Partida Rol por web

Oh... Si, pasen, les guiaré hasta el cuarto de invitados. - a través de unas escaleras y varios pasillos, consiguieron llegar hasta el destino que les había fijado el mayordomo, allí había un biombo que podían utilizar para cambiarse, además del cuarto de baño. La ropa estaba empaquetada encima de la mesa. - Ahí tienen la ropa señoritos, les dejo cambiarse a gusto. - pero le dirigió una mirada asesina a Saito antes de salir. - Como se propase con la señorita, tendrá noticias de nuestros abogados. - tras esa última frase, cerró la puerta por completo. 

Tetsuya miró a su amigo con cierta preocupación.

Parecía hablar completamente enserio.

Será mejor que no pases de segunda base de momento, Saito-kun. - bromeaba... Aunque en cierta parte lo decía como consejo. Abrió los paquetes y pudo encontrar una ropa bastante elegante. - Esto seguramente sea lo más caro que me he puesto en mi vida...

Miró a su compañero y le ofreció su ropa. - ¡Póntelo tú primero, a ver cómo te queda!

Me había arrastrado hasta la casa de Ayame por Tetsuya para algo de una cita en el mar con Momoka mientras él miraba una gala de restaurantes, espera eso no era... ¿o si? Aún tenía en la mano uno de los mangas que había estado leyendo cuando salíamos de clase ya que no había ni tenido tiempo de guardarlo. De hecho para cuando em recompuse ya estábamos frente a la mansión... me seguía pareciendo raro el saber que Ayame era tan rica, un momento... desde cuando esta tan cerca del instituto. mire por encima de hombro pero no veía ni rastro del edificio- ¿Cómo hemos... -pero antes de poder terminar la frase ya Tetsu tocaba el timbre así que lo deje ahí y corrí a su lado antes de que se abriera la puerta

Como la última vez nos abrió la puerta el mayordomo con nombre de comida y nos guío hasta la habitación en la que mi novia había dejado nuestras ropas, nos dejo allí para que nos cambiáramos tranquilos pero antes de eso me lanzó una mirada junto a una amenaza que me hizo desear que nunca se enterara de las dos veces que la hice arder ya...

- ¿Segunda base? -pregunte sin entender a que se refería mi amigo cuando el hombre se marchaba- ¿Vamos a jugar al baseball? -pregunte emocionado- Deberías habérmelo dicho ¿hay están los uniformes? -mire por encima del hombro de el peliblanco pero solo me encontré trajes tremendamente caros y probablemente muy ajustados como para hacer deporte- No se si esa será la mejor ropa... Bueno, como digas me cambio entonces...

Sin usar en absoluto el biombo me empecé a desvestir con completa tranquilidad frente a Tetsu, aunque tuve dificultades con la camiseta- Agg, cada vez la ropa me queda mas pequeña... Deben de estar encogiendo en la lavadora... -eso no era cierto, desde el punto de vista de Tetsu era fácil entender el porque la ropa me quedaba mas ajustada y es que todo mi cuerpo se había estado desarrollando de muy buena forma por las peleas continuas donde no paraba de correr de un lado a otro y pegar yo mismo a las sombras, además el entrenamiento con el club de kendo también ayudaba mucho a ello

Al terminar me mire a mi mismo en el espejo para ver a un Saito completamente nuevo, embutido en ese esmoquin ajustado me veía mejor que nunca en mi vida... excepto por el pelo despeinado y la corbata colgando sin anudar en mi cuello- Oye ¿tu sabes como se hace esto? -señale al pobre accesorio ajustado de mi cuello- Nunca he usado una de estas...

No, no... No vamos a jugar a baseball amigo mío. - comentó sereno Tetsuya. Con lo popular y guay que era Saito pensaba que sabría todo aquello de las bases, pero no pasaba nada, para eso estaba el peliblanco, para explicárselo.

En las películas americanas que he visto lo explican muy bien.

Primera base es darle un beso en los labios, segunda base es tocarle alguna parte íntima ¡como el pompis! - comentó risueño tras decir aquella palabra tan infantil. - Tercera base es tocar algo aún más íntimo y cuarta base... Bueno, te lo puedes imaginar.

Miró con la cabeza ladeada a Saito. - No está encogiendo la ropa, es que te estás poniendo mamadísimo. - le miró los brazos. - De hecho creo que si doblas demasiado el brazo te vas a cargar la camiseta. - comentó preocupado por los hilos de la ropa.

Le vio con ciertos problemas para hacerse el nudo de la corbata y finalmente le pidió ayuda. - ¡Tranquilo, trabajando en el café con Yuuta-kun aprendí a hacerme nudos! - aunque las primeras veces siempre acabó ahogándose a sí mismo... Con suerte no le haría daño a su amigo. Se mordió un labio y aguantó mientras hacía aquél nudo y... ¡le salió bien! Suspiró muy aliviado cuando lo consiguió. - ¡Listo! Muy guapo señorito Kitagawa.

Ahora que Saito estaba listo, decidió vestirse él, cogió la ropa y se metió en el baño para salir bastante más arreglado.

¿Qué tal me queda?

¡Woah! - comentó con cierta sorpresa al leer el móvil. - ¡Que se nos enfría la cena! ¡Vamos Saito-kun, que no quiero comer carne chiclosa! - echó entonces a correr, tirando de su elegante compañero. A la salida una limusina los esperaba.