las chicas que estaban sangrando por la nariz. Recordó cuando le pasó a ella misma con Arlek, y recordaba también que perdieron a compañeros de esa misma manera. Asintió con determinación. Hoy, sería la batalla final, contra la sombra que gozaba del poder de la omnipotencia. Ayame tenía sus dudas, muchas, de que fueran a salir de esta con vida. Pero al menos, gracias a ayer, no tenía demasiados arrepentimientos. Sí que tenía algunos, como el no haber podido aún reencontrarse con su padre, refugiado en el trabajo desde que murió mamá. También tenía tantas cosas que hacer aún con su novio y sus amigos... Pero procuraba evitar pensar en nada de eso. Intentaba centrarse en la paz que sintió ayer, y en la promesa que Saito le hizo. Aún si no podía confiar en ella misma como salvadora del mundo, confiaba en él, a él sí que le veía capaz de lograrlo.
"...Lograr vencer la Omnipotencia, eh..." murmuró para sí, con las manos en los bolsillos, mirando al suelo. Lucharían juntos. Todos. Y ojalá que sobrevivieran.
Las dos chicas estaban al borde del desmayo, por lo que sin esperar mucho más, usaron sus últimas fuerzas para llevar a los jóvenes a aquél lugar donde tenían retenido al último rival.
Os muevo a "Lugar desconocido"
Lilie miró a aquellas dos muchachas con cierto recelo mientras se iban de ahí arrastrados por Tetsuya para que estos no empezaran a exigirle dinero al judío por el trabajo que habían hecho CON animo de lucro. Tal y como dijo Yuuta "La amistad no paga deudas", a no ser que uses sus órganos claro, pero ahí se termina la amistad y probablemente su vida.
-La chica de azul siempre me dio mala espina... -Bufó la pequeña.
Pese a todo Lilie estaba decidida. Apenas tenía dinero en su haber, por lo que decidió hacer lo que todo el mundo en su situación haría. Tras subirse nuevamente a la espalda de Yuuta cual la zarigüella que esta había adoptado en el pasado. La pequeña dio una orden a su esclavo tacitamente.
-¡ESTOY POBRE!. -Gritó al oído de Yuuta- ¡VAMOS AL CASINO A HACERNOS RICOS!.
*Según Rumi estamos juntos aquí.
Confirmo. Después de todo entrásteis desde ahí al boss final xD
Mendigos gitanos y sus escusas baratas para no soltar ni un duro... - comentaba con cierto desdén - mira que les bajamos a como catorce o quince de esos caballos mas su líder y ni el dinero para el transporte nos paga... es que... bufff... asi ni vale ser buena gente - para estirar un poco los brazos... mirar la hora en mi móvil y sentir como Lilie ya se estaba subiendo en su atalaya.
Bueno... -a la vez que mi sobaba levemente el oido que acababa de recibir el zumbido de Blutsauger - acabo de reírme en la cara de la muerte misma... de seguro hoy sera mi ultimo dia con suerte en esta vida... - sujetando con cuidado a la misma para que esta no se fuera a caer en ninguno momento - ¡¡ andando pues !!
En cuanto volvimos al mundo real me estire soltando aire, desde luego el no tener el peso de salvar el mundo en tus hombros sentaba bastante bien, ahora podía hacer lo que quisiera por el resto del curso sin preocuparme porque perder demasiado el tiempo provocara un colapso del espacio y el tiempo o que por pasar muchas tardes jugando a la consola nuestra ciudad fuera completamente arrasada. Pero eso sí había una cosa que me quedo pendiente... Cargué bien el puño derecho y le solté con todas mis fuerzas un golpe a Yuuta en toda la cara, me esforcé tanto en pegarle que incluso casi me caí hacia delante teniendo que dar unos saltitos con el pie izquierdo solo hasta recuperar el equilibrio- ¡Ni se te ocurra darnos otro puto susto como ese! ¡Si no llega a ser por Tetsuya te habrías muerto pedazo de imbécil! -le grito a puro pulmón sin ningún tipo de miedo a que nadie mas nos escuchara en el edificio
Y aunque la idea era irnos para tomarnos un merecido descanso, cierto evento porcentualmente plausible me salta a la cara, tan literal que puedo sentir como la misma me mueve las ideas tal para caer de rodillas, siempre cuidando de irme de rostro antes de caer del lado de mi compañera.
Cofffffffff....cofff... aghhhhh - me quejaba mientras sentia la boca con cierto gusto a hierro, dejando caer un poco de sangre, que aunque el puñetazo fuera de lo mas fuerte... lo mas seguro es que fueran secuelas de mi arriesgada jugada - V...vale...vale... q...quizás... t...tenga razón - para girarme levemente a mi compañera - ¿ estas bien ? - y levantarme con dificultad.
Pero... n...no queria contemplar las otras posibilidades... - perdiendo levemente la sonrisa - y vuestros rostros aun lo demuestran... tampoco querían saberlo - mirando primero a Saito y luego a Arashi al ser los que recibieron de lleno aquellos balazos reales - no soy tan fuerte.. ¿ vale ?, no soy de los que soporta las perdidas de los conocidos... - y callar por unos segundos mientras terminaba de recuperar fuerzas
L...lo siento... - para terminarme de levantar, hacer una reverencia y dar media vuelta para continuar con mi camino, ya había dicho lo que iba a decir sobre el tema... y necesitaba despejarme si o si en cualquier sitio lejos del colegio o estos temas por una temporada ... y el buen ruido blanco de las tragaperras es lo mejor para distraer....
Un día más había pasado, con la diferencia de que ya no tenían que seguir derrotando sombras ni salvar el mundo ¡Qué paz se respiraba! Se fijó en sus compañeros, pudo ver como Lilie y Yuuta volvían a irse a algún lugar desconocido ¿estarían haciendo algo raro, como gastar todo el dinero en el casino? Por otra parte Saito iba diariamente a entrenar al grupo de Kendo, se notaba que quería que hicieran una gran competición y quedaran los primeros.
Pero habían dos chicas que no habían dicho nada aún desde que acabó la batalla, por lo que decidió acercarse a sus dos amigas. - Hey. - comentó con una sonrisa. - ¿Está todo bien? No habéis estado muy habladoras desde ayer. - se le notaba cierta preocupación, por Ayame y por su novia Momoka. Aunque quizá solamente estaban agotadas después de todo lo que ocurrió. - ¿Queréis hacer algo o hablar de algo? Si algo os atormenta ¡contad conmigo! - alzó un puño, mostrando la gran determinación que tenía en ayudarlas, si es que necesitaban algo.
Lilie cada vez caminaba más lento hacia el Casino, probablemente porque su monedero era cada vez más y más grande y lleno de monedas ganadas en el casino con el sudor de su propia frente... ¿Qué?. Tirar de aquella palanquita y gritar "Vamos, Vamos, Lilie necesita unos zapatos nuevos, maquina del demonio, que sé que estás calentita" era una forma como cualquier otra de trabajo duro pero honesto.
Lo bueno de ya no tener que estar involucrado con gitanos, fantasmas y demas seres que te obligan a pagar la terapia es que nos dejaba la tarde libre para cualquier cosa que se nos ocurriera, asi que tal como estaba planeado, simplemente comencé a andar en dirección al casino, no sin antes pasar por el club, dejar un poco del dinero guardado en la calavera falsa y llevarnos el gato a ver si nos daba suerte ... uno nunca sabe... cuando puede necesitar un gato...
guardo: 2000 yens / 1.000.000 yens para los boletos.
dinero actual: 7250 - 2000 = 5250.
Sonreí a Tetsuya y negué suavemente - estoy bien.
Sin embargo, seguí en silencio mientras lanzaba pequeñas miradas tímidas a Tetsuya. Había algo que quería hacer, pero ahora que tenía la oportunidad la timidez había asomado. Finalmente, reuní mi valor y tomé a mi novio de la mano.
- Lo siento, chicos, hay algo que quiero hacer Tetsuya - dije sonrojada con palabras casi susurradas - por hoy no podremos acompañaros - les lancé una última sonrisa y me llevé a Tetsuya camino a la calle principal.
Un lunes más había llegado para los alumnos, con una pequeña diferencia... ¡Lilie y Yuuta ahora tenían un montón de dinero y habían planeado un viaje a un destino paradisíaco! Con todo ese dinero, los jóvenes pudieron marcharse una semana entera a disfrutar de unas merecidas vacaciones, a las cuales también fue Iori Cho, que al conocer la fortuna de Yuuta, se acercó mucho más a él.
A pesar de que Saito estaba muy liado con el club de kendo, pues el torneo estatal estaba muy próximo, logró también acudir sin problemas a aquél viaje, eso sí, realizando alguna que otra llamada para organizar los entrenamientos. Aparte de ese pequeño factor estresante, todos lo pasaron muy bien durante un viaje que no habría sido posible de no ser por la influencia de la familia Anemashi, pues Wasabi alegó que aquél viaje iba a ser muy lectivo y enriquecedor, evitando así ningún tipo de sanción en la escuela.
Y COLORÍN COLORADO, DOY ESTO POR FINALIZADO